Enfrentarse al cáncer

Enfrentarse al cáncer

Diagnosticar cáncer genera un gran impacto emocional y psicológico en la persona que lo padece, y posteriormente a todas las personas que están a su alrededor. Enfrentarse al cáncer es una de las luchas más duras que podemos llevar a cabo. Es por sí misma una enfermedad impredecible. Su desarrollo puede ir bien, como puede ser mortal. Y eso nos genera un miedo tan atroz que nos llega a paralizar en los primeros momentos después del diagnóstico.

Antes de enfrentarse al cáncer, la persona pasará un proceso de duelo. En este caso no es un proceso relacionado con la pérdida de un ser querido, sino ante la pérdida de uno mismo, de su salud y quizás de su vida. Por ello el proceso de afrontamiento es muy complicado y tedioso.

Cuando la persona recibe el terrible diagnóstico, entrará en un primer momento en una fase de negación. Ante tan horrible noticia, el primer paso será intentar negarlo. No queremos creer que es cierto lo que nos está ocurriendo. Poco a poco iremos cayendo en la ira. Nos sentiremos frustrados por no sabe qué hacer y por intentar aceptar todo lo que estamos sufriendo. Posteriormente intentaremos “negociar”. En esta fase creeremos poder revertir la situación mediante cualquier cambio o gesto.

Una vez pasadas las primeras fases del duelo, entraremos en la fase de depresión. Es aquí donde vamos aceptando lo que nos ocurre, y ello nos llena de tristeza y de desesperación. Es una fase oscura y dañina, pero es necesaria para enfrentarse al cáncer, ya que esta fase da paso a la última: la aceptación. Cuando la persona ha aceptado lo que le ocurre, puede ponerse en ese momento a afrontar todo de un modo más real y efectivo. El primer paso de cualquier tratamiento, es la aceptación del individuo.

Enfrentarse al cáncer es algo que todos hemos tenido que hacer, ya sea para nosotros mismos como para apoyar a un ser querido que lo padece o lo ha padecido. Los casos de cáncer irán creciendo en los próximos años según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierte que pasaremos de 14 millones de diagnosticados de cáncer hoy en día, a 22 millones en 2030. Es un problema que debe afrontarse lo mejor posible, tanto por la persona que lo padece como para todo su entorno cercano.

¿Y después del diagnóstico?

Como ya hemos citado anteriormente, el diagnostico siempre es aterrador, y crea un primer momento de crisis en la persona enferma y en su familia. Enfrentarse al cáncer aterra porque es una enfermedad casi incontrolable, y nunca se sabe cuál será su verdadera evolución.

Es normal que la persona diagnosticada de cáncer quiera una segunda opinión y no acepte su situación. Todo ello es fruto del miedo. Aunque es realmente importante que se tenga otras opiniones al respecto, porque en algunos casos existe un diagnostico errado.

Una vez se tenga certeza del diagnóstico es importante que el personal médico le explique claramente al paciente y a su familia, el tipo de cáncer que sufre, cuáles son sus tratamientos y cuál es su pronóstico.

En estos momentos es importante que la persona que debe enfrentarse al cáncer se proteja emocional y psicológicamente, ya que enfrentarse al cáncer es una lucha con un desgaste emocional total. Tanto la persona enferma como la familia necesitará de apoyo psicológico para afrontar la situación, y de ese modo, mejorar la recuperación.

El cáncer y los trastornos psicológicos

Los efectos físicos del cáncer en la salud física son muy conocidos. Cuando esta enfermedad es diagnosticada, se elabora seguidamente un tratamiento para hacerle frente, y de ese modo poder superarlo. Pero casi nunca se tiene en cuenta la importancia de un tratamiento psicológico durante todo el proceso para enfrentarse al cáncer.

Sufrir cáncer puede hacer que desarrollemos diversas patologías psicológicas. Incluso podemos llegar afirmar que este tipo de pacientes tienen una mayor prevalencia de trastornos psicológicos, aunque se haya superado el cáncer.

Uno de los trastornos más comunes que padecen esta clase de pacientes son los adaptativos, ya que están mucho tiempo hospitalizados. También es relevante el sentimiento de ser una carga cuando las fuerzas físicas empiezan a fallar. Adaptarse a la nueva situación personal es muy difícil.

El desánimo da paso a la depresión, y este trastorno anímico va a acompañar al paciente con cáncer durante todo el proceso. Tendrá una mayor intensidad dependiendo de la edad y como esté de avanzada la enfermedad. También se tendrá en cuenta el apoyo social y familiar, y los antecedentes psicológicos.

