Errores más comunes al finalizar una relación

Acabar una relación sin sufrir

Hay algunas relaciones que por el motivo que sea acaban finalizando. Cuando el amor y el compromiso no están presentes en cualquier relación de pareja, lo mejor es que cada uno de los miembros que conforman esa unión sigan su camino. Pero toda ruptura es un hecho traumático, que siempre trae sufrimiento y dolor en cualquier medida. Para no agravar aún más la situación, y no hacernos daño ni hacer daño a la otra persona, debemos tener en cuenta los errores más comunes al finalizar una relación.

Lo ideal es que cuando se acaba el amor fuéramos sinceros y responsables a la hora de aceptarlo, pero la realidad es que nos da miedo dar el paso, y sufrir en el proceso, además de hacer sufrir a la persona que ha sido nuestra pareja, y que aún nos unen ciertos lazos como el cariño, el respeto o el compromiso. Toda ruptura es una pérdida, y eso es siempre difícil de gestionar. Por lo tanto, podemos llegar a cometer muchos errores al dar el paso de dar por finalizada nuestra relación de pareja, y agrandar el dolor y el sufrimiento.

A veces incluso las parejas se rompen de mutuo acuerdo porque ambas personas han descubierto que ya no se aman, a veces en estos casos, es una ruptura, es difícil de gestionar, y puede llevarnos a padecer un inmenso dolor que no sabremos cómo afrontar. Por ese motivo debemos siempre realizar una ruptura lo menos traumática posible. En vez de generarnos ciertos sentimientos de culpa o de fracaso, deberíamos centrarnos en una nueva vida distanciada de la persona con la que hemos compartido parte de nuestro camino.

No existe un modo correcto de acabar una relación, ni existe un truco mágico para ello. Ante una pérdida siempre sentiremos dolor, y eso no lo podemos borrar. Debemos aprender a asumir la pérdida, y pasar página con el tiempo. Pero lo que sí podemos hacer es no agravar más el dolor que ya sentimos, ni generarle más dolor a la otra persona, para ello debemos evitar caer en los errores más comunes al finalizar una relación. Es algo que está en nuestra mano, y debemos realizar esa ruptura del modo más constructivo posible.

Errores más comunes al finalizar una relación

A menudo se cometen ciertos errores al dar por finalizada una relación de pareja que agrava el sufrimiento. Y es algo que se puede evitar. Una ruptura no tiene por qué convertirse en un hecho traumático que nos genere profundas heridas en el alma, sino que puede convertirse en algo que un principio puede ser doloroso, pero que poco a poco podemos ir afrontando esa pérdida, y de ese modo, poder pasar página y seguir con nuestras vidas. Y entre los errores más comunes al finalizar una relación encontramos:

