Manipuladores que se hacen las víctimas
El victimismo es una de las técnicas más efectiva para manipular a los demás. Hacerse la víctima permite a los manipuladores emocionales controlará todas sus víctimas, obtener su atención y poder aprovecharse de ellas. Porque al fin y al cabo, lo que buscan esta clase de personas es alcanzar sus metas, sea como sea, y hagan el daño que tengan que hacer. Los manipuladores que se hacen las víctimas llegan a dominar a sus víctimas, y aprovecharse de su bondad y empatía para conseguir todo aquello que desean y quieren.
Sus víctimas predilectas son aquellas personas capaces de ponerse en el lugar de los demás. Los manipuladores que se hacen las víctimas buscarán a personas que comprendan su dolor, y aprovecharán esa empatía para manipularlas, y conseguir cubrir sus propias carencias emocionales. Como son incapaces de pensar en los demás, ni de ponerse en su piel, no les importará lo más mínimo hacer tanto daño como hacen.
Todos hemos conocido a esa clase de personas que siempre tienen un discurso negativo, y que se centran en su mala suerte, o en todo lo malo que dicen que han pasado en su vida. Son personas que nos hacen sentir mal, y nos roban todas nuestras energías. Normalmente, cuando estas personas aparecen en nuestras vidas, solemos evitarlas. Pero existen personas que se quedan a su lado y les escuchan. Es entonces cuando desarrollan toda su manipulación y consiguen someter a sus víctimas.
Gracias a hacerse las víctimas, esta clase de manipuladores consiguen todo aquello que se proponen. Generan sentimientos de culpa en sus víctimas y de ese modo se garantizan sus atenciones, y que hagan lo que sea por hacer que la otra persona se sienta bien. Esta clase de manipulación juega con la bondad de los demás para utilizarles, y poder alcanzar todas las metas que tanto persiguen como veremos en este artículo.
Cómo actúan los manipuladores que se hacen las víctimas
Hay siempre unas características en el comportamiento de los manipuladores emocionales que son muy comunes. Y entre dichas conductas están:
- Elegir a sus víctimas. Los manipuladores que se hacen las víctimas antes de todo, eligen a sus víctimas según su perfil. Siempre buscan a personas que son capaces de ponerse en el lugar de los demás, y entienden el dolor. Son personas capaces de escuchar y ayudar a quien se lo pido. Estas características personales son aprovechadas por este tipo de manipuladores para aprovecharse de ellos, y conseguir aquello que anhelan o desean.
- Aislar a sus víctimas. Para poder aprovecharse de una persona, esta clase de manipuladores victimistas, intentan por todos los medios aislar a sus víctimas. Una víctima sin apoyo social y familiar se puede manipular más fácilmente, ya que no tendrán a nadie que les anime a resistirse o le haga ver la realidad. Por tanto, potenciará que su víctima tenga conflictos con todo su entorno y acaba por aislarse completamente.
- La manipulación. Primero comenzará por pequeñas quejas o reproches, y luego empezará a emplear el victimismo creando un gran sentimiento de culpabilidad en su víctima. Una víctima que se siente culpable hará lo que sea por compensar el supuesto dolor que ha causado. Dar lástima es una gran táctica para poder obtener las atenciones que el manipulador quiere tener de su víctima. Y todo ello sucederá hasta que la víctima se dé cuenta de lo que ha ocurrido, y detenga la manipulación.
El sufrimiento que generan esta clase de manipuladores
Los manipuladores emocionales que se hacen las víctimas generan unas heridas en el alma de sus víctimas muy profundas. Hacer sentir a alguien culpable por todo hace que esa persona pueda padecer ciertos trastornos que afectarán a todos los ámbitos de su vida, y sobre todo en sus relaciones personales y sociales. Y entre dichas secuelas podemos encontrar:
- Baja autoestima e inseguridad. Esta clase de manipuladores intentará por todos los medios minar la autoestima de sus víctimas. Haciéndole ver que es una mala persona, o que comete muchos fallos que le hacen daño, hace que la víctima se perciba como una persona horrible. Y esa inseguridad será aprovechada para conseguir de sus víctimas todo aquello que desean.
