Obstáculos mentales
Todos alguna vez nos hemos topado con obstáculos mentales que nos han impedido avanzar y alcanzar nuestras metas. Normalmente dichas barreras que nos autoimponemos en nuestra mente, están formadas por nuestros miedos y nuestra negación de abandonar nuestra tan preciada zona de confort.
Nosotros mismo caemos en la trampa de negarnos alcanzar ciertas metas por nuestro miedo a todo lo desconocido. Podemos llegar a ser nuestros peores enemigos, y si no somos capaces de dominar nuestra mente, esta acabará dominándonos a nosotros. A veces solamente se requiere actuar y dejar de pensar en exceso.
Cada persona posee sus propios miedos. Cada uno tenemos nuestras propias vivencias y experiencias negativas, que vamos acumulando a lo largo de nuestra existencia. Todos esos temores salen a flote en situaciones cruciales, como por ejemplo son los cambios. Un cambio significa riesgo, y ese riesgo nos puede paralizar si no somos capaces de gestionarlo correctamente.
Cada pensamiento que va dirigido hacia el éxito o el fracaso nos puede bloquear. Ese pensamiento extremista donde todo es blanco o negro nos hará estancarnos en el miedo a fallar. Ese miedo es la mayor zancadilla mental que nos podemos encontrar. Por ese motivo debemos adoptar perspectivas que sean más flexibles y amplias.
No seas tan estricto contigo mismo
No eres éxito ni eres fracaso. Porque hayas fallado alguna vez no significa que lo vayas a hacer siempre. No te definen tus éxitos ni tus fracasos, sino lo que haces después de ellos. Tanto si triunfas como si fracasas debes aprender.
Todos hemos acumulado fracasos. Esos fracasos nos recuerdan que nos hemos movido. Que lo hemos intentado. Hemos errado. Hemos aprendido y seguimos adelante. Podemos sentirnos orgullosos de haber abandonado nuestra zona de confort y habernos aventurado a probar cosas. Es nuestra experiencia vital, y esos errores hoy conforman nuestra sabiduría.
Cuando quieras realizar algo, lo que sea, olvida todo lo que los demás dijeron de ti. Su sabes de tu valía. Si tienes que escuchar una voz, que esa sea la tuya. Las opiniones de los demás de ti y de lo que puedes conseguir no te definen, ni definen lo que eres capaz de hacer. Solamente tú puedes dejar que esas opiniones te influyan o no.
Si intentas algo y alcanzas la victoria, celébralo y recuerda todo el sacrificio que tuviste que experimentar para llegar a la meta que anhelabas. Si fracasas, levántate, sacúdete el polvo, y vuelve a empezar. De los fracasos es de donde sacamos las mejores lecciones.
Los 3 obstáculos mentales más comunes del miedo a fracasar
El miedo a fracaso nos impide avanzar. Ello nos impide intentar llegar a las metas que anhelamos. Abandonar nuestra zona de confort comporta riesgo, y el riesgo siempre implica miedo y temor. Para avanzar debemos saber gestionar nuestros miedos. Con ello podemos anular a nuestro peor enemigo: nosotros mismos.
Los obstáculos mentales más comunes cuando tenemos miedo a fracasar son:
1-. Quizás no sea el momento oportuno.
¿Sabes un secreto? Nunca será el momento oportuno para intentar conseguir tus metas. Si buscamos excusas, encontraremos miles para no arriesgarnos. Por ese motivo no postergues tus sueños. Si quieres algo hazlo. No hay nada peor que quedarte con la duda por no intentarlo.
Dejar para más adelante el intentar alcanzar nuestros sueños solamente esconde la magnitud de nuestros miedos. Nos causa temor dejar atrás aquello que conocemos y donde nos sentimos seguros, pero no estamos diseñados para estarnos quietos. Así que demos aprender a gestionar esos miedos con tal de avanzar, y conseguir de nuestras vidas contenga toda la plenitud que debería tener.
Nunca será el momento adecuado. Nunca podremos estar seguros de sí conseguiremos o no nuestras metas. Por eso debemos asumir riesgos. Y dejar atrás el miedo a perder. Todo fracaso lleva consigo un aprendizaje. Tus fracasos son parte de tu experiencia vital y conformarán el núcleo de tu sabiduría. Haz más y piensa menos. Es bueno saltar al vacío de vez en cuando. Tanto si aciertas como si fracasas, será un gesto extraordinario.
2-. No estoy preparado.
Es cierto. No estarás suficientemente preparado y nunca lo estarás. Al menos como te gustaría o en el grado que te haga sentir seguro. Por ese motivo debes dejar a un lado las creencias de que no eres lo suficientemente bueno en algo, y simplemente hacerlo. Lo que tengas que aprender, lo aprenderás en el camino. También aprenderás de cada triunfo y de cada fracaso. No te cierres puertas con dichos pensamientos. No te pongas la zancadilla.
En el camino vas a mejorar. El aprendizaje será constante. Nadie es experto en algo sin antes haber cometido tus errores. Lo que te hará conseguir tus metas es la motivación, el tiempo, y la pasión que pongas en ello. Por lo tanto, no te estanques pensando en que tienes poca formación, o que no estás capacitado. Solamente necesitas ponerte a ello dándolo todo al 100 %. No te encadenes en tus miedos, deja atrás los obstáculos mentales que no te permiten avanzar.
Debes centrarte en disfrutar en los que haces. No eres perfecto, ni nada de lo que hagas lo será. Por ese motivo no te agobies en ideas erróneas dirigidas a un perfeccionismo irreal, y aprende a disfrutar de todo lo que haces. Pon pasión en todo lo que hagas. Los resultados ya llegarán.
3-. Voy a fracasar.
Si piensas así, lo harás. No te quepa duda. Pensar así es el primer paso para no lograr nada. Si tus pensamientos son así, mejor que dejes lo que estés haciendo y no te muevas de tu zona de confort. No intentes nada.
Tanto si crees que puedes como si no, tiene toda la razón. Si quieres conseguir algo tus pensamientos deben ir dirigimos a la consecución de tus metas. Si piensas que vas a fracasar, fracasarás. Tus pensamientos y tus actos pueden ir dirigidos a triunfar o a fracasar. Todo depende fundamentalmente de ti. Tu mente puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga. Todo dependerá de a que parte de tu mente harás caso.
No te derrotes de antemano. Inténtalo y a ver qué pasa. Lo más difícil es dar el primer paso. Una vez dado, déjate sorprender a donde te puede llevar. Motívate, y deja tus pensamientos negativos y anticipatorios a un lado. Déjate sorprender de todo lo que eres capaz de conseguir.
Tus pensamientos te pueden llevar al éxito o al fracaso. Todo dependerá a que pensamientos queramos alimentar. Los pensamientos determinan la actitud y la motivación. Por tanto, unos pensamientos positivos nos darán una motivación óptima. Por todo ello, dirige tus pensamientos hacia el éxito, deja atrás los obstáculos mentales que no te dejan avanzar. Visualízalo y ponte a ello. Aprende del camino. ¡Y hazlo!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Deja una respuesta