El duelo confuso: ¿Mi pareja me ha dejado?
Hay veces que una ruptura de pareja no es asimilada por una de las partes. La persona que no veía venir que su pareja la dejara, no es capaz de aceptar que su relación se ha roto, llevándole a un estado de profunda confusión y tristeza. Si una ruptura de ese tipo es realmente dolorosa, lo es aún más cuando se produce sin darnos cuenta, ya que eso nos dificulta gestionar lo ocurrido, quedándonos en una incertidumbre permanente debido a que no sabemos si realmente nuestra relación se ha roto o no. Es el denominado duelo confuso.
Existen rupturas de relaciones en las que una de las partes desconocía que había problemas, o que la otra persona había dejado de querer seguir con esa relación. Es muy traumático encontrarse de sopetón con una ruptura que no preveíamos. La mente es capaz de negar lo ocurrido con tal de dejar de sufrir, y no aceptar que nuestra pareja se ha marcado para siempre nunca es fácil, y más aún cuando lo ha hecho sin más, sin explicaciones y sin un problema visible que pudiera predecir esa ruptura.
Tenemos que comprender que cada persona tiene sus propios sentimientos y tiempos. Hay veces que esos sentimientos se comparten con otra persona, pero hay veces que simplemente desaparecen, y es entonces cuando no tiene ningún sentido seguir con esa relación que no nos aporta nada. Pero en estos casos es que la otra persona sigue sintiendo lo mismo por nosotros, y romper la relación sin más explicaciones que dejar de sentir ese amor que sentíamos por esa persona, hace que la otra persona se quede en un estado de shock que no puede ni sabe gestionar.
No querer aceptar lo ocurrido y tampoco asimilar la realidad son las premisas principales en las que se basa el duelo confuso. También cabe decir que en ello influye el hecho de que la persona que ha roto la relación, no ha dado explicaciones, o no las suficientes para que la otra parte pueda afrontar la pérdida de un definitivo. No saber las motivaciones de la otra persona nos puede llevar a estar confusos, a sentirnos engañados, y a no saber cómo podemos asimilar ese profundo. Un duelo que no puede producirse por el motivo que sea, llevará a la persona que está implicada a sufrir un gran dolor y una profunda desesperanza.
¿De verdad mi pareja me ha dejado?
Cuando una pareja no funciona y la relación se va deteriorando, se puede llegar a predecir la ruptura. Pero existe ocasiones que una de las partes se van sin más. Sin dar explicaciones. Eso supone para la otra parte de la relación una gran consternación, ya que eso le coge por sorpresa. Y cuado algo nos ocurre sin darnos tiempo a asimilarlo se convierte en un hecho traumático, que generará unas heridas muy profundas en el alma.
Todos necesitamos asimilar nuestras pérdidas para poder superarlo, y de ese modo seguir con nuestras vidas. Cuando se nos niega poder aceptar nuestra pérdida, ello se convierte en un duelo confuso donde no sabemos cómo gestionar lo ocurrido, ni aceptar la pérdida, porque no llegamos a asimilarla como real, porque la otra parte no nos ha dejado, simplemente se ha ido sin más. Eso nos generará un gran sufrimiento y dolor.
En estos casos, como nadie ha cortado formalmente con la otra parte, esta siente que todo es alguna confusión, y que incluso se va a solucionar en breve. Pero esto no ocurre, agrandando más el sufrimiento que ya padece esa persona. Hay veces que la persona que ha sido abandonada puede perseguir a su expareja para intentar que vuelva a su lado, creándose una gran dependencia emocional. El duelo confuso puede llegar a destruir emocionalmente a quien lo sufre, porque nunca será capaz de aceptar su pérdida y seguir con su vida, quedándose atrapada en un gran sufrimiento, y en una profunda tristeza.
