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Qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Por Daniel Molina Deja un comentario

Qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Asumir qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Afrontar una pérdida es un hecho extremadamente difícil de encajar, y de gestionar. Nadie está preparado para perder a un ser querido, ni aunque ya supiéramos que esa pérdida era irremediable. Al perder a alguien a quien queremos y amamos, nos enfrentamos a dos grandes dolores. El primer dolor que sufrimos es por la misma pérdida, y el segundo es por enfrentarnos a una vida sin esa persona. Cuando perdemos a alguien, se produce un vacío en nuestras vidas, que jamás podremos rellenar. En este artículo, nos centraremos en qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres. Es decir, me centraré en lo que todos perdemos o perderemos cuando nuestra madre y nuestro padre falten.

La verdad es que no importa si nuestra relación con nuestros padres fue buena, o por el contrario, fue terrible. O quizás inexistente. Pero cuando ambos progenitores fallecen, nos vemos sumergidos en una vorágine de emociones y sentimientos que debemos saber gestionar. Si no somos capaces de aceptar lo ocurrido de un modo constructivo, la conmoción que sentiremos nos puede llevar a sufrir ciertos trastornos, y vernos atrapados en un profundo e intenso dolor, del cual no podremos escapar.

Para entender qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres, tenemos que comprender que ellos siempre han sido una guía, un apoyo, y en definitiva, una luz en el horizonte que nos ayudaba a seguir adelante. Aunque nuestra relación con ellos fuera mala. Ante tal pérdida debemos reconstruir nuestro mundo, y resituarnos en él. Aprender a caminar solos en algo que tenemos que hacer sí o sí en esos momentos. Al final, si cuando somos pequeños aprendemos a andar, cuando nos quedamos sin nuestros padres, tenemos que aprender a caminar. Y eso es una realidad, lo queramos o no.

Qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Cuando nuestros padres fallecen, inevitablemente cambia todo lo que somos. Es decir, en ese preciso momento en el cual nuestros padres no están a nuestro lado, todo lo que somos se transforma. No importa lo más mínimo tu experiencia, ni tu madurez emocional, ni tu edad biológica. Al perder a nuestra madre y a nuestro padre, todo aquello que somos cambia para siempre, y no podemos hacer nada para evitarlo.

Tenemos que entender que mientras nuestros padres vivan, ellos en cierta forma nos atan a nuestra infancia, a sentirnos protegidos y atendidos. Pero cuando fallecen, se pierde para siempre esos lazos que nos unían a nuestra infancia, y nos convertimos en una persona realmente adulta. Personas que ahora caminan solas en cierta manera, sin esa luz que les protegía, y les cuidaba. Ahora tenemos que valernos por nosotros mismos.

En cierto modo, cuando nuestros padres fallecen, pasamos a ser nosotros las cabezas o la guía de las siguientes generaciones. Es decir, pasamos a tomar el relevo de nuestros padres, y eso es muy difícil de encajar. Por ese motivo, en ese preciso momento en el cual debemos gestionar la pérdida, debemos reconstruir nuestra identidad. Tenemos que asumir ese gran cambio en nosotros mismos, y en nuestras vidas.

En definitiva, para saber qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres, debemos centrarnos en el dolor que nos produce esa gran pérdida, y en el hecho de tener que asumir una vida sin ellos. Es un gran dolor que genera un gran sufrimiento, y si no se gestiona adecuadamente, nos puede llevar a sufrir ciertos trastornos, como veremos en el siguiente apartado. Aunque es irremediable el hecho de sufrir un gran dolor por nuestra pérdida, debemos saber cómo afrontarlo de la mejor manera posible, porque si no acabaremos sumergidos en un profundo dolor para siempre. 

Consecuencias psicológicas de perder a nuestros padres

Una vez que nuestros padres fallecen, tenemos que afrontar el dolor que produce esa gran pérdida. Ya no tendremos a nuestros progenitores al lado, ni podemos contar con ellos. Ese hecho puede producirnos una profunda tristeza. Cuando la tristeza no remite, y nos sumergimos en un profundo dolor, podemos llegar a padecer un cuadro depresivo. La depresión es una de las consecuencias psicológicas más comunes cuando perdemos a alguien que amamos y queremos.

Estar delante de una vida sin un apoyo incondicional, como el de nuestros padres, nos puede llevar a padecer un gran nivel de angustia y estrés. El miedo a la incertidumbre, y a tener que caminar sin esa sujeción que representa nuestros padres, puede llevarnos a sufrir ansiedad. Es normal, en estos casos, verse tan aterrados por vernos sin nuestros padres, y por ello, podemos llegar a padecer un cuadro ansioso.

Sin nuestros padres, nos toca averiguar el papel que debemos tomar en nuestras vidas. Cuando nos faltan nuestros progenitores, nosotros pasamos a ser ellos en cierta medida, y tenemos que asumir ser la guía y el apoyo de las generaciones posteriores, como son nuestros hijos. Reconstruir todo aquello que somos, es necesario, ya que en cierto modo, dejamos de ser niños para ser adultos completos. Y ese proceso puede hacer mella en nuestra autoestima, y en la seguridad que deberíamos tener sobre nosotros mismos.

Emociones como la tristeza, la culpa, o el miedo pueden aparecer cuando estamos inmersos en dolor de perder a nuestros padres. Aunque no hayamos tenido mucha relación con ellos, o con alguno de ellos, o incluso, esa relación haya sido tormentosa, una vez que hemos perdido a nuestros padres, nos enfrentaremos a un dolor tal, que nos llevará a sufrir ciertas emociones muy dañinas, que, sin duda, agravarán nuestro dolor.

