Ciberbullying
Podemos considerar el ciberbullying como un tipo de acoso escolar que se realiza en el ámbito digital. Su silenciosa y rápida proliferación, así como el daño que produce a las víctimas, se hace difícil su detección a tiempo.
Sin duda, las nuevas tecnologías son una fuente inagotable de información, de ocio, de formación, y de socialización, cuando son utilizadas adecuadamente. Pero cuando una persona con un perfil dominador y agresivo las utiliza y encuentra a su víctima apropiada, puede hacer un uso nocivo y dañino de las tecnologías actuales.
Normalmente, quien sufre acoso en las aulas, ve como esas agresiones continúan cuando está en casa por medio de las herramientas sociales que proporcionan la red. Es por ello que debemos tener el conocimiento necesario para detectar este tipo de maltrato y tratarlo a tiempo. La violencia en ninguna de sus vertientes debe ser consentida. Como dice la famosa frase: para que triunfe el mal solamente es necesario que la gente buena no haga nada.
El ciberacoso sigue siendo acoso
El acoso escolar o Bullying (término extraído de la lengua inglesa) se produce cuando una persona o grupo de personas ejercen actos y comportamientos agresivos contra otro compañero de clase o de colegio.
Este tipo de comportamiento violento tiene diversas variantes, que dependerán del lugar y la forma en la cual se produzca la agresión. Podemos encontrar:
- Bullying de tipo emocional. Es un tipo de agresión o acoso sutil, en el cual se ataca el aspecto psicológico. Produce un tipo de daño difícil de detectar en la víctima. Y cuando se consigue detectar el daño emocional es muy grave.
- Aparte de las agresiones psicológicas se produce también un ataque físico. Decir que es un tipo de acoso más visible y “fácil” de detectar porque las heridas físicas se pueden visualizar.
- Bullying centrado en el sexo. Se producen comentarios y ataques físicos de carácter sexual. Por ejemplo, tocamientos en zonas sexuales, u observaciones obscenas.
- Bullying de tipo verbal. Es un acoso que se centra en la intimidación, en las bromas, y en los rumores. Todo tiene como objetivo, menospreciar a la víctima.
- Es el acoso que se realiza mediante la tecnología. Normalmente, suele darse conjuntamente con un acoso físico y presencial en los centros educativos.
¿Qué es el ciberacoso o ciberbullying?
El ciberacoso o ciberbullying, es un tipo de acoso y agresión que utiliza los medios tecnológicos para llevarlos a cabo. Suele darse por teléfono o por internet. La persona que ejerce el acoso siempre tratará de minar y socavar la autoestima de sus víctimas, enviándole mensajes amenazantes e intimidatorios.
Antes del uso masivo de las nuevas tecnologías, el acoso o bullying se producían de un modo físico en los centros educativos. Pero los nuevos medios de comunicación han servido también para que los acosadores encuentren una vía para prolongar sus agresiones a sus víctimas, sin importar el tiempo ni el lugar, ya que los insultos y las vejaciones viajan por la red.
Internet y las redes telefónicas han servido como nuevos medios de acoso. Por tanto, decir que, estaremos ante un caso de ciberbullying cuando un menor daña, humilla y veja a otro mediante el uso de las redes.
Cómo se produce el Ciberbullying
El ciberacoso se amolda a las nuevas tecnologías y por tanto puede encontrar tantas vías como nos de dichos medios. Por tanto no existe una única vía para ejercer el acoso, y por ello es difícil de actuar ante tales agresiones con tal de erradicarlas.
Una de las conductas más utilizadas por los ciberacosadores es intentar humillar y difamar a sus víctimas mediante recursos tales como: las fotografías, videos o imágenes. Pero existen muchos recursos más, como por ejemplo:
- Crear canales donde difamar y vejar a la víctima: los acosadores pueden crear grupos o foros en los cuales los otros menores puedan opinar negativamente de la víctima.
