Depredadores emocionales. Amores que atan.

Depredadores emocionales

Los depredadores emocionales, una vez buscada una víctima con unas características bien definidas, son capaces de llevar a cabo su destrucción emocional de forma de lo más natural posible. Sus actos depredadores se convierten en una técnica cotidiana capaz de destruir totalmente a la persona que cae presa de ellos.

Mediante un proceso de acoso moral o maltrato psicológico, los depredadores emocionales son capaces de controlar a los demás, y de ese modo tan lamentable, conseguir sus objetivos y metas emocionales. Disfrutan sometiendo a los demás. Les hace sentir poderosos y superiores.

Este tipo de personalidades podemos encontrarlas en todos los ambientes posibles. Podemos encontrar a un depredador emocional en la familia, en la pareja, en el trabajo, en el grupo de amigos, etc. Es una persona capaz de camuflarse en todo ambiente, y aguardar agazapado a encontrar una víctima que pueda manipular, acosar y maltratar. Son personas enfermas que destruyen a todo quienes estén a su lado, y se lo permitan. Por ese motivo es importante reconocerlos y saber cómo actuar ante ellos.

Caer en sus trampas es muy sencillo. No importa que inteligentes y emocionalmente estables seamos. Los depredadores emocionales son capaces poco a poco de destruir todo lo que somos. Y ese daño es posteriormente muy difícil de tratar.

Características de los depredadores emocionales

El depredador emocional puede serlo a cualquier edad, ya que es una forma de ser. No importa ni su estatus social, su cultura o su sexo. Son personas que nacen con esa predisposición, y los factores ambientales han potenciado su modo de actuar y someter a los demás.

Suelen caracterizarse por pasar desapercibidos. No destacan por nada, y eso les hace más difícil ser detectados por los demás. Son personas materialistas, son un marcado egocentrismo, y un profundo narcisismo.

Son personas con un gran nivel de ansiedad, y lo único que les aplaca ese estado nervioso es el control. Por ese motivo solamente se sentirá bien en los entornos y ambientes conocidos. Además, solamente podrá sentirse confortable con las personas que ya conoce. Son personalidades muy rígidas a la hora de experimentar nuevas experiencias, ambientes o conocer a otras personas. Necesitan tenerlo todo controlado. Por ese motivo necesitan controlar a los demás, y no dudará en emplear las técnicas que hagan falta para conseguir sus objetivos.

Cuando los depredadores emocionales son niños, suelen ser del típico niño que tira la piedra y esconde la mano. Nunca buscará enfrentamientos directos, y utilizará a alguien cuya personalidad sea más pasiva, para que se enfrenten por ellos. En la adolescencia se caracterizan por una gran frialdad. Tendrá muy pocos amigos, y serán aquellos que ha conseguido manipularlos.

En la edad adulta, cuando todos tenemos más recursos para enfrentarnos a los problemas diarios, los depredadores emocionales seguirán actuando como cuando eran niños. No tiene capacidad ni recursos emocionales para afrontar los problemas típicos de la edad adulta. Su modo de actuar seguirá siendo la manipulación y el maltrato para conseguir la seguridad que necesita.

Víctimas de los depredadores emocionales

Los depredadores emocionales siempre buscan un perfil determinado de víctima. Estas suelen ser personas bondadosas, generosas, y optimistas. Son personas sumamente agradables y empáticas. Suelen ponerse siempre en el lugar de los demás. Son características que el depredador emocional quisiera par sí mismo, pero es incapaz. Por ese motivo las somete, necesitan absorber todo lo bueno de los demás para sentirse bien.

Es tal la manipulación que reciben, que las víctimas pueden verse como cómplices de los actos nocivos que realiza el depredador emocional. Todo ello es debido a que están tan sometidas que son capaces de enfrentarse a los demás en nombre del propio depredador. Las víctimas dejan de ser ellas mismas para convertirse en un apéndice de su maltratador.

Tendemos a pensar que las víctimas lo son por su debilidad o por sus carencias, pero no es así. Los depredadores buscan víctimas que puedan controlar, y esas personas siempre son personas bondadosas que buscan ayudar al prójimo. Las víctimas se caracterizan fundamentalmente por su bondad, incapaces de pensar que pueda haber alguien que quiera hacerle mal y manipularlas.

Si las víctimas llegan a descubrir la manipulación, son capaces de perdonar y comprender el porqué. Por ese motivo, el depredador emocional seguirá actuando de igual modo, siempre que sus víctimas les dejen hacerlo.

Cómo identificar a los depredadores emocionales

Al igual que ocurre en la naturaleza, todo ser vivo se alimenta de otros seres más apetitosos. Por ejemplo, un carnívoro atrapará y comerá otros animales, o un herbívoro comerá la hierba más jugosa. Pues el depredador emocional se comporta de igual modo. Atrapa a su presa si está reúne las características emocionales que tanto le aportan, como es la bondad, la amabilidad o el carisma.

Los depredadores emocionales consumen la energía que sus víctimas le ofrecen. Para ello no dudarán en manipular y acosar a su presa para conseguir que se someta a sus voluntades, y alcanzar todo lo que anhela.

Estos abusos emocionales siempre se dan en entornos cercanos, como puede ser la familia, la pareja, amistades o trabajo. Cuando mejor conozca a su víctima, más ventaja tendrá el depredador a la hora de manipularla. Por ese motivo, todas las víctimas de esta clase de acosadores son personas cercanas.

