La ansiedad
La ansiedad es una reacción biológica y psicológica que nos ha mantenido vivos como especie desde el inicio de los tiempos. Ante una amenaza real reaccionamos para preservar nuestra integridad, estando alerta y enfocando nuestros cinco sentidos en huir o atacar. Ha sido desde siempre una herramienta útil para nuestra supervivencia. Entonces cabe preguntar, ¿por qué este mecanismo tan necesario puede volverse en contra nosotros mismos? ¿Por qué puede llegar a ser una fuente patológica dominada por el miedo, la angustia, el temor, y el pánico? ¿Por qué se da la ansiedad patológica?
La ansiedad adaptativa
A pesar de lo comúnmente se piensa acerca de la ansiedad, esta no es siempre patológica. Cuando nos encontramos ante situaciones peligrosas o potencialmente peligrosas para nuestra integridad, nuestro cerebro activa mecanismos defensivos. Con todo ello logramos adaptarnos a entornos potencialmente hostiles sintiendo ansiedad o miedo.
Si la ansiedad es una herramienta adaptativa, ¿por qué se vuelve contra nosotros pudiendo desarrollarse como patología?
Ansiedad Patológica
La ansiedad patológica se desarrolla mediante distintas vías psicológicas, como podemos ver a continuación.
Una de las vías es la experimentación de un hecho traumático que queda grabado en nuestra psique profundamente. Al experimentar un acontecimiento que ha generado un trauma, cuando experimentemos situaciones similares, aunque sean situaciones neutras, las viviremos de un modo potencialmente peligroso para nosotros, saltando todas las alarmas en nuestro interior. Con ello la ansiedad patológica surge con toda su intensidad.
Por poner un ejemplo, diríamos que una persona que ha padecido un accidente automovilístico en un día de lluvia intensa, desarrollará una fobia específica, en la cual en los días en los cuales llueve intensamente y viaja en coche, su ansiedad y sus miedos se elevaran de un modo incontrolado, aumentando su estado de alerta. Son miedos no racionalizados que parten de un hecho traumático.
La segunda vía donde la ansiedad puede volverse patológica son los miedos aprendidos. Pueden ser miedos que hemos observado en los demás (por ejemplo, si tu hermana mayor tiene miedo a la oscuridad, aprenderás que la oscuridad es negativa y cuando estés a oscuras se dispararan los niveles de ansiedad). También pueden ser fobias inducidas por terceros (por ejemplo, si alguien constantemente exterioriza verbalmente sus miedos, al final asumiremos sus miedos como propios). Y por último, pueden ser miedos culturalmente aceptados, como pueden ser el miedo a las serpientes, a insectos, o a las alturas, entre otros.
La evitación como fuente primordial de la generalización
Psicológicamente, evitaremos toda situación que nos dé miedo, o que creamos que puede ser peligroso para nosotros. Esta evitación aumenta el poder de nuestras fobias. Evitamos porque son miedos que no sabemos controlar, y esa evitación generaliza nuestros temores y nuestra ansiedad. Con ello, la ansiedad será una constante en nuestras vidas, elevándose incluso en momentos inocuos o neutros, ya que los niveles altos de ansiedad serán una normalidad en nuestra psique.
Conclusión acerca de la ansiedad patológica
Si bien la ansiedad ha sido una herramienta necesaria para nuestra supervivencia, un miedo incontrolado y poco racionalizado puede desembocar a que este sistema de alerta derive en una patológica.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Deja una respuesta