Mi pareja me deja constantemente
Existen parejas que son capaces de romper de forma constante para posteriormente volver a reconciliarse. Muchas personas verán que en esta clase de relaciones un amor irrompible, pero lo cierto es que son relaciones tóxicas que acaban por destruir por completo a las personas implicadas. Si afirmas eso de “mi pareja me deja constantemente” deberías plantearte por completo esa relación, y todo lo que te aporta, ya que nadie puede vivir bajo esa incertidumbre emocional.
Vivir bajo el yugo de esa montaña rusa de emociones tiene un gran desgaste psicológico. Quien ve como su relación de pareja se está rompiendo de una forma constante está sometido a sus consecuencias emocionales, que suelen ser graves y profundas como es el padecimiento de cuadros depresivos, o incluso puede favorecer la aparición de la temida depresión. Tener una relación tan tóxica tiene unas claras consecuencias psicológicas y emocionales como veremos en este artículo.
Si afirmar eso de que “mi pareja me deja constantemente” comprobarás que después de cada reconciliación nada es lo mismo. Con cada ruptura se pierde algo, tanto en vosotros como personas como en vuestra relación. Al final las relaciones que se rompen y se reconcilian tanto se pueden comparar un con un papel que arrugamos, por mucho que queremos luego que quede como antes, ya nunca será igual. Romper de forma constante siempre tiene un precio y un desgaste que al final acabará con esa relación, o al menos acabará por destruir emocionalmente a las personas implicadas.
Así que, aunque parezca algo divertido o algo que esconde un amor irrompible, las parejas que rompen constantemente esconde tras de si ciertas carencias emocionales que les impide tener relaciones sanas y constructivas. De ese modo, estás relaciones tan tóxicas se ven envueltas en una vorágine de emociones destructivas que pueden mermar la salud mental y emocional de las personas que conforman esta clase de relaciones intermitentes.
Por qué mi pareja me deja constantemente
Cuando las parejas se rompen constantemente para posteriormente volver a reconciliarse, se pierde algo en ese proceso. Cuando algo se rompe, aunque se intente reparar, nunca queda igual que antes, ni siquiera las relaciones. Una ruptura acarrea un proceso traumático que ha causado un gran dolor a ambas partes, y eso es repetido una y otra vez, ese dolor se vuelve tan insoportable que cambia por completo a cualquier persona, y a cualquier relación. Por tanto, las parejas que rompen de una forma constante al final acaban por destruirse por completo.
Normalmente, esas parejas explosivas están formadas por personas con una falta total de madurez emocional, y una incapacidad total por gestionar emociones tales como los celos, la frustración, o la ira. Esta clase de parejas suelen discutir por todo, y llevan hasta límites insanos todas las discusiones. Este hecho va mermando la salud emocional de esas personas, y de su relación, y les llevará con el tiempo a romper de manera definitiva, ya que son incapaces de mantener una relación sana basada en pilares tan constructivos como el amor, la confianza, el respeto, o la libertad.
Las relaciones que no están basadas en el amor, en el respeto y en la libertad suelen acabar finalizando por muchas reconciliaciones que pueda haber. Una falta de madurez emocional llevará a esas relaciones a embarcarse en discusiones y peleas totalmente infantiles y evitables. Son personas que tienen una baja autoestima y una pobre percepción de si mismas, que suele abocarles en relaciones tóxicas de dependencia. Es decir, necesitan a la otra persona para sentirse plenos y felices, y por ello suelen buscar la reconciliación inmediata. Todo ello es fruto de una inmadurez emocional total.
También me gustaría añadir que a menudo esta clase de relaciones se vuelven a retomar por el simple miedo a la soledad. Las personas dependientes suelen tener un miedo atroz a quedarse solos. La soledad les pesa como una gran losa que les sumerge en un profundo abismo del que no pueden salir. Quien no es capaz de aceptar su soledad, no es capaz de mantener una relación sana, porque el miedo le empujará a hacer todo lo que sea posible por estar con alguien, y eso siempre les llevará a tener relaciones tóxicas de necesidad.