Cómo afrontar el hecho de perder a nuestros padres

Hasta ahora hemos analizado qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres, pero en estos casos deberíamos centrarnos en el hecho de reconstruirnos, aceptar la pérdida, y continuar con nuestras vidas. Un proceso de duelo aplazado o no realizado, puede hacer que nos quedemos sumergidos en nuestro dolor y nuestro sufrimiento. Ante una gran pérdida debemos asumir lo ocurrido. De ese modo, podremos rebajar la intensidad de nuestro dolor, y así, poder seguir nuestro camino. 

Como hemos subrayado en este artículo, ante la pérdida de nuestros padres, además de procesar nuestro dolor a través del duelo, tenemos que hacer un verdadero trabajo personal y emocional, para reconstruir aquello que somos en nuestra nueva realidad. Sin nuestros padres, debemos asumir nuestra adultez de un modo supremo, y tenemos que aprender a caminar sin ellos, independientemente de como se hayan comportado contigo tus padres, o de la edad que tengas cuando falten. Ello requiere de cierta madurez emocional, para de ese modo poder encajar esa nueva vida, y el papel que nos toca aceptar dentro de ella. 

No podemos quedarnos para siempre atrapados en ese profundo dolor, que produce semejante pérdida. Si no logras hacer un proceso de duelo completo y sano, y sigues sintiendo el mismo dolor con la misma intensidad, pasado algún tiempo, deberías replantearte acudir a terapia. La terapia siempre nos irá genial para realizar un proceso de duelo adecuado, y también para cuando nos quedamos atrapados en nuestro sufrimiento, y no somos capaces de asumir la pérdida. Así que, seguir adelante al final es una obligación, y una responsabilidad. Apuesta por sentirte bien de nuevo. ¡Adelante!

 

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Duelo

Duelo confuso: ¿Mi pareja me ha dejado?

Por Daniel Molina Deja un comentario

duelo confuso - Psicólogo para el duelo

El duelo confuso: ¿Mi pareja me ha dejado?

Hay veces que una ruptura de pareja no es asimilada por una de las partes. La persona que no veía venir que su pareja la dejara, no es capaz de aceptar que su relación se ha roto, llevándole a un estado de profunda confusión y tristeza. Si una ruptura de ese tipo es realmente dolorosa, lo es aún más cuando se produce sin darnos cuenta, ya que eso nos dificulta gestionar lo ocurrido, quedándonos en una incertidumbre permanente debido a que no sabemos si realmente nuestra relación se ha roto o no. Es el denominado duelo confuso.

Existen rupturas de relaciones en las que una de las partes desconocía que había problemas, o que la otra persona había dejado de querer seguir con esa relación. Es muy traumático encontrarse de sopetón con una ruptura que no preveíamos. La mente es capaz de negar lo ocurrido con tal de dejar de sufrir, y no aceptar que nuestra pareja se ha marcado para siempre nunca es fácil, y más aún cuando lo ha hecho sin más, sin explicaciones y sin un problema visible que pudiera predecir esa ruptura.

Tenemos que comprender que cada persona tiene sus propios sentimientos y tiempos. Hay veces que esos sentimientos se comparten con otra persona, pero hay veces que simplemente desaparecen, y es entonces cuando no tiene ningún sentido seguir con esa relación que no nos aporta nada. Pero en estos casos es que la otra persona sigue sintiendo lo mismo por nosotros, y romper la relación sin más explicaciones que dejar de sentir ese amor que sentíamos por esa persona, hace que la otra persona se quede en un estado de shock que no puede ni sabe gestionar.

No querer aceptar lo ocurrido y tampoco asimilar la realidad son las premisas principales en las que se basa el duelo confuso. También cabe decir que en ello influye el hecho de que la persona que ha roto la relación, no ha dado explicaciones, o no las suficientes para que la otra parte pueda afrontar la pérdida de un definitivo. No saber las motivaciones de la otra persona nos puede llevar a estar confusos, a sentirnos engañados, y a no saber cómo podemos asimilar ese profundo. Un duelo que no puede producirse por el motivo que sea, llevará a la persona que está implicada a sufrir un gran dolor y una profunda desesperanza.

¿De verdad mi pareja me ha dejado?

Cuando una pareja no funciona y la relación se va deteriorando, se puede llegar a predecir la ruptura. Pero existe ocasiones que una de las partes se van sin más. Sin dar explicaciones. Eso supone para la otra parte de la relación una gran consternación, ya que eso le coge por sorpresa. Y cuado algo nos ocurre sin darnos tiempo a asimilarlo se convierte en un hecho traumático, que generará unas heridas muy profundas en el alma.

Todos necesitamos asimilar nuestras pérdidas para poder superarlo, y de ese modo seguir con nuestras vidas. Cuando se nos niega poder aceptar nuestra pérdida, ello se convierte en un duelo confuso donde no sabemos cómo gestionar lo ocurrido, ni aceptar la pérdida, porque no llegamos a asimilarla como real, porque la otra parte no nos ha dejado, simplemente se ha ido sin más. Eso nos generará un gran sufrimiento y dolor.

En estos casos, como nadie ha cortado formalmente con la otra parte, esta siente que todo es alguna confusión, y que incluso se va a solucionar en breve. Pero esto no ocurre, agrandando más el sufrimiento que ya padece esa persona. Hay veces que la persona que ha sido abandonada puede perseguir a su expareja para intentar que vuelva a su lado, creándose una gran dependencia emocional. El duelo confuso puede llegar a destruir emocionalmente a quien lo sufre, porque nunca será capaz de aceptar su pérdida y seguir con su vida, quedándose atrapada en un gran sufrimiento, y en una profunda tristeza.

Causas del duelo confuso

Este tipo de duelo tiene como principal causa el hecho de no asimilar la pérdida, porque la persona que lo padece no ha entendido el porqué de esa ruptura, y es incapaz de poder gestionar ese dolor. Normalmente, ocurre en relaciones donde la parte que ha sido dejada o abandonada no se ha dado cuenta del deterioro de la relación, o del cambio de actitud de su pareja, o quizás no ha querido verlo porque era demasiado doloroso para ella. Esto puede llevar a una persona a quedarse en un estado de total confusión, sin saber qué hacer ni como afrontar esa situación.