Podrás descubrir a un depredador emocional, cuando intente someter a los demás, ya sean mediante críticas, violencia, o acoso. Sus mensajes siempre estarán encaminados en minar la autoestima de su víctima, como por ejemplo, recordarle siempre sus errores y jamás hablar de todas sus virtudes. Jugarán siempre con sus emociones para que las víctimas sean incapaces de reflexionar lo que está ocurriendo y se hundan cada vez más.

Para conseguir que su víctima se someta, solamente necesita tiempo y cercanía. Necesita de víctimas que ya conozca y formen parte de su entorno. Y necesita tiempo para poder acabar con la autoestima de su víctima y someterla a sus voluntades. Evitarán siempre una disputa directa. Huirán de ella. Si hay algo que le molesta, se lo guardarán para poder echarlo en cara, y utilizarlo en la ocasión que vea más apropiada.

Un depredador emocional empezará con buenos métodos. Te irá enredando poco a poco con muy buenas maneras. Poco a poco irá aislándote. Solamente te quiere para él. Y una vez no tengas ningún apoyo, te destruirá con sus críticas, sus manipulaciones y su acoso. Acabará con tu autoestima, y te verás sometida a su voluntad. Hará que siempre te sientas en deuda con él, y aprovechará tu sentimiento de culpa para aprovecharse de ti. Eres la herramienta que necesita para conseguir todo aquello que quiera.

Cómo identificar las tácticas del depredador emocional

La primera táctica que usará siempre un depredador emocional es crear un sentimiento de culpa a su víctima, así como hacerla responsable de todo lo malo que le sucede, y de los conflictos que ambos puedan tener.

Al principio su posición será de una supuesta tolerancia, que poco a poco irá abandonando con tal de culpabilizar a su víctima. Esta se sentirá siempre en deuda con su acosador. Todo ello se consigue mermando la autoestima de la persona que sufre ese tipo de maltrato emocional. Los depredadores emocionales utilizarán siempre cualquier fallo o error de sus víctimas para usarlos en su contra.

La violencia física y/o verbal solamente la hará práctica cuando la víctima se niegue a caer en la trampa, y sucumbir a los deseos del depredador emocional. La violencia será una herramienta a utilizar en caso de necesidad. Es decir, cuando las palabras no surjan su efecto, los depredadores emocionales se convertirán en verdaderas bestias capaces de someter mediante la violencia a sus víctimas.

Cómo saber si somos víctimas de un depredador emocional

Toda víctima de un depredador emocional, puede estar durante mucho tiempo sin darse cuenta que está sometida a una manipulación tan nociva. A veces este descubrimiento no se da hasta que la víctima está destrozada emocional y psicológicamente, dejando de ser la persona que antes era.

Para que podamos saber si somos víctimas de este tipo de personas, ya sean éstas amigos, nuestra pareja o algún familiar, es preciso que reflexionemos acerca de las siguientes preguntas:

  • ¿Has perdido contacto con tus seres queridos? ¿Crees que puedes sentirte aislado? ¿No tienes libertad para relacionarte con amigos y familia?
  • ¿Crees haber perdido tu modo de pensar o tus valores? ¿Sientes que has cambiado? ¿Puedes expresarte libremente al lado de esa persona? ¿Tienes miedo a cometer errores?
  • ¿Te sientes a menudo culpable? ¿Te sientes valorada? ¿Te valoras?

Si te sientes aislado, y no tienes ninguna relación con tus seres queridos. Has cambiado de valores y de modo de pensar, temes poder expresarte por miedo a los juicios de cierta persona, y tienen un concepto negativo sobre ti mismo, quizás estés sufriendo los ataques de un depredador emocional.

Cómo liberarte de un depredador emocional

Escapar de un depredador emocional jamás es sencillo. Cuando la víctima es consciente de todo lo ocurrido, el daño es tan inmenso que es incapaz de actuar sin ayuda, ya que el miedo, la inseguridad y la culpa está instalada en su interior.

Las personas que ha sido víctima de estos depredadores emocionales ya no son las mismas. Todo lo que han sido se fue. Por tanto, hay que reestructurar sus pensamientos y sus emociones. Es un proceso lento en la que la ayuda profesional es imprescindible.

El primer paso para liberarse de ese poderoso yugo es ser conscientes de todo lo que ha pasado. Es decir, aceptar lo ocurrido y evitar a toda costa que vuelva a ocurrir algo parecido. Todo queda entonces en una decisión: alejarse de la persona que tanto le hizo daño, y reponerse de las heridas.

Las víctimas tienen que llegar a ser capaces de liberarse de toda la culpabilidad y remordimientos para poder recomponerse. Para todo ello es necesario, como ya he citado anteriormente, buscar ayuda profesional. Nadie puede salir de algo así por sí mismo. Las víctimas acumulan tal grado de sufrimiento que debe ser tratado adecuadamente.

También es fundamental buscar apoyo social y familiar. No hay nada mejor que rodearse de las personas que más te quieren. Son nuestra tabla de salvación. Y sobre todo debe enseñar a los demás cómo le pueden ayudar. De ese modo obtendrá la ayuda y el apoyo que necesita.

A veces se verá necesario la intervención de la propia justicia. Es muy difícil demostrar el maltrato psicológico o emocional, pero si se puede optar por medidas que permitan que los depredadores estén alejados de sus víctimas. Ello es importante para salvaguardar el bienestar de las víctimas y que puedan sanarse adecuadamente.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Scroll al inicio