Cómo nos ataca la ansiedad
La ansiedad nos ataca de forma diferente a cada persona. Habrá personas que sufran ciertos síntomas asociados a este trastorno, y habrá otras que sufrirán una sintomatología diferente. Lo que sí sufren las personas con ansiedad en común son los temidos ataques de pánico. Cuando la presión que acumulamos debido a la angustia que sentimos es tan alto, nuestro organismo debe deshacerse de ella, y lo hace mediante dichos ataques. Para comprenderlos debemos saber qué son los ataques de pánico, y en este artículo lo descubriremos.
Todos estamos expuestos a sufrir ansiedad. En esencia, la propia ansiedad es necesaria para nuestro día a día. Nos permite estar en alerta, y reaccionar de un modo rápido a las exigencias de nuestro entorno. Lo realmente preocupante es cuando esa misma ansiedad es tan elevada, que no somos capaces de gestionarla adecuadamente, y ese sistema de alerta se queda “encendido” de forma permanente. En ese estado percibiremos todo como un peligro potencial, y estaremos siempre angustiados por el miedo que sentimos.
Para padecer ansiedad solo basta con no saber cómo afrontar una adversidad, como por ejemplo, sufrir problemas monetarios, tener una mala relación de pareja, o padecer una gran pérdida. Son experiencias que pueden hacer que nuestros niveles de estrés se vean seriamente aumentados, hasta llegar a niveles muy dañinos. Si sufrimos ese nivel alto de angustia durante un tiempo prolongado, llegaremos sin duda a padecer ansiedad, y con ella la aparición de sus síntomas.
Saber cómo tenemos que afrontar la ansiedad pasa por aprender qué son los ataques de pánico. Si comprendemos cómo este trastorno nos ataca, sabemos cómo debemos reaccionar. Al final debemos buscar toda la ayuda que nos sea posible reunir en la lucha contra la ansiedad, porque es un trastorno que nunca desaparecerá por si solo. Puede ser que haya momentos en los que la ansiedad puede estar silenciada, pero siempre acaba por aparecer, y lo hará cada vez con más fuerza. Es por ese motivo que debemos hacer todo lo posible por vencerla.
Qué son los ataques de pánico
Podríamos definir los ataques de pánico como un mecanismo de nuestro organismo para deshacerse de toda la tensión acumulada. Cuando los niveles de ansiedad son muy elevados, nuestro cuerpo y nuestra mente se tensan hasta unos límites muy nocivos. En ese punto nuestro organismo reacciona y se tensa hasta su punto máximo, para ir poco a poco destensándose y volviendo la normalidad.
Gracias a los ataques de pánico podemos deshacernos de toda la tensión y presión que hemos ido acumulando. Toda esa angustia puede hacer que nuestra mente y nuestro cuerpo se tensen hasta su límite, y es entonces cuando necesitamos rebajar toda esa tensión. En ese momento comenzaremos a sufrir los primeros síntomas de los ataques de pánico. Podemos llegar a sufrir, por ejemplo: opresión en el pecho, dolor mandibular, o sensación de ahogo, entre otra sintomatología.
Los síntomas y las sensaciones tan angustiosas que podemos llegar a sufrir durante los ataques de pánico, puede hacer que desarrollemos un miedo atroz a volver a sufrir dichos ataques y sus síntomas. La ansiedad se alimenta del miedo, y al final se convierte en el pez que se muerde la cola, porque ese miedo que sufrimos hará que aumente nuestra ansiedad, y ello nos lleve de nuevo a sufrir un ataque de pánico.
Síntomas de un ataque de pánico
Debemos entender que la ansiedad puede atacarnos de un modo diferente a cada persona. Hay quien padecerá unos ciertos síntomas, y hay otras personas que pueden sufrir otros muy distintos. Todo dependerá de nuestras características personales. Así que, a continuación repasaremos los síntomas más comunes de un ataque de pánico, y de ese modo podremos entender como nos puede afectar nuestra ansiedad. Y entre dichos síntomas podemos encontrar:
- Tensión mandibular.
- Opresión en el pecho.