- Generar informaciones falsas, e incluso suplantar la identidad de la víctima: los menores pueden llegar a hacerse pasar por su víctima, y de ese modo mostrar informaciones y perfiles falsas, desprestigiando así la integridad y el honor de sus víctimas. Al suplantar la identidad de la víctima, el acosador podrá hacerle llegar spam (correos no deseados), o hacer que desconocidos se pongan en contacto con la víctima.
- Expandir rumores falsos: gracias a eso la victima puede ser juzgada por el resto de personas que participan en la agresión, y pueden unirse nuevos participantes al acoso.
- Realizan amenazadas: éstas son realizadas a través de email o de mensajería móvil normalmente.
Todos estos recursos pueden ser realizados por el acosador de manera individual o combinándolas. Son técnicas infalibles para destruir la autoestima de sus víctimas, y de su bienestar físico y psicológico.
Diferencias entre Ciberbullying y Bullying
Todo abuso tiene una base similar e inamovible. Pero estos dos tipos de acoso tienen sus propias diferencias que los hacen únicos. Entre ellos se diferencia en el modo de manifestarse, así como en las estrategias para abordarlo.
El acoso escolar o Bullying se produce en un espacio siempre físico, y el ciberbullying se manifiesta en el medio virtual. Este tipo de acoso online no requiere que la víctima y el acosador estén en un mimo lugar, ni en un mismo momento.
Mediante el ciberacoso se produce una agresión emocional y psicológica, pero nunca física, ya que no tiene por qué hacer un contacto directo entre acosador y acosado. Aunque a veces el ciberbullying se produce como extensión de un acoso físico previo en el centro escolar.
Al ser muy difícil de detectar, el ciberbullying se prolonga más en el tiempo, ya que al no haber unas heridas física visibles. Por eso no se puede abarcar con rapidez, y cuando se detecta los daños psicológicos y emocionales son muy graves en la victima.
Perfil del acosador
El perfil de un agresor en el ciberbullying suele ser el siguiente:
- Es frecuente que sean repetidores y de edad superior a la media de la clase.
- Su rendimiento escolar es bajo.
- Muestran una actitud negativa hacia la escuela.
- Suelen ser más fuertes físicamente que sus víctimas.
- Muestran poca empatía hacia las víctimas.
- Presentan altos niveles de impulsividad.
- Sienten la necesidad de dominar a otros mediante el poder y la amenaza.
- Toleran mal las frustraciones.
- Les cuesta aceptar las normas sociales.
- Presentan una actitud hostil y desafiante con padres y profesores.
- Perciben escaso apoyo y supervisión parental.
- Informan de frecuentes conflictos familiares, de autoritarismo y hostilidad.
- No acatan las normas sociales.
- Tienen una opinión relativamente positiva de sí mismos: presentan una autoestima media o incluso alta.
- Tienen un grupo pequeño de amigos (dos o tres) que les apoyan.
- Son más populares entre sus compañeros que las víctimas.
Perfil de la víctima de ciberbullying
El perfil de un agredido o víctima pasiva suele ser el siguiente:
- En su apariencia física suelen presentar algún tipo de desventaja (complexión débil, obesidad…).
- Su rendimiento académico es superior al de los agresores y no tiene por qué ser peor al del resto de los compañeros.
- Muestran poca asertividad, mucha timidez, inseguridad y ansiedad.
- Se sienten sobreprotegidos por sus padres y con escasa independencia.
- Suelen ser ignorados o rechazados por sus compañeros en clase.
- Tienen dificultades para imponerse y ser escuchados en el grupo de compañeros.
Entender el ciberbullying como una agresión grave
Normalmente el ciberbullying comienza por pequeñas bromas o hechos puntuales. Algo aislado. Poco a poco si el acosador ve debilidad es su víctima comenzará a realizar agresiones virtuales de más intensidad y duración. Estos ataques generan en la víctima un gran daño psicológico, más duraderos y profundos que el que pueda dejar el maltrato físico. En los casos más extremos llegan a mermar tanto la autoestima y el estado de ánimo de la víctima, que ésta puede plantearse el suicidio.
