Vuelve a respirar
Nuestras emociones son nuestra guía. Actúan como auténticas brújulas de cómo nos sentimos y cuál es nuestro bienestar psicológico. Todas y cada una de las emociones se manifiestan por algún motivo. Normalmente las negativas suelen aparecer cuando necesitamos cambiar algo en nuestras vidas. Es por ese motivo que debemos hacer caso a nuestras emociones para entender que nos pasa. Pero existen momentos en los cuales nuestras emociones se apropian de nosotros, y no nos dejan pensar con claridad. Son momentos en los que debemos parar, y encontrar de nuevo el camino. Entonces vuelve a respirar.
Poder lograr un equilibro emocional es un proceso arduo y complicado, que requiere una práctica. Lo más positivo es escucharnos. Las emociones aparecen por un motivo. Ellas quieren darnos un mensaje. Debemos aceptarlas e intentar descifrar su mensaje. Normalmente son momentos en los cuales necesitamos cambiar algo por nuestro bienestar. Es por ello que es necesario estar atentos y descifrar el mensaje que tienen nuestras emociones para nosotros.
¿Por qué nuestras emociones nos superan?
A veces la vida se nos pone muy cuesta arriba. Son momentos oscuros en los cuales nos sentimos perdidos. En nuestro interior el ruido es constante y no nos deja pensar con la claridad necesaria. Son momentos en los que necesitamos volver a respirar.
Las emociones más negativas suelen darse en estos momentos. Nos paralizan, y no nos deja avanzar. Es fácil sentirse en estos momentos sobrepasados por nuestras emociones. Son momentos dramáticos en los cuales necesitamos volver a respirar, y sobre todo volver al silencio que nos permita encontrarnos de nuevo.
Cuando aparecen las emociones
Todas y cada una de nuestras emociones son valiosas para nosotros. Todas tienen una función. No hay una categoría de buenas y otras malas, porque las más negativas siempre llevan un mensaje. Debemos aprender a aceptar todas nuestras emociones, encontrando su función, y aprendiendo del mensaje que nos trae.
Las emociones tal como vienen y son gestionadas se van. No hay más. Por ejemplo, podemos estar tristes unos días, pero esa tristeza nos será para siempre. Solo necesitamos aceptar tal emoción y descubrir que debemos cambiar en nuestras vidas. Así que no permitas que te ahoguen, y deja que cada una de tus emociones se exprese.
Tomate tu tiempo y vuelve a respirar
Todos pasamos por malos momentos. Es algo propio de nuestra existencia. Por ello, cuando pases por un momento oscuro, ten paciencia, y tomate tu tiempo para reunir las fuerzas para levantarte, y volver a respirar.
Es importante no exigirte en los momentos menos buenos. Recuerdas que en esos periodos estamos faltos de energía y ánimos. Es positivo parar, tomar impulso y volver a caminar. Andas antes de tiempo puede hacer que nos caigamos en cada paso. Todo tiene su proceso, las emociones también.
Cuando peor nos sentimos, solemos juzgarnos por nuestra incapacidad de reaccionar. Somos nuestros peores jueces en esos momentos. No tenemos compasión de nosotros mismos. Es como si quisiéramos correr con una pierna rota. Debemos recuperarnos antes de levantarnos. No seas duro contigo mismo y vuelve a respirar.
Cada uno tiene su ritmo
No te fijes en los demás. Tú eres tú, y tienes tus propias necesidades. Cuando atravieses un momento delicado, tómate el tiempo que necesites. Cada uno tiene su propio ritmo así que no te fijes en lo que hacen los demás. Cada uno gestiona el proceso de recuperación a su manera y a su tiempo. No caigas en esa trampa.
También tienes que tener en cuenta que el propio tiempo no cura, sino lo que nos cura es lo que hacemos durante ese tiempo. Por eso no podemos tomar un papel pasivo acerca de lo que nos ocurre. Debemos ponernos en marcha lo antes posible, siempre teniendo en cuenta nuestras características y nuestro ritmo. Después simplemente, vuelve a respirar.
Detente, vuelve a respirar y sánate
Ya deberíamos saber que los problemas no desaparecen por arte de magia, ni a causa del tiempo. Si no se tratan, todos nuestros conflictos siguen ahí. Jamás encontrarás la paz hasta que no afrontes aquello que te perturba.
Toda solución a cualquier problemática que sufras requiere de tiempo y esfuerzo. No existen los atajos ni los trucos. Todo tiene su proceso. Y ese es el secreto. Existen dos estrategias que nos puede ayudar en nuestra sanación personal, y son:
- Tómate tu tiempo. No se trata de ser pasivos y quedarnos quietos ante la adversidad. Significa que reunamos todas las energías posibles para afrontar tan ardua tarea. Si tu cuerpo y tu mente está cansada, dale ese descanso. No pasa nada por posponer tu lucha personal. Así que despréndete del ruido que anida en tu interior, y atiende a tus necesidades.
- Afróntalo. Después de estar preparados, debemos pasar a la acción. Se necesitará un tiempo, así que no te desesperes. Es una carrera de fondo. Así que toma tu posición y comienza a caminar. Y sobre todo, no debes hacer ese camino en soledad. Necesitas que te acompañe las personas que te quieres y te apoyan, así como la ayuda de un buen profesional que te guíe.
Permite que todo fluya
Si quieres superar tus problemas, ya sabes que debes formar parte activa de la solución. Pero para todo lo demás, permite que fluya. No te debes centrarte en todo porque es una tarea agotadora. Por ese motivo, deja que las cosas ocurran porque sí.
No permitas que nada ni nadie te tome de rehén. Así que céntrate en ti mismo, y en tus necesidades. Vuelve a respirar, vuelve a soñar, vuelve a tener esperanzas, vuelve a amar. No dejes que el ruido no te deje escucharte. Aprende a dejar que todo siga su ritmo, y disfruta del camino.
Todos sufrimos malos momentos, y debemos buscar la salida, pero tampoco obsesionarnos con ella. Con ayuda y con nuestra actitud podemos superar cualquier problema que padezcamos, pero no podemos permitir que nos esclavice. Todo tiene la importancia que le queramos dar.
Aprende a soltar
En vez de acumular y después expresar tus emociones negativas mediante el enfado o la ira, debemos aprender a aceptar todo lo que sentimos y relajarnos. Tenemos que dejar que nuestras emociones se expresen, porque solo así se irán. Todo es momentáneo.
Así que si necesitas soltar todo ese enfado e ira para que no te desborde, aprende a liberar toda esa mala energía acumulada. Puedes para ello realizar actividades que te ayuden a liberarte de toda esa presión, como por ejemplo el deporte, caminar, o cualquier actividad física que te ayude a despejar tu mente. Se trata de que liberes la propia energía física de cada emoción.
La clave del equilibrio emocional
Cuando tus emociones te sobrepasen debes parar. Tomar consciencia de lo que estás padeciendo. Digerir y gestionarlo. Volver a respirar y pasar a la acción para superar todo lo que estás sufriendo.
El equilibrio emocional reside en tu capacidad de aprender a utilizar tus emociones, para comunicarte contigo mismo y con los demás de una forma sana. Así que escúchate, y escucha que quiere decirte cada emoción. Todas las emociones tienen un mensaje para ti.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
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