Es cierto de igual modo que hay casos que la persona que rompe su relación, ha ocultado sus nuevos sentimientos, o no ha aclarado sus intenciones. Esto suele ocurrir cuando hay terceras personas, y se intenta ocultar a la pareja esa nueva relación, y solo es capaz de hacerlo cuando decide romper esa relación para irse con esa nueva persona.

Ya sea porque la relación esté muy deteriorada y la persona no haya querido verlo, o el hecho de que la otra persona haya conocido a alguien de quien se ha enamorado, la ruptura en estos casos le coge tan de sorpresa que no será capaz de aceptar lo ocurrido, e irlo asimilándolo lentamente. Simplemente se queda en un estado de desconcierto y angustia que acabará por generar una serie de secuelas como veremos a continuación.

Secuelas psicológicas del duelo confuso

El duelo confuso puede generar unas secuelas muy serias en las personas que lo padece. Lo primero que debemos reseñar es la afectación del estado de ánimo. Ver cómo la persona amada se aleja de nosotros, y no sabemos ni siquiera el porqué, puede hacer que caigamos en una tristeza muy profunda. Los cuadros depresivos en un proceso de duelo anormal es muy común. 

La ansiedad es una de las secuelas más persistentes de este tipo de duelo. Gestionar esa angustia tan severa que nos produce el hecho de no saber qué ha ocurrido, y si podemos solucionarlo. Esa angustia se convierte en estrés cuando se prolonga en el tiempo, y ello da paso irremediablemente a la temida ansiedad. Los ataques de pánico son muy frecuentes en las personas que han sufrido esta clase de duelo.

Tener un proceso de duelo alterado puede dar paso a emociones tan nocivas para nosotros como la rabia, la ira, o la desesperanza. Verse envuelto en una situación que nos supera, y no sabemos como gestionar emocionalmente, puede hacer que nos veamos atrapados por emociones y sentimientos capaces de destruirnos psicológicamente por completo. Por ese motivo, debemos tener cuidado con nuestro estado emocional en estos casos.

Volverse inseguro y percibirse de un modo negativo es una de las secuelas más comunes de este tipo de duelo. Es frecuente percibirnos como personas no dignas o poco importantes cuando la persona que amábamos nos ha rechazado. La autoestima baja es una secuela muy dañina de los procesos de duelo de este tipo. No hay nada peor que convertirnos en nuestros peores enemigos.

Cómo tener un proceso de duelo normal

Las rupturas tan repentinas necesitan de una capacidad de asimilación mayor de la que todos tenemos. Este tipo de rupturas sentimentales son realmente traumáticas, dejando a la persona abandonada o dejada, en un estado de desconcierto y confusión de la que es incapaz de salir o gestionar por ella misma. En estos casos es importante la intervención psicológica. Por tanto, si estás sufriendo un proceso de duelo anormal como en estos casos, te aconsejo que busques ayuda psicológica lo antes posible. La terapia nos ayudará a aceptar lo ocurrido y a superar nuestra pérdida.

Si intentamos solucionarlo por nuestra cuenta, o miramos hacia otro lado, seguramente desarrollaremos una serie de secuelas que complicarán aún más nuestro estado psicológico y emocional. Es importante tener ayuda profesional y tener el apoyo de nuestros seres queridos. Sentirse arropado es esencial para poder afrontar esa pérdida que tanto daño nos ha hecho.

Intentar recuperar a la persona amada, solo nos llevará a un mayor sufrimiento. Quien se ha ido de nuestro lado lo ha hecho libremente, e intentar retener a nuestro lado a una persona que se quiere ir, solo nos causará más dolor. De ese modo debemos aprender que el amor es libre, y a quien quiere irse debemos abrirle la puerta. No hay más.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Duelo, Problemas de pareja

Cómo superar una pérdida

Por Daniel Molina 6 comentarios

cómo superar una pérdida

Cómo superar una pérdida

No hay dolor más profundo de perder a alguien querido. Cuando esto ocurre nos sentimos abatidos, perdidos y abrumados. Es algo que no sabemos cómo gestionar adecuadamente. Nadie nos prepara para ello. Y ese dolor, si no se procesa de un modo natural, suele generar en diversos trastornos. Por ese motivo, es esencial aprender cómo superar una pérdida.

La pérdida forma parte de la vida. Perdemos trabajos, se rompen relaciones, y personas muy queridas se van para siempre. Las pérdidas forman parte de nosotros y de nuestra existencia. Y desgraciadamente, cuando más años cumplimos, más pérdidas tenemos que asumir. El hecho de asumir y aceptar ese dolor es realmente difícil y complicado.

Nadie está nunca preparado para perder a alguien que quiere. Es realmente horrible, tener que despedirse de esa persona. Es un proceso que requiere de tiempo y de aceptación. Cierto es que todo queremos evitar el dolor, pero eso es algo irreal. El dolor y el sufrimiento está ahí, y tenemos que afrontarlo de la mejor manera posible. Tenemos que aprender como superar una pérdida.

Tenemos que entender que aceptar cualquier cosa, más aún cuando es algo extremadamente doloroso, requiere de un proceso. Para ello tenemos que aceptar lo ocurrido, e intentar sanar las heridas que esa pérdida nos ha provocado. Normalmente con el tiempo, ese dolor va disminuyendo, cuando no es así, debemos buscar ayuda profesional, ya que ello nos llevará a sufrir ciertos trastornos.

¿Qué es el duelo?

El duelo es un proceso psicológico que se produce después de sufrir una gran pérdida. Y se basa en la aceptación progresiva de esa pérdida, y la disminución del dolor que ello nos ha producido. El modo en el cual afrontamos las pérdidas es diferente para cada persona. Se pueden llegar a sufrir los siguientes síntomas emocionales y físicos: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión, tristeza, shock emocional, etc.

