Necesidad de aprobación
Podemos observar nuestra necesidad de aprobación incluso en edades muy tempranas. Por ejemplo el niño o niña que intenta vestirse solo, o tira algo a la basura buscando que las personas adultas que le acompañan aprueben su conducta y le aplaudan por ello. Somos seres sociales por naturaleza, y por ese motivo necesitamos que nuestro entorno nos dé su aprobación y nos hagan sentir que formamos parte de él.
Buscar la aceptación y la aprobación de los demás es normal, forma parte de nuestra naturaleza, pero puede volverse patológico siempre que esa necesidad de aprobación se vuelva totalmente excesiva y las opiniones o valoraciones de los demás afecten a nuestro propio bienestar.
Desde que nacemos necesitamos la aprobación de los demás
Nuestra necesidad de aprobación, así como su grado, dependerá en gran medida de nuestras vivencias y experiencias desde nuestra infancia. Un niño que reciba constantemente la aprobación de sus mayores desarrollara niveles más elevados de autoestima que un niño al cual se le reprochan constantemente sus defectos o aquello que hace mal.
Si un niño no obtiene la aprobación de su familia, este la buscará en otros entornos, ya sea la aprobación de sus amigos, sus conocidos, en su ámbito escolar, etc. De un modo u otro necesitamos ser aceptados por los demás. Necesitamos sentir que formamos parte de nuestro entorno, y que las personas que lo conforman nos dan su aprobación y su valoración.
En la edad adulta necesitamos igualmente ser valorados por los demás, ya que nos proporciona una sensación de reafirmación y de seguridad que necesitamos. A todos nos gusta que nos halaguen, gustar y caer bien, pero la línea que separa la búsqueda de una aprobación normal y sana de otra patológica reside en el hecho de si nuestro comportamiento y decisiones pueden varias por las opiniones de los demás.
Búsqueda patológica de aprobación
La búsqueda patológica de aprobación surge cuando entregamos las riendas de nuestras vidas a las opiniones de los demás. Una cosa es desear la aprobación de los demás y otra muy distinta es necesitarla. Cuando necesitamos la aprobación de los demás es cuando debemos plantearnos que quizás dependamos emocionalmente y psicológicamente de los demás, de sus opiniones y sus valoraciones
Actitudes que pueden esconder una dependencia a la aprobación de los demás
- No mostrar nunca desacuerdo respecto a las opiniones de los demás. En estos casos se prioriza la necesidad de agradar y no enfadar a la otra persona en vez de nuestra propia opinión.
- No saber decir NO. Se antepone las necesidades de los demás a nuestras propias necesidades.
- Nuestro estado emocional dependerá de cómo nos valoren. Si nos halagan nos sentiremos bien, pero si nos critican nos sentiremos profundamente tristes y desdichados.
- Pasar desapercibidos. Con ello, la persona dependiente de aprobación evitará la crítica de los demás. Camuflarse en el entorno otorga la posibilidad de pasar inadvertido y poder esquivar las tan temidas críticas.
- Necesidad de mostrar siempre un buen aspecto. Para sentir la aprobación de los demás, las personas que tienen esta dependencia necesitan estar siempre bien vestidas, peinadas y maquilladas, hasta en momentos que no se requiere como estar en su propio hogar.
¿Cómo eliminar esa necesidad de aprobación?
- Acéptate tal como eres. Posees tus virtudes y tus defectos, como todas las personas No puedes gustar a todo el mundo, es imposible. Siempre encontraremos a personas que nos critiquen y nos desaprueben. No intentes agradar a todo el mundo. Destaca siempre tus virtudes y mejora tus defectos.
- Conócete. Solamente tú sabes quién eres. Nadie más sabe mejor de ti que tú mismo. Nadie está en posesión de la verdad, y por tanto no debes tener en cuenta tan en serio las opiniones de los demás. Ten siempre en cuenta tu propia opinión. Reflexiona acerca de tu valía, encontrarás en ti una persona tan valiosa como cualquiera.
- Valórate. No importan los logros conseguidos ni las posesiones, lo importante para determinar la valía de una persona son sus valores y su corazón. Encontrarás en ti una persona valiosa si te detienes a reflexionar acerca de quién eres.
- Toma tus decisiones sin importarte la aprobación de los demás. Atiende a tus propios deseos y necesidades.
- Quiérete. Refuerza tu autoestima. Una autoestima débil requiere de un nivel más elevado de aprobación de los demás. Una autoestima elevada y sana no tendrá tan en cuenta las opiniones de los demás acerca de uno mismo, y no hará tanto daño una desaprobación. Cree en ti mismo, acéptate y quiérete…
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online