Fatiga y Depresión
Toda persona que ha sufrido o esté sufriendo en estos momentos una depresión, sabe que siempre va a acompañada de uno de los síntomas más comunes: la fatiga o el cansancio extremo. Es decir, existe una estrecha relación entre la fatiga y depresión
Tareas sencillas y cotidianas, como levantarse de la cama, o tomar un simple baño, pueden requerir un enorme esfuerzo cuando se sufre depresión. Además, la propia fatiga desempeña un papel primordial en la aparición de otros síntomas asociados con este trastorno del estado de ánimo, como puede ser la apatía.
La depresión aumenta de forma intensa nuestra sensación de cansancio. Por ese motivo la fatiga y depresión están tan unidas. Cuando estamos bajo de ánimo, nos costará horrores hacer aquellas actividades, que antes realizábamos sin caer en el cansancio ni en la apatía extrema.
Existe la unión entre fatiga y depresión porque esta última está causada por la preocupación, la frustración, y el resentimiento. Así que mientras nuestro estado de ánimo este bajo mínimos, nuestras energías estarán igualmente bajas. Nuestras fuerzas serán tan pocas, que tareas sencillas y cotidianas nos resultará un obstáculo inmenso.
¿Por qué sufriendo depresión caemos en la fatiga?
Diferentes estudios apuntan que la fatiga en la depresión, contribuye notablemente al propio deterioro de la calidad de vida. Además, también es un síntoma a tener en cuenta, ya que es factor de riesgo en la cronicidad de la depresión, y de las posibles recaídas.
La unión de fatiga y depresión tiene como posibles causas: problemas para conciliar el sueño, alteraciones del apetito, el estrés, e incluso la ingesta de algunos fármacos que se utilizan para tratar la propia depresión. A continuación, veremos porque las personas que padecen depresión son más propensas a sufrir fatiga extrema.
- Problemas para dormir. El sueño es primordial a la hora de recuperar nuestras energías gastadas. La falta de sueño puede hacer que nuestro estado de ánimo disminuya, y por tanto existe un riesgo real de sucumbir a la depresión. La falta de sueño también puede empeorar la sintomatología de la depresión. Incluso en aquellos casos en lo que una persona duerma lo suficiente, es posible que su calidad del sueño no sea la apropiada. Otro trastorno del sueño que puede favorecer la unión: fatiga y depresión, es la apnea obstructiva del sueño. Como la calidad del sueño es pésima y no se repone las energías perdidas a lo largo del día, la apnea afectará a nuestro estado anímico.
- Dietas inadecuadas. Diversos estudian afirman que ingerir alimentos hipercalóricos y azucarados, puede llevarnos a padecer depresión y fatiga. Son alimentos que no aportan energías saludables para poder afrontarnos a las actividades cotidianas. Una alimentación poco saludable es capaz de hacer que padezcamos un cansancio extremo y continuado.
- El estrés. El estrés tiene como consecuencia directa, la alteración de los niveles de serotonina y dopamina. Estas dos sustancias químicas que se liberan en el cerebro, desempeñan un papel crucial a la hora de regular nuestro estado anímico y la acumulación de nuestra energía.
- Fármacos. Algunos fármacos empleados para combatir la depresión, actúan sobre los neurotransmisores del cerebro, favoreciendo la regulación de nuestro estado de ánimo. Sin embargo, existen algunos de estos medicamentos, que puede causar fatiga extrema. Es uno de los efectos secundarios que tenemos que tener en cuenta.
Cuando la fatiga afecta a nuestro estado de ánimo
Fatiga y depresión van de la mano. Toda aquella persona que vea afectado su estado anímico se sentirá agotado. Es un cansancio mental que repercute incluso en las actividades físicas. Realizar simples tareas cotidianas supone emplear un esfuerzo inmenso.
Además, la fatiga provocada por la depresión, provoca desmotivación. Es tan intensa que hará que caigamos en una profunda apatía, y evitemos nuestras propias emociones. Cuando se entrelaza la depresión y la fatiga podemos llegar a padecer:
- Desinterés y desmotivación general.
- Pérdida de energía. Cansancio extremo.
- Baja tolerancia al estrés, o a situaciones que lo provoquen.
- Problemas de concentración, o de mantener la atención.
La fatiga puede causarnos diversos problemas, y muy serios, tanto a nivel emocional, como a nivel físico, personal y en las relaciones interpersonales. Aunque la depresión es una de sus posibles causas, la fatiga en si puede provocar estados de carácter depresivos, además de sensación de perder el control.
Cómo mejorar la fatiga si padecemos depresión
Cuando padecemos fatiga y depresión, debemos plantearnos iniciar un tratamiento psicológico que nos permita aumentar y fortalecer nuestro estado anímico. Para ello debemos aceptar el problema, y decidirnos a buscar ayuda profesional, ya que es una problemática que no desaparecerá por si sola. Necesitaremos herramientas que nos permitan aumentar nuestras energías y motivación.
Algunos consejos nos ayudarán a mejorar nuestra fatiga cuando estamos deprimidos:
- Hacer ejercicios. Al mantenernos activos, dormiremos y descansaremos mejor. Habrá un aumento de liberación de hormonas y sustancias en nuestro cerebro que nos ayudarán a sentirnos bien, y por tanto sentirnos menos fatigados.
- Tener una buena higiene de sueño. Es esencial mantener una rutina que nos permita descansar cuando lo necesitemos. Al poder descansar correctamente, podremos reponernos del cansancio.
- Mejorar la dieta. Para combatir la fatiga provocada por la depresión, es importante dejar a un lado los alimentos ricos en grasas, y los azúcares refinados. Aumenta el consumo de verduras, pescado azul, y otros alimentos beneficiosos que nos permitan obtener energías.
- Practica la relajación. Es muy importante sentirse relajado y tranquilo. En ese estado tu estado de ánimo mejorará, y de ese modo podremos aliviar el estrés acumulado.
Tenemos que tener en cuenta que no tenemos por qué vivir bajo el yugo de la fatiga y depresión. No debemos conformarnos con este estado anímico bajo. Debemos tomar la firme decisión de tratar nuestra depresión, y de ese modo, síntomas tan negativos como la fatiga, desaparecerán por si solos.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online