Síntomas de la Agorafobia

Qué es la agorafobia

Podríamos definir la agorafobia como el miedo irracional y desproporcionado a estar en lugares públicos, donde puede existir un peligro potencial y donde es difícil poder escapar si nos vemos envueltos en una situación peligrosa o que atente contra nuestra vida. Es un miedo totalmente paralizante que empuja a las personas que lo padecen a evitar salir de casa y exponerse en lugares públicos, relegándolos al ostracismo. Para poder vencer esos miedos es muy importante conocer como surgen y como nos afecta, y para ello debemos conocer los síntomas de la agorafobia.

La Agorafobia es un miedo relacionado con la ansiedad. Realmente esta fobia se basa en la imposibilidad de no tener el control acerca de los acontecimientos ni de los lugares. Eso provoca una gran angustia y estrés a quien lo padece, afectándole a todo los ámbitos de su vida. Ya que para trabajar, estudiar, relacionarse, etc., es necesario salir al exterior, y eso supone un verdadero obstáculo para quien padece este tipo de miedos. El no tener el control eleva la ansiedad, ya que nos puede llevar a situaciones potencialmente peligrosas que es justamente lo que teme una persona con esta fobia.

Decir que al contrario de lo que se piensa habitualmente, la agorafobia no es solo un miedo centrado en estar en un espacio público en el exterior, sino que también ocurre en espacios cerrados. Lo que temen principalmente las personas con esta fobia es no tener el control de las situaciones, que en caso de presentarse un peligro no poder escapar o verse envuelto en una crisis que no va a saber cómo gestionar.

Quien siente una fobia tan intensa como la agorafobia queda expuesto a una gran angustia, y a vivir siempre en alerta ante un posible peligro que puede llegar a ocurrir. Son miedos irracionales son incontrolables, y llegan a afectar al día a día de quienes lo padecen, llevándoles a un estado de total tristeza y agonía. Es muy complicado vivir siempre con miedo, y subyugado al hecho de no saber cómo gestionarlo. Saber cómo nos ataca emocionalmente esta fobia nos ayudará a comprender cómo podemos superarla. Y para ello es imprescindible conocer todos los síntomas de la agorafobia.

Las causas de la agorafobia

El miedo irracional hacia los espacios públicos que no podemos controlar, es fruto de una ansiedad no tratada. La ansiedad se basa en el miedo, y en el hecho de estar en alerta de forma permanente. Cualquier persona que padezca este trastorno querrá controlar su entorno, ya que eso le hace sentirse seguro, porque percibe cualquier situación como algo potencialmente peligroso. Cuando una persona tiene miedo de todo, lo que prefiere es quedarse en un lugar seguro en vez de salir de esa zona de confort, y exponerse a algo que puede ser peligroso para él. 

La agorafobia se alimenta del miedo que nos produce algo que no podemos controlar. Un espacio lleno de personas es algo que es incontrolable, y podemos llegar a verlo como potencialmente peligroso si estamos siempre en alerta. La ansiedad nos empuja a evitar aquello que tememos, y la agorafobia nos empuja a estar en un lugar donde nos sentimos seguros, y nos alejamos así de cualquier situación o lugar que represente un peligro para nosotros. La ansiedad nos hace crearnos nuestra zona de confort, y a no asumir riesgos. Esto nos hace aislarnos de todo aquello que nos rodea, y nos afectará a todos los ámbitos de nuestra vida.

Síntomas de la agorafobia

Es importante conocer los síntomas de la agorafobia si queremos afrontar con éxito esta problemática. Saber nos ayuda a vencer. Y es por eso que repasaremos todos los síntomas propios de esta fobia tan común, y para ello me basaré en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, más conocido por DSM-V. Entre los síntomas de la agorafobia más comunes encontramos:

  • Miedo intenso o ansiedad elevada. La persona que padece este tipo de fobia experimenta un miedo muy intenso, cada vez que se expone a situaciones que cree que pueden ser un verdadero peligro para ella. Suelen ser espacios públicos cerrados o abiertos, donde suele haber personas y es un espacio que no se puede controlar, como por ejemplo: una tienda, el trasporte público, o cines.
  • Evitación de aquello que teme. Las personas que sufren agorafobia evitarán por todos los medios enfrentarse a sus miedos, y exponerse a aquello que tanto teme. Por lo cual, evitará acudir a lugares donde se sentirá indefenso, ya que ello hará que sus niveles de ansiedad se eleven sin más, pudiendo incluso aparecer el temido ataque de pánico. Un miedo incontrolable nos llevará a evitarlo a toda costa.
  • Miedo perpetuo. Tener miedo a los espacios públicos es un miedo persistente, que la persona que lo padece siempre lo tiene presente, evitando toda situación que le asuste. No es un miedo que tal como venga desaparezca, sino que la persona padecerá ese miedo de un modo constante, y jamás desaparecerá por si solo, a no ser que se busque ayuda profesional para poder superarlo. Cabe decir que para poder diagnosticar a una persona con agorafobia, es necesario tener en cuenta de que esos miedos hayan perdurado al menos seis meses continuos. Las fobias no desaparecen nunca por si solas, y se quedan con la persona que las padece al no ser que puede acceder a una intervención psicológica.
  • Temor diario. La agorafobia supone experimentar un miedo diario a enfrentarse a situaciones o lugares que no podemos controlar. Entonces, si sufrimos este trastorno, experimentaremos un miedo tan paralizante que afectará a nuestro día a día, a en todos los ámbitos de nuestra vida. Nos afectará en el trabajo, nos afectará en nuestras relaciones, etc. El miedo es capaz de destruirnos, y destruir todo aquello que queremos. 
  • Sufrir un miedo irracional. El miedo tan intenso que puede experimentar una persona con agorafobia no puede controlar ni explicar el porqué. Siente un miedo atroz a verse en una situación peligrosa que no puede controlar, y aunque no tenga una explicación racional, el miedo aparece para quedarse en la vida de quien lo padece. Por ese motivo, estas personas sufren elevados niveles de ansiedad. 

Tenemos que aprender que los síntomas de la agorafobia no atacan por igual a cada persona. Cada persona sufrirá unos síntomas distintos dependiendo de sus características personales. El miedo alimenta al miedo, y no podemos mirar hacia otro lado. Si sentimos un miedo que nos paraliza, y nos afecta de un modo excesivo, debemos buscar ayuda profesional. La terapia es el único método para afrontar los miedos.

Tratamiento de los síntomas de la Agorafobia

Al ser un trastorno fruto de la ansiedad, se debe tratar mediante terapia psicológica. La terapia te aportará todas las herramientas que necesitas para poder afrontar tus miedos. No intentes evitarlos porque esa jamás es la solución. Se debe ir exponiendo a la persona a aquello que tanto teme poco a poco. Es decir, hay que ir exponiendo a esa persona a lo que más teme. Debe de ser una exposición lenta y terapéutica. Si la persona consigue enfrentarse a sus miedos, al final logrará superarlo.

Si no buscamos ayuda terapéutica, nuestros miedos siempre estarán dominándonos. No podemos mirar hacia otro lado, o esperar que todos nuestros miedos desaparezcan sin más. Eso es engañarnos a nosotros mismo, y hacer que nuestros miedos se vuelvan crónicos. Se puede afrontar y superar todo aquello que tememos, pero requiere de todo nuestro esfuerzo, tener la ayuda que necesitamos y tiempo. Además, existen una serie de consejos que nos pueden ayudar a afrontar nuestros miedos de un modo más efectivos:

  • Céntrate en cosas positivas. No tengas tan presentes tus miedos, y céntrate en todo lo positivo que hay en tu vida. Revisa tus prioridades y mira por ti. Debes de dejar de estar tan en alerta y dejar que todo fluya.
  • Busca apoyo. Es importante que te sientas arropado y apoyado por las personas más cercanas a ti. Explícales qué te ocurre, y como te pueden ayudar. Contar con ese apoyo nos ayudará a vencer nuestros miedos.
  • Actívate. Haz todo aquello que te permita estar bien, y alejarte de esos pensamientos negativos. Puedes probar con hacer algún deporte, apuntarte a un curso, o quedar con amigos. Es importante centrarse en todo lo bueno que nos ofrece la vida, y alejarnos de todo aquello que nos paraliza.
  • Deja de controlarlo todo. Déjate sorprender y deja que todo fluya. No puedes controlarlo todo, ni nada puede garantizar tu seguridad. Atrévete a dar el paso, y sal de tu zona de confort. Es importante no quedarse paralizado por nuestros miedos.
  • Haz ejercicios de relajación. Debes aprender a relajarte para poder rebajar tu ansiedad y tu angustia. Para ello puedes probar con ejercicios de respiración, o incluso con disciplinas como el taichi o el yoga. Encuentra el modo de estar relajado.
  • No te exijas demasiado. No quieras hacerlo todo, y estar siempre disponible. Aprender a relajarte, y a pedir ayuda si lo necesitas. No te sobrecargues de actividades y obligaciones. Eso puede generarte un mayor estrés.
  • Relaciónate. No te aísles y vuelve a quedar con tus seres queridos. Además, con el hecho de salir te obligarás a dar el paso a afrontar aquello que tanto temes. Deja a un lado tu zona de confort.

Busca ayuda profesional. Como ya he dicho antes, la terapia es el único método para vencer nuestros miedos. Ella nos dará todo aquello que necesitamos para poder afrontar aquello que tanto temor nos produce, y no paraliza.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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