Qué es la gordofobia
Podríamos definir la Gordofobia como el miedo o el rechazo a las personas que sufren de sobrepeso u obesidad. El miedo es el principal factor a la hora de odiar a aquello que tememos, llegando a rechazar o evitar exponernos a lo que nos paraliza y nos produce temor. Pero no debemos olvidar, que en este caso no se trata de tener miedo hacia una cosa o situación, sino hacia un colectivo de personas. Personas que sienten y tienen sus propias batallas que librar. Y es entonces donde ese miedo se transforma en un auténtico odio que puede destruir por completo a las personas a quien va dirigido. Las personas con esta fobia, son incapaces de comprender el dolor que produce la gordofobia.
Las personas que rechazan a las demás, simplemente por su estado físico, o por su constitución corporal, lo hacen porque están dentro de los cánones que socialmente se aceptan como sanos y bellos. Rechazan a los demás bajo su postura aventajada, donde nunca han sufrido ese tipo de rechazo, violencia, o incluso abusos. Cuando uno está en una posición aventajada, puede convertirse en un auténtico juez y verdugo contra aquellos que no son como ellos. Este hecho es peligroso, porque es el primer paso para alimentar el odio, y dar luz verde al acoso y al ataque gratuito.
Quizás sería bueno recordar que el sobrepeso no es una enfermedad. Es más, hoy en día, aún la comunidad médica y científica está evaluando este hecho. La obesidad es en muchos casos la causa de factores que no tienen que ver con la comida, sino con heridas emocionales y psicológicas que no han sido tratadas adecuadamente. Quien come de manera descontrolada, no lo hace por apetito, ni porque quiere, sino porque eso le alivia su dolor emocional. Y es algo que debemos tener muy en cuenta. Así que, las personas capaces de emitir juicios y opiniones acerca de los demás, deberían al menos tomarse la molestia de averiguar la historia de esa persona, así como el dolor que ha tenido que soportar, y todas las batallas que está librando, sobre todo consigo mismo.
La gordofobia solamente es la expresión de quien se siente superior solamente porque ha tenido el privilegio de no atravesar malos momentos, ni de haber sufrido problemas tan grandes que su estado emocional y psicológico se ha dañado para siempre. Su ignorancia es capaz de soltar sus críticas alegremente, sin tener en cuenta el dolor que producen, y de que sus palabras pueden destruir aún más a quien ya sufre un gran pesar. Son personas ignorantes, y esa ignorancia les hace realmente malévolas. Las personas gordobóficas deberían reflexionar un poco más acerca de sus valores.
Cómo son las personas Gordofóbicas
Todas las personas que padecen odio o rechazo hacia cualquier persona, tienen unos rasgos muy diferenciados y comunes en todas ellas. Una persona normal y sana, jamás atacaría a otra persona de forma gratuita, aún más, una persona empática, jamás odiaría a los demás porque sí, ni tan siquiera por aspectos tales como, su condición física, su aspecto, tu tono de piel, o por su religión, entre otros. Quien odia es porque es una persona vacía que busca machacar a los demás para sentirse aliviados de lo que realmente son. Y entre dichas características de las personas gordofóbicas encontramos:
- Personalidad narcisista. Son personas que solamente miran por ellas. Quieren ser el centro de atención, y de que se hable de ellas, y de sus logros. No soportan que nadie les haga sombra.
- Baja autoestima. Quienes atacan a los demás, en el fondo no quieren ser atacados. Saben que tienen mil defectos, e intentan esconderlos atacando las diferencias de los demás. Solamente así consiguen sentirse superiores. Pero en el fondo saben de todas sus carencias.
- Inmadurez emocional. Las personas gordofóbicas no son personas maduras. Las personas emocionalmente maduras no se centran en los demás, ni en sus defectos. Simplemente, intentan centrarse en sus vidas. Por ello, podemos afirmar que las personas que odian, son personas totalmente infantiles y vacías.
- No son empáticas. Esta clase de personas son incapaces de ponerse en el lugar de los demás. No tienen en cuenta los sentimientos y las emociones de los demás. Por ese motivo atacan sin compasión. Creen que sus actos están respaldados por una escala de valores que solamente ellas siguen.
- No soportan la frustración. Piensan que el mundo y las personas tienen que ser como ellas consideran que deberían ser. Por ello, se sienten con la autoridad de imponer su voluntad, aunque tengan que recurrir al insulto, la manipulación o el abuso.
- Son violentas. Quien es capaz de odiar, de dar paso al rencor, o tener ese grado de rabia incontrolada hacia los demás, puede dar paso a una violencia extrema, tanto física como psicológica.