Tenemos que entender que el duelo siempre se produce cuando debemos aceptar una pérdida definitiva, y debemos adaptarnos a la nueva situación. La experiencia emocional de enfrentarnos a una gran pérdida, es lo que denominamos: la elaboración del duelo. En definitiva, el duelo podría considerarse una gran herida, y requiere de tiempo para que pueda curarse.

Un duelo normal suele durar alrededor de un año, aunque dependerá de cada persona. Para superar ese duelo, es esencial pasar por todo el proceso, es decir, superar todas sus fases, y la última se basará en la aceptación de nuestra pérdida. Es importante entonces aprender a cómo superar una pérdida para poder afrontar este proceso adecuadamente.

¿Cuáles son las 5 etapas de duelo?

Para saber cómo superar una pérdida debemos conocer que su proceso consta de 5 fases. Y estas son:

  • La negación: lo primero que hacemos cuando sufrimos una gran pérdida, es negarlo. Fases como: “no puede ser verdad”, o “no es justo”, con muy habituales en esta fase. Tememos que pensar que el impacto de la pérdida no es algo que se pueda asumir de verdad en un primer momento. Y negar esa realidad es también negar el dolor, aunque sea de forma momentánea.
  • El enfado: después de negar lo ocurrido, empezamos a ir aceptando nuestra pérdida. En ese momento comenzamos a enfadarnos. No queremos aceptar esa realidad que tanto nos duele, y ello hace que experimentemos emociones tan negativas como la ira.
  • La negociación: este es un momento muy delicado. En él empezamos a fantasear con la idea de revertir la situación. Es un modo de aplazar el dolor, y el hecho de afrontar la realidad.
  • La depresión: esta fase es el momento previo de aceptar y afrontar nuestra pérdida. Es un momento donde nos permitimos sentir el profundo dolor que supone experimentar una gran pérdida. El tiempo ha pasado, y nos permite aceptar lo que ha ocurrido.
  • La aceptación: en esta última fase es cuando comenzamos a aceptar nuestra pérdida. Es la fase en la cual podemos afrontar nuestro dolor, y gestionarlo adecuadamente. Al aceptar nuestra pérdida, el dolor se irá diluyendo y bajando de intensidad, y gracias a eso podemos estar anímica y emocionalmente preparados para afrontar todas esas emociones todo ese dolor.

Cuando no asumimos nuestra pérdida

El duelo patológico aparece cuando la persona no es capaz de ir asumiendo su pérdida, sumergiéndola en un profundo dolor. Es decir, aunque haya pasado un tiempo desde que sufrió su pérdida, la persona sigue padeciendo los mismos síntomas, y con la misma intensidad.

Es frecuente que una pérdida no asumida de paso a trastornos emocionales, como puede ser los cuadros depresivos, o de ansiedad. Por ese motivo debemos siempre procurar tener un duelo normalizado, y si se necesita ayuda psicológica, debemos tener la responsabilidad de pedirla. Debemos aprender a afrontar las pérdidas, y entender que todo ello tiene un proceso.

Otro tema importante es el duelo en los niños. A su edad es difícil comprender y asumir las pérdidas, por lo tanto, no debemos negarles ni intentar reducir la importancia de su pérdida, así no podemos ayudarles. Debemos estar siempre a su lado durante todo el proceso, ayudándoles a afrontar su dolor. Esto les ayudará a obtener ciertas herramientas emocionales que les servirán en un futuro.

Al final, cada uno asume su dolor y su pérdida a su manera. Lo importante es que cada uno lleguemos a aceptar nuestras pérdidas. Eso siempre requiere tiempo. El tiempo mitiga el dolor, y no hace asumir las malas experiencias. Pero si el dolor continúa siempre con la misma intensidad, pase el tiempo que pase, y la persona es incapaz de asumir su pérdida, se deberá buscar ayuda psicológica.

Las consecuencias de no asumir las pérdidas

Cuando sufrimos una gran pérdida, solemos experimentar emociones tan negativas como la tristeza o la ira. Son emociones que debemos dejar, que nos digan aquello que necesitamos. No podemos reprimir ese dolor. Tenemos que verbalizarlo y dejar que se expresen. Es un proceso normal y necesario para aprender a cómo superar una pérdida.

Es bastante común que durante el proceso de aceptación de nuestra pérdida, suframos episodios de depresión y de ansiedad. El dolor es tan profundo que nos puede angustiar la extremo, y hacer que nuestro estado de ánimo se vea seriamente dañado. Pero forma parte de nuestro duelo, y tenemos que sobrellevarlo de la mejor manera. En los casos que veamos que el dolor es muy intenso, y no se reduce, sería conveniente buscar ayuda psicológica.

El proceso de duelo es necesario para lograr aceptar nuestras pérdidas. No podemos intentar evitar ese dolor y ese sufrimiento. Todas esas emociones negativas son necesarias para poder afrontar esa pérdida, y que podamos reconstruirnos, y volver a nuestras vidas. No debemos dejar que el dolor se adueñe de nosotros. Debemos afrontarlo y superarlo.

Cómo superar una gran pérdida

Para poder tener un duelo normal y sano, y aprender a cómo superar una pérdida, puedes seguir las siguientes recomendaciones.

