Intentar dormir con ansiedad
Cuando nuestro sistema de alerta se ve alterado, percibimos todo como un posible peligro. Estar pendiente de cualquier cosa, situación o persona, por miedo a que nos haga daño, genera un gran nivel de estrés. En esos momentos, nuestra mente está totalmente centrada en cualquier señal que nos indique un peligro potencial. Cuando acaba el día, e intentamos descansar comienza la verdadera aventura de intentar dormir con ansiedad.
En esos momentos en los que apagamos la luz, y comenzamos a prepararnos para dormir, es cuando aparece la ansiedad con más intensidad. Porque siempre aparecer cuando más relajados estamos. Al bajar las defensas, la ansiedad hace su aparición, haciendo estragos, y no dejándonos descansar adecuadamente.
Intentar dormir con ansiedad es una tarea hercúlea, que finalmente acaba con la subida de los niveles de ansiedad que padecemos. Nuestro estado ansioso se alimenta de los pensamientos negativos y catastrofistas. Cuando estamos a oscuras, con la única compañía que nosotros mismos, comenzamos a pensar, a prever, a tener miedo a qué suceda a aquello que tememos. Son momentos en los que nos dejamos avasallar por nuestros discursos internos, y dejamos que nuestros miedos más profundos se apoderen de nosotros. Y como la ansiedad se alimenta de los miedos, entramos en un círculo vicioso que no podremos romper por nosotros mismos.
Toda la tensión y estrés acumulados durante el día, tiene que salir de nuestro interior de algún modo. Siempre nos desprendemos de toda esa tensión interior en los momentos en los que debemos estar más relajados, como es la hora de irse a dormir. Por tanto, es muy normal que, si padecemos ansiedad, una vez nos metamos en la cama, nuestra mente empiece a enturbiarse rápidamente, y nuestros miedos se apoderen de nosotros por completo, y toda esa tensión vea su liberación mediante los temidos ataques de ansiedad o de pánico.
Con todo ello decir que, intentar dormir con ansiedad, como veremos a continuación, puede ser una tarea imposible cuando los niveles de nuestra ansiedad se ven alterados, y toda la tensión que acumulamos, tenga que buscar una salida. Es realmente una problemática que aparte de no dejarnos descansar, hace que temamos hacer nuestros descansos diarios, y sobre todo, que tengamos miedo a estar solos con nuestros pensamientos.
Irse a la cama con ansiedad
Intentar dormir con ansiedad es totalmente desesperanzador. Después de todo un día estando pendiente de los posibles peligros que pueden atentar contra nosotros, y el grado de estrés que esto conlleva, irse a la cama se convierte en todo un suplicio, ya que, al cerrar los ojos, nuestros miedos vuelven a meterse en nuestra mente, y esta comienza a trabajar a marchas forzadas, no permitiéndonos relajarnos y alcanzar el ansiado sueño.
“Mañana tengo que ir al médico”, “quizás mañana no pueda acabar el informe en el trabajo”, “tengo reunión con la profesora de mi hijo”, etc. Esta clase de pensamientos son los que aparecen cuando estamos a oscuras y a solas. Son preocupaciones de posibles situaciones que no podemos controlar, y nos angustia, y no nos dejan conciliar el necesario sueño. La mente de una persona con ansiedad se descontrola en el momento que más necesita el descanso. Que son los momentos en lo que estamos más relajados.
Al final, irse a dormir suele llegar un momento que crea cierto pánico a quien padece ansiedad, debido a que en ese momento está cara a cara con sus pensamientos y aquellos miedos que tanto intenta evitar durante el día. Las personas con ansiedad no suelen descansar adecuadamente, si antes ni durante el sueño. Su nivel de relajación es muy bajo e incluso en algunos casos, nulo. Por tanto, su ansiedad suele ser constante, no teniendo ningún momento en el cual poder descansar ni relajarse. Un verdadero suplicio.
