El suicidio es un tema tabú
El suicidio es un tema tabú dentro de nuestra sociedad. Es tanto el dolor que produce un acto tan terrible que erróneamente se suele acallar. Produce dolor tanto para las personas que se quedan, como por el dolor de la persona que se ha visto empujada a atentar contra su vida. Pero es un hecho que debemos tener en cuenta, para poder identificar las señales que indican que la persona puede cometer un suicidio, y poder prevenirlo.
No podemos mirar hacia otro lado. Si queremos poner solución a un problema creciente, como es el suicidio, debemos saber porque se produce. De lo contrario, la solución que pongamos en marcha no será eficaz, y nuestros esfuerzos no habrán servido para nada.
Por todos estos motivos, es fundamental que aprendamos a identificar los factores de riesgo, que están estrechamente asociados a la conducta suicida, tanto a nivel individual como a nivel ambiental. Es muy importante que sepamos identificar los factores de protección que pueden ayudar a evitar el suicidio, o al menos reducir su número. De esa manera, nos será mucho más fácil saber qué es lo que está ocurriendo, y que podemos hacer al respecto.
El suicidio es un problema social grave
Según los datos proporcionados por la OMS, suicidarse está entre las primeras causas de mortandad a nivel mundial, y es la primera causa de muerte violenta. En España, aunque no es uno de los países con mayor índice de suicidios, la tendencia es más que creciente.
Se estima que, en nuestro país, se suicidan nueve personas cada día. Esto supone un problema social de carácter prioritario, ya que más de un millón de personas se suicidan al año en todo el planeta.
Las consecuencias que tiene sobre la calidad de vida de la población son muy elevadas. Existe un gran impacto psicológico y social, que recae sobre las personas más cercanas de los suicidas. Estas personas se ven profundamente afectadas en el plano emocional, psicológico y social.
Una de las luchas más importantes a la hora de reducir las estadísticas de personas que se suicidan, es estudiar e identificar qué factores están asociados a este tipo de conductas, pudiendo de ese modo, realizar programas de prevención e intervención.
Señales de que una persona piensa en suicidarse
Existen una serie de señales que pueden ayudarnos a detectar que una persona está pensando en suicidarse. Y éstas son:
- Tristeza profunda y persistente. Cuando una persona está en un bajo nivel anímico durante un tiempo prolongado, puede ser que se esté planteando el suicidio como única salida a su sufrimiento. Estas señales se agravan si la persona además ha sufrido algún tipo de abuso, sea ésta físico, psicológico o sexual, más aún los ocurridos en la infancia. Ello puede ser un factor a tener muy en cuenta. También debemos estar alerta cuando la persona ya ha intentado anteriormente suicidarse. El riesgo a que lo vuelvan a intentar es muy alto.
- Desesperanza. La persona que percibe el futuro sin esperanzas ni expectativas, puede gestar la idea del suicido. Una idea que aparecerá poco a poco, y una vez instalada en su mente, puede empujarle a comerte ese terrible acto.
- Incapacidad para enfrentarse a los problemas cotidianos. Cuando los problemas diarios se perciben como grandes adversidades, y la persona es incapaz de afrontar su día a día, esto merma la autoestima y nos sumerge en una profunda tristeza. Este puede ser un gran detonante para pensar en suicidarse.
- Mención recurrente de la muerte. Es muy habitual que, si una persona contempla la idea del suicidio, lo comunique de alguna forma. Normalmente empleará frases del tipo: “estaría mejor muerto”, “no vale la pena vivir”, o expresiones de ese estilo. A menudo son frases que pasan totalmente invertidas, pero cuando las agrupamos con otras señales como la tristeza profunda, debemos estar alerta.
- Deshacerse de cosas y “arreglar asuntos”. Un hecho muy habitual de este tipo de personas, es deshacerse de sus pertenencias, ya sea tirándolas o regalándolas. También dictan algún tipo de testamento, e intentan cerrar asuntos pendientes, ya sea de tipo económico, personal, o material.
- Aislamiento progresivo. El suicidio es un hecho que normalmente es perpetrado, por personas que atraviesan un problema importante prolongado en el tiempo. Surge después de haber vivido un acontecimiento muy negativo, como una pérdida, un fracaso o un cambio brusco, que condujo a la persona a una profunda tristeza y miedo. Eso siempre llevará a quien lo sufre a un aislamiento paulatino.
Cómo enfocar la prevención del suicidio
Para prevenir el suicidio podemos establecer dos estrategias muy eficaces. Y éstas son:
1). Estrategias para personas con alto riesgo de suicidarse, como son los casos con antecedentes suicidas, trastornos afectivos, problemas de consumos de tóxicos, etc. Y para ello sería aconsejable:
- Realizas tratamientos psicológicos y psiquiátricos más efectivos para asegurar la integridad del paciente.
- Mejorar la continuidad del tratamiento. Si fuera necesario sería totalmente recomendable hospitalizar a la persona con algo riesgo de cometer un suicidio.
- Actualizar y mejorar la formación psicológica y psiquiátrica de los profesionales que se decidan a tratar este tipo de casos.
2). Estrategias dirigidas a la población en general:
- Informar al público acerca del suicidio y de cómo podemos prevenirlo.
- Recomendaciones a los medios de comunicación para evitar los efectos de imitación.
- Realizar programas de psicoeducación en centros escolares, cívicos, de trabajo, etc. Cuanta más información, más preparados estaremos a la hora de combatir esta epidemia.
- Programas de actuación ante los consumos de tóxicos.