  • Deja que tu dolor se exprese. No intentes esconderlo o evitarlo. Una gran pérdida siempre duele. Escucha a todo lo que sientes, a tu dolor, a tu tristeza, y a tu sufrimiento. Permite que tus emociones te digan aquello que debes afrontar y superar.
  • No te aísles. Busca la compañía de tus seres queridos. Relaciónate, y no dejes que la soledad aumente tu dolor.
  • Busca apoyo en tus seres queridos. Comunícate con aquellas personas más cercanas. Y diles por todo lo que estás sufriendo. Es importante que tengas el apoyo de quien te conoce, ya que sabrá cómo puede ayudarte.
  • Confía en el tiempo. No te desesperes. Deja pasar el tiempo, y el dolor irá disminuyendo. Podrás gestionar tu pérdida de un modo adecuado.
  • Actívate. Haz actividades que te permitan sentirte bien y centrado en algo positivo como puede ser el deporte, o tocar algún instrumento, o quizás ir a clases de baile. No importa el qué, pero haz aquello que te permita tener la mente despejada.
  • Busca ayuda profesional. Si compruebas que pasado un tiempo, tu dolor no disminuye, o crees que necesitas ayuda psicológica, búscala. La terapia te dará todas las herramientas que necesitas para afrontar tu pérdida. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Duelo

Cómo superar el duelo

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Cómo superar el duelo

Cómo superar el duelo

Todos en algún momento dado hemos sufrido una pérdida. Hemos podido sufrir la pérdida de un ser querido, de un trabajo, o de una relación de pareja. La vida está llena de despedidas, y debemos ser más conscientes de ello. Tras cada pérdida debemos realizar un proceso de duelo con tal de aceptar nuestra pérdida, y de ese modo aplacar la intensidad del dolor que hemos sufrido durante todo ese tiempo. En este artículo aprenderás a cómo superar el duelo, ya que es totalmente necesario para poder afrontar cualquier tipo de pérdida, y seguir con nuestras vidas.

Cada pérdida supone un sufrimiento, un dolor que debemos aprender a gestionar. Es cierto que la intensidad de ese dolor inicial va bajando conforme va pasando el tiempo. Si sintiéramos ese mismo dolor siempre, acabaría con nosotros. Pero una cosa es que la intensidad de nuestro dolor disminuya, y otra muy distinta es que sepamos como gestionarlo, y ello solo nos lo puede proporcionar un proceso de duelo constructivo.

Quien se niega a realizar un proceso de duelo normal, porque no es capaz de asumir la pérdida, acabará por sufrir ciertos trastornos graves como la ansiedad o la depresión, además de trasformar ese proceso duelo, en un duelo patológico o duelo retardado. Cada pérdida requiere de la necesidad de asumir y afrontar nuestro dolor, y si no podemos hacerlo por nosotros mismos, deberíamos buscar ayuda profesional que nos ayude en todo ese largo proceso.

Es cierto que cada persona tiene su forma de afrontar su dolor por una pérdida, pero todos debemos pasar por todas las fases o etapas de un duelo, hasta llegar a asumir sin dolor nuestra pérdida, y de ese modo superarla. No podemos mirar hacia otro lado, ni intentar esconder nuestras emociones. Tiene que ser un proceso natural y fluido, y si no es así debemos iniciar una terapia que nos ayude a aprender a cómo superar el duelo. No podemos vivir con esa pesada carga, ni sumergidos en el más absoluto sufrimiento. Debemos siempre sanar nuestras heridas.

Cómo debemos afrontar el duelo

Ante la pérdida no podemos mirar hacia otro lado. Cuando nos vemos en esa situación, debemos realizar nuestro proceso de duelo para poder superar el dolor que padecemos. Durante todo el proceso deberemos poner todo nuestro esfuerzo en afrontar nuestro dolor, y darle la respuesta más constructiva. No podemos vivir eternamente en ese dolor, sería totalmente destructivo para nosotros, debemos aprender cómo superar el duelo, y solo podremos hacerlo cuando nos decidamos a gestionar el dolor que una gran pérdida produce.

Normalmente, durante el proceso de duelo, estamos expuestos a un gran nivel de estrés, además de momentos de una tristeza muy profunda (Depresión), por tanto, tenemos que tener en cuenta las implicaciones emocionales y psicológicas en nuestro afrontamiento. Debemos aprender a gestionar todas esas emociones que tanto nos paralizan y nos dañan.

Decir que, al aprender a cómo superar el duelo, nos sentiremos a menudo muy sobrepasados por todo lo que sentiremos durante todo el proceso. Es por ese motivo que, a veces es totalmente necesario, buscar ayuda profesional. Las estrategias terapéuticas destinadas a afrontar el duelo van a hacer que podamos finalizar todo el proceso de un modo constructivo y emocionalmente sano.

Entre dichas estrategias terapéuticas para superar el duelo están:

  • Aceptar nuestras emociones. Durante el proceso de duelo, viviremos una montaña rusa de emociones. Llegaremos a sufrir desesperación, tristeza, frustración, negación, ira, rabia, etc. Son emociones tan negativas que, si no llegamos a gestionarlas, puede destruirnos por completo. Toda pérdida lleva consigo un gran desgaste psicológico y emocional. Para poder afrontar y superar la pérdida que hemos sufrido, debemos aprender a gestionar todo lo que sentimos, y convertir todo lo malo en algo constructivo.
  • Apóyate en tus seres queridos. No te aísles y diles a tus seres más cercanos y queridos, cómo te encuentras, qué sientes, y cómo te ha afectado tu pérdida. Ello te ayudará a poder verbalizar tu dolor, y con ello, comprender qué te ocurre. También ayudará a los demás a saber cómo te pueden ayudar. Al final, el apoyo de los seres queridos, es esencial para poder afrontar cualquier situación, por muy adversa que esta sea.
  • Cuídate. Durante el proceso de duelo es imprescindible que cuides de tu salud. Mantén siempre unos horarios fijos para todo. Horarios para comer, para dormir, y para tus actividades cotidianas. También resérvate un tiempo para descansar y estar contigo mismo. Es importante que tu cuerpo y por ende, tu mente, estén en buenas condiciones.
  • No te centres en el dolor, céntrate en todo lo bueno. Al sufrir una pérdida, es normal que nos centremos en nuestro sufrimiento, y en la vida sin aquello que hemos perdido, ya sea una persona querida, un trabajo, o una relación sentimental. Una pérdida siempre hace que nuestros pensamientos siempre se inclinen hacia lo negativo. Tenemos que cambiar esa forma de pensar, y centrarnos en todo lo bueno que hemos vivido con esa persona que se ha ido, lo que hemos aprendido, con el trabajo que hemos perdido, o todo lo que hemos sentido junto a la persona amada. Toda pérdida puede enfocarse en todos los aspectos positivos y constructivos que hemos vivido.
  • Busca ayuda profesional. Si no somos capaces de gestionar por nosotros mismos nuestro dolor, deberemos buscar ayuda profesional que nos proporcione las herramientas necesarias para superar nuestro dolor. Si miramos para otro lado, el duelo que no se procesa adecuadamente, se vuelve patológico, pudiendo convertirse en un duelo patológico o en un duelo retardado. Para que ello no ocurra, debemos buscar ayuda psicológica.