- Ansiedad. Cuando se está tan atento a las exigencias de otra persona, nuestros niveles de estrés se ven alterados. Este hecho prolongado en el tiempo degenera en ansiedad. Las víctimas de una manipulación emocional suelen padecer episodios ansiosos.
- Depresión. Verse subyugado a las exigencias constantes de otra persona, hace que nuestro estado de ánimo se vea dañado, cayendo en una profunda tristeza y apatía. Que otra persona no te deje ser quien eres, hace que te conviertas en la sombra de la persona que fuiste, y eso nos llevará siempre a padecer depresión.
- Incapacidad para relacionarnos. Cuando caemos en esta clase de relaciones tóxicas, y la normalizamos, luego es realmente difícil mantener relaciones sanas y constructivas, porque no sabemos cómo actuar. Esta clase de manipuladores consiguen que nos adaptemos a ellos, y nos incapacita a la hora de volver a relacionarnos.
- Emociones negativas. Caer en esta clase de relaciones con un manipulador victimista, nos lleva en primer momento a sentirnos mal con nosotros mismos, y luego favorece la aparición de emociones tan negativas como la tristeza, los sentimientos de culpa o la rabia.
La eficacia del victimismo como manipulación
Hacerse la víctima puede abrir muchas puertas a ciertas personas. Centrarse en lo negativo, y comunicarles a los demás lo mala que es nuestra vida, o la mala suerte que hemos tenido nos garantiza tener la atención y los cuidados de algunas personas capaces de ponerse en el lugar de los demás, y entender su sufrimiento. Las personas sensibles al dolor ajeno suelen escuchar y atender a esas personas que se hacen las víctimas, hecho que aprovechan los manipuladores para conseguir aquello que desean de sus víctimas.
También tenemos que tener en cuenta que hacer sentir culpable a otra persona, hace que esa persona se sienta mal, y hará lo que el manipulador quiera para intentar repara ese supuesto daño. La culpabilidad lleva a la persona que la padece a hacer todo lo posible para reparar el sufrimiento que sus actos han podido generar. Eso es algo que aprovechan los manipuladores para poder conseguir de sus víctimas todo lo que desean.
Las personas victimistas consiguen verbalizando sus miserias y penurias que personas bondadosas les hagan caso, manipulándolas y consiguiendo que ellas hagan cosas por ellos. El victimismo es una de las tácticas más exitosas que existen a la hora de manipular a otra persona de un modo eficiente. Las heridas emocionales que sufren las víctimas de esta clase de manipulación sin tan profundas que necesitarán de ayuda psicológica para poder tratarlas adecuadamente.
Qué hacer con los manipuladores que se hacen las víctimas
Tenemos que entender que una persona que se aprovecha de nosotros y juega con nuestros sentimientos, no nos quiere. Una persona que nos quiere es aquella persona que nos respeta, nos cuida, y nos da su cariño. Si logramos entender eso, entenderemos que las personas que son capaces de manipularlos y hacernos semejante daño es porque no nos quieren, y solo hemos sido un medio para conseguir aquello que pretendían.
Así que, lo mejor es distanciarse de ese tipo de personas. Cuanto más lejos estemos mucho mejor, ya que solo nos aportará dolor y sufrimiento, y es alguien que no puede estar en nuestras vidas. Pero si no podemos distanciarnos físicamente por el motivo que sea, al menos debemos hacerlo emocionalmente. Para ello es necesario establecer unos límites que no permitan sus conductas. Si esa persona no respeta tu voluntad, entonces sí que deberías tomar la decisión definitiva de alejarte de ella. En esos momentos solo céntrate en ti y en estar bien. Para tratar todo el daño que ha podido hacerte la conducta de este tipo de manipuladores, deberías buscar ayuda psicológica. La terapia te ayudará a sentirte bien de nuevo. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
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