Al ver una agresión en un contexto virtual, lo convierte en un maltrato muy peligroso, ya que es muy difícil de detectar a tiempo, y el daño una vez hecho es demoledor. Internet es un medio potente e inmediato donde las agresiones son instantáneas y constantes. No existe el tiempo ni el espacio en este tipo de maltrato.
El ciberbullying se puede dar en todas las etapas del desarrollo del menor, pero la estadística nos demuestra que se da más en adolescentes. Quizás sea debido a que ellos tienen un acceso más fácil a los medios tecnológicos. Una persona de esas edades tiene la capacidad suficiente para hacer un daño en su víctima devastador. Por ese motivo, los padres no deben bajar la guardia, ni pensar que nuestros hijos son los suficientemente mayores para dejar de vigilar sus actividades, ya que no son los suficientes maduros aun para conocer qué alcance real puede tener sus actos.
¿Qué efectos reales tiene el ciberbullying en sus víctimas?
En el ciberacoso es frecuente observar en las victimas un marcado descenso sus niveles de autoestima y autoconcepto, incluso pudiendo llegar a sentirse culpables de las agresiones que están sufriendo. Se sienten fuertemente inseguros, y sufren vergüenza por no ser capaces de gestionar la situación por ellos mismos.
Muchas de las víctimas de este tipo de acoso son coaccionadas para no dar a conocer las agresiones y permanecer en silencio. Toda esta situación interfiere en su rendimiento escolar, en cómo se relaciona con los demás, y cómo se siente.
Cuando el ciberacoso es muy intenso, y se prolonga durante meses las victimas pueden llegar a sufrir patologías relacionadas con la personalidad o el estado de ánimo, como por ejemplo depresión severa o fobia social. Incluso el riesgo de suicidio en este tipo de victimas puede llegar a ser muy elevados.
Cómo afrontar el Ciberbullying
Tenemos que afrontar cualquier tipo de acoso como lo que es: un tipo de maltrato y de agresión. Lo más efectivo es abordar la problemática de forma combinada entre los profesionales escolares y los progenitores del menor acosado. También deben participar profesionales del ámbito judicial y policial, así como profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras. La respuesta ante este acoso debe ser contundente y ajustada a las necesidades de la víctima.
Es importantísimo la información. Todos debemos saber que riesgos hay a través de internet, y saber cómo podemos actuar frente a este tipo de acoso. Es importante reconocer estas agresiones con tal de afrontarlas lo antes posible.
Los padres y los menores deben educarse respecto a las nuevas tecnologías. Hay que fomentar un uso responsable de internet, y no exponerse no exponer a los menores a todos los riesgos del medio virtual. Sobretodo el menor debe detectar el acoso, y tener la capacidad de exponérselo a sus padres, y éstos reaccionar a tiempo.
La herramienta más efectiva es la educación, como hemos visto, pero también debemos fomentar la prevención. Sabiendo los riesgos podemos estar alerta ante cualquier síntoma que nos indique que nuestros hijos sean víctimas de un acoso. No debemos subestimar el daño que produce el ciberbullying, y debe ser tratado con rotundidad. El acoso y sus efectos se deben afrontar siempre.
El necesario el control parental
Para abordar correctamente debemos plantear el uso de los controles parentales. Es decir, instruir a los padres para que supervisen, controlen y limiten el contenido al que sus hijos pueden acceder a la red.
Con tal de poder efectuar estas acciones de prevención, debemos aprender a usar distintas herramientas de limitación del uso de internet desde ordenadores, tabletas y móviles. Para esos objetivos debemos instalar programas y contraseñas que nos permitan controlar el acceso a la red de nuestros hijos.
Algunas de esas herramientas son:
- Bloqueo sistemático a ciertos contenidos de la red.
- Limitación al acceso de programas de mensajería instantánea, chats o redes sociales.
- Bloquear las llamas entrantes de números de teléfono desconocidos.
- Limitar el tiempo el uso de internet.