Las trampas que esconde la gordofobia
Todas aquellas personas que consideran que tener sobrepeso u obesidad es sinónimo de estar enfermo, siento decirles que eso no es ni de lejos algo cierto. Tener una constitución gruesa no quiere decir que esa persona padece ciertas alteraciones, como padecer azúcar en sangre, o colesterol. Cualquier persona, independientemente de su estado físico, puede llegar a padecer cualquier enfermedad o alteración. Así que, juzgar a una persona por su peso, es discriminatorio y esconde una falta total de conocimiento y valores. Una persona delgada puede tener los mismos problemas médicos que una persona que tiene sobrepeso, y viceversa. Así que, es un argumento que solamente justifica las opiniones y críticas de quien es capaz de odiar.
Tener sobrepeso es un factor de riesgo, pero también lo es fumar o beber alcohol. Pero las personas que son gordofóbicas nunca atacarán a esos colectivos. Su odio va más allá de rechazar a quien está en riesgo, para su salud, si no que está dirigido a quien cree que es inferior a ellas, y merecen ser castigados. La gordofobia piense a verdaderos monstruos capaces de destruir con compasión a aquellas personas que sufren sobrepeso, sin tener el mínimo remordimiento, porque se rigen por su propia escala de valores.
Lo más colosal de Gordofobia, es que esas personas que profieren su odio, creen que con sus ataques ayudan a los demás, y las personas con sobrepeso van a tener en cuenta sus críticas. Cómo son personas inmaduras y nada empáticas, no son capaces de suponer que con sus ataques y su odio solamente harán daño. Toda persona con sobrepeso tiene espejos. Saben perfectamente como son. Nadie tiene que recordárselo, ni machacarles. Si de verdad quisieran ayudarles, estarían a su lado. Les apoyarían, y les animarían a buscar ayuda si quieren ser ayudadas. Recordemos que el sobrepeso no tiene que ver con la comida, sino con el plano psicológico y emocional. Una persona que sufra sobrepeso, es una persona herida que necesita una ayuda cualificada. No necesita que nadie le recuerde como es un cuerpo, ni le ataque, ni le destruya como hacen estos mensajeros del odio. El dolor que produce la gordofobia puede ser realmente devastador.
El dolor que produce la gordofobia
Toda persona que sufre solamente necesita ayuda. Una ayuda sincera que requiere ponerse en su lugar, y ofrecer la mano para que pueda levantarse. La gordofobia solamente aprovecha que alguien que está fuera de los cánones físicos establecidos socialmente, para atacar, humillar y vejar. Nadie tiene el derecho a atacar a nadie, y si lo hacen deben ser reprendidos por todos sin pensarlo. Son personas que deberían ser amonestadas por todos.
Lo más curioso es que a veces se establece una moralidad y una escala de valores totalmente distorsionada, y muchas personas las siguen. Son incapaces de suponer por ellas mismas, y de comprender que cada uno es como es, y nadie tiene el derecho a opinar sobre nadie, y mucho menos criticar o insultar. Ninguna persona con sobrepeso o que tenga cualquier otra característica física diferente al resto, tiene que ser increpada por nadie. En estos casos deberíamos aprender y asumir por completo eso de “trata a los demás como te gustaría que te tratasen”. Todo lo demás sobra. Hay que tener en cuenta el dolor que produce la gordofobia.
Si eres una persona gordofóbica, me gustaría que te pararas en este momento, y reflexionaras acerca de tu escala de valores y de tu moralidad, y del daño que estás haciendo con tus juicios y críticas. El odio te hace débil. Sé que lo haces para esconder tus propias carencias. Pero si quieres ser mejor, no tienes que superar a nadie, tienes que superarte a ti mismo. Si quieres realmente ayudar, ofrece tu mano, y no tus insultos. Y ten muy en cuenta el dolor que produce la gordofobia, y como con tus palabras puedes llegar a destruir a otra persona, y solamente por el simple hecho de creerte con la verdad suprema. Sé humilde, trátate bien, y de ese modo podrás tratar bien a los demás. Sana tus propias heridas.
El dolor que produce la gordofobia en los medios de comunicación
Como podemos comprobar nosotros mismos ojeando una revista o encendiendo el televisor, todas las personas que se muestran en estos medios de comunicación, son personas que entran dentro de un estereotipo bien marcado, y aceptado socialmente. Este hecho no es casual. Todo aquel que es famoso es en sí una máquina de ganar dinero, y teniendo un físico aceptado por todos, será más fácil por ejemplo vender cualquier producto o vestimenta a todas las personas con las mismas características físicas. Es simplemente uno de los motivos por lo que las personas que tienen un físico distinto no tienen cabida en los medios.
Desgraciadamente, una persona con una baja autoestima, no se cuida ni consume tanto como una persona que se siente bien consigo misma. Es una realidad que no podemos maquillar. Cierto es que debería ser al revés, y si no nos sentimos bien con quien somos, deberíamos cuidarnos mucho más, y mimarnos. Deberíamos comenzar a hablarnos y tratarnos bien a nosotros mismos. Esta realidad no pasa desapercibida para la publicidad, y por tanto, se centran en las grandes masas, capaces de consumir todo aquello que ven o escuchan en cualquier medio. Sin importarles el dolor que produce la gordofobia.
