Qué hacer después de una situación traumática

Afrontar una situación traumática

Hay situaciones tan dolorosas que sus secuelas nos persiguen a través del tiempo. Cuando vivimos una mala experiencia, y nos queda marcada en nuestro interior, lo normal es revivirla continuamente, intentando de alguna forma gestionar todo lo ocurrido. Porque gestionar una vivencia dolorosa es realmente difícil, y puede hacer que nos sumerjamos en un estado de angustia y desesperación permanente. Para no caer en ello es imprescindible saber qué hacer después de una situación traumática.

No podemos esperar que el tiempo cure nuestras heridas, porque eso nunca ocurre. Para poder recuperarnos de un hecho traumático, se requiere de un gran esfuerzo personal, tener todo el apoyo posible, y una ayuda psicológica continua. Solamente así podemos cicatrizar nuestras heridas. El tiempo solo hará que la intensidad de ese dolor se rebaje un poco, pero jamás conseguirá cerrar las heridas.

Existen heridas que son tan profundas que se apropian de nosotros, cambiando todo nuestro mundo, y cambiándonos todo lo que somos. Hay experiencias tan traumáticas que es imposible que sepamos cómo gestionarla. Si no buscamos la ayuda que necesitamos, las secuelas nos transformaran para siempre, convirtiéndonos en la sombra de todo aquello que fuimos. Por ese motivo es esencial saber qué hacer después de una situación traumática para no caer en ese abismo.

La intervención psicológica es esencial para poder recuperarnos de una experiencia traumática, y de sus secuelas más directas. Al final, curar esas heridas del alma requiere la adquisición de herramientas que nos permitan gestionar ese dolor, poder superarlo para poder pasar página, y continuar con nuestras vidas. No podemos dejar que ninguna mala experiencia nos ate a un dolor que pertenece de un pasado que no podemos cambiar. No debemos cargar con ese terrible peso.

Consecuencias de sufrir una situación traumática

Cuando hemos sufrido una experiencia traumática, nuestra mente solo se centra en ello. Intentamos revivir una y otra vez lo ocurrido con la falsa sensación de poder cambiar algo las cosas. Eso nos lleva a sufrir un gran nivel de angustia. Es el denominado estrés postraumático, y es la primera consecuencia emocional de sufrir un hecho traumático, y no saber cómo gestionarlo.

Al revivir aquello que tanto daño nos ha hecho nos hace sufrir un gran nivel de estrés como ya hemos visto, pero ese estrés postraumático dará paso a la temida ansiedad, y sufrir sus síntomas puede hacer empeorar nuestro estado de angustia emocional. La ansiedad siempre es fruto de un dolor que no sabemos cómo gestionar, y ello nos puede llevar a perder el control de nuestras vidas, y de convertirnos en personas inseguras y temerosas.

Otra de las graves consecuencias de sufrir un hecho traumático es la bajada del estado de ánimo. Vivir una situación realmente adversa y dolorosa puede minarnos y generarnos tal estado de tristeza y apatía, que es común sufrir episodios depresivos una vez hemos sufrido un acontecimiento tan traumático. Como ya he indicado antes, las heridas en nuestra alma puede convertirnos en la sombra de lo que somos, y eso es algo realmente terrible.

Padecer ansiedad o una depresión al sufrir un hecho traumático son secuelas comunes, como también lo son una bajada grave en nuestra autoestima, y en la seguridad respecto a nosotros mismos. Además de dejar paso a emociones tan dañinas como el miedo, la tristeza, la ira o el rencor. No saber qué hacer después de una situación traumática puede alterarnos emocionalmente por completo, y eso debemos tratarlo con toda la ayuda posible para evitar todos esos daños.

El estrés postraumático

Cuando hablamos de estrés postraumático a todos se nos viene a la cabeza sufrir un gran trauma como es una agresión de cualquier tipo o enfrentarse a una situación de vida o muerte, pero lo cierto es que puede surgir independientemente de la intensidad de ese trauma. Una gran pérdida por la muerte de un familiar puede generar en nosotros un estado de estrés que no podemos gestionar. Al final el estrés postraumático lo podemos sufrir una vez que hayamos sufrido una mala experiencia que nos haya marcado por completo.