- Botones de emergencia que el menos puede pulsar y avisarnos de una situación de peligro.
- Geolocalización. Sabes en cada momento donde está nuestro hijo en tiempo real.
Qué hacer si eres víctima del ciberacoso
Si eres víctima de ciberbullying debes:
- Pedir ayuda. Ante cualquier tipo de agresión recibida debes recibir toda la ayuda que necesites. No lo pienses, ni dejes pasar el tiempo, actúa dando a conocer qué te ha ocurrido. No dejes que las agresores salgan impunes, ya que el acoso nunca acabará por sí solo. Pídele esa ayuda urgente a tus propios padres o a personas adultas muy cercanas.
- No respondas a las provocaciones. No dejes que vean tus debilidades, ni cómo pueden herirte. Conserva la calma.
- Deja de visitar los sitios en la red donde eres acosado. No utilices esos chats o redes sociales. Si las agresiones te llegan a través del número de teléfono o del email, baraja cambiar de número o de cuenta.
- No des información. Cuando menos sepan de ti mejor. Quien sabe mucho de ti sabrá cómo puede atacarte. No des datos de tu vida privada y personal por la red.
- No te centres en los ataques. Sigue con tu vida cotidiana, y deja a un lado a tu agresor.
- Guarda todas las pruebas que puedan ayudarte a ejercer acciones legales contra tu agresor.
- Haz saber a tu agresor que vas a poner freno a sus agresiones, sea como sea. Que sepa que sus actos tendrás consecuencias sociales, familiares y legales.
- No te culpabilices. Ninguna víctima es responsables de las agresiones recibidas. El único que tiene que responder ante sus actos es el agresor.
- Busca ayuda psicológica. Es muy difícil saber gestionar adecuadamente las agresiones nosotros mismos. Es necesario la guía y la ayuda profesional que nos ayude a mantener una buena autoestima, y no ver mermada nuestra estabilidad emocional y psicológica.
Consecuencias legales del ciberbullying
Son multitud los delitos que un menos puede cometer al hacer un mal uso de las nuevas tecnologías. Desde ataques a la intimidad, a la agresión verbal, atentados contra el honor, o las calumnias e injurias.
Los hechos delictivos producidos a través de los medios virtuales tienen la misma consecuencia que los cometidos de forma física. En el caso de ciberbullying, las victimas encuentran su amparo legal en el artículo 197 del Código Penal español. En dicho artículo castiga la vulneración de la intimidad, el acoso y el ataque personal. También recoge la posibilidad que la víctima de una persona menor de edad o que padezca una incapacidad intelectual.
Conclusiones
Toda agresión, todo maltrato, y todo acoso deben ser abordado y eliminado. No debemos mirar hacia otro lado y pretender que el problema se resuelva solo. Porque ya sabemos que no es así. El agresor jamás parará por sí mismo. Debe ser castigado. La victima por otro lado, debe ser siempre ayudada y respaldada. La víctima jamás es responsable de la agresión recibida, y solamente el agresor o acosador es quien debe responsabilizarse de sus actos.
Todo acosador se alimenta del miedo. Ese miedo que ejerce sobre los demás le permite conseguir aquello que quiere, sean motivos psicológicos como sentirse poderoso, como por otros motivos, como puede ser por ejemplo, obtener favores, dinero, o cualquier otra cosa.
Los matones necesitan límites. Es importante que se encuentren con una oposición contundente que les hagan responsables de sus actos. Por ese motivo los padres, familiares y profesores deben estar alerta ante cualquier cambio en la conducta del menor, con tal de anticiparse y prevenir posibles riesgos pertenecientes al uso de la red.
Las victimas necesitarán todo el apoyo posible. Es fundamental sentirse arropados y queridos por su entorno más cercano. Igualmente es esencial que puedan tener ayuda psicológica que les permita volver a recuperar la autoestima, y mejorar su estado de ánimo.
¡Qué toda agresión tenga su respuesta! No miremos a otro lado.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online