  • No aceptar la pérdida. A menudo hay relaciones que alguno de los miembros no asumen ni aceptan la pérdida que supone una ruptura sentimental. Intentan así por todos los medios aferrarse a la otra persona, y a la esperanza de que todo vuelva a ser como era. Hay personas que, en vez de iniciar un proceso de duelo adecuado, se dedican a vivir su vida sin asumir lo que ha pasado. Van a fiestas, quedan con amigos, etc. Hacen todo lo que sea posible por no pensar en lo ocurrido, y esto hace que su sufrimiento sea mayor debido a que se niegan su proceso de duelo. Este proceso nos sirve para poder sumir una gran pérdida, afrontar nuestro dolor, y superarlo para así poder pasar página. Es el único método para que nuestro dolor disminuya hasta poder superarlo. Sin realizar ese proceso, la persona se ve abocada a revivir una y otra vez su sufrimiento, impidiéndole a seguir con su vida. Ante una gran pérdida debemos llorar, debemos gritar, y debemos experimentar todas esas emociones que nos ayuden a gestionar nuestro dolor, como es la tristeza o la ira. Todo ello nos ayudará a ser conscientes de lo que nos ocurre, y nos permitirá asumir esa gran pérdida que ha sido la ruptura de nuestra relación de pareja.
  • Dar paso al rencor. Sufrir un gran dolor puede llevarnos a querer vengarnos de la persona que nos ha causado ese daño. Si dejamos paso al odio, daremos paso al rencor, y el deseo de venganza nos destruirá por completo. Querer devolverle el mismo daño a la persona que nos causó dolor es algo tóxico que acabará por hacernos daño nosotros mismos. El rencor solo hace daño a quien lo padece, casi nunca a quien va destinado. Lo mejor que se puede hacer en estos casos es perdonar. Solo con el perdón podremos seguir nuestro camino. Además, si sentimos rencor hacia la persona que fue nuestra pareja, eso nos unirá a ella, y en cierta forma nos esclavizará.
  • Tener esperanzas irreales. Cuando sufrimos una gran pérdida como es el hecho de dar por finalizada nuestra relación de pareja, es lógico aferrarse a la esperanza de que todo vuelva a ser como era con esa persona. Pero es solo una ilusión que no se sustenta con algo real, sino que sale del hecho de no querer asumir lo ocurrido, y no afrontar todo ese dolor que podemos llegar a sentir en esos momentos. Crearse unas expectativas de una relación que ha finalizado es prolongar más nuestro dolor, y no afrontar esa pérdida. Creándonos falsas esperanzas, solo nos hará tener un sufrimiento más elevado, además de negarnos un proceso de duelo que nos ayuda a superar esa pérdida, y seguir con nuestras vidas. No podemos quedarnos anclados en el pasado. Después de una ruptura, ambas personas deben seguir con sus vidas, y deben hacerlo de un modo constructivo y sano, no podemos aumentar nuestro dolor, ni mirar hacia otro lado. Toda pérdida debe ser asumida para poder superarla.
  • No llorar ni asumir la tristeza. Al padecer una pérdida tan dolorosa como es una ruptura sentimental, tenemos que procesar todo ese sufrimiento. Tenemos que dejar en esos momentos que emociones tan intensas como la tristeza o la ira nos visiten. Es importante que nos escuchemos y dejar que esas emociones hagan su función. Es uno de los errores más comunes al finalizar una relación. No podemos mirar hacia otro lado, ni tampoco reprimir nuestros sentimientos y emociones. Tenemos que permitirnos sentirnos mal, que la tristeza nos invada, porque es necesario en nuestro proceso de duelo. Ello nos permitirá gestionar mejor nuestro dolor. Por ese motivo, si tienes que llorar, llora. Si tienes que gritar, grita. Pero nunca reprimas tu dolor. Es esencial aprender a verbalizar aquello que nos hace daño. Dándole nombre a nuestro dolor podremos afrontarlo de un modo más eficaz.
  • Aferrarnos al pasado. El miedo a que pasará, o como será nuestra vida sin la persona que ha sido nuestra pareja, puede ser aterrador. Esa angustia puede dar paso a la ansiedad si se prolonga en el tiempo. Y la ansiedad siempre se alimenta del miedo. Por ese motivo se puede dar en estos casos una gran resistencia al cambio. Querer tenerlo todo controlado puede hacer que esa angustia se reduzca, pero no nos estaremos haciendo ningún favor, porque debemos asumir nuestra pérdida para poder seguir con nuestras vidas. Cuando nos hemos acostumbrado a vivir junto a alguien, iniciar el camino en solitario puede darnos cierto vértigo y mucho miedo, pero ello forma parte del proceso de duelo que debemos hacer. El cambio siempre da miedo, pero debemos dar siempre el siguiente paso. No debemos aferrarnos al pasado ni a lo conocido cuando eso solo nos agravará más el dolor que ya padecemos. Da siempre el siguiente paso.

Cómo superar una ruptura

Una ruptura requiere de aceptar esa pérdida, y para ello es necesario asumir nuestro dolor. Aceptar todo lo que ha ocurrido para poder afrontar nuestro dolor, y superar esa gran pérdida se consigue mediante un proceso de duelo. Este proceso es necesario para poder aceptar que nuestra relación de pareja ha finalizado, y poder pasar página de un modo sano y constructivo. Debemos en ese camino aceptar también nuestro dolor, y poder así gestionar todo nuestro sufrimiento. 

Si el dolor te invade permanentemente y no sabes cómo afrontar tu pérdida, lo mejor que puedes hacer es buscar ayuda profesional. Gracias a la terapia podrás verbalizar tu dolor, y conseguirás estrategias para poder afrontar todo tu sufrimiento. Cuando no somos capaces de aceptar nuestras pérdidas, debemos buscar toda la ayuda y el apoyo que nos sea posible. Todo dolor se debe afrontar y superar. No podemos vivir eternamente sumergidos en el más profundo abismo. Tenemos que aprender a afrontar cualquier adversidad o revés que nos pueda dar la vida. Debemos levantarnos siempre. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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