- Sensación de ahogo, de que nos falta el aire.
- Taquicardias.
- Sudoración excesiva, palidez, mareos, y náuseas.
- Pensamientos catastrofistas, sensación de que algo terrible va a ocurrir.
- Incapacidad de pensar con claridad.
- Miedo a perder el control.
- Dolor muscular.
- Alteraciones digestivas.
- Dificultad para calmarse.
Estos son los síntomas más frecuentes, pero no son los únicos. Todo dependerá de como nos afecta nuestra ansiedad. Lo cierto es que la sintomatología propia de un ataque de pánico es realmente dolorosa tanto a nivel físico como a nivel psicológico, y es capaz de paralizarnos por completo. Por ese motivo debemos aprender como nos afecta nuestra ansiedad, para de ese modo desarrollar técnicas terapéuticas para reducirla y poder superarla.
Causas de un ataque de pánico
Cuando nos enfrentamos a una adversidad que nos podemos gestionar, nuestros niveles de estrés se elevarán sin control. La angustia y el miedo se apoderarán de nosotros. Padecer este estado tan estresante durante un tiempo prolongado, favorecerá la aparición de la ansiedad. Así, iremos acumulando más y más estrés, por tanto, generaremos una gran tensión interior. Y al final, cuando lleguemos a un límite de acumulación de tensión muy elevado, tendremos que deshacernos de ella, y solo lo lograremos mediante un ataque de pánico.
Saber qué son los ataques de pánico nos ayudará a entender el proceso de deshacernos de toda la tensión que hemos ido acumulando. En esos momentos críticos, donde la tensión ha llegado a su punto máximo, hará que todo nuestro organismo se tense. Comenzaremos a sufrir todos los síntomas de un ataque de pánico, y todo nuestro cuerpo y nuestra mente se tensarán de una forma muy intensa, hasta llegar su tope, para posteriormente irnos destensando y volver a la normalidad. Es un proceso realmente angustiante, pero necesario para desprendernos de toda esa angustia acumulada. Al final tenemos que aprender que los ataques de pánico son la causa de padecer una ansiedad patológica.
Así que, podemos afirmar que la causa de los ataques de pánico es la propia ansiedad. Cuando nuestros niveles de estrés sean muy elevados y lleguen a su punto máximo, esto hará que aparezcan dichos ataques, para de ese modo poder deshacernos de toda la tensión y la angustia que hemos acumulado. Si logramos controlar nuestra ansiedad, estos ataques de pánico irán remitiendo por completo.
Tratamiento para los ataques de pánico
La ansiedad es un trastorno que consigue confundirnos. En momentos de gran estrés aparece con toda su contundencia, llegándonos a paralizar por completo. Y después, hay momentos en los cuales se silencia. Es decir, es capaz de mantenerse en un estado latente hasta que vuelva a surgir alguna otra adversidad que la reactive. Por tanto, es esencial realizar un tratamiento psicológico continuado, hasta que podamos controlar los síntomas de la ansiedad, y de ese modo ir superándola.
En consecuencia, es imprescindible la intervención psicológica para poder tratarla de forma adecua y efectiva. Siento decirte que no existen atajos, ni medicaciones mágicas. La ansiedad no se cura, se afronta. Por tanto, es necesario afrontar todos nuestros miedos, y aprender a gestionarlos para poder vencer este trastorno, y eso solo se consigue mediante la terapia. Como complemento a la terapia podemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Actívate. Es muy importante que puedas hacer actividades que te permitan sentirte bien, y tener la mente despejada, como por ejemplo hacer deporte. Igual sería un buen momento para hacer todas aquellas cosas que te apasionaban antes de sufrir ansiedad.
- Organízate. Tener el día a día organizado, nos permitirá rebajar nuestros niveles de estrés. Deberías saber el tiempo y las actividades que vas a realizar, evitando hacer más de lo que puedes abarcar. Un día organizado nos permite tener una mente organizada.
- Descansa. Igual que tienes tiempo para hacer tus obligaciones, debes tener cada día un tiempo para descansar, y para ti. No puedes ni debes estar en todo momento en un modo activo. Debes respetar tus descansos.
