El vínculo con una madre controladora
Todos tenemos en mente como debería ser una madre, y los cuidados que debería dar a sus hijos. Cuando somos pequeños somos muy vulnerables, y necesitamos a las personas más cercanas y queridas, para obtener sus cuidados, su cariño, y su protección. Es esencial tener esas atenciones para poder crecer de un modo constructivo y sano. Pero hay una clase de madre que perciben a sus hijos como herramientas necesarias para conseguir aquello que desean. Los someten y los utilizan a su antojo. Es por ello, que en este artículo nos centraremos en qué efectos produce tener una madre controladora.
Normalmente, cuando hablamos de madres tóxicas, nos centramos en su relación con sus hijas, pero no debemos olvidar que esta clase de madres, pueden aprovecharse indistintamente de sus hijos, independientemente del género de estos. Para ellas, sus hijos son el vehículo para conseguir aquello que quieren, que no es más que poder y atenciones. Para tener a sus hijos a su lado harán todo lo posible, como por ejemplo, manipularlos o incluso llegar a la violencia. Todo es válido, para esas madres, con tal de someter y dominar a sus propios hijos.
El daño que hacen a sus hijos es realmente terrible. Al mirar solamente por ellas, esta clase de madres, descuidan por completo a sus hijos desde que son pequeños. Esos mismos niños, al no obtener los cuidados que necesitan, y solamente recibir malos tratos en los reproches, el abuso, o la manipulación de sus propias madres, crecerán percibiéndose como personas no válidas. Es decir, se convertirán en el futuro en personas adultas heridas. Y serán heridas que les afectará en todos los ámbitos de su vida.
Los vínculos que pueden tener esta clase de madres tóxicas con sus hijos, están basados en aspectos tan nocivos como son el poder, el miedo, el chantaje o el abuso. Es importante evaluar qué efectos produce tener una madre controladora, para comprender realmente como pueden destruir a sus propios hijos, para obtener todo aquello que quieren. Su personalidad narcisista les hace dañar a los demás para sentirte bien ellas mismas. Un modo egoísta de ser y de comportarse que genera un gran sufrimiento en sus víctimas
El comportamiento de las madres controladoras
Para saber qué efectos produce tener una madre controladora, tenemos que aprender como se comportan. A continuación repasaremos las conductas más comunes de esta clase de madres, y estas son:
- Utilizan la manipulación. Esta clase de madres logran someter a sus hijos manipulándolos. Suele hacerles sentir culpable por todo, porque sabe que esa culpabilidad les empujará a hacer lo que sea por no sentirse así, y eso lo aprovechará ella para exigirles cualquier cosa que necesite. Pueden incluso usar el chantaje, y con él implantar el miedo a ser castigados por no hacer lo que su madre quiere. Es un tipo de abuso muy empleado por las madres controladoras.
- Son críticas y emplean el reproche. Uno de los métodos más infalibles para destruir la autoestima de sus víctimas, es utilizar la crítica continua por todo lo que hace y dicen. Una persona que siempre escucha reproches por todo aquello que es y hace, acabará percibiéndose a si mismo como una persona poco valiosa, o incluso incapaz. No hay una táctica tan dañina y efectiva para someter a alguien.
- Son exigentes. Como son personas que dependen de los demás para conseguir todas sus metas, suelen ser muy exigentes y demandantes. Siempre están pidiendo y ordenado a sus hijos. Les exige estar siempre al cien por cien para ella, y si se niegan, pueden castigarlos de cualquier modo.
- Invaden la privacidad. Esta clase de madres no dejan que sus hijos hagan su vida, ni tengan sus propias experiencias. Estarán siempre pendientes de lo que hacen, y con quien van. Todo ese control les permite someterlos, y por ese motivo, les negará su propia privacidad. Es normal en estas madres revisar las llamadas o los emails de sus hijos. La información le ayuda a someter a los demás.
Ningunea a sus hijos. Unas de las conductas más frecuentes de esta clase de madres, es ningunear a sus hijos. Los tratará de un modo infantil, y los convertirá en personas dependientes que necesitan de su supervisión. Es un modo de someterlos, y manipularlos a su antojo.
