Conductas tóxicas que nos hacen infelices
Todos somos responsables de lo que hacemos y decimos. Es lo único que podemos controlar realmente, porque el comportamiento de los demás es algo que escapa de nuestro control. Así que, todo lo que hacemos es responsabilidad nuestra, y en cierta medida, nuestra forma de actuar nos define más de lo que nos gustaría reconocer. Pero lo cierto es que hay maneras de comportarse que nos dañan, y hacen daño a los demás. En este artículo nos centraremos en las 5 conductas que nos hacen infelices. Espero que te sea de utilidad.
Aprendemos actuar de un modo específico a través de nuestras vivencias y experiencias. Si aquello que hemos vivido es negativo, aprenderemos a comportarnos de un modo más reactivo y quizás defensivo o agresivo, que si hubiéramos vivido experiencias más positivas. Si nuestro modo de actuar hace que nos alteremos y nos roba nuestra propia paz, hace que nos sintamos siempre totalmente infelices y vacíos, y es algo que deberíamos evitar.
El dolor y el sufrimiento que hayamos podido experimentar en nuestra vida, siempre generan unas heridas emocionales de las que no podemos escapar, y nos hacen reaccionar a según que acontecimientos de un modo no constructivo ni sano. Hay conductas que hacen que nuestro dolor se refleje en ellas, y que nos afecte en todas nuestras relaciones, sean del ámbito que sean, es decir, en las relaciones sentimentales, familiares, y laborales, por poner un ejemplo.
Si al descubrir las 5 conductas que nos hacen infelices, identificas alguna de ellas en tu modo de comportarte, deberías tomar la decisión de hacer todos los cambios que sean necesarios para afrontar ese dolor que no te deja avanzar, y te obliga a actuar de un modo tóxico. Es importante lograr averiguar que tenemos un problema, pero lo es más buscar toda la ayuda que sea posible para poder superarlo. La terapia es la única herramienta efectiva para sanar todas nuestras heridas emocionales.
5 conductas que nos hacen infelices
Hay 5 conductas que nos hacen infelices, y es por ello que es fundamental saber identificarlas, ya que de ese modo podremos cambiar nuestro modo de actuar, y de ese modo mejorar nuestro bienestar emocional. Son comportamientos que nos hacen daño, y hacen daño a los demás, y es algo que debemos evitar a todo costa. Y entre dichas conductas tóxicas que nos roban la felicidad, encontramos:
- Culpar a los demás por todo. No responsabilizarse de nuestros actos, y buscar un culpable para todo lo malo que nos ocurre, es signo de una personalidad insegura e infantiloide. Toda persona con una autoestima buena o positiva se responsabilizará de sus propios actos, y no rehuirá de sus propias responsabilidades. Echarle la culpa de todo a los demás hace que no sintamos al final mal con nosotros mismos, y le estamos diciendo a todo el mundo que no somos el dueño de nuestra propia vida. Lo cierto es que es un modo de pensar y de actuar, es totalmente insano. Lo único que podemos controlar es todo lo que hacemos y decimos. Por tanto, somos responsables de nosotros mismos, y no podemos mirar hacia otro lado, y darle a los demás las responsabilidades que son nuestras.
- No aceptarse a uno mismo. Cuando queremos ser alguien que no somos, estamos en ese anulándonos por completo. Querer ser otra persona, o no aceptarnos tal y como somos, son síntomas de una autoestima realmente baja. No hay nada como ser uno mismo, y aceptarnos. Si logramos saber quienes somos, podremos actuar en consecuencia, y no como la asombra de alguien que nos gustaría ser.
- No aprender de los errores. Todos en algún momento fallamos y cometemos errores. Todo forma parte de nuestra experiencia, y debemos sacar siempre las lecciones de toda caída, para poder evitar tropezar con la misma piedra. Pero hay personas que no aceptan sus fallos ni sus errores, y por tanto, no pueden aprender de ellos. Aprendemos muchísimo más de todas nuestras caídas que de todos nuestros aciertos. Tenemos que aprender la necesidad de caernos para poder mejorar. Y tenemos que aprender de cualquier tropiezo.
- Compararse con los demás. Cada uno es único y tiene su propio camino. De nada sirve estar en todo momento comparándose con las personas que nos rodean. No podemos estar tan pendientes de lo que hacen los demás, ni de todo lo que consiguen. Debemos centrarnos en nosotros mismos y en todo lo que somos. No perdamos las energías intentando ser como otra persona. De nada sirve. Acéptate a ti mismo y persigue tu propia felicidad.
- Centrarnos en lo negativo. Si solo nos centramos en aquello negativo de lo que somos, y de nuestra vida, simplemente acabaremos viviendo solo lo malo. Cuando nuestra mente está enfocada en aspectos tales como el fracaso, los fallos, y los errores, al final acabaremos cometiendo todos esos fallos y errores, y sufriendo fracaso tras fracaso. Al final es una profecía autoincumplida. Tampoco podemos centrarnos en todo lo malo, porque tenemos muchas cosas buenas que ofreces y de las que sentirnos orgullosos. Debemos mejorar todo lo que podamos, pero jamás caer en el error de centrarnos en lo negativo. Tenemos que ser los impulsores de todas nuestras virtudes. Debemos aprender a hablarnos bien, y a aceptarnos tal y como somos.
Como podemos controlar, las 5 conductas que nos hacen infelices, tienen que ver con la autoestima, y como nos percibimos a nosotros mismos. Tenemos que aprender a centrarnos en todo lo bueno que somos, y en todas y cada una de nuestras virtudes. Si logramos aceptarnos como somos, y querernos, seremos los impulsores de nosotros mismos, y los demás también tendrán que hacerlo. Es esencial hablarnos bien y con respeto. Debemos tratarnos como nos gustaría que los demás nos trataran.
Cómo afrontar las conductas tóxicas
Si logramos identificar que nuestro modo de pensar y de actuar no nos hace bien, y nos llega a hacer mucho daño, deberemos aprender a realzar los cambios que necesitamos para poder tener conductas constructivas y sanas. Ello solamente se puede conseguir mediante la ayuda psicológica. Gracias a ella podemos tener todas las herramientas que necesitamos para poder reconstruirnos de nuevo y sanar todas nuestras heridas.
Nuestro modo de reflexionar y de comportarnos es una proyección de nuestras experiencias y vivencias. Todo lo que hemos vivido ha dejado huella en nosotros, ya sea para bien o para mal. Un modo de pensar y de actuar tóxico es fruto del dolor y del sufrimiento, y por ello, si logramos identificar que en nuestro interior tenemos heridas que sanar, es cuando podremos tomar la decisión de buscar toda la ayuda que necesitemos. Si has identificado una de estas heridas en ti, no lo dudes, y busca ayuda. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online