El enfado que se esconde en el silencio

El enfado que se esconde en el silencio

Cuando uno se enfada, normalmente se verbaliza todo aquello que la ha molestado, o le ha hecho daño. Quizás lo más sano sea eso, poder decirle a aquella persona que nos ha ofendido o dañado, el porqué de nuestro enfado. Puede ser el primer paso para resolver cualquier tipo de conflicto. Pero ciertamente, existen personas que a causa de su personalidad, cuando se enfadan, se guardan esos sentimientos para ellos. Es el enfado que se esconde en el silencio.

Exteriorizar nuestras emociones siempre es positivo y constructivo. Lo realmente malo es guardarse todo ese dolor, y exteriorizar un profundo silencio. Eso solamente genera más dolor, y da paso a emociones tan negativas como el rencor o la ira. No vale nunca la pena vivir con esa carga emocional. Si algo nos hace daño, lo primero que debemos hacer es verbalizarlo. Ponerle nombre a nuestro dolor, es el primer paso para superarlo todo.

El enfado que se esconde en el silencio solo genera más sufrimiento. Existen personas que debido a su experiencia vital, intenta esconder sus emociones como método de protección, o como método de retener sus propios sentimientos. Pero esos silencios son muy ruidosos, y acaban por dañar el bienestar emocional de quienes lo practican.

Así que, no debemos retener ni esconder nuestras emociones, ni nuestros sentimientos. Si alguien nos hace daño o nos ofende, lo mejor es hacerle saber que aquello que ha dicho o ha hecho nos ha generado dolor y sufrimiento. Debemos aprender a soltar todas esas emociones con tal de no dar paso a sentimientos tan dañinos como el rencor. Exteriorizar es el gran paso para desprendernos de toda mochila, y de toda esa carga emocional que tanto nos daña.

Incapacidad para exteriorizar nuestras emociones

Quienes son capaces de guardar silencio cuando es ofendido o dañado, va cargando en su “mochila” personal una gran carga, ya que en ella guardará emociones tan dañinas como el rencor, la tristeza, la ira o el odio. Es una carga que jamás nos permitirá ser felices ni sentirnos plenos. Y cuando más silencio vayamos añadiendo, el peso será cada vez mayor, y ese peso nos irá sumergiendo en un profundo abismo emocional.

El enfado que se esconde en el silencio, al final se convierte en una pesada piedra que guardaremos en nuestro interior. Un gran peso que nos oprimirá y no nos dejará avanzar. Porque cuando nuestra “mochila” personal es demasiado pesada, no nos permitirá dar ni un paso más. Se convierte en una verdadera losa que no nos permitirá mirar hacia adelante, ni poder continuar con nuestras vidas. 

Lo más sano siempre es verbalizar, y dar voz a nuestro dolor. Si alguien es capaz de dañarnos u ofendernos, también deberá ser capaz de escuchar nuestra opinión y nuestro dolor. No debemos, en ningún momento, buscar protección en el silencio. Callarse es capaz de hacernos enfermar. Si quiere volver a sentirte bien, comunícate, y dale voz a tu sufrimiento. No dejes que otras emociones más negativas se adueñen de ti.

El silencio dará paso al rencor y a la ira

Al recibir una ofensa o un daño de otra persona, necesitamos responder. No podemos callarnos en esas situaciones. No digo que nos pongamos a gritar o a vocear. Digo de responder a ese dolor, y hacer saber a esa persona que lo que ha dicho o hecho no es lo correcto, y que no estás dispuesto a volver a admitir algo así. Es importante en esos momentos poder expresar nuestras emociones y sentimientos.

Unas emociones silenciadas solamente nos hace enfermar. Si ante el dolor, miramos hacia otro lado, este acabará por hacernos prisioneros. La rabia por no responder, dará paso a la ira, y la ira siempre dará paso al rencor. Y el rencor es una emoción que solo hace daño a quien la sufre. La otra persona jamás sabrá de ese rencor. Esa es la trampa de este tipo de emociones.

El enfado que se esconde en el silencio solo hará que caigamos en un profundo rencor, y quizás en un deseo de venganza. Esos sentimientos solamente dañan a la persona que los padece. Se hace de dueño de nosotros, y nos ciega. Nos paraliza, y nos permite vivir con la plenitud que te aporta un corazón libre de emociones negativas.

Cómo expresar el enfado que se esconde en el silencio

Es sano y constructivo expresar nuestras emociones. Si las intentamos esconder, nos producirá un dolor tal, que estas se acabarán adueñando de nosotros. Ante las ofensas y del daño, lo más importante es expresar nuestros sentimientos, y aprovechar la situación para establecer nuestros límites con esa persona. Es decir, tenemos que dejarle muy claro que no vamos a tolerar estos comportamientos o palabras, y que si sigue persistiendo, no tendrás otro remedio de dar por finalizada la relación, y alejarte lo más posible.

Jamás intentes silenciar tu enfado. Simplemente, saca esa disconformidad afuera, sin ira ni rencores, sino de un modo constructivo. Ese dolor nos puede ayudar a tomar nuestras decisiones acerca de esa persona, y sacar lecciones que nos ayuden para el futuro. El silencio solo nos hará más daño.

Si esa persona persistiera en su actitud, entonces deberás tomar una decisión acerca de qué hacer con esa relación. O puedes aceptar que te hagan daño, o por el contrario, dar por finalizada esa relación tóxica. Si decides acabar con esa relación, hazlo mediante el perdón. No des paso al rencor bajo ningún concepto. Perdona, y sigue tu camino. Libera a tu corazón de esas emociones tan negativas. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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