- No te aísles. Relaciónate, e intenta salir de casa. Quizás sería el momento de explicarles a tus seres queridos que te ocurre, y como pueden ayudarte. Es importante que te abras emocionalmente, y dejes ayudar.
- Intenta relajarte. Para poder relajarte podrías probar con ejercicios básicos como la respiración diafragmática, o incluso puedes apostar por disciplinas como el taichi o el yoga. Es fundamental que puedas regular tus niveles de estrés.
Todas estas recomendaciones son muy efectivas, pero si quieres superar la ansiedad, debes apostar por la terapia. Gracias a una intervención psicológica continuada podrás tener las herramientas para afrontar tu ansiedad. Nadie debe vivir bajo el yugo del miedo, ni dejar que este trastorno consiga afectarnos en todos los ámbitos de su vida, y convertirnos en la sombra de quienes fuimos.
Cómo controlar un ataque de pánico
Cuando estamos expuestos a un gran nivel de estrés durante un tiempo prolongado, la ansiedad aparecerá mediante un ataque de pánico. Este tipo de ataques son repentinos, y suelen darse cuando estamos más relajados, y hemos bajado la guardia. Debemos comprender que si estamos en alerta nuestro organismo está preparado par actuar, pero cuando estamos relajados es cuando nuestra mente y nuestro cuerpo se puede deshacer de todo la tensión acumulada. Por tanto, es muy normal que suframos un ataque de pánico cuando estamos en una situación relajada.
Cuando nuestro organismo tiene que deshacerse de toda la tensión acumulada, comienza a tensarse, y comenzamos a sufrir los primeros síntomas, como puede ser la tensión mandíbula o la opresión en el pecho. En esos momentos nuestra mente se centra en ese dolor, y todo comienza a descontrolarse. Es importante saber cómo actuar en esos momentos cruciales para poder superar el ataque de pánico lo antes posible. Y para ello deberíamos seguir los siguientes pasos:
- Ponte cómodo. Ante los primeros síntomas debes sentarte o tumbarte. Tienes que estar en la posición que te sea más cómoda. Aprovecha esos primeros instantes para desabrocharte el cinturón o quitarte los zapatos si te aprietan. Si estás en un lugar público, busca un lugar donde puedes sentirte cómodo, y si estás acompañado, dile a esa persona que te pasa. Dile que necesitas silencio y tranquilidad.
- Céntrate en ti. Cierra tus ojos. Intenta centrar tus pensamientos en el hecho de que es algo momentáneo, y que todo pasará. No te pasa nada, ni te estás muriendo, aunque el pecho te duela y comiences a hiperventilar. Controla tus pensamientos, y dirígelos a cosas positivas.
- Respira. Es esencial que respires correctamente. Debes respirar de un modo pausado y controlado. Debes inspirar lentamente, y soltar el aire de un modo pausado. Esa clase de respiración te ayudará a relajarte.
- Hazte masajes. Puedes masajearte el pecho, te ayudará a reducir el dolor, y la sensación de opresión. No te va a ocurrir nada. Así que, sigue respirando y no pares de masajear la zona del pecho hasta que el dolor remita.
- Vuelve a la normalidad. Cuando toda la sintomatología remita y vuelvas a la normalidad, te sentirás cansado y exhausto. Es normal, te has desprendido de toda la tensión que has ido acumulando. Después de un ataque de pánico deberías descansar, y solo levántate cuando estés preparado. Tómate tu tiempo. No tengas prisa.
Recuerda que es importante saber qué son los ataques de pánico para poder superarlos. Y para conseguir que esta clase de crisis remitan debes tratar tu ansiedad. Cuando logres controlar tus niveles de ansiedad, y gestionar tus emociones, podrás superar este trastorno, y de ese modo dejar de sufrir esta clase de ataques. Se puede vivir sin ansiedad, solamente es necesario que apuestes por ti, y confíes en la terapia. Libérate de todos tus miedos, y de toda la angustia que te generan. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Deja una respuesta