La unión de dos dependientes emocionales
Cuando se produce la unión de dos dependientes emocionales, se vuelve una relación que no solamente harán daño a la otra persona, sino que se harán daño a si mismos. Son uniones tóxicas basadas en la necesidad, y eso siempre comporta sufrimiento. Y ese mismo sufrimiento acabará por destruir a cada uno de los miembros que conforma la relación.
Normalmente una persona dependiente emocionalmente, buscará en su pareja una serie de rasgos muy destacados, como es la seguridad o la autoridad. Buscarán siempre a personas capaces de guiarles y darles el apoyo y la atención que tanto necesitan. Por ese motivo, buscarán otro tipo de perfil a la hora de buscar pareja. Aunque a veces esa necesidad de atención y de compartir su vida con otra persona, hace que se unan nos personas dependientes.
Esta clase de uniones siempre estarán regidas por la necesidad, y si cada miembro que conforma la pareja es capaz de cubrir las necesidades personales de la otra persona, la unión se afianzará bajo el prisma del interés emocional. Su amor no es incondicional, y dependerá de si consigue las atenciones que tanto necesita.
Cabe decir que son relaciones totalmente tóxicas, basadas en la necesidad no en el amor o en el cariño. Son uniones que pueden degenerar en situaciones de verdadero abuso o maltrato, ya que sus bases no se basan en nada constructivo, sino en el interés emocional de cada uno de los dos miembros que conforman la pareja. La unión de dos dependientes emocionales, siempre acabará por hacer daño a ambas personas. El sufrimiento en esta clase de relaciones está garantizado.
Cómo funciona esta clase de relaciones dependientes
Como ya sabemos, la dependencia emocional basa sus relaciones en la necesidad de la otra persona, y más concretamente en las atenciones que la persona dependiente necesita recibir de su pareja. La unión de dos dependientes emocionales les llevará a una relación rígida, donde solo caben ellos. No les importará lo más mínimo relacionarse con los demás. Se tienen el uno al otro, y les basta. Así que, suelen ser relaciones muy herméticas.
Son parejas que se encuentran tan entrelazadas psicológicamente, que acaban por caer en la trampa que necesitar cada vez más de su pareja. Acaban atrapados en una relación donde solamente hay un nosotros, y no hay cabida a las necesidades individuales, ni a la libertad de cada uno. Todo lo que hacen está pensado para hacerlo los dos, acabando por crear una realidad en la que solamente están los dos que conforman la pareja. Son uniones realmente enfermizas, que solo comporta sufrimiento y dolor a largo plazo.
Otras de las características más comunes de este tipo de relaciones son:
- Suelen ser uniones conformadas por personas que poseen una baja autoestima, y la poseen desde siempre. Sus experiencias pasadas han sido tan traumáticas, que ahora solo necesitan toda la atención y el cariño que jamás tuvieron. Son personas que sufren enormemente, y no son felices en ningún momento.
- Suelen ser personas emocionalmente inmaduras. Debido a sus experiencias vitales negativas, esta clase de personas no ha sabido madurar emocionalmente, y por ello son incapaces de gestionar todo aquello que sienten. Ello les lleva a iniciar relaciones basadas en la necesidad, no en el amor.
- Suelen ser personas temerosas. En las relaciones donde exista la unión de dos dependientes emocionales, los miedos son muy frecuentes. Son miedos centrados en poder perder a su pareja. La necesitan, y no estarán dispuestos a renunciar a ella. Y el miedo siempre comporta sufrimiento, y genera otras emociones tan negativas como los celos, el rencor, o episodios de ira. El miedo nos puede llevar por caminos muy oscuros.
- Suelen ser personas posesivas. Debido a su inmadurez, y a su incapacidad a la hora de gestionarse emocionalmente, el miedo se apoderará de ellos como ya lo hemos visto en el anterior apartado. Este hecho, unido a la inseguridad que padecen por su autoestima baja, les convierte en personas muy posesivas. Necesitan a su pareja, y se unirán a ellas de forma totalmente enfermiza.
- Suelen renunciar a su identidad. Cuando una persona necesita a otra de manera tóxica, acaba por renunciar a todo lo que es, y a todo lo que le gusta, para adoptar las preferencias de su pareja. De ese modo, ya no existirá un yo, sino un nosotros. Esto ocurre cuando existe la unión de dos dependientes emocionales por partida doble. Cada uno aceptará las preferencias del otro para crear un absoluto nosotros.
- Suelen ser personas que sufren en exceso. Estar siempre pendiente de las necesidades del otro. Estar siempre pidiendo atención, además de estar padeciendo miedos e inseguridades, hace que esta clase de personas estén sumergidas en una profunda y permanente angustia, que les impide ser felices, y vivir con plenitud.
Cómo salir de una relación tan tóxica
La unión de dos dependientes emocionales genera un gran sufrimiento en ambas partes, que conforman la relación. Pero es posible salir de esa clase de relación tan tóxica. Para ello, las personas que se ven envueltas en esta clase de uniones, deberán tener en cuenta, los siguientes factores:
- El amor es amor, no es necesidad. Cada uno elige a su pareja porque esa persona le aporta y le complemente, no se debe elegir a una pareja bajo el prisma de la necesidad, ya que esas relaciones se basarán en la dependencia, y eso jamás es sano, ni constructivo.
- Nuestra pareja no debe ser nuestra única prioridad. Cada persona tenemos nuestras propias metas, sueños, y aficiones. Toda persona tiene el derecho a hacer aquello que quiere hacer, independientemente si tiene pareja o no. Las parejas que no se dan su espacio acaban por ahogarse.
- Cada uno es responsable de si mismo. No podemos estar eternamente pendientes de nuestra pareja o de otras personas. Tenemos nuestra propia vida, Nuestro bienestar y nuestra felicidad depende de nosotros, no de otras personas. Es nuestra responsabilidad, y nuestra obligación, y no podemos delegarla en los demás.
- Debemos aceptarnos tal y como somos. Cada persona es única, y eso siempre es enriquecedor. Podemos aprender de los demás, y los demás de nuestras diferencias. No tenemos por qué cambiar por nadie, cada uno es como es. Y si queremos mejorar en algunos aspectos, que siempre porque nosotros lo hemos elegido, no por contentar a nadie.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online