Creencias erróneas respecto al suicidio
Existen una serie de creencias sociales erróneas respecto al hecho de suicidarse, que debría matizarse, y éstas son:
Creencia errónea | Evidencia científica |
Quien se quiere matar, no lo dice. | Nueve de cada diez personas que dijeron claramente sus propósitos, lo llevaron a cabo. |
La persona que lo dice, no lo hace. | Las personas que optaron por suicidarse, antes lo había expresado mediante palabras, gestos y cambios de conducta. |
Las personas que intentan suicidarse, lo hacen para llamar la atención. | Aunque todas las personas que intentan suicidarse no quieren morir, existe una mayoría que lo hace con la intención de atentar con su vida. |
Si se hubiera querido matar de verdad, hubiera hecho tal y cual cosa. | Toda persona que suicidarse buscará el medio que conozca, pero puede fallar en su intento. |
La persona que no logra suicidarse, no tiene peligro de recaer. | Los datos afirman, que más de la mitad de las persona que fallaron en su intento de suicidarse, acabaron finalmente con su vida. |
La persona que ha intentado suicidarse estará siempre en peligro. | Mediante un tratamiento adecuado, y un apoyo general, una persona que ha intentado acabar con su vida, puede recuperarse de esa situación. |
Quien se suicida está deprimida. | Aunque la depresión es un factor de riesgo a tener en cuenta. Existen otros estados de riesgo como padecer esquizofrenia, alcoholismo, etc. |
El suicida es una persona con una enfermedad mental. | Las personas con enfermedades mentales son un grupo de riesgo importante, pero también se suicidan personas que no padecen ninguna psicopatología. |
El suicidio se hereda. | No hay ninguna evidencia que certifique esta afirmación. Si en una misma familia ha habido más de un caso de suicido, quizás se trate de un hecho de imitación, más que de factores hereditarios. |
El suicidio no se puede prever. | Cuando una persona procede a suicidarse, antes ha pasado por todo un proceso interno que ha manifestado mediante diferentes conductas y expresiones. Así que se puede prever y tratar el problema subyacente antes de que tome la decisión de acabar con su vida. |
Hablar sobre el suicido con una persona que esté en riesgo, puede incitarlo. | Hablar del suicidio en vez de incitar a la persona que se está planteando ejecutarlo, le ayudará a entender que existe otras salidas, y puede ayudarle a replantearse su decisión. |
El dolor irreparable para los que se quedan
Quien se suicida, se ha marchado con mucho dolor, pero un dolor tan intenso se queda para las personas que quería y amaba. No deja de ser una muerte violenta e inesperada, que provoca un gran sufrimiento para todos. Que alguien a quien queremos y amamos decida acabar con su vida, es algo que se no lograremos entender, por mucho que intentemos revivir ese momento.
Nuestra mene se llenará de miles de pensamientos acerca de lo sucedido, y cómo se podía haber evitado. Asumir que la persona que tanto queríamos se ha querido marchar para siempre, es algo muy difícil de comprender.
Cuando esto ocurre, el shock es tan grande e intenso que puede durar varios días y semanas. Es muy difícil aceptar lo ocurrido, y no se logrará asumir hasta después de algún tiempo. Es normal que aparezcan sentimientos tan dispares como la culpabilidad o la rabia por lo que ha sucedido. El dolor es tan grande para la persona que se queda, que produce una herida tan profunda, que si es tratada, quedará abierta de por vida.
Es por ese motivo, que es esencial que las personas que han perdido a un ser querido de ese modo, tengan un apoyo especializado con tal de que hagan su duelo de forma adecuada, y no se convierta en patológico. Es importante recurrir a la terapia para ello.
Cómo ayudar a alguien que planea suicidarse
El primer paso que debemos realizar, es habar con esa persona que alberga pensamientos suicidas. No debemos juzgarle, sino escuchar todo lo que tiene que decir. Tenemos que propiciar que se desahogue. Es muy importante que esa persona sepa que entendemos sus emociones y que estamos dispuestos a estar a su lado. De ese modo evitaremos que se aísle, y que tenga una vía para poder expresar todo el dolor que siente.
Una cosa que debemos tener en cuenta, es no desafiar a esa persona. No sabemos hasta qué punto es capaz de hacer realidad su voluntad de quitarse la vida. Tomar una actitud agresiva, sólo hará empeorar las cosas. Debemos hacer caso a todas las manifestaciones que realice, y darles la máxima importancia.
Por último, buscar ayuda profesional. Una persona que se plantea quitarse la vida, debe tener ayuda psicológica y psiquiátrica. Junto al apoyo social y familiar, es esencial para ayudarle a no cometer tan terrible acto contra su persona.
Si te estás planteando acabar con tu vida
Si estás pasando por un mal momento, sea cual sea, siempre existe una salida, aunque seas incapaz de verlo. Aunque la vida golpea realmente fuerte, siempre podemos afrontar todos esos golpes. Quizás no puedas hacerlo en solitario, pero puedes apoyarte en las personas que quieres y que te quieren, y puedes buscar ayuda especializada que te ayude a salir de ese pozo tan oscuro.
Así que, si estás en esa situación, te animo fervientemente a que busques ayuda, porque pase lo que te pase, tiene solución. Busca rápidamente el apoyo que necesitas. Comunica a tu entorno más cercano que te ocurre, y acude a un profesional que trate tu problemática. Porque por muy mal que vayan las cosas, todo es temporal. No caigas en la desesperanza, y déjate ayudar. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online