Depresión posparto
El nacimiento de un hijo viene siempre acompañado por un inmenso sentimiento de alegría y felicidad. En algunas madres, y en menor medida en algunos padres, el nacimiento de un hijo viene acompañado por sentimientos de tristeza y melancolía. ¿Por qué sucede esto? En este artículo trataremos la depresión posparto.
Para la mayoría de las madres describen el nacimiento de sus hijos como el momento de mayor felicidad y plenitud en sus vidas. Pero existen casos que después del nacimiento se producen cambios de humor, la aparición de una irrefrenable tristeza, y una sensación de profundo vacío. Estos sentimientos van apareciendo con el paso de los días, y se van haciendo cada vez más intensos. Cuando esto ocurre, la madre del recién nacido puede estar sufriendo la tan temida depresión posparto.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto, conocida también por depresión posnatal o DPP, es un tipo de depresión que afecta mayormente a mujeres, dándose sus primeros síntomas tras el nacimiento de un hijo. Se caracteriza por un llanto injustificado, irritabilidad, y sentimientos de tristeza. Aunque las causas se desconocen, todo apunta a que se debe a un cambio hormonal que impide a quien la sufre a abordar los cambios tan extraordinarios de su vida.
Dentro de la depresión posparto podemos distinguir entre la Depresión Posparto Leve y la Depresión Mayor Posparto. La primera la sufren el 80 % de los casos. Suele tener su comienzo en los primeros días del nacimiento del niño, y su duración es de apenas dos semanas aproximadamente. La segunda, tiene una incidencia menor, pero perdura más en el tiempo. Se manifiesta entre el final del primer mes después del parto y la semana treinta.
Síntomas de la depresión posparto
Los síntomas pueden variar según cada caso. A continuación describiremos los más comunes:
- Tristeza: es el síntoma más frecuente. La madre llega a experimentar sentimientos de infelicidad, de dolor anímico, de insatisfacción, y necesidad de llanto.
- Cansancio: este tipo de depresión hace que la persona que la sufre llegue a sentir un gran agotamiento, que llega incluso a impedir hacer las tareas diarias y de cuidados del bebé.
- Irritabilidad: pueden darse sentimientos asociados a la rabia y a la ira. Esos sentimientos están habitualmente dirigidos hacia la pareja, familiares, e incluso con el bebé.
- Trastornos del sueño: tener un bebé implica despertarse en los primeros meses cada tres o cuatro horas por la noche, ya que tiene que comer. Esto rompe el ciclo normal de sueño, reduciendo nuestras horas de sueño y la calidad del mismo. Esta situación afecta a la actividad diaria debido a la somnolencia, el cansancio y la falta de energía.
- Aislamiento: uno de los síntomas principales de la depresión postparto es la necesidad de aislarse y evitar todo el contacto con los demás.
- Desorden alimentario: se produce alteraciones en la cantidad y calidad de las ingestas. Pueden existir episodios de falta de apetito, y otros episodios de ingesta nerviosa compulsiva.
- Ansiedad: con la llegada del bebé y la atención de sus necesidades eleva los niveles de ansiedad de la madre. Aparecen miedos y sensación de inseguridad. Puede aparecer pensamientos relacionados con la muerte e ideas de autolisis.
- Pensamientos obsesivos: se da una preocupación excesiva por la alimentación, el cuidado y la salud del bebé.
- Problemas de concentración: la fatiga, el cansancio y la falta de sueño llegan a provocar problemas asociados con la memoria y la concentración.
- Incapacidad de crear vínculos con el bebé: el estado anímico de la madre dificulta que pueda llegar a consolidar un vínculo afectivo con su bebé, ya que le culpara a este de su estado psicológico y emocional.
- Culpabilidad: es un síntoma muy común. Las personas que sufren de depresión postparto se culpabilizan de sentirse así y de no poder tener un vínculo afectivo con su propio hijo. Tendrán la idea recurrente de ser pésimas madres.
- Problemas de pareja: en este proceso, es normal que la relación de pareja se vea mermada, y pasa a ser algo irrelevante. Las pocas energías de la madre que sufre este tipo de depresión estará destina al cuidado del bebé.
- Falta de autocuidado: como en las demás depresiones, la imagen, el cuidado y la higiene corporal se deja a un lado. La falta de tiempo y energías aboca al autocuidado a un segundo plano.
Consejos para afrontar esta situación
Es importante que cuando se tenga la mínima sospecha que estemos sufriendo una depresión de este tipo, o si alguien de nuestro entorno puede padecerla, buscar ayuda profesional. De este modo, podremos evitar que la depresión se haga más y más grave.
- Expresa tus emociones: siempre comunica lo que sientes. Expresa tanto las emociones positivas como negativas. Verbalizar todo lo que nos ocurre en nuestro interior nos ayudará a superar cualquier bache emocional.
- Ten hábitos saludables: aliméntate bien. Duerme todo lo que puedas. Haz ejercicio. Sal de casa. Y sobre todo haz todo lo que te ayude a levantar tu ánimo.
- Busca ayuda: no tienes que ser una “super madre”. Todos necesitamos ayuda. Pídela. Que la crianza y los cuidados del bebé sea algo compartido por tu pareja y por tu familia.
- Saca tiempo para ti: encuéntrate y haz aquello que te gusta. Busca un tiempo solamente para ti, para que puedas despejarte y recargar energías.
- Déjate acompañar: permite que los demás estén a tu lado en todo este proceso. Déjate mimar por los demás. Disfruta de nuevo de tu pareja, de tus amigos y de tu familia. Estarán siempre ahí para ti.
- Comparte tus experiencias con otras madres: con ello podrás comprobar que el cuidado de un bebé puede llegar a ser muy extenuante. Es positivo compartir esas experiencias con madres más veteranas. Podrán aconsejarte.
- Acepta la tristeza: si te sientes triste, acéptalo, no pasa nada. Son emociones que tenemos que experimentar. No te desanimes. Todo pasará.
- Descansa todo lo posible: quizás por las noches deberías alternar los cuidados del bebé con tu pareja, y descansar más. Aprovecha durante el día para encontrar momentos en los que puedas dormir un poco.
- No te compares: cada niño es un mundo y cada madre también lo es. La comparación es el primer paso para la frustración. Nadie es perfecto. Así que céntrate en ti y en tu bebé. Cada persona tiene sus propias necesidades.
- Aprende a decir No: el bebé y tú sois la prioridad. No tengas que hacer nada por compromiso, como por ejemplo atender visitas indeseadas, etc. Solo tienes que atenderte a ti misma y a tu bebé.
- No te obsesiones por la limpieza del hogar: tendrás menos tiempo para mantener la casa ordenada y limpia. No te obsesiones. Puedes hacer las tareas a tu ritmo, no te autoexijas demasiado. Si eres incapaz de ponerte a ello, pide ayuda. Siempre habrá alguien que te ayude en la limpieza de tu hogar.
Estos son algunos consejos que pueden ayudarte a afrontar mejor la depresión posparto. Si compruebas que los síntomas y su intensidad persisten en el tiempo, deberías plantearte buscar ayuda profesional que te ayuda a gestionar todo lo que estás sufriendo.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
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