Quiero romper con mi pareja, pero no puedo

dependencia emocional 01

Aprende cómo dar el paso si necesitas romper con tu pareja

Si te dices: quiero romper con mi pareja, es porque es hora de hacerlo.

 

A veces ocurre que una relación está tan marchitada y rota, que ambas partes son conscientes que esa relación no funciona, y que deben tomar la triste decisión de finalizarla cuanto antes. Pero normalmente, las relaciones suelen acabar cuando una de las partes que la conforman, por el motivo que sea, no quiere prolongar una relación que no le aporta ya nada. Es cuando logramos afirmar eso de “quiero romper con mi pareja”.

Dar el paso y tomar la decisión de romper una relación de forma unilateral, nunca es fácil. Decirle a la persona que hemos amado, y posiblemente nos ame en ese momento, que quieres seguir con tu vida, y que en ella no hay cabida para ella. Realmente es un paso muy duro, y muy traumático para ambas partes. Uno nunca inicia una relación pensando en la posible pérdida futura de la misma, y ello es un proceso difícil de gestionar.

Quiero romper con mi pareja, pero no me atrevo a dar el paso. Es una de las afirmaciones más comunes de quienes tienen que tomar la decisión de romper la relación sentimental que le une a otra persona. Pero, como ya sabemos, es una decisión totalmente difícil y traumática. Ya sea por falta de valentía, por inseguridad, por no querer hacer daño a esa persona, por las opiniones de los demás, etc., cualquier excusa es válida para prolongar la finalización de nuestra relación de pareja. Cualquier motivo puede valer para quien quiere romper con su pareja, y es incapaz de dar el paso necesario.

En algunas ocasiones las relaciones se convierten en una auténtica zona de confort, donde nada pasa, y donde no tenemos que tomar ciertas decisiones cuando esta falla. Prolongar una relación fallida nos hace daño, y acaba por hacer daño a la otra persona. No hay nada peor que fallarse a uno mismo y a lo que siente, y a engañar a la otra parte de la pareja. Lo más sano y constructivo es abandonar aquellas relaciones que nos paralizan, y que no nos aporta nada positivo.

No existe nada más duro que compartir tu vida con una persona que no amas, y sentir que ese ya no es tu lugar. No podemos mirar hacia otro lado en ese momento. Debemos tener la valentía suficiente para dar el paso que debemos tomar. Si afirmamos eso de “quiero romper con mi pareja”, es porque esa relación ya ni te aporta lo que debería aportarte. No te engañes más, ni engañes a la otra persona. Da el primer paso ya.

Causas para no romper con mi pareja

Dar el paso a la hora de romper con una relación que ya no nos aporta nada, no es un paso fácil de realizar. Existen unas causas que explicarían lo difícil que es tomar la decisión y dar el primer paso, para finalizar nuestra relación sentimental. Entre las principales causas, no encontramos con:

  • Creer que puede haber una mejora. A veces un quiero romper con mi pareja, significa que ojalá todo cambie y la relación vuelva a ser como era. Pero simplemente es una fantasía. Cuando el amor perece, por mucho que se quiere reconducir los sentimientos, eso es imposible. Y solamente acabamos por prolongar una relación que nos daña, y nos hace infelices.
  • Evitar el sufrimiento. Cuando damos un paso que tiene que ver con sentimientos, sabemos que alguien saldrá dañados. Podemos ser nosotros mismos, la otra persona, o ambas partes. Todo ese sufrimiento es difícil de gestionar y afrontar siempre. Ese miedo a afrontar ese dolor, a menudo nos impide tomar las decisiones que tenemos que tomar. Realmente se convierte en una auténtica odisea. Todo lo que sea, abandonar nuestra zona de confort, nos deja emocionalmente expuestos, y eso nos aterra. Por ese motivo, nos da pavor abandonar una relación, aunque esta esté sentimentalmente muerta.
  • Miedo a la soledad. Existe un miedo muy habitual en toda persona, y este es el miedo a estar solo. No tener a nadie para compartir nuestro día a día puede volverse totalmente aterrador. Como miedo que es, nos paraliza y nos hace vulnerables. Hay personas que prefieren mantener una relación, aunque esta les dañe, que estar solos.
  • No dañar a la otra persona. Si bien es cierto que evitamos toda situación que nos pueda dañar, también procuramos no hacer daño a quien queremos. Aunque queramos romper una relación, la otra persona lo ha significado todo para nosotros, y siempre la vamos a querer, sea del modo que sea, y nuestra voluntad no es dañarla. Ese miedo a hacerle daño, puede llegar a ser una buena excusa para no finalizar una relación que ya no nos aporta nada.
  • Por dependencia emocional. Cuando ha existido un apego tan fuerte como para dejar nuestro bienestar y voluntad en las manos de la otra persona, prescindir de ella y de sus cuidados, puede ser realmente perturbador y dañino para la persona dependiente. Aunque la relación sea totalmente tóxica, la persona dependiente necesita de las atenciones de su pareja, aunque para ello haga todo lo que haga falta por tener la atención que tanto anhela. Cuando una persona dependiente identifica su relación como de tipo tóxica, y sabe que debe ponerle fin por su bienestar y salud emocional, dar el paso será una tarea muy difícil de llevar a cabo. Aunque sepa que esa relación solo le hace daño, le aterrará más el hecho de prescindir de la persona amada, y de las atenciones emocionales que tanto necesita de esta. Por ese motivo, es necesario, en estos casos, la ayuda supervisada de un profesional.

Cuando decimos “quiero romper con mi pareja”, es porque sabemos que la relación que mantenemos con esta persona ya no nos aporta nada positivo. Por ese motivo, debemos ser responsables de nuestros sentimientos y de intentar herir, lo menos posible, los sentimientos de la otra persona, y dar los pasos que sean necesarios para finalizar dicha relación, realizando una ruptura sentimental lo menos traumática posible. No hay nada más dañino que fallarnos a nosotros mismos, así que, si no somos felices con nuestra relación de pareja, tenemos que tener la valentía y la responsabilidad de dar el paso necesario.

Cómo finalizar una relación sentimental

Cuando sentimos que nuestra relación ya no nos aporta nada, y que de nada sirve prolongarla más, deberemos tomar la decisión de romper con nuestra pareja. En un primer momento, asusta, ya que dejaremos atrás aquello que ya conocemos, y nos sumergiremos en un mar de incertidumbres. Es esencial aprender a soltar. Cuando algo no funciona, lo mejor es cambiar, aunque el cambio nos asuste y haga que nos resistamos a él. Para avanzar, a veces debemos pasar página. No queda otra.

Prolongar una relación estéril y sin futuro, solo hace agrandar más nuestro dolor, y el dolor de la otra persona. Debemos ser sinceros y responsables, y solar. No podemos caer en el error de fallarnos y engañar a la otra persona, no finalizando esa relación. Es esencial, mirar por el bienestar de la otra persona, pero también de la nuestra. Si no queremos seguir con una relación finalizada, lo fundamental es ser sincero, y afrontar la situación de un modo natural. De ese modo, haremos menos traumática la ruptura.

Cuando nos enamoramos también asumimos la pérdida. Todo amor lleva la pérdida implícita. El desamor, el fallecimiento, etc., puede llevar a la finalización de toda relación. Por ese motivo, debemos tener siempre en cuenta la pérdida. Al final, todo en esta vida es cambio, y si tu relación no te aporta nada, debes tomar la decisión de finalizarla, y responsabilizarte por tu bienestar emocional. De nada sirve prolongarla, cuando una relación está muerta, no se puede revivir. Y prolongarla solamente agranda nuestro sufrimiento y el de la otra persona.

Si debes finalizar tu relación sentimental, es necesario que lo afrontes de modo directo. Emplea la comunicación, y habla en todo momento con tu pareja. Explícale que siente, y qué quieres hace a partir de ese momento. Utiliza un lenguaje suave y empático. Es importante procurar que sea lo menos traumático posible. Debes aprender a soltar. Si has tomado una decisión, sé firme, como ya he dicho, intentar prolongar una relación esperando un milagro, es algo muy dañino. Cuando el amor acaba, debe acabar la relación. La pérdida forma parte de la vida, y debemos asimilarla de ese modo. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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