Qué son las heridas emocionales persistentes
Durante toda la infancia estamos expuestos a multitud de situaciones y vivencias que debemos afrontar. Algunas de ellas crean una marca indisoluble que nos acompaña para siempre, al menos que sea tratada. Son las denominadas heridas emocionales persistentes.
Las heridas emocionales persistentes son aquellas experiencias que nos hicieron daño y no fuimos capaces de gestionarlo. Dicho dolor queda alojado en nuestro interior y de un modo u otro marca nuestras vivencias futuras. Aquello que no superamos siempre vuelve. Es por ello que es importante sanar dichas heridas.
Existen cinco heridas emocionales persistentes principales y comunes, que siempre quedarán guardadas en nuestra mente, y que nos acompañará en edad adulta. Veamos a continuación de que heridas se tratan.
Causas de las heridas emocionales
Todos somos fruto de aquello que hemos vivido y experimentado. Si nuestras vivencias han sido positivas y constructivas, nuestro desarrollo habrá sido sano y consistente. En cambio, hemos sufrido experiencias negativas, seguramente habremos desarrollado ciertos daños que nos acompañarán por siempre. En este artículo nos centraremos en las 5 heridas emocionales más persistentes.
Toda persona requiere desde su más tierna infancia de ciertos cuidados, cariño y protección de todo su entorno, y sobre todo, de las personas que más tienen que darle esas atenciones, como son los padres o las madres. Pero si alguien ha sufrido el abandono y el descuido de todo su entorno, sus experiencias habrán sido muy negativas, sobre todo a la hora de construir su propia personalidad y su madurez emocional.
Debemos entender que, un niño que ha sufrido tanto se convertirá en un adulto herido. Y esas heridas serán capaces de condicionar todas las experiencias futuras, y afectar a todos los ámbitos de la vida de quien lo sufre, como por ejemplo, en el trabajo, o en la forma de relacionarse. Las heridas emocionales son tan persistentes que siempre nos acompañarán a no ser que sean tratadas.
Lidiar con un pasado que nos atormenta nunca es sencillo. Comenzar a reconstruirnos y sanar nuestras heridas es algo muy complicado, necesitando mucho tiempo y esfuerzo. Pero es importante poner todo de nuestra parte para afrontar ese dolor, y pasar página para poder tener una vida libre de esas cargas emocionales. Para ello reparemos en este artículo las 5 heridas emocionales más persistentes. Quizás si reconoces algunas de ellas, puedas pedir la ayuda que necesitas.
El dolor de un pasado que no hemos superado
Dejar que nuestro pasado se apropie de nosotros y de nuestro presente, es algo que siempre esconde un precio a pagar. En este caso, podemos llegar a padecer ciertos trastornos que hará que nuestro sufrimiento se vea incrementado. Una de las secuelas de padecer heridas emocionales, es una bajada de nuestro estado de ánimo. El dolor, y el sufrimiento que padecemos, puede afectarnos de tal manera, que puede favorecer la aparición de la depresión. Sumergirnos en una profunda tristeza es un signo inequívoco de que estamos emocionalmente heridos, y necesitamos de toda la ayuda que podamos reunir.
Vivir en un presente condicionado por un pasado traumático, puede hacer que nuestros niveles de angustia y de estrés se vean incrementados. Esos altos niveles de angustia puede llevarnos a padecer trastornos relacionados con la ansiedad. Sufrir una gran presión durante un tiempo muy prolongado puede llevarnos a padecer los síntomas de la ansiedad, y llevarnos a sufrir siempre miedo y angustia.
Un niño que ha crecido bajo el abandono, los reproches y las criticas, se habrá convertido en un adulto con una autoestima dañada. Es una de las secuelas más comunes de las heridas emocionales. Reconstruir esa autoestima es esencial, y para ello se necesita de ayuda profesional. El dolor y el sufrimiento que sufren las personas emocionalmente heridas pueden favorecer la aparición de emociones tan negativas como el rencor, la rabia, o la culpa. Todas estas emociones son el fruto de un dolor intenso que ha perdurado durante mucho tiempo.