Ataques de ansiedad nocturnos
Los temidos ataques de ansiedad o de pánico, suelen aparecer cuando más relajados estamos. Al no estar en estado de alerta ante posibles “peligros”, y estar con las defensas bajas, es cuando aprovecha la ansiedad para hacer su aparición triunfal. Toda la tensión acumulada durante el día, busca su liberación cuando nos logramos relajar, y lo hace mediante el temido ataque de pánico.
Un ataque de ansiedad es solo una liberación de todo el estrés que hemos estado acumulando. Cuando no estamos en alerta, nuestra mente necesita desprenderse de toda esa presión, y lo hace tensionando el cuerpo, y perturbando a la mente. Es entonces cuando aparecen los síntomas de un ataque de ansiedad, como el dolor en el pecho, la sensación de falta de oxígeno, temblores, sudoración excesiva, y pensamientos negativos o incluso de muerte, entre otros. Toda esa tensión llegará a un nivel de intensidad alto para luego ir desapareciendo poco a poco. Es el mecanismo que tiene nuestra mente y nuestro cuerpo de deshacerse de todo el estrés acumulado en nuestro interior.
Intentar dormir con ansiedad es realmente difícil. Intentar buscar el descanso que necesitamos, cuando hemos acumulado tanto estrés es realmente farragoso. Es importante tratar la ansiedad, y encontrar las estrategias necesarias para poder relajarnos, y de ese modo, poder dormir y tener el descanso que tanto necesitamos.
Ataque de ansiedad al despertar
Como ya he citado anteriormente, la ansiedad siempre aparece en los momentos en los que más relajados estamos. Una vez que dejamos de dormir, es un momento que pasamos del sueño a la consciencia, es decir, del descanso a volver a sentir estrés o ansiedad. Es por ello que sufrimos los temidos ataques de ansiedad al despertar.
Los ataques de ansiedad al despertar son difíciles de gestionar porque no somos plenamente conscientes de qué nos pasa, y sufrimos a unos síntomas que aparecen con mucha intensidad. También es más difícil poder relajarnos antes para que el propio ataque pase, ya que primero debemos ser plenamente conscientes de lo que nos ocurre en ese momento.
Si intentar dormir con ansiedad es difícil de gestionar, más aún es despertar padeciendo todos los síntomas de un ataque de ansiedad. Nuestra mente no está preparada para afrontarlo, y por tanto su intensidad siempre será mayor que si padeciéramos el mismo ataque por el día, con nuestra conciencia plena e intacta. Por todo ello, es esencial tratar nuestra ansiedad para evitar caer en este tipo de ataques sin previo aviso.
Cómo poder dormir con ansiedad
Si padecemos ansiedad, tenemos que seguir siempre unos horarios fijos para dormir. Es esencial para nuestra recuperación el descanso, y por ello, debemos mantener siempre una higiene del sueño óptima. Para ello podemos seguir los siguientes consejos:
- Realizar actividades que nos permitan despejar la mente, y relajarnos, como puede ser el yoga, el taichí, o cualquier otro ejercicio que te permita desconectar y estar tranquilo.
- Evitar actividades o relaciones que te puedan alterar.
- Tener unos horarios establecidos para todo, e incluso para la hora de irse a la cama y levantarse.
- Dos horas antes de irte a dormir, no hacer actividades que puedan alterarte, como utilizar el móvil, o jugar a videojuegos. La sobre estimulación sensorial hará que te cueste más conciliar el sueño.
- Mantén limpio y ventilado el lugar donde descanses. Podremos alcanzar una sensación de bienestar a la hora de dormir si el lugar donde los hacemos está preparado para ello.
- Evita el tabaco, el café o cualquier otra sustancia que pueda alterarte antes de irte a dormir.
- A la hora de irte a dormir, prepárate para ello, apaga las luces y relájate.
- Puedes poner un hilo musical relajante si ello te ayuda a dormir.
- Y sobre todo, trata tu ansiedad, y una vez superada podrás volver a la normalidad, incluso en lo relacionado con el descanso.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online