Trastorno de estrés postraumático

Trastorno de estrés postraumático

Cuando una persona sufre un acontecimiento extremadamente traumático, como pueden ser, por ejemplo, una agresión física o sexual, un accidente, o sobrevivir a una experiencia de vida o muerte, puede generar cierta sintomatología si no es capaz de gestionar emocionalmente dichos acontecimientos. La persona que ha sido víctima de esta clase de experiencias, puede desarrollar el denominado trastorno de estrés postraumático (TEP).

Experimentar una vivencia donde se ha visto amenaza nuestra propia vida, o la vida de otras personas cercanas, pueden acarrear ciertos trastornos, todo debido a la dificultad para poder asumir lo ocurrido, afrontarlo y superarlo. Existen personas que son incapaces de pasar página, y reviven interiormente ese acontecimiento traumático. Ello les afectará a todos los niveles, ya que su estabilidad emocional y psicológica estará seriamente dañada, y requerirá de toda la ayuda posible para poder afrontar lo ocurrido, y de ese modo seguir adelante.

Normalmente, las personas que padecen el trastorno de estrés postraumático, llegan a revivir lo ocurrido de un modo constante. Ello les angustia y les agobia. Pero son incapaces de afrontar lo sufrido y de ese modo volver a tener el control de sus vidas. Sufrir esa clase de experiencias crea unas heridas tan profundas que, si no son tratadas, todos los ámbitos de la vida de la persona que lo sufre se verán alterados.

Cuando una persona es incapaz de gestionar las situaciones más adversas, suelen quedar paralizadas por el miedo y la angustia. Ello les repercute en incuso en su día a día, en su trabajo, en sus relaciones, y en su modo de actuar y percibir el mundo que le rodea. Quien sufre un trastorno de estrés postraumático percibirá el mundo que le rodea como un entorno hostil y peligroso. Ello hará que esté siempre en alerta, y ese nivel de estrés prolongado en el tiempo, se transformará en la temida ansiedad.

Quien tiene miedo siempre intenta evitarlo. Pero como todos sabemos, la evitación nunca es la solución, ya que cuando algo no se supera, siempre vuelve a aparecer. Por lo tanto, la persona que ha sufrido un acontecimiento dañino y traumático, debe de tratar el dolor que ello le ha producido. Es el único camino.

Causas del trastorno de estrés postraumático

Es cierto que todos nos hemos visto envueltos en situaciones extremadamente traumáticas, pero desarrollar un estrés postraumático o no, dependerá de nuestros recursos emocionales y psicológicos en ese preciso momento. Quizás podamos afrontar ese hecho traumático, y pasar página, pero quizás no. Si no podemos gestionar lo ocurrido, ello hará mella en nuestra salud psicológica, haciendo que revivamos dicho acontecimiento, y que nuestros niveles de estrés se eleven. Al no tratarlo adecuadamente en ese momento, esos niveles altos de estrés, harán que desarrollemos ansiedad.

El trastorno de estrés postraumático se alimenta del miedo. Cuando hemos sufrido una experiencia traumática, nuestro nivel de alerta estará siempre en funcionamiento. Percibiremos todo como potencialmente peligroso para nosotros, y ello hará que nuestro estrés y nuestra ansiedad se elevan irremediablemente.

Sería totalmente positivo que podamos tener los recursos emocionales y psicológicos necesarios para afrontar cualquier situación, por muy adversa que esta sea. Pero lo cierto es que a menudo no es así. Quizás en ese momento, no tengamos la capacidad de gestionar aquello que nos ha ocurrido, por el motivo que sea, y ello hace que padezcamos el mencionado trastorno de estrés postraumático (TEP).

Por último, decir que las personas que sufren este trastorno, desarrollan estrategias de evitación. Aunque no paran de revivir en su mente lo ocurrido, intentan por todos los medios evitar situaciones igualmente potencialmente peligrosas. Ello les aísla, y les impide tomar la decisión de buscar la ayuda que tanto necesitan.

Síntomas del TEP

Los síntomas propios del trastorno de estrés postraumático o TEP, pueden aparecer tiempo después de sufrir el acontecimiento traumático que lo ha causado. Entre su principal sintomatología encontramos:

  • Revivir mentalmente el trauma vivido, ya sea a través de recuerdos o pesadillas. Esta revisión de lo ocurrido puede ser voluntario o no, y suele ser recurrente.
  • Niveles de estrés alto. Intento por controlar toda situación.
  • Percepción hostil de su entorno.
  • Ansiedad extrema cada vez que entra en contacto con personas, lugares u otras circunstancias que pueda recordarle el trauma vivido.
  • Temblores, palpitaciones, sensación de falta de oxígeno, y sudoración excesiva, cada vez que se recuerda el acontecimiento que ha causado el trauma que experimenta.
  • Incapacidad para concentrarse y expresar sus emociones.
  • Evitación de situaciones similares que puedan ser igualmente peligrosas.
  • Irritabilidad.
  • Alteraciones del sueño y del apetito.
  • Pérdida de interés por aquello que antes sí lo tenía para esa persona.
  • Aislamiento social. Incapacidad para relacionarse correctamente.

Son síntomas totalmente paralizantes, incapacitando a la persona a retomar su vida normal. Podrá afectarle a su vida diaria, a sus relaciones familiares y sociales, en el trabajo o estudios, y en su capacidad para afrontar y percibir el mundo que le rodea.

Tipos de TEP

Existen dos tipos diferenciados de trastorno de estrés postraumático, todo dependerá del momento en el cual aparecen los síntomas, y la persona empieza a padecer todos sus efectos. Así podemos identificar los siguientes tipos de TEP:

  • Trastorno de estrés postraumático Agudo. Es aquel que se manifiestan sus síntomas con toda su intensidad durante el primer mes, hasta los tres meses posteriores a sufrir el acontecimiento traumático que lo ha causado.
  • Trastorno de estrés postraumático latente. Es aquel que puede manifestar su sintomatología, después de los seis meses desde el hecho que ha desencadenado este trastorno.

Tratamiento del estrés postraumático

Lo más recomendable, es la terapia psicológica. Es el único camino para poder superar un hecho traumático que no hemos podido gestionar emocionalmente. Gracias a ello, podremos tener las herramientas necesarias para poder afrontar lo sucedido y de ese modo, pasar página.

La persona que padece este tipo de estrés necesita tratar sus miedos, y sobre todo su ansiedad. Para poder superar los miedos no podemos evitarlos, sino afrontarlos. Para ello es totalmente recomendable las terapias de exposición. Es decir, que la persona poco a poco vaya exponiéndose a aquello que teme, hasta que compruebe que no pasa nada. Es un proceso largo, pero permite que la persona que padece estrés postraumático puede de nuevo percibir el mundo que le rodea como no peligroso ni hostil.

Cuando los miedos se superan, también se ajustarán los niveles de ansiedad propios. Por ese motivo es tan importante tratar el miedo irracional, que padece la persona que sufre este tipo de trastorno. Lo realmente importante es que los hechos traumáticos, que han mermado nuestra salud emocional y psicológica, se puedan afrontar adecuadamente. Con ello, se puede pasar página y seguir con nuestras vidas. No se puede vivir con miedo. Nadie debería soportar esa pesada carga. Sí estás sufriendo este tipo de trastorno, te animo a que recurras a la psicoterapia. Es el único camino para superar aquello que tanto te perturba. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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