Amores posesivos y controladores

Amores posesivos y controladores

Aún hoy en día existen falsas creencias o mitos acerca del amor o de las relaciones de pareja. Se acepta como algo normal sentir celos, controlar a la otra persona, o asumir que nuestra pareja es nuestra. Aceptar esas conductas tan tóxicas como demostración de amor es algo realmente peligroso, ya que llevan a la formación de relaciones tóxicas, donde solamente existe el sufrimiento y el dolor. Los amores posesivos y controladores se nutren de estos falsos mitos que tanto daño hacen.

Tenemos que entender que las relaciones se basan en el respeto, en la libertad y en el amor. No caben las emociones ni las conductas tóxicas. Toda relación se conforma con la unión de dos personas que han decidido libremente compartir su camino con la otra persona. No se tiene que basar en el poder ni en el sometimiento. Es un grave error pensar que la otra persona es nuestra, y podemos decidir sobre ella. Ese tipo de relaciones hacen daño, y acaban por destruir no solamente al propio amor, sino a las personas que conforman esa unión.

Es cierto que los amores posesivos y controladores no suelen comenzar a mostrar celos, o intentar controlar a la otra persona desde un principio, sino que todo comienza con pequeños gestos o actitudes que hacen que la otra persona empieza a estar sometida por su pareja. Al final esas conductas acaban por mostrarse abiertamente, y es donde las víctimas se ven totalmente atrapadas con su pareja, que la controla y ejerce todo su poder sobre ella.

La persona que te quiere realmente no te manipula ni te somete. Las personas posesivas no aman, sino que someten a los demás para conseguir todo aquello que quieren o anhelan. Su pareja se convierte en ese momento en un simple objeto imprescindible para conseguir todo aquello que desea, sin importarle sus sentimientos y necesidades personales o afectivas. Son personas egoístas e inseguras que buscan su felicidad sometiendo a los demás, incluso a su propia pareja, como veremos en este artículo.

La metáfora de la rana hervida

Si te preguntas por qué tienen tanto éxito en sus propósitos esta clase de personas posesivas y controladoras, la metáfora de la rana hervida nos da las claves del porqué consiguen someter a sus víctimas, y conseguir de ellas todo aquello que desean, como veremos a continuación.

Visualiza una rana que metemos en una olla con agua hirviendo. La rana, al entrar en contacto con esa agua tan caliente, saltará rápidamente para no quemarse, e intentará huir. Pero si a esa misma rana, la metes en una olla con agua fría, esta se sumergirá en ella. Si poco a poco vamos aumentando el calor de esa agua, la rana no se dará cuenta de esa subida de temperatura, hasta que al final acabará siendo hervida. La rana estaba bien en esa agua, y estaba tan confiada que no se dio cuenta de que poco a poco esa agua está subiendo de temperatura, hasta que ya era demasiado tarde.

Lo mismo ocurre con los amores posesivos y controladores. La víctima al principio se une a una persona amable y empática, que le hace sentirse bien y cómoda, hasta que comienzan poco a poco los reproches, las críticas, los celos, el control, e incluso la manipulación. Es tan sutil que las víctimas no son capaces de darse cuenta de lo que ocurre hasta que ya se ven totalmente sumergidas en una relación tóxica, dónde están sometidas. Es por ese motivo que las personas posesivas consiguen someter a sus víctimas, y anular su voluntad.

La manipulación en los amores posesivos y controladores

Una de las técnicas más efectivas a la hora de someter a alguien es la manipulación. Los amores posesivos y controladores se nutren de estas manipulaciones. La persona manipuladora comenzará poco a poco a manipular a su víctima mediante quejas o críticas. Gracias a ello, su seguridad y confianza en si misma se verá mermada, y hará todo lo posible para no recibir más juicios de su pareja.

Después de esas primeras quejas o críticas, comenzará a ejercer la propia manipulación. Lo más común es hacerse la víctima. Con el victimismo consigue que su pareja se sienta culpable, y una persona que sienta culpa, hará todo lo posible para reparar su supuesto error. Es entonces cuando el manipulador emocional hará que su pareja haga todo aquello que quiera. Al estar anulada, podrá conseguir todo aquello que desea. La manipulación es una gran técnica de poder.

Los celos y el control son un método más para someter a la pareja. Las inseguridades, y el egoísmo de la persona celosa y controladora, hace que ejerza cualquier técnica como la manipulación para someter a su víctima. Son personas que solamente miran por ellas mismas, y son incapaces de ver y comprender el daño que hacen a sus parejas. Son capaces con sus conductas a generar grandes heridas emocionales en sus víctimas. Además, su deseo de controlar a sus parejas puede llevarles incluso al maltrato físico. Para ellos cualquier técnica de sometimiento es buena, si consigue que su pareja acceda a sus voluntades personales.

Los celos y el peligroso sentimiento de posesión

Si concebimos a nuestra pareja como una posesión, le robamos quien es, para convertirlo en lo nuestro. Es decir, anulamos a esa persona para que sea algo necesario para conseguir aquello que queremos, y eso ya no es amor, ni hay respeto, ni cariño, ni libertad. La relación se transforma en la herramienta de una persona para poder tener todo aquello que quiere y desea,

Cuando al amor se le arrebata la libertad y el respeto, todo falla. El sufrimiento y el dolor hacen su presencia, y esa relación se convierte en una unión tóxica, la cual acabará por destruirse, y destruir a las personas que conforman esa relación. No podemos basar el amor en la posesión. Tenemos que basar nuestra relación en el respeto mutuo, y en el cariño. Todo lo demás son conductas dañinas.  

Los celos y la posesión solamente son señales de inseguridad, de egoísmo y de poder. Nada tiene que ver con el amor, por mucho que los falsos mitos o viejas creencias nos quieran hacer creer que sí. Tanto si eres una persona celosa y posesiva, como si eres víctima de esos celos y ese control por parte de tu pareja, deberías tomar la decisión de buscar ayuda profesional. La terapia te ayudará a afrontar este tipo de relaciones y emociones negativas. Si intentas continuar con una relación tan tóxica, aparte de que algún día esa relación finalizará, acabarás dañado emocionalmente, con heridas muy profundas en el alma. 

Cómo detener los amores posesivos y controladores

Si estás sufriendo uno de esos amores posesivos y controladores, lo mejor que puedes hacer es alejarte de ese tipo de personas. Al final acabará haciéndote mucho daño, y ese dolor emocional es muy difícil de superar. Pero si crees que vuestra relación puede reconducirse a una relación más sana y constructiva, deberías probar con establecer unos límites muy claros. Es decir, que tu pareja sepa hasta dónde puede llegar contigo y hasta donde no. Si acepta esos límites, quizás la relación se pueda salvar, pero si no los respeta, quizás entonces deberías dar por finalizada esa relación. Es lo más sano.

No permitas que nadie te manipule, no que te controle. No permitas los celos ni los malos gestos. Si inicias una relación, esta debe basarse en el respeto y en el amor. Todo lo demás son conductas tóxicas que acabarán por destruir tu relación de pareja. Ten claro lo que quieres, y sobre todo respétate y quiérete a ti misma. Si te quieres y te respetas, los demás también lo harán. Trátate como te gusta que los demás te traten. Al final todo empieza y acaba en ti. Y si necesitas ayuda, pídela. La terapia te dará todas las herramientas que necesitas para hacer frente a este tipo de relaciones tóxicas. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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