Cómo son las personas rencorosas
Todos hemos sido dañados alguna vez en nuestras vidas. Existen personas que simplemente pasan página y siguen con sus vidas, y existen personas que permanecen inmóviles en ese dolor. Se alimentan del daño que han sufrido, y necesitan tener viva la esperanza de una futura venganza. Son heridas que no son capaces de cerrar de ningún modo, y ello les va consumiendo cada vez más. En este artículo describiremos cómo son las personas rencorosas.
Es cierto que alguna vez hemos sido ofendidos y dañados. Esto forma parte de la vida y de las relaciones que establecemos. Cuando esto ocurre, lo más sano es aprender de ello, perdonar, y seguir con nuestras vidas. Pero existe un tipo de personas, que atrapan todos los agravios sufridos, y se recrean en ese profundo dolor. Son incapaces de dejar atrás esa mala experiencia y seguir adelante. Se convierten así en personas necesitadas de venganza y odio, y ello es una carga que nadie debería soportar, ya que nunca destruye a la persona a quien va dirigido ese rencor, sino que solamente destruye a la persona que siente esas emociones tan negativas.
El rencor nace de la necesidad de devolver “el golpe”. Es una necesidad infantil que perdura en personas adultas incapaces de gestionar el dolor. Pero esta emoción es mucho más, esconde un dolor perpetuo capaz de cambiar por completo a las personas que la padecen. Es capaz también de alterar el humor y el estado de ánimo, la confianza en los demás, y en definitiva es capaz de cambiar todo lo que una persona es. El rencor es capaz de debilitar y destruir a quien la padece.
Características de las personas rencorosas
Para saber cómo son las personas rencorosas debemos fijarnos en su biografía, su conducta y su modo de pensar. Suelen aguantar un enorme peso en su interior. Desean responder a las ofensas, las traiciones, el engaño y el abandono. Ello les ha producido serias heridas emocionales que no les permiten seguir con sus vidas. Acaban por centrarse en el odio y en la venganza. Pero eso solamente les producirá aún más dolor.
Las personas sumidas en el rencor suelen tener una autoestima baja. Necesitan sentirse valoradas y aceptadas, no soportando ninguna clase de desprecio u ofensa. Para ellos, un simple mal gesto de una persona cercana se convierte en una de las mayores ofensas. Es un modo infantil de percibir las relaciones y todo lo que estas conllevan.
También hay que tener en cuenta que esta clase de personas suelen tener un pensamiento rígido. Es decir, o estás con ellas o contra ellas. No son capaces de tener un pensamiento crítico, ni gestionar adecuadamente las adversidades.
Sus relaciones suelen ser bastante tóxicas. Al tener una personalidad infantil encaminada al pensamiento rígido, valora a las personas cercanas como queridas o como enemigos. No son capaces de percibir a alguien simplemente como algo neutral.
Su estado de ánimo suele variar dependiendo de sus relaciones. Cuando estas van mal, su estado de ánimo suele ser bajo, pero cuando se siente arropada y querida, su estado se convierte se eleva hasta la euforia. Por tanto, podemos decir que, son personas emocionalmente variables y dependientes de los demás.
Cuando hablo del perdón, no quiero decir que, si alguien nos daña, tenemos que perdonar y seguir como si nada. Cuando hablo del perdón hablo de perdonar, quitarnos esa carga, y seguir con nuestro camino. Si la persona dañada quiere continuar con esa relación, ya es una decisión personal.
Ya sabemos cómo son las personas rencorosas, y como necesitan perdonar para seguir avanzando. Nadie debe cargar con tanto peso emocional. Si alguien nos ofende, nos daña o no ninguna, debemos perdonar y seguir con nuestro camino. Nadie que nos daña merece ni nuestro tiempo, ni nuestras energías para mantener nuestro odio y nuestro rencor.
El rencor siempre nos lleva al sufrimiento. Un sufrimiento que solamente lo padecemos nosotros mismos. La persona a quien va dirigido nuestro rencor ni siquiera es consciente de ello, en la mayoría de las ocasiones. Por tanto, no vale la pena vivir bajo el yugo del rencor. Es mejor perdonar y pasar página. Nos lo merecemos.
Cómo superar el rencor
Sabiendo cómo son las personas rencorosas podemos establecer ciertas estrategias, para que puedan dejar atrás el rencor, liberarse de esa carga, y seguir con sus vidas. Son herramientas que fomentan el perdón. Y entre estas estrategias encontramos:
- Las personas rencorosas deben dejar de ser tan dirigidas, y tener un pensamiento más flexible. Gracias a ello la persona con rencor puede centrarse en el perdón. Un cambio de perspectiva es un gran paso para no caer en el odio y el rencor.
- Es importante de igual modo, facilitar herramientas de gestión emocional, donde la persona rencorosa pueda liberarse de la rabia y de la ira que siente. Al gestionar esas emociones tan negativas y nocivas, la persona se puede centrar en el perdón, y dejar atrás el rencor.
- Para las personas rencorosas es esencial realizar proyectos y actividades nuevas. También sería recomendable que se relacionará con nuevas personas. Todas esas novedades permiten no dejar espacio para lo antiguo para centrarse en lo nuevo, o como en este caso, dejar a un lado a las personas por las cual sentimos rencor.
Si al descubrir cómo son las personas rencorosas te has sentido identificada, decirte que no tienes por qué vivir con esa carga. La vida es demasiado corta para vivir con odio y rencor. Así que, apuesta por el perdón, aprender las lecciones que has sacado de ese dolor, y seguir con tu vida. Deja a un lado la venganza, ya que solamente te será útil para destruirte a ti mismo. Si alguien de hace daño, aléjate sin más. Si no puedes hacerlo físicamente, hazlo emocionalmente. No tienes que compartir nada con ese tipo de personas. ¡Libérate!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online