Perder la confianza de una persona
Por mucho que lo intentemos evitar, todos cometemos fallos y errores. Caerse forma parte de la vida, y esas piedras siempre estarán en nuestro camino. Pero hay veces que cuando nos equivocamos, y hacemos cosas o decimos cosas negativas, puede hacer daño a los demás. Si dañamos a alguien, ello puede hacer que se rompa para siempre los lazos que nos podía unir a esa persona, y entonces comencemos a plantearnos cómo recuperar la confianza de una persona.
Tenemos que entender que todos somos imperfectos, y podemos actuar de un modo incorrecto, o quizás decir algo que pueda dañar a los demás. Las relaciones son complejas, y a veces podemos vernos tan abrumados por las circunstancias que podemos actuar o hablar sin pensar. En ese proceso, podemos dañar a alguien, incluso a personas muy cercanas y queridas. Es horrible saber que hemos dañado y decepcionado a una persona que puede ser tan importante para nosotros.
No hay nada más difícil de reparar como es la confianza de alguien. Cuando perdemos la confianza de alguien por nuestros errores o nuestros fallos, recuperarla es una tarea muy complicada. Supongamos que la confianza fuera una hoja de papel. Si esa hoja la doblamos y la hacemos una bola, una vez que queramos ponerla como antes, nos será imposible. Los pliegues y las arrugas harán que ya no sea la misma hoja. Lo mismo ocurre con la confianza. Ya nunca será lo mismo.
Podemos perder la confianza de alguien por mentirle, por serle infiel, por deslealtad, o por cualquier otra acción que atente contra esa persona. Cuando el daño está hecho, y nos sentimos arrepentidos por lo ocurrido, debemos buscar una solución al respecto. Reparar el daño deberá ser el objetivo principal en esos momentos, y tendrá que ser un acto de sinceridad y voluntad completa. En este artículo exploraremos cómo recuperar la confianza de una persona.
Cómo recuperar la confianza de una persona
Somos seres sociales, y relacionarnos forma parte de nuestra naturaleza más profunda. Todos necesitamos conectar con los demás, y construir vínculos firmes que nos permita sentirnos parte de alguien. Para que todos esos vínculos prosperen y se afiancen, se necesita de factores tan importantes como es la confianza. Confiar en la persona que está a nuestro lado es fundamental para sentirnos seguros. La desconfianza, por su parte, solamente hace que estemos en alerta, y veamos hostilidad en todas partes.
La confianza nos hace sentirnos seguros y queridos. Perder la confianza de alguien, o desconfiar de una persona, puede llevarnos a quedarnos en un estado permanente de alerta, y eso puede generarnos un cuadro ansioso. Además, puede afectarnos en nuestro estado de ánimo. No tener la confianza de una persona que queremos, puede hacer que no sintamos profundamente triste, y pueda dar lugar a la aparición de emociones tan negativas como el rencor, el miedo, o la ira. Y es algo que debemos evitar. Por todo ello, es esencial que aprendamos cómo recuperar la confianza de una persona.
Así que, para recuperar la confianza de una persona que hemos dañado, deberemos:
- Aceptar lo ocurrido. Una vez que no nos hemos comportado como es debido, y hemos dañado a alguien. Lo que debemos hacer en primer momento es aceptar nuestro mal comportamiento. Hemos actuado mal, y no podemos volver atrás. Lo que sí podemos conseguir es que no se repita más, e intentar reparar todo el daño que le hemos causado a esa persona.
- Reflexionar acerca del daño. Tenemos que llegar a ser conscientes del daño que le hemos podido ocasionar a la otra persona. Es importante tener un conocimiento de ese dolor y ese sufrimiento, y sobre todo ponernos en su lugar. Entender el daño que hemos ocasionado es esencial para saber como podemos repararlo.
- Valora lo que sientes. En esos malos momentos, en los cuales hemos perdido la confianza de esa persona querida, podemos llegar a sufrir un huracán de emociones, como pueden ser la tristeza, el miedo o la angustia. Es totalmente imprescindible que escuchemos a todas esas emociones. Conocer lo que sentimos, nos ayudará a comprender todo lo que ha sucedido, y el daño que le hemos hecho a esa persona tan querida.
- Intentar reparar el daño causado. Una vez que entendamos completamente el daño que le hemos causado a esa persona tan crucial para nosotros, debemos intentar reparar todo ese sufrimiento y dolor que le hemos generado con nuestra conducta. Lo esencial es hacer un ejercicio de sinceridad y pedirle perdón. Es lo único que podemos hacer en esos momentos, ya que no podemos volver al pasado, ni cambiar lo sucedido. Así que, tenemos que esperar si esa persona acepta o no, nuestro perdón.
Qué hacer si no acepta nuestro perdón
Está claro que todos somos responsables de nuestros actos y nuestras palabras. A veces podemos caer en algún error y hacer daño a alguien. Normalmente, solemos herir a las personas más queridas y cercanas. Y en ese momento, solamente nos queda aceptar nuestro error, e intentar subsanar todo el daño que hemos podido hacer. El perdón es el camino, pero puede darse la circunstancia de que la otra persona no nos quiera perdonar. ¿Y qué hacer en estos casos?
Cuando la persona que hemos herido no nos quiere perdonar, no podemos hacer nada. No podemos obligarle a que lo haga. Simplemente, nos queda la oportunidad de aprender de ese error que hemos cometido, y perdonarnos a nosotros mismos. Debemos evitar caer en la culpa, y fustigarnos en todo momento. Nadie es perfecto, y todos metemos la pata en un momento u otro. Así que, si hacemos daño a alguien, lo importante es identificar nuestro fallo, arrepentirnos e intentar repara todo ese sufrimiento que hemos ocasionado. Es todo lo que podemos controlar. Lo que haga la otra persona con nuestro perdón, es algo que, por mucho que queramos, jamás tendremos el control. Céntrate en el perdón, y en perdonarte en ti mismo. Acepta tus fallos, y saca de ellos valiosas lecciones.
Si notas que no eres capaz de superar esos errores, y te estás sumergiendo en un profundo abismo emocional por ello, te sientes culpable, y no sabes cómo gestionar lo ocurrido, busca ayuda profesional. Es fundamental que te sientas bien, y no centres en todo lo malo que te ha aportado esa experiencia. Como ya he dicho, podemos obtener un aprendizaje de todos nuestros errores. No dejes que un error determina toda tu vida. No vale la pena. Libérate de esa carga mediante la terapia. Apuesta por ti. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
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