El daño que hace la vergüenza
Todos nos hemos sentido apabullados en alguna situación donde estamos quedamos expuestos a los demás, como puede ser el hecho de hablar en público, o por ejemplo exponer nuestras ideas en un grupo de amigos. Todo lo que sea exponernos puede suponer para ciertas personas un auténtico infierno. En estos casos es esencial aprender cómo superar la vergüenza, ya que es necesario vencer nuestros miedos, porque una vida subyugada a los miedos nunca es vida.
La vergüenza es una emoción totalmente paralizante. Todos nos tenemos que exponer a los demás en cierta medida porque somos seres sociales, y en algún momento tenemos que abrirnos a ese mundo que nos rodea y enseñar quienes somos. Normalmente si somos tímidos, intentamos afrontar ese miedo, y al final conseguimos ganar esa confianza perdida, pero hay quien es incapaz de controlar esas inseguridades y ese miedo. Es entonces cuando la vergüenza se convierte en un auténtico problema.
Hay que tener claro que quien sufre ese tipo de vergüenza incontrolable sufre demasiado. Sabe que sus miedos e inseguridades se han adueñado de él, pero no puede hacer nada para remediarlo. Tampoco suelen pedir ayuda psicológica, y al final no saber cómo superar la vergüenza hace que se aíslen y que no puedan tener una vida social sana ni constructiva, llevándoles a padecer un gran sufrimiento.
El miedo siempre nos hace sus prisioneros. Cuando tenemos que exponernos a los demás es cuando la vergüenza hace estragos. Hace que nos aislemos y que evitemos comunicarnos con los demás, y lo más grave: nos impide ser nosotros mismos. Tener ese tipo de miedos nos paraliza por completo, y hace que nuestra vida se vea limitada. Por todo ello es imprescindible saber como superar la vergüenza.
Las secuelas psicológicas
Todos hemos sentido vergüenza alguna vez en nuestras vidas. Normalmente solemos padecerla cuando nos exponemos con personas que no conocemos, o con quien no tenemos suficiente confianza. Pero a medida que vamos conociendo a esas personas, vamos ganando seguridad. Al final solemos afrontar nuestros miedos. Pero quien sufre vergüenza patológica es incapaz de controlar ese miedo, y acaba por evitar toda situación donde debe exponerse a los demás.
La vergüenza es propio de las personalidades más tímidas, pero es algo que se debe afrontar para así tener unas relaciones sanas y constructivas con los demás. No debemos dejarnos vapulear por este tipo de emociones. Para ello es importante ganar en seguridad, y tener una autoestima alta. De ese modo podemos afrontar mejor el miedo a ser juzgados cuando nos abrimos a los demás. Porque al final quien siente una vergüenza patológica tiene un miedo atroz a ser juzgado porque al exponernos podemos dejar ver nuestros defectos, y eso aterra de forma implacable a quien sufre este tipo de vergüenza.
Aparte de afectar a nuestra autoestima la vergüenza es capaz de elevar nuestros niveles de ansiedad. Estar pendientes de adivinar qué piensan los demás de nosotros, y si estamos a la altura de las expectativas de las personas que nos rodea, puede hacer que suframos una gran tensión que haga que nuestra ansiedad se haga terriblemente fuerte, padeciendo sus síntomas.
Padecer una vergüenza que no sepamos controlar también nos afectará a nuestro estado de ánimo. Sentir que no somos capaces de poder ser nosotros mismos, y vernos paralizados por el miedo puede hacer que caigamos en una profunda tristeza, pudiendo dar paso a un cuadro depresivo. La depresión puede ser agravada por un sentimiento de vergüenza que nos controle y nos impida vivir plenamente.
Por último añadir que dejar que una emoción como la vergüenza nos domine, puede dar paso a otro tipo de emociones tan dañinas como esta, como puede ser la tristeza, el miedo, o el resentimiento. Debemos aprender que las emociones siempre aparecen para decirnos algo. En este caso, nos dicta que la vergüenza que podamos padecer es un indicador de que tenemos que mejorar algunas cosas de nosotros mismos, como es la autoestima. Así que, debemos aprender a afrontar cualquier emoción que padezcamos.
Cómo superar la vergüenza
Para superar la vergüenza podemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Acéptate y quiérete. Para superar la vergüenza lo primero que debemos aprender es a querernos tal y como somos. Tenemos que aceptar todo lo bueno que hay en nosotros, y también nuestros defectos. Todo forma parte de aquello que somos. Es importante valorarnos para que nos deje de importar lo que los demás puedan llegar a pensar de nosotros mismos.
- No seas tan exigente. Nadie es perfecto, ni tú tampoco. Así que deja de exigirte tanto, acepta todo lo que eres, y no te presiones, lo único que conseguirás es bloquearte y paralizarte.
- Deja de juzgarte. Podemos experimentar un gran temor a las opiniones y juicios que puedan hacer los demás acerca de nosotros, y eso es porque nosotros nos juzgamos antes, y podemos llegar a ser terriblemente duros con nosotros mismos. Debemos dejar de juzgarnos, y mucho menos de esa forma tan dura.
- Mejora como te hablas. Sé amable contigo mismo. Háblate con el mismo respeto y consideración que hablas a los demás. Si somos amables con nosotros mismos, no nos importará lo que pueda opinar el resto de personas.
- Busca ayuda profesional. Si no puedes gestionar emociones tan dañinas como la vergüenza, busca ayuda psicológica. La terapia te dará las herramientas que necesitas para afrontar y vencer la vergüenza que puedes llegar a padecer.
Al final somos nosotros mismos quienes tenemos que vencer la vergüenza que podemos llegar a sentir en ciertos momentos. Si no podemos gestionar esos miedos, y llegan a paralizarnos por completo, debemos buscar ayuda profesional. No podemos permitir que aquello que tememos se adueñe de nosotros. Así que deja de mirar hacia otro lado, y busca la ayuda que necesitas. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online