En algunos pacientes se desarrolla una idealización de suicidio. Éste aparece como método para dejar de sufrir y escapar de la horrible enfermedad que están sufriendo. Es un hecho muy común en las personas que sufren cáncer.

Por último, decir que también es corriente sufrir ansiedad. El miedo, la presión, y la incertidumbre de la propia enfermedad, hace que la persona sufra altos niveles de ansiedad, que al prolongarse en el tiempo puede desembocar en los temidos ataques de pánico.

Es importante sentirse bien psicológicamente

El deterioro físico es irremediable. La propia enfermedad y su tratamiento hace que nuestro estado físico se vea seriamente mermado. Pero quien padece cáncer puede sentirse bien psicológicamente, y esto hará que pueda enfrentarse al cáncer con más fortaleza y energías. Y ello sólo se consigue con ayuda profesional.

Sentirnos bien emocional y psicológicamente nos permitirá empezar a seguir hábitos saludables, sentirnos activos y con ganas de continuar haciendo cosas. Tener unas metas o un proyecto personal ayudará a la persona con cáncer a afrontar la enfermedad de un modo más positivo.

La ayuda psicológica permitirá a la persona a desarrollar técnicas y estrategias que le ayuden a aceptar su enfermedad y todo lo que ello conlleva, y poder tener la fuerza emocional para enfrentarse al cáncer con mayores energías y ganas. El tratamiento psicológico es esencial para la recuperación de esta clase de pacientes.

La salud emocional y cómo enfrentarse al cáncer

Desde el hospital barcelonés de Vall d`Hebron, diversos estudios han demostrado que existe una relación muy estrecha, entre el pronóstico y los factores emocionales. Es decir, para enfrentarse al cáncer con éxito el paciente debe mantener una actitud positiva y un buen ánimo. De ese modo tendrá mayores posibilidades de supéralo.

Tenemos que ser conscientes de que el plano físico y mental van unidos. Todas nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestras creencias, anhelos, y deseos son factores a tener en cuenta a la hora de enfrentarse a la enfermedad. Todo lo que nos ocurra físicamente se extrapolará al plano psicológico, y viceversa. Por ello se debe afrontar el cáncer con la mejor salud física y psicológica posible.

Tener una actitud positiva nos ayuda a afrontar cualquier revés de la vida, incluso el cáncer. Al mantener un buen estado de ánimo nos genera multitud de beneficios como, por ejemplo, la segregación de endorfinas, que nos permite tener un estado anímico alto, y aumentará nuestras defensas inmunológicas. Por ello es esencial tener un bienestar emocional a la hora de enfrentarse al cáncer.

Cómo ayudar a una persona a enfrentarse al cáncer

Como hemos indicado anteriormente, cuando una persona sufre cáncer padece también un gran daño emocional. Poco a poco se verán afectadas sus relaciones sociales, y su actividad laboral. Ese malestar se puede extender al círculo más cercano de esa persona, es decir, a su familiares y amistades. El enfermo de cáncer suele atravesar una situación de total incertidumbre y miedo que le impide actuar ni pensar con claridad.

Todas las personas reaccionan de un modo diferente ante el cáncer. Pero surgen sentimientos y emociones comunes como el miedo, la rabia, la desesperanza, la ansiedad, la tristeza, y la desolación. Pero a pesar de ello la persona que tiene que enfrentarse al cáncer puede mantener un cierto bienestar emocional, familiar y laboral mediante y después de superar esta enfermedad, pero se requiere de tiempo para habituarse, y que la persona reciba de todo el apoyo que se le pueda ofrecer como, por ejemplo:

  • Acompáñale en sus miedos. Ser diagnosticado de cáncer produce miedo, y es un miedo tan atroz que nos paraliza. No intentes suavizar la situación. Acompaña a esa persona en sus miedos, y deja que se habitúe a su nueva situación. La persona enferma de cáncer necesita sólo que estés a su lado.
  • Escúchale y sé empático. Ponte en el lugar de esa persona, y escúchala en todo momento. Pregúntale qué siente, cómo se encuentra, qué necesita. Eres un gran apoyo para esa persona, y necesita saber que tú le vas a ayudar en lo que puedas. Sacándole esa información también podrás actuar de modo que le puedas ayudar.
  • Es importante generar un buen estado de ánimo, y que se sienta positivo, pero no podemos crear falsas perspectivas. Eso al final sólo crea más sufrimiento. No intentes pintar su situación de color de rosas, sino que acepta como son las cosas, y qué hay que hacer para mejorar. Hazle saber que estarás durante todo el proceso a su lado.
  • Utiliza la positividad con medida. Todos sabemos que sentirse bien es primordial a la hora de enfrentarse al cáncer. Pero debemos respetar que la persona no le apetezca en ese momento esas dosis de alegría. Debemos tener en cuenta su estado de ánimo. Así que si utilizamos el humor y la alegría que sea cuando el paciente tome la iniciativa.
  • Anímale a participar en alguna actividad. Quizás puedes invitarle a realizar una caminata por el campo, o quizás iros a comer con todos sus amigos, o quizás hacer un taller de pintura. Es importante que la persona que tiene que enfrentarse al cáncer, pueda sentirse activa. Quizás su estado de ánimo no sea el mejor, pero si conseguimos que realice alguna actividad su humor cambiará, y podrá sentirse mejor.
  • Debemos respetar sus tiempos y su privacidad. Tenemos que dejar también su espacio y respetar sus deseos. No podemos estar siempre encima. Toda persona requiere de su soledad y su privacidad para poner en orden sus ideas. La persona que debe enfrentarse al cáncer necesita adaptarse a la nueva situación que le ha tocado vivir, y requiere de un ejercicio propio de adaptación. Así debemos contemplar que tendrá sus días buenos y malos, y debemos dejar que viva los ambos a su manera. No podemos atosigarle. Somos su apoyo, no podemos luchar su batalla por ella.

¿Y una vez superado el cáncer?

Gracias a los avances en los tratamientos oncológicos, se ha conseguido que la tasa de supervivencia al cáncer sea cada vez más alta. Cuando se ha batallado tanto por la propia supervivencia, las personas que han superado el cáncer se encuentran con muchas dificultades posteriormente.

La persona que ha logrado enfrentarse al cáncer y lo ha superado se encuentra en primer término con una nueva adaptación. El paciente necesita volver a retomar su vida, sus proyectos, sus relaciones, etc. Ello conlleva un proceso arduo y duro. Los efectos del cáncer tanto a nivel físico como psíquico se deben aun tratar, y eso requiere tiempo.

Es un momento en el cual la persona necesita de todo el apoyo posible. Por ese motivo es primordial que pueda expresarse y hablar de todo lo que le ocurre. Sentirse respaldado y escuchado es clave para su recuperación total.

Todos los enfermos que han superado esta terrible enfermedad, afirman que se genera en ellos un miedo atroz a las revisiones médicas, porque le aterra recaer y pasar por todo lo sufrido. Es algo totalmente normal. Se necesita tratar esos miedos, y que la persona vuelva a tener la confianza de que no tiene porqué recaer, y que las revisiones son necesarias. No puede quedarse siempre en el pasado. Tiene que volver a abrir puertas al futuro.

Por último, debemos aceptar los cambios que se produzca en la persona que ha superado el cáncer. Han sufrido muchísimo y ello les ha hecho cambiar de valores. Ahora son personas totalmente distintas que seguro que valoran de nuevo las cosas más sencillas. Apúntate a ese cambio, porque son un estímulo para el crecimiento personal.

Cambia lo negativo por lo positivo

Después de enfrentarse al cáncer y vencerlo, la persona debe retomar su vida con aun más fuerzas e ilusión. Una persona que ha pasado por ese trance tan negativo, es consciente de su propia mortalidad. Ello le llevará a valorar más la vida, y buscará lo esencial de cada cosa.

El cáncer es una enfermedad terrible, pero somos más que una enfermedad. Una vez que la hemos superado, debemos dejar todo ello atrás. Recrearnos en ese dolor sólo nos causará más sufrimiento.  Hay que volver a retomar nuestras emociones más positivas y vivir.

No debemos evitar aquellas situaciones que nos da miedo y nos aterra. Sólo hará que nuestros niveles de ansiedad se disparen. Debemos afrontar nuestros peores temores. De ese modo podemos adquirir estrategias que nos ayuden a nuestra regulación emocional.

Tenemos que volver a buscar las experiencias que nos hacen felices. No podemos postergar aquello que nos hace sentir vivos. Por ese motivo, debemos siempre realizar aquellas cosas que nos permitan sentirnos plenos, y estar con las personas que nos suman y hacen que seamos más felices.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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