Las 5 heridas emocionales más persistentes
Entre las 5 heridas emocionales más persistentes podemos encontrar:
- Miedo a las críticas y a los reproches. Una persona que ha desarrollado su personalidad y su autoestima bajo las críticas, los juicios y los reproches constantes de las personas que más quiere, y más deberían cuidarle, hará que esa persona se sienta totalmente insegura, y se perciba a sí misma de un modo totalmente negativo. Esa persona desarrollará un miedo atroz a fallar a los demás, y ser criticados. Por ello será muy rígido con sus actuaciones, y muy crítico con sus propios errores. Eso le hará intentar por todos los medios, no decepcionar a nadie, con tal de no recibir esas críticas o juicios que tanto daño le hacen. Incluso pueden desarrollar una gran fobia a cometer errores, y eso les llevará a hacerlo todo bajo cierta supervisión. Se convertirán en personas muy dependientes de los demás.
- Miedo al abandono. Una persona emocionalmente herida siempre buscará el cariño y las atenciones que nunca ha tenido. Eso les llevará a tener relaciones totalmente dependientes, y tóxicas. Al necesitar a otra persona para sentirse bien, ello les empujará a desarrollar ciertos miedos. Y el miedo más grande que pueden experimentar, es el miedo al abandono. Sentirse rechazados les causa pavor, y les lleva a aceptar cualquier condición con tal de que la persona amada o querida se quede a su lado. No están dispuestas a aceptar una pérdida así, porque emocionalmente no lo soportarían.
- Miedo a ser traicionados. Cuando una persona ha estado sometida a la dejadez y la falta de atenciones desde pequeños, por parte de su entorno, se sentirá en cierta forma traicionado. Eso le hará siempre desconfiar de los demás, ya que estará permanentemente en alerta para no ser dañado. Ese miedo a ser de nuevo traicionado les llevará a no ser capaz de tener relaciones sanas y constructivas. No se puede tener relaciones con otras personas basadas en la desconfianza. Eso solamente nos llevará al dolor y al sufrimiento más extremo. Es difícil volver a confiar en alguien en estos casos, pero es algo necesario si se quiere tener relaciones más sanas y plenas.
- Miedo a ser humillados. Quien se ha visto expuesto a los reproches o las críticas de las personas más cercanas y queridas, desarrollará un miedo intenso a ser humillados. A nadie le gusta que alguien le diga aquello que hace mal, o que tiene que mejorar. Menos aún cuando esos reproches se hacen en público. Nadie que reciba ese maltrato puede tener una autoestima positiva o sana. Si una persona ha sufrido constantemente humillaciones, se percibirá a si mismo como alguien incapaz o no válido, y tendrá un terror abismal a volver a ser humillado, y sentirse tan mal consigo mismo.
- Miedo a la culpa. Si alguien te ha culpabilizado durante toda tu vida por todo lo malo que le ha ocurrido, al final desarrollarás un gran sentimiento de culpa, y los remordimientos no le dejarán avanzar. Esta es una de las 5 heridas emocionales persistentes más comunes. Quien siente esa culpa tan intensa, hará todo lo posible para no sentirse así. Este hecho puede ser utilizado por personas que quieran manipularle o chantajearle. Una persona que se sienta tan culpable, acabará incluso por dañarse a si mismo, y no creerse merecedor de nada bueno que pueda pasarle. Al final, esos sentimientos se convertirán en un modo de pensar y de actuar totalmente destructivo.
Cómo sanar las heridas emocionales persistentes
En esos casos, para poder sanar las heridas emocionales es necesario la ayuda psicológica. La terapia te dará todas las herramientas que necesitas para afrontar tu dolor y sufrimiento, y de ese modo, puedas sanar todas tus heridas. Pero también decirte que, necesitarás de tiempo y de esfuerzo personal. Piensa que después de años sufriendo tanta angustia y tristeza, debes reconstruirte por completo, volverte a encontrar, y superar todo ese dolor.
Es estos casos, es totalmente necesario reconstruir nuestra autoestima, así como la percepción que tenemos acerca de nosotros mismo. También deberemos cambiar nuestro modo de pensar y actuar. De ese modo, podremos sentir en bienestar que tanto necesitamos. No podemos vivir siempre con esa carga. Nadie debería hacerlo. Para ello es necesario que apuestes por la terapia. Hazlo, y vuelve a sentirte bien. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online