No tener una buena autoestima nos puede llevar a mantener relaciones que nos hace daño, ya sea porque creemos que no nos merecemos algo mejor, o porque no sabemos cómo gestionar nuestras emociones. Las relaciones en la que la inmadurez emocional esté presente llevará a esas personas a padecer un sufrimiento y un dolor inmenso. Porque es realmente duro no encontrar el amor, pero es mucho más dañino no encontrarse a uno mismo.
Consecuencias de romper con tu pareja constantemente
Estar sometido a un estrés tan grande como intentar prever la próxima ruptura con nuestra pareja, además de intentar en todo momento evitar cualquier pelea o conflicto, hará que los niveles de ansiedad se eleven hasta límites patológicos. El miedo al rechazo o a la soledad puede influir a la hora de no saber cómo gestionar ese estrés que puede paralizarnos, además de afectar de un modo directo a nuestra relación de pareja.
Si afirmas eso de “mi pareja me deja constantemente”, sabrás que enfrentarte a tantas rupturas puede afectarte de un modo implacable a tu estado de ánimo. Los cuadros depresivos es una consecuencia muy común en las rupturas continuas. Enfrentarse a una pérdida constante nos afectará tanto a nivel emocional como psicológico, y por tanto, nuestro estado anímico se verá seriamente afectado.
No sentirse valorado y aceptado por la persona que queremos y amamos, puede hacer que nuestra autoestima se vea dañada. Una ruptura puede hacer que nos replanteemos quienes somos y nuestra valía. Si eso pasa con una sola ruptura, imagina que ocurriría para nuestra autoestima cuando las rupturas se repiten, y el daño cada vez va siendo mayor, y mucho más difícil de gestionar.
Por último, añadir las consecuencias de tantas rupturas en el plano emocional. Afrontar una gran pérdida de forma constante puede hacer que nos veamos abordados por emociones tan negativas como el miedo, la ira o el rencor. Son emociones que pueden destruirnos por completo, y destruir esa relación que queremos salvar. Una falta total de madurez emocional nos puede empujar a un profundo abismo del cual nuestra relación de pareja se verá totalmente afectada.
Cómo debes actuar ante esas rupturas
Sin duda hay relaciones que se merecen una segunda oportunidad. Todos podemos vernos envueltos en una ruptura por los motivos que sean, y dejar la relación para posteriormente retomarla de un modo más maduro y comprometido. Pero eso es diferente a ese tipo de relaciones que no se sostienen en sólidos pilares como el respeto, el amor o la libertad, y que las rupturas se vuelven algo cotidiano. Esa clase de relaciones no merecen una segunda oportunidad, ya que solo aportan sufrimiento y dolor.
Si afirmas eso de “mi pareja me deja constantemente” deberías replantearte tu relación con esa persona. Una relación insana como esa te llevará a sufrir en exceso, y a padecer una serie de consecuencias emocionales como la ansiedad o la depresión. Nada ni nadie vale realmente la pena si nuestra salud mental se ve comprometida. Y una relación que se rompe constantemente es como un papel que arrugamos. Una vez arrugado jamás volverá a ser el mismo. Lo mismo ocurre cuando una relación se rompe una y otra vez. Con cada ruptura algo se pierde por el camino, y eso nunca se recupera. Así que, si tu relación se rompe una vez, y luego otra, deberías:
- Dejar de apostar por esa relación. Una ruptura puede merecer una segunda oportunidad, pero varias rupturas solo significa que esa relación no vale la pena y está abocada al fracaso.
- Céntrate en ti. Cuando tu relación de pareja no funciona, deberías centrarte en ti y en tus necesidades. Si esa relación te hace daño y no te deja avanzar, es mejor darla por finalizada y seguir con tu camino.
- Valórate y respétate. Que tu pareja no logre valorarte ni respetarte, no quiere decir nada respecto a tu valía. Debes quererte y valorarte, y alejarte de las personas que te restan y te hacen daño, aunque esa persona sea tu pareja.
- Toma decisiones. Si tu relación de pareja te hace daño y solo te genera sufrimiento, lo mejor es seguir con tu camino. Una relación debe basarse en el amor, el respeto, o en la confianza, entre otros aspectos, pero nunca en aspectos tales como el rencor, o la ira.
- Busca ayuda profesional. Si te sientes atada a tu pareja aunque te haga daño, busca ayuda psicológica. En estos casos deberías tratar tu dependencia, además de ayudarte a gestionar tu ruptura.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Deja una respuesta