En los medios de comunicación, no hay espacio para el diferente, para el que escapa de un modo u otro de los cánones físicos y morales que ellos mismos marcan. Y esa diversidad que deberíamos todos asumir y aceptar, simplemente se diluye, estigmatizando aún más a esos colectivos que, por sus características, sean las que sean, son diferentes a aquello que socialmente se ha impuesto. Es por ese motivo, que todo lo que sea distinto puede dar miedo e incluso rechazo. Por todos estos factores, pues darse polémicas como detallaré en el siguiente punto.
La gordofobia en la inclusión de cuerpos no normativos
Recientemente, hemos vivido una polémica debido al uso por parte de una empresa de ropa deportiva y bañadores de una modelo que por sus medidas no entra dentro de un cuerpo normativo. Una presentadora de televisión abría un debate sobre si al publicitar esta empresa sus productos con esta modelo, estaba haciendo apología de la obesidad. En esta campaña aparecen varias modelos en bikini, y de la única que se cuestiona su estado de salud es de la que tiene talla grande. Simplemente por su aspecto físico se dio por sentado que era una persona obesa, y que podía tener graves problemas de salud, como accidentes cardiovasculares, diabetes, etc. Esto es un ejemplo de los prejuicios, porque con que hubiese investigado o se hubiese interesado, hubiese sabido que esa modelo. A la que señala por su tamaño, surfea desde niña, incluso llegando a competir, por lo que como mínimo sigue un estilo de vida activo, lo que no cuadra mucho con el sedentarismo que se “supone” de una persona obesa. Se tuvo la osadía de hacer juicios sobre alguien que no conoce, y sus palabras solamente mostraron el odio, y el rechazo que tienen muchas personas sobre las personas que pueden ser diferentes. Recordemos que las opiniones que quieren hacer daño, no son opiniones, son críticas. Y el dolor que produce la gordofobia es terrible.
Una publicidad inclusiva no es apología de nada, simplemente es normalizar que hay diferentes tallas, diferentes cuerpos. No está diciendo, has de ser como yo, y máxime cuando el ideal de belleza actual está tan alejado al de una persona gorda.
Conclusiones del dolor que produce la gordofobia
Una de las reglas máximas que todos deberíamos seguir es aquella que rige aquello de: “trata a los demás como te gustaría que te tratasen”. Nadie tiene el derecho de juzgar, criticar o abusar de otra persona. En este caso es el aspecto físico, pero el odio siempre se extiende y acabará por afectar de algún modo a cualquier colectivo que en ese momento esté en el punto de mira de todos, y sobre todo de los medios de comunicación. El odio no puede tener cabida en nuestras vidas.
El dolor que produce la gordofobia es inmenso. Lo simple es pensar y juzgar que una persona con sobrepeso es una persona indigna, que no sabe controlarse y come compulsivamente, y además es un ejemplo de malos hábitos y de mala salud. Prejuicios que solamente buscan atacar a un colectivo emocionalmente débil para sentirse bien. No hay nada más gratificante para los mediocres que atacar a los demás para que nadie les ataque a ellos. Todos tenemos defectos o cosas que mejorar, pero también tenemos miles de virtudes. Quizás sería bueno que todos nos centraremos en lo bueno, y en las personas buenas, y dejáramos a un lado a todos aquellos que buscan hacer daño. Si les quitamos la atención les quitamos el poder.
Quien sufre de sobrepeso no necesita que le recordemos hacer dieta o ejercicio. Recuerda que todos tenemos espejos. Si quieres ayudar, simplemente quédate a su lado y escúchale. Te darás cuenta de que no es un problema con la comida, sino con ellos mismos, por cómo se sienten y se perciben. Quien come en exceso o inadecuadamente no lo hace por apetito, sino por una necesidad emocional. Gracias a la comida encuentran un cierto alivio momentáneo para esas heridas emocionales que no han sido tratadas. Así que, el papel de un endocrinólogo y de un nutricionista puede ser esencial en estos casos, pero lo es mucho más la ayuda psicológica y el apoyo social. Si tienes heridas que sanar, busca ayuda profesional, y rodéate de todas esas personas que suman. No te centres en aquellas que solamente buscan hacer daño y alimentar su odio. No dejes que ese ruido silencie tu propia voz. Y especialmente, te aconsejo que comiences a hablarte bien y con respeto. Debes de ser la principal promotora de ti misma. Sé tu todo. ¡Adelante!
Noelia Rodríguez, y Daniel Molina (Psicólogo Emocional Online)
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