Cómo ayudar a quien esté en proceso de duelo

Si alguien cercano ha sufrido una gran pérdida, sea cual sea esta, y está inmerso en un proceso de duelo, podemos ayudarle y darle nuestro apoyo, y para ello lo mejor es:

  • Dejarle que se exprese. Tienes que escuchar qué te dice, déjale que se exprese libremente, y te muestre sus sentimientos. Es importante que exprese sus emociones. Eso hará que pueda desahogarse y sentirse arropado por alguien querido.
  • No le presiones. Deja que pida tu ayuda, no intentes ofrecerte siempre, porque también querrá tener su tiempo y su espacio para gestionar su dolor. Deja que todo fluya, y que le ayudes siempre que esté preparado para ello. Debes estar a su lado, acompañándole en su duelo, no tomando del timón de su proceso de aceptación de su pérdida.
  • Ayúdale a que acepte sus emociones. Es esencial para su proceso de recuperación, poder aceptar todas las emociones que va a sentir durante todo ese proceso. Tiene que entender que sentirla en algunos momentos rabia, tristeza, desesperación, apatía, nerviosismo, etc. Son emociones que deben ser aceptadas con tal de ser superadas. Así que, invítale a que se exprese a nivel emocional. Ayúdale que aprenda a cómo superar el duelo. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Duelo congelado o retardado

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duelo congelado o retardado

Duelo congelado o retardado

A lo largo de nuestras vidas experimentamos pérdidas. Perdemos trabajos, se rompen relaciones, y personas queridas fallecen. Toda pérdida nos lleva a padecer un dolor profundo e intenso. Todo ese dolor se procesa a través del duelo. Gracias a este proceso, llegamos a la aceptación, que como su propio nombre indica, es el momento en el cual aceptamos dicha pérdida y podemos afrontarla de un modo sano y constructivo. Pero hay personas que no son capaces de realizar ese proceso de duelo, y su dolor permanece de manera crónica, afectando todos los ámbitos de su vida. Es el conocido como duelo congelado o retardado.

El duelo congelado o retardado está basado en la resistencia de la propia persona que lo padece, de asumir y de afrontar su pérdida. Es tanto el dolor que llega a padecer, que le limita a la hora de tener la capacidad de intentar superar su pérdida.  Por culpa de ello, se puede llegar a padecer psicopatologías asociadas, tan graves como la ansiedad o la depresión, o emociones tan negativas como la apatía o la ira. Todo ello llega a limitar la vida de quien padece este tipo de duelo patológico.

Si es cierto que toda pérdida es dolorosa, las personas que padecen este tipo de duelo, son incapaces de gestionar todo ese dolor. Suelen ser perdonas emocionalmente inmaduras, que no saben cómo afrontar todo lo que están sufriendo y sintiendo. Es volcarse totalmente en el dolor, y vivir en ello. De ese modo pueden evitar hacer frente a todo lo que están emocionalmente experimentando.

Pero como en toda patología, no se puede mirar hacia otro lado. Todo daño, todo dolor, necesita de su tratamiento. Para ello es esencial aceptar lo ocurrido, y tomar las decisiones oportunas que nos lleven a afrontar nuestra pérdida. Prolongar ese tratamiento solo intensifica nuestro dolor, y empeora las cosas. Por ese motivo, debemos responsabilizarnos de nosotros mismos, y de nuestra recuperación. Para un duelo congelado o retardado es necesario la ayuda o el apoyo psicológico.

Características de este tipo de duelo patológico

Ante una pérdida hay personas que intentan evitar el dolor que padecen, congelándolo. Se niegan a afrontar lo ocurrido, y se dejan abrazar por un sufrimiento tan intenso que les paraliza, y nos les deja vivir con plenitud. No podemos seguir con nuestras vidas cuando intentamos escapar de aquello que no hemos afrontado. Es una tarea inútil y estéril. 

Cuando estamos ante una pérdida, debemos gestionarla de algún modo. Normalmente, nos enfrentamos a un proceso de duelo que nos sirve para llegar a aceptar nuestra pérdida. Una vez aceptada podemos afrontarla adecuadamente. Es un proceso que más o menos dura un año, dependiendo de cada persona. Pero cuando ese proceso no se inicia o se interrumpe, ese daño, ese sufrimiento, se queda instalado en nuestro interior, afectándonos de tal forma, que seremos incapaces de mantener una normalidad es nuestras vidas. Ese dolor se volverá crónico si no lo tratamos. Además, llegaremos a padecer una serie incontable de emociones negativas y psicopatologías asociadas, como por ejemplo la depresión, la distimia, la ansiedad, o el estrés patológico.

Intentar huir de nuestro dolor solo hace que suframos más dolor. Una pérdida es una experiencia tremendamente traumática, pero debe ser tratada. No podemos dejarnos llevar por ese dolor, ya que por mucho que queramos, nos afectará de un modo grave y conciso. No podemos mirar hacia otro lado.

El duelo congelado o retardado se nutre de la inmadurez emocional. Quien lo padece no tiene las herramientas emocionales ni psicológicas para afrontar todo el dolor que están experimentando. Una persona que no sepa cómo gestionar su pérdida está destinada a vivir bajo el yugo de su propio dolor, y ello hará que su calidad de vida y su autoestima se vea seriamente dañada. La mejor decisión, en estos casos, es pedir ayuda psicológica.