Causas del duelo confuso
Este tipo de duelo tiene como principal causa el hecho de no asimilar la pérdida, porque la persona que lo padece no ha entendido el porqué de esa ruptura, y es incapaz de poder gestionar ese dolor. Normalmente, ocurre en relaciones donde la parte que ha sido dejada o abandonada no se ha dado cuenta del deterioro de la relación, o del cambio de actitud de su pareja, o quizás no ha querido verlo porque era demasiado doloroso para ella. Esto puede llevar a una persona a quedarse en un estado de total confusión, sin saber qué hacer ni como afrontar esa situación.
Es cierto de igual modo que hay casos que la persona que rompe su relación, ha ocultado sus nuevos sentimientos, o no ha aclarado sus intenciones. Esto suele ocurrir cuando hay terceras personas, y se intenta ocultar a la pareja esa nueva relación, y solo es capaz de hacerlo cuando decide romper esa relación para irse con esa nueva persona.
Ya sea porque la relación esté muy deteriorada y la persona no haya querido verlo, o el hecho de que la otra persona haya conocido a alguien de quien se ha enamorado, la ruptura en estos casos le coge tan de sorpresa que no será capaz de aceptar lo ocurrido, e irlo asimilándolo lentamente. Simplemente se queda en un estado de desconcierto y angustia que acabará por generar una serie de secuelas como veremos a continuación.
Secuelas psicológicas del duelo confuso
El duelo confuso puede generar unas secuelas muy serias en las personas que lo padece. Lo primero que debemos reseñar es la afectación del estado de ánimo. Ver cómo la persona amada se aleja de nosotros, y no sabemos ni siquiera el porqué, puede hacer que caigamos en una tristeza muy profunda. Los cuadros depresivos en un proceso de duelo anormal es muy común.
La ansiedad es una de las secuelas más persistentes de este tipo de duelo. Gestionar esa angustia tan severa que nos produce el hecho de no saber qué ha ocurrido, y si podemos solucionarlo. Esa angustia se convierte en estrés cuando se prolonga en el tiempo, y ello da paso irremediablemente a la temida ansiedad. Los ataques de pánico son muy frecuentes en las personas que han sufrido esta clase de duelo.
Tener un proceso de duelo alterado puede dar paso a emociones tan nocivas para nosotros como la rabia, la ira, o la desesperanza. Verse envuelto en una situación que nos supera, y no sabemos como gestionar emocionalmente, puede hacer que nos veamos atrapados por emociones y sentimientos capaces de destruirnos psicológicamente por completo. Por ese motivo, debemos tener cuidado con nuestro estado emocional en estos casos.
Volverse inseguro y percibirse de un modo negativo es una de las secuelas más comunes de este tipo de duelo. Es frecuente percibirnos como personas no dignas o poco importantes cuando la persona que amábamos nos ha rechazado. La autoestima baja es una secuela muy dañina de los procesos de duelo de este tipo. No hay nada peor que convertirnos en nuestros peores enemigos.
Cómo tener un proceso de duelo normal
Las rupturas tan repentinas necesitan de una capacidad de asimilación mayor de la que todos tenemos. Este tipo de rupturas sentimentales son realmente traumáticas, dejando a la persona abandonada o dejada, en un estado de desconcierto y confusión de la que es incapaz de salir o gestionar por ella misma. En estos casos es importante la intervención psicológica. Por tanto, si estás sufriendo un proceso de duelo anormal como en estos casos, te aconsejo que busques ayuda psicológica lo antes posible. La terapia nos ayudará a aceptar lo ocurrido y a superar nuestra pérdida.
Si intentamos solucionarlo por nuestra cuenta, o miramos hacia otro lado, seguramente desarrollaremos una serie de secuelas que complicarán aún más nuestro estado psicológico y emocional. Es importante tener ayuda profesional y tener el apoyo de nuestros seres queridos. Sentirse arropado es esencial para poder afrontar esa pérdida que tanto daño nos ha hecho.
Intentar recuperar a la persona amada, solo nos llevará a un mayor sufrimiento. Quien se ha ido de nuestro lado lo ha hecho libremente, e intentar retener a nuestro lado a una persona que se quiere ir, solo nos causará más dolor. De ese modo debemos aprender que el amor es libre, y a quien quiere irse debemos abrirle la puerta. No hay más.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online