Cabe decir que muchas personas consiguen recuperarse por si mismas de un hecho traumático. Han sabido de alguna forma como gestionar todo lo ocurrido. Pero existen personas que son incapaces de afrontar un dolor tan intenso, y se sumergen en un estado de angustia tal que generan el temido estrés postraumático. Todo dependerá de nuestra experiencia a la hora de afrontar las adversidades y de cómo estamos emocionalmente en el momento de sufrir una vivencia traumática. Todo en su conjunto hará que podamos o no superar ese hecho que tanto nos puede atormentar.

Al no ser capaces de gestionar un hecho traumático, y dejarnos llevar por el dolor que nos produce, inevitablemente eso nos lleva a revivir una y otra vez lo sucedido. Intentamos revivir lo ocurrido porque necesitamos una explicación y entender su porqué. Ese recuerdo nos arrastra y lo impregna todo. Llega a determinar nuestras relaciones, nuestras capacidades, nuestro trabajo, etc. El dolor nos lleva por caminos que no deberíamos nunca tomar, ya que están pavimentados por el sufrimiento. Debemos aprender qué hacer después de una situación traumática con tal de recuperar nuestras vidas, y volver a ser nosotros mismos.

Qué hacer después de una situación traumática

Es realmente difícil poder recuperarse por si solos de una vivencia traumática. Ese hecho traumático nos habrá cambiado tanto, y habrá cambiado nuestra vida de tal forma, que tenemos que volver a reconstruirnos por completo. Para ello sin duda necesitaremos toda la ayuda y todo el apoyo posible. No podemos dejar que el dolor se adueñe de todo lo que somos, y nos cambie por completo, convirtiendo nuestra vida en un pozo oscuro donde reinará el más absoluto sufrimiento.

Para superar un hecho traumático no basta solamente con dejar que el tiempo actúe. El tiempo no cura las heridas, solo baja la intensidad de nuestro dolor. Se necesita de mucho esfuerzo personal y de una ayuda profesional que nos guíe en el camino de la recuperación. Superar un hecho traumático es posible. Podemos volver a retomar nuestras vidas. 

A continuación tendrás algunas recomendaciones para poder superar adecuadamente una situación traumática que te ha hecho mucho daño. Y estas son:

  • Identificar como nos sentimos. Es importante saber que emociones y sentimientos estamos experimentando una vez que hemos sufrido el hecho traumático. Identificar nuestro dolor nos va a ayudar a la hora de afrontarlo de un modo efectivo. 
  • No exigirnos. Al sufrir un hecho traumático debemos buscar ayuda para gestionarlo, pero no debemos presionarnos, ni dejar que otros nos presionen. Cada persona tiene su ritmo y su modo de afrontar las cosas. Debes respetar tu dolor y cómo lo gestionas en cada momento. No tengas prisas. Es mejor ir paso a paso, pero de una manera firme y eficaz.
  • Verbaliza tu dolor. Si puedes darle nombre a aquello que te duele, puedes afrontarlo. Así que, explícate y explícales a los demás lo que sientes. Te va a ayudar a identificar tu dolor y superarlo.
  • Actívate. Haz actividades que te ayuden a centrarte en cosas positivas y tener tu mente ocupada. Puedes probar con el yoga, pintar, practicar algún deporte, o empezar a tocar un instrumento musical. Todo vale con tal de sentirte bien y despejado.
  • Mantén rutinas. Ten organizado tu día a día. Establece una hora para comer, para dormir, para descansar, etc. Una vida organizada permite tener una mente organizada. Vive en una rutina diaria, te mantendrá alejado de pensamientos negativos.
  • Déjate ayudar por tus seres queridos. Es fundamental sentir el apoyo de nuestros seres querido. Ello nos reconforta y nos da la fuerza que necesitamos en cada paso Déjate ayudar por quien te quiere.
  • Busca ayuda profesional. La terapia te ayudará a tener las herramientas necesarias para afrontar tu dolor y superar ese hecho traumático que tanto te ha marcado. La intervención psicológica es necesaria para superar nuestro sufrimiento.

Hay experiencias que nos marcan y generan en nosotros unas heridas en el alma tan graves, que si no las tratamos nos acompañarán por siempre. La vida es demasiado corta para vivir siempre atrapados al pasado, y por ese motivo debemos saber qué hacer después de una situación traumática. Debemos aprender que el pasado por muy duro que haya sido ya no nos necesita, ni tampoco lo necesitamos. Así que, solo nos queda mirar al futuro y disfrutar de nuestro presente. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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