Síntomas del duelo congelado o retardado

Tenemos que entender el duelo congelado o retardado como una voluntad de evitar el dolor por una pérdida. Es un nocivo mecanismo de defensa que tiene como consecuencia una sintomatología muy característica. Y estos síntomas son:

  • Percepción distorsionada de los problemas y posibles soluciones.
  • Pensamientos negativos o catastrofistas.
  • Irritabilidad.
  • Alteraciones del sueño.
  • Aparición de psicopatologías tales como la ansiedad y la depresión.
  • Trastornos en el apetito.
  • Alteraciones psicosomáticas como problemas en la piel, temblores, dolores de cabeza, alergias o agotamiento extremo.
  • Dificultades para relacionarse. Tendencia al aislamiento.
  • Visión negativa del futuro.
  • Incapacidad de disfrutar del presente, y de aquello antes si disfrutaba de ello.
  • Angustia emocional.

Cómo superar este tipo de duelo patológico

El duelo congelado o retardado solo hace que el dolor y sus consecuencias perduren en el tiempo. Pero como ya he dicho, todo lo que nos hace daño debe ser tratado. No se puede evitar. Al final todo ese sufrimiento sale a flote, por muy profundo que lo queramos enterrar. Todo lo que no afrontamos siempre vuelve.

Lo cierto es que nadie está preparado para afrontar una pérdida. Ya sea el fallecimiento de un ser querido, la ruptura de nuestra relación sentimental, o perder un trabajo, toda pérdida lleva cierto grado de sufrimiento. No podemos evitarlo, y debemos aprender a gestionar las despedidas. No es fácil, y se requiere de todo un proceso emocional y psicológico llamado duelo. Pero al final tendremos las herramientas para poder aceptar la pérdida y afrontar nuestro dolor correctamente. Cuando ello no es posible, y no somos capaces de gestionar un acontecimiento tan traumático, debemos plantearnos la ayuda psicológica.

Si no somos capaces de realizar un proceso de duelo de forma correcta, debemos pedir ayuda profesional. Es esencial saber cómo debemos reaccionar ante la pérdida, además de sentirnos apoyados y arropados. Jamás debemos intentar huir de nuestros problemas ni de nuestro dolor. Tenemos que afrontarlo lo mejor que podamos, y si eso no es suficiente demos tener la responsabilidad con nosotros mismos de buscar la ayuda más adecuada. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Duelo

Duelo complicado o patológico

Por Daniel Molina Deja un comentario

duelo complicado o patológico - Curso Cómo superar una pérdida - Terapia para el duelo

odos hemos sufrido alguna pérdida muy cercana. Cuando esto ocurre pasamos por un proceso de duelo que nos ayuda a afrontar la pérdida y aliviar nuestro dolor. No existe un proceso de duelo que sea igual a otro, ni con un periodo determinado, ya que cada uno afrontar su dolor a su manera. A veces ese proceso de duelo no se gestiona correctamente y se enquista en el tiempo. Es el denominado duelo complicado o patológico. La persona que lo sufre ha sido incapaz de aceptar la pérdida y sigue sufriendo casi con la misma intensidad que al principio.

Cuando hemos perdido a alguien o algo importante en nuestra vida nos sumergimos en un profundo dolor, que se va aliviando con el tiempo gracias a la aceptación de la propia pérdida. Pero cuando ese duelo se convierte en permanente, porque la persona no ha sido capaz de realizar un duelo normalizado, el sufrimiento es extremo y la persona no puede volver a normalidad, ni seguir con su vida.

El duelo complicado o patológico se convierte en una gran tortura emocional, ya que la persona no es capaz de salir de ese pozo, y su dolor es constante. Cuando esto ocurre se debe siempre recurrir a la ayuda profesional.

¿Por qué aparece el duelo complicado o patológico?

Unas de las claves para que un duelo se procese correctamente es aceptar el dolor de la pérdida y llorar por ello. Hay personas que se contienen y se niegan a aceptar que sienten dolor por lo que han perdido. La no aceptación es la manera más sencilla de generar un duelo complicado o patológico.

Toda persona ante una perdida debe llorar, debe gritar, debe sentirse triste y abatida. Debe dejar que todas sus emociones fluyan. Contener las emociones solamente hará que el dolor jamás desaparezca.

Debemos acabar aceptando la pérdida y todo lo que supuesto para nosotros. Solo haciendo frente a nuestro dolor, podremos sanarlo. Es por ese motivo que debemos aceptar todo lo que experimentemos en nuestro interior.

Secuelas del duelo complicado o patológico

Cualquier cosa que reprimamos saldrá siempre, por otro lado. Cuando no dejamos que nuestras emociones se expresen, se desarrollan otras patologías como por ejemplo, síntomas somáticos, trastornos del sueño, dificultad para concretarse, o incluso problemas físicos como los trastornos digestivos, etc.

Cuando los síntomas del duelo se entierran, se pueden desarrollar trastornos tan serios como la ansiedad o la depresión, que impedirán el funcionamiento normal en la vida de esa persona. Son casos que han de ser tratados profesionalmente con tal de anular el dolor que la persona está sufriendo.

Sin aceptación no finaliza el duelo

Toda pérdida implica dolor. No podemos negarnos al dolor, forma parte de nosotros y forma parte de la vida. Negarlo únicamente sirve para no poder afrontar la pérdida, y que esta jamás se supere.

El proceso de duelo requiere nuestra voluntad  para afrontar nuestra pérdida. Primero negaremos lo ocurrido. Después pasamos una etapa por la cual estamos furiosos por la pérdida. Acto seguido caemos en la tristeza, y posteriormente aparece la aceptación. Es la última etapa, y con ella nuestro dolor se alivia. Porque tener el mismo nivel de dolor que al principio solo acarrea consecuencias nefastas para nuestra salud emocional y física. Sufriremos entonces un duelo complicado o patológico.