Qué efectos produce tener una madre controladora
Lo peor de tener una madre controladora para un hijo o una hija, es tener que ocultarlo. A nadie le gusta dar a conocer los defectos de su madre. También está la creencia que tenemos que cuidar a nuestros progenitores, y estar pendientes de ello al cien por cien, como si los hijos no pudieran hacer su propia vida. Todos esos factores hacen que las madres tóxicas puedan ejercer sus conductas dominantes con sus hijos, sin apenas tener ninguna resistencia.
No tener los cuidados de una madre en edades tempranas del desarrollo, puede favorecer la aparición de inseguridades y miedos en los niños. Emociones que aprovechan esta clase de madres para someter a sus propios hijos. Su poder reside en el miedo y en la autoestima de sus hijos. Y emplearán cualquier técnica que les sirva para dominar y subyugar a sus hijos. A continuación, nos centraremos en qué efectos produce tener una madre controladora. Y estos son:
- Autoestima baja. El objetivo principal de esta clase de madres es que sus hijos se perciban a si mismos como personas poco válidas, y así ellas puedan guiarlos donde quieren. Destruir la autoestima de una persona ayuda a las personas controladoras a someter a los demás, sin encontrar resistencia. Haz dudar de si mismo a una persona, y podrás dominarle. Es una de las secuelas más comunes de tener una madre controladora.
- Ansiedad. Estar tan pendientes de las demandas continuas de una madre tóxica, puede hacer que esa persona se vea expuesto a un gran nivel de estrés. Ese nivel de estrés alto prolongado en el tiempo dará paso a la temida ansiedad, y sus síntomas.
- Inmadurez emocional. Las personas que se encuentran tan sometidas, dejarán sus propias vidas en manos de quien logre someterlos, como en este caso. Las madres controladoras conseguirán que sus hijos la necesiten para dar cada paso en sus vidas. El comportamiento de sus hijos siempre será infantiloide, ya que no tiene las herramientas emocionales para valerse por ellos mismo.
- Ira o rabia. Es muy común que debido a la contención y a la presión que soportan por el comportamiento de sus madres, esta clase de víctimas puedan experimentar episodios de rabia o de ira, cuando no puedan afrontar o gestionar algunas situaciones generadas por su madre.
- Automaltrato. Si una persona tiene la autoestima totalmente destruida, asumirá como verdadero los reproches, los juicios y las críticas de los demás. Se percibirán a si mismos como personas no válidas, y por tanto, se comenzarán a maltratar, y tener un discurso interno negativo sobre ellos mimos. Es una conducta totalmente destructiva potenciada por las madres controladoras.
- Ánimo bajo. Quien soporta el abuso y la dominación de la persona que más tiene que cuidarle y protegerle, como es una madre, lógicamente nunca se sentirá bien. Su estado de ánimo será tan bajo que puede desarrollar algún cuadro depresivo grave.
- Problemas para relacionarse. Las personas que nunca han tenido vínculos con nadie basados en factores como, el cariño, el amor, o el respeto, les será muy complicado poder relacionarse de un modo sano con los demás. Por ese motivo, pueden establecer relaciones totalmente tóxicas basadas en la dependencia y en la necesidad.
Cómo actuar ante una madre controladora
Hemos podido comprobar qué efectos produce tener una madre controladora. El sufrimiento y el dolor que generan las conductas nocivas de esta clase de madres es terrible. Logran anular por completo a sus propios hijos, para que no tengan la capacidad de resistirse a sus demandas. Ellas quieren obtener las atenciones que emocionalmente necesitan. Para ello, no dudan en dominar a sus hijos, destruyendo todo lo que son. Son madres que deben ser anuladas con tal de que dejen de hacer tanto daño.
Si eres hijo o hija de una madre con ese tipo de conductas tóxicas, quizás deberías plantearte la posibilidad de imponer unos límites. Eres una persona adulta, y sabes muy bien lo que te hace daño. Dile a tu madre lo que sientes, y qué comportamientos de ella no vas a tolerar. Déjale claro que si continúa así, tendrás que alejarte de ella por tu bien. Si con todo ello, no respeta tu postura, entonces deberías alejarte de ella. Al final, deberías mirar por ti, y tu bienestar. También recurre a la terapia para sanar las heridas que puedas haber sufrido por las conductas de tu madre. Apuesta por ti. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online