El apego en las relaciones de pareja
El apego en las relaciones de pareja es una cuestión que debemos tener en cuenta, para de ese modo, saber cómo pueden gestionar emocionalmente una relación cada persona que conforma una unión sentimental. Porque cada persona se une sentimentalmente a otra por diversos factores, y llevan de una determinada forma su propia relación de pareja.
Todos nos comportamos y actuamos tal y como hemos aprendido a hacerlo. La vida es un aprendizaje, y mediante nuestras experiencias personales, somos de una determinada forma, y nuestro modo de actuar será único. Somos al fin y al cabo la suma de todas nuestras experiencias y vivencias, y estas nos ayudan para mal o para bien a formar nuestra personalidad, y el modo de enfrentarnos a la vida.
Somos el fruto de aquello que sentimos, que vivimos y que experimentamos. Si nuestras experiencias vitales han sido negativas en edades muy tempranas, donde no sabemos cómo gestionar emociones tales como el miedo, el rechazo, o la tristeza, eso marcará probablemente a las personas que seremos en un futuro.
A la hora de buscar a una pareja, elegiremos seguramente a aquella persona que se amolde a lo que somos, y a todo aquello que hemos vivido, y el modo en el cual establezcamos nuestra relación con esa persona, estará condicionado por todo lo que hemos vivido. El apego en las relaciones de pareja es un buen indicador de todo lo que hemos sufrido y experimentado a lo largo de nuestra vida. Al final, nuestra relación de pareja es el reflejo de todo lo que somos, y en qué nos hemos convertido.
Cuando los apegos muestran nuestro pasado
El modo en el cual afrontamos nuestras relaciones de pareja, nos puede dar mucha información acerca de nuestras experiencias pasadas. Todo lo que hemos vivido, nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, el amor, el miedo, etc., repercute a la hora de desarrollar nuestra personalidad, y el modo de vivir.
Si nuestras relaciones son sanas y constructivas es porque hemos aprendido a serlo, y eso se proyecta en cómo tratamos a los demás y cómo nos tratamos a nosotros mismos. Pero si nuestras experiencias pasadas han sido negativas, y hemos crecido bajos de seguridad o de autoestima, ello repercutirá negativamente en el modo de relacionarnos con los demás. En definitiva, los apegos en las relaciones de pareja, pueden llegar a ser grandes señales que indican quienes somos realmente.
Las relaciones que tengamos en nuestra más tierna infancia, con las personas más cercanas y queridas, como pueden ser nuestros padres o hermanos, puede determinar el modo en el cual nos relacionemos en el futuro. Si por ejemplo, no hemos tenido el cariño y los cuidados de nuestros padres, nos uniremos sentimental en un futuro a personas que nos den esa seguridad y atención. Será un apego totalmente condicionado por la necesidad, y eso siempre llevará a quien lo sufra, a tener relaciones tóxicas y dañinas. Pero en cambio, si hemos tenido las atenciones que necesitamos en nuestra infancia, creceremos sin carencias afectivas, y eso nos llevará a mantener relaciones más sanas y satisfactorias, donde predomina el amor, y no da lugar a la necesidad.
El apego y la búsqueda de pareja
Cuando buscamos el amor, y nos fijamos en una persona con la que congeniamos, y surge la chispa, debemos tener en cuenta que hay detrás de ello. Es decir, por qué hemos escogido a esa persona, y porque esa persona nos ha escogido a nosotros para compartir el camino. Normalmente, buscamos a personas que se asemejan a nosotros mismos, y sus experiencias son similares, o al menos comprensibles. No buscamos a personas al azar, sino que buscamos a personas que estén en una frecuencia emocional a la nuestra.
Si somos personas inseguras y con una baja autoestima, normalmente buscaremos a personas que consigan darnos esas seguridades de la que carecemos, y nos hagan sentirnos bien. Y la otra persona buscará a una persona con nuestras características porque estará más cómodo ante una persona más sumisa y atenta.
Ocurre lo mismo al revés, si somos personas emocionalmente maduras, buscaremos relaciones sanas, con personas con una maduración emocional parecida a la nuestra. El apego en las relaciones de pareja determina como será esta. Cuando el apego es sano, la relación será sana, pero si el apego responde a necesidades y carencias emocionales, las relaciones siempre acabarán por convertirse en algo tóxico y dañino a medio y largo plazo.
Los tipos de apego y relaciones de pareja
Las diferentes teorías destinadas a explicar el apego, confirman que según el apego que hemos desarrollado en nuestra infancia mediante las interacciones con nuestros padres, así serán nuestras relaciones futuras. Si hemos tenido una relación sana y constructiva con nuestros progenitores, vamos a desarrollar un apego igualmente sano, pero si por el contrario, no hemos tenido el cariño, la seguridad o los cuidados de nuestros padres, nuestro apego siempre estará subyugado a las carencias afectivas que hemos sufrido.
- El apego seguro. Este tipo de apego es fruto de un desarrollo emocional sano, donde la persona ha tenido siempre el apoyo y la seguridad de sus seres más queridos y cercanos, como puede ser sus padres. Las relaciones de pareja de este tipo de personas siempre serán constructivas y emocionalmente estables, donde no se dará paso al miedo o a la necesidad, sino al amor y al respeto. El apego en las relaciones de pareja no debe caer en la toxicidad, y eso solo depende del desarrollo emocional de cada uno de los miembros que conforman una pareja sentimental.
- El apego evitativo. Aquel niño que nunca ha obtenido el apoyo de sus padres, por fuerza, ha aprendido a solventar sus problemas por si mismo, y a desenvolverse por la vida de forma solitaria. En la edad adulta suelen ser personas totalmente autónomas, que les cuesta mantener una rutina y unas normas dentro de la pareja, ya que tienden al aislamiento y a la soledad. Por ese motivo, en sus relaciones suelen actuar de forma autónoma, dejando a menudo a su pareja a un lado. Son conductas evitativas destinadas a desenvolverse solo.
- El apego ambivalente. Por otro lado, si un niño no obtiene el apoyo y el cariño de su círculo más cercano, puede desarrollar una serie de carencias que puede desembocar en dependencias en la edad adulta. Alguien que no ha obtenido la aprobación, la aceptación y la seguridad desde una edad temprana, se convertirá en una persona que buscará aquello que tanto necesita en los demás, convirtiéndose en una persona dependiente, y sus relaciones siempre estarán basadas en la necesidad. Es decir, en la necesidad de cariño y atenciones que no se han tenido anteriormente.
Cómo nos afecta en nuestras relaciones
El apego en las relaciones de pareja es un buen indicador de cómo han sido nuestras vivencias y experiencias desde nuestra más tierna infancia. Según como haya sido nuestra experiencia vital desarrollaremos un tipo de personalidad u otra, y ello afectará al modo en el cual nos relacionamos con los demás, incluso con nuestra pareja.
Todos buscamos a personas que estén en una situación emocional parecida a la nuestra, o bien que pueda aportarnos todo aquello que carecemos. El apego que hemos desarrollado influirá a la hora de buscar una pareja adecuada para nosotros. Todo dependerá de nuestra salud emocional, y de nuestra experiencia personal.
Si bien el apego que hemos desarrollado determinará el modo de pensar, de relacionarnos, de sentir o de actuar, no es algo inamovible. Si nuestras experiencias personales y emocionales han sido negativas y dañinas, podemos paliar sus efectos. Para poder tener un apego más sano y constructivo será necesario la ayuda psicológica. Gracias a la terapia podremos tener las herramientas necesarias para reconstruir nuestros apegos, y poder tener un buen estado emocional y personal. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online