El duelo necesita el dolor

Aunque suene extraño no se puede superar un duelo sin antes no haber experimentado dolor. Cuando perdemos a alguien cercano, necesitamos llorar su pérdida, y es cuando se instala un dolor profundo y penetrante en nuestro interior.

Para que no desarrollemos un duelo complicado y patológico necesitamos caer en ese pozo oscuro que nace de nuestro dolor. Es necesario sufrir esa pérdida, ya que de ese modo lograremos aceptarla.

Es cierto que ante la pérdida sentimos una desesperanza nos quita la capacidad de afrontar lo que estamos sufriendo, pero solamente es una fase más de nuestra recuperación. Necesitamos caer para volver a levantarnos, o mejor dicho necesitamos el dolor para posteriormente volver a sentirnos bien.

Afrontando la pérdida

Al principio el proceso de duelo surge en un estado de miedo, de angustia, ira y confusión. Son momentos caóticos donde experimentamos miles de sensaciones. Las emociones por su parte están a flor de piel. El pensamiento es confuso, y no puedes plantearte nada. Son momentos en los que necesitamos un gran apoyo emocional, tanto de las personas más cercanas, como de un profesional.

Es un estado que en el cual parece que nos estamos volviendo locos, pero es normal. Estamos en un estado alterado y debemos volver a encontrar el equilibrio. El sufrimiento debe dar paso a la aceptación, y en eso se basa el proceso de duelo.

Para evitar caer en un duelo complicado o patológico debemos poner todos nuestros esfuerzos en mejorar nuestro estado anímico. De ese modo podemos percibir los estímulos que nos llegan de un modo más constructivo.

Objetos y recuerdos en el duelo

Cuando te enfrentas a una pérdida, lo que más te puede subir la moral son los recuerdos. Aquellos recuerdos positivos que evocan a la esencia de la persona que se fue. Por ese motivo es importante recordar. Los recuerdos nos llevan a un estado de pleno contacto con la persona que se marchó. Es una buena herramienta para mejorar tu estado de ánimo, porque aunque sentirás tristeza y nostalgia, también revivirás todo lo bueno que viviste con esa persona.

Lo mismo pasa con los objetos de recuerdo. ¿Se tiran o se conservan? Eso es una decisión propia. Pero los objetos ayudan a conservar un vínculo con la persona que se fue. Permite que conectemos con los recuerdos y sentir la relación que tuvimos con ella.

Haz que los recuerdos, ya sean a través de los objetos o los sentimientos, te ayuden a expresar tus emociones. De ese modo estarás haciendo un proceso de duelo correcto. Concédete tiempo para recuperarte de tu perdida.

¿Puede haber recaídas en el duelo?

Las recaídas en los procesos de duelo son más comunes de lo que podemos llegar a pensar. Es algo normal que ocurre durante el propio duelo. A veces tenemos que retroceder unos pasos para coger el impulso necesario para ir hacia adelante.

Debemos saber que en un proceso tan traumático como la asimilación de una gran pérdida, como puede ser el fallecimiento de un ser querido, no puede ser algo lineal. Siempre existirán días peores y días mejores. Todo se basará en altibajos. Por eso no tenemos que caer en la desesperación, y aceptar nuestra tristeza en los días que estamos más decaídos.

¿Por qué se producen estás recaídas?

Las recaídas suelen darse cuando nuestro modo de pensar se vuelve rígido y nos quedamos anclados en el dolor. Esto no ocurre en personas que son capaces de dirigir sus pensamientos hacia aspectos positivos.

Pero debemos saber que es normal que nos centremos en los pensamientos negativos en caso de una gran pérdida. Por ese motivo es necesario tener ayuda profesional que pueda guiarnos en esos momentos oscuros, y puedas cambiar tu modo de procesar todo lo que sientes.

¿Cuándo finaliza el duelo?

Cada uno tiene su propio ritmo. Aunque dicen las estadísticas que suele finalizar alrededor de un año, decirte que no es una ciencia exacta. Todo dependerá de cuándo aceptes realmente tu pérdida. Pase el tiempo que pase. Así que no te agobies por eso, tiene que pasar el tiempo que tenga que pasar. Lógicamente, siempre será menos tiempo cuando mayor ayuda se tenga.

Los duelos complicados o patológicos no tienen que ver tanto con el tiempo, sino con la incapacidad de gestionar el dolor, y aceptar la pérdida. Quien lo padece sigue sintiendo un gran alto nivel de dolor emocional a través del tiempo, y es incapaz de aceptar su pérdida. Son casos extremos que necesitan de ayuda profesional urgente, ya que suelen caer psicopatologías tan graves como la ansiedad o la depresión.

Como recomendación, decirte que no tengas prisa porque todo proceso necesita tu tiempo. La única meta que debes tener es recuperarte del dolor de tu pérdida, y seguir con tu vida. Ármate de paciencia y ponte a ello.

Es positiva la terapia en casos de duelo

La ayuda profesional siempre es necesaria cuando experimentamos un golpe tan fuerte como puede ser la pérdida de un ser querido. Contar con unas pautas que nos ayuden nos hará más fácil gestionar lo que estamos experimentando, y con ello realizar un proceso de duelo correcto, sin caer en el temido duelo complicado y patológico.

Siempre es positivo compartir nuestro dolor con alguien. Ello rebaja la intensidad de nuestro sufrimiento. Así que la terapia nos facilitara la aceptación de la pérdida, y la gestión de nuestras emociones durante todo el proceso.

No dudes en pedir ayuda cuando expedientes una gran pérdida personal. No reprimas tus emociones. Y sobre todo escucha a tu cuerpo y a tu mente, dándote así la oportunidad de afrontar y superar el dolor que conlleva una pérdida.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Duelo

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