Trastorno límite de la personalidad, ¿qué es?

El trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad o trastorno Boderline, no es una enfermedad mental, sino una forma de ser. Una persona cuyo desarrollo emocional y cognitivo no es el adecuado podrá padecer el citado trastorno, cuya principal característica es una personalidad inmadura e incompleta, que impide relaciones interpersonales estables y sanas, y una exagerada impulsividad.

Diversos estudios indican que aproximadamente el 2 % de la población general sufre de trastorno límite de la personalidad. Es más frecuente su incidencia en el sexo femenino, rondando el 75 % de los casos.

La persona que padece trastorno límite de la personalidad posee una falta total de maduración emocional. Su impulsividad y su falta de tolerar la frustración, le hará experimentar situaciones y relaciones límites que puede llevarle a la agresión a sí mismo y a los demás. También puede abocarle a conductas temerarias, y peligrosas. Su falta de madurez les impide tener un comportamiento adecuado y responsable, así como relaciones sanas y normales. Son incapaces de tener en cuenta las consecuencias de sus actos.

Síntomas del trastorno límite de la personalidad

Para considerar que una persona padece un trastorno límite de la personalidad, debe presentar al menos cinco de los siguientes síntomas:

  • Miedo al rechazo y a ser abandonado por las personas que le rodean, aunque tal abandono solamente esté en su imaginación y no sea un hecho real.
  • Relaciones interpersonales inestables e intensas. Tan pronto pueden valorar a la otra persona como un ser maravilloso como puede percibirla inmediatamente como odiosa o decepcionante.
  • Alteraciones de la propia identidad. Dificultada para reconocerse a sí misma y su propio comportamiento o conducta.
  • Impulsividad en al menos dos de estos ámbitos: gastos monetarios excesivos, promiscuidad, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida, entre otros.
  • Intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de autoagresión. Al no gestionar bien la frustración, cuando algo o alguien le impiden conseguir aquello que quiere, puede recurrir a la amenaza o al intento de suicidio.
  • Inestabilidad emocional. Es decir, cambios de humor constantes. Episodios intensos, depresivos y episodios de irritabilidad o ansiedad. Estas conductas pueden durar horas o días.
  • Sentimiento de vacío existencial.
  • Irritabilidad extrema. Incapacidad para controlar la ira. Puede recurrir a enfados constantes o a peleas físicas.
  • Sentimiento de ser tratado injustamente y perseguido por los demás.

Causas del trastorno límite de la personalidad

Aunque es un trastorno que suele ser detectado y diagnosticado en la edad adulta, lo cierto es que comienza a manifestarse en la infancia. El motivo es que la falta de madurez emocional y cognitiva propia de las personas que padecen este trastorno no se hacen visibles hasta que llegan a la edad adulta y siguen con comportamientos propios de edades infantiles o juveniles. Como ya hemos citado anteriormente, el trastorno de límite de la personalidad, no es propiamente una enfermedad mental, sino una manera de ser.

Estudios afirman que el trastorno límite de la personalidad surge por una combinación entre herencia genética y ambiente. Es decir, cuando se dan los dos factores a la vez, la predisposición genética y un ambiente que propicie tales comportamientos heredados.

¿Cómo tratarlo?

Como en cualquier otro trastorno, si estás experimentando dificultades que te están impidiendo, llevas una vida plena y satisfactoria, debes plantearte la búsqueda de ayuda profesional.

Si padeces trastorno límite de la personalidad, deberías realizar una psicoterapia adecuada a tus necesidades reales. Gracias a este tipo de ayuda, podrás tener un mejor conocimiento de ti mismo, además de poder desarrollar estrategias para afrontar tu problemática.

Además, la psicoterapia te ayudará a:

  • Desarrollar tu capacidad de observación y percepción de cada situación, aprendiendo a valorarlo todo sin juzgar ni jugarte duramente.
  • Relacionarte mejor con los demás y contigo mismo.
  • Descubrir el porqué de tu problemática. Descubrir el porqué de tu comportamiento y pensamiento ayuda a su cambio y mejora.
  • Aprender a gestionar tus crisis.
  • Aumentar tu conciencia de todo lo que ocurre en tu interior.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Scroll al inicio