Voy a pensar más en mí

Voy a pensar más en mi

A menudo se confunde el egoísmo con pensar antes en uno mismo. Es una creencia tan dañina, que nos obliga a ser serviciales y complacientes con los demás, y dejarnos a un lado. Con ese tipo de posturas solo nos hacemos daño, ya que no complaceremos nuestras necesidades personales a favor de contentar a los demás. Por ello, apuesto por mí, por ese motivo, voy a pensar más en mí.

Nos han hecho creer que debemos estar siempre dispuestos a ayudar y estar pendientes de los demás. De lo contrario, nos convertiremos en egoístas. Pero lo cierto es que no existe nada de malo en mirar por uno mismo, y cuidarse. En absoluto es de egoístas, porque si no miras por ti, ¿quién lo hará?

Quien insta a los demás a qué miren primero por los demás, es porque quiere someterlos a su voluntad. Cada uno tiene la responsabilidad de cuidar de si mismo, y de atender sus necesidades. Nadie tiene la obligación de cuidarnos y de satisfacer todas nuestras necesidades personales. Así que no debemos confundir el egoísmo con tener la solemne responsabilidad e mirar por nosotros antes incluso de contemplar la idea de mirar por las necesidades de los demás.

Tampoco quiero que se confundan conceptos. No digo que no debemos mirar por los demás, y sobre todo, por las personas más cercanas y queridas. Solo digo que antes estamos nosotros, porque cada uno tiene la responsabilidad de cuidarse a si mismo, como ya he afirmado. Si podemos y queremos, podemos prestar nuestra atención y ayuda a los demás. Pero ello debe partir de una decisión personal y libre, no de una obligación

Voy a pensar más en mí que en los demás

Cuando decimos “voy a pensar más en mí”, no significa que dejemos de pensar en los demás, sino que aceptamos la responsabilidad de mirar por nosotros y nuestras necesidades vitales. No es egoísmo porque no le hacemos daño a nadie, ni anteponemos nuestra voluntad ante los demás. Simplemente, significa cuidarnos y prestarnos la atención que necesitamos.

No tiene nada de bueno ni positivo, dejar descubiertas nuestras necesidades para cubrir la de los demás. No podemos abandonarnos, y dejarnos a un lado. Porque la verdad, si no nos cuidamos nosotros mismos, nadie lo hará. Somos los principales valedores de nuestro bienestar emocional.

Lo realmente cierto es que, no tenemos ninguna obligación hacia los demás. Si queremos prestarle nuestra atención y cuidado es porque queremos hacerlo, jamás debe ser por exigencias. Todo lo que llega a ser una obligación acaba por hacernos daño. Nadie debería llevar esa carga encima, porque, al fin y al cabo, cada uno es el principal responsable de su felicidad.

Pensar en nosotros depende de la autoestima

Las personas con una autoestima baja, cuya percepción de ellas mismas es negativa, suelen dejarse a un lado, obviando sus necesidades, sueños y anhelos. Llegan a creer que no son merecedoras de todo lo bueno que tiene la vida, así como de las atenciones y cuidados de los demás y de ellas mismas. Cuando alguien dice “voy a pensar más en mí” no es un acto de egoísmo, sino un acto de amor propio.

Cuando no te valoras y no te tienes en cuenta, es fácil caer en las manos de personas que intenten aprovecharse de tu vulnerabilidad, para conseguir de ti todo aquello que quieren, y necesitas. Es decir, dejamos a un lado todas nuestras carencias y necesidades vitales, para cubrir la de las personas que, exigen toda nuestra atención y cuidados.

Es esencial valorar si nos queremos y aceptamos tal y como somos. Una buena autoestima siempre nos llevará por el camino de la satisfacción y bienestar personal. Es igualmente importante creernos valedores de nuestra propia atención para cubrir nuestras necesidades vitales, porque sólo nosotros somos capaces de hacerlo. Es una tarea que depende cada uno de nosotros.

Si miramos más por los demás nos volvemos víctimas

Si dejáramos de pensar en nosotros, y empezáramos a mirar exclusivamente en los demás, nos descuidaríamos, y caeríamos en el error de dejar de querernos. Cuando no somos capaces de mirar por nosotros mismos, ya que nos hace sentirnos egoístas, y empezamos a mirar más por lo demás, eso nos hace vulnerables. En ese estado de sometimiento, nos deja en una posición donde cualquier persona que quiera aprovecharse de nosotros, lo conseguirás sin ninguna resistencia.

Hay personas que buscan el tipo de perfil, de una persona capaz de no mirar por ella misma, y someterse a la voluntad de los demás. Gracias a ello, y a la manipulación emocional que pueden llegar a emplear, consiguen todo aquello que quieren y necesitan de las personas que caen en sus redes, y no se quieren lo suficiente como para no someterse a los demás.

Los depredadores emocionales siempre buscan este tipo de víctimas para poder manipularlas, y de ese modo, poder conseguir de ellas todo aquello que desean. Tenemos que tener en cuenta, de que sus víctimas son personas totalmente vulnerables, con una autoestima baja, que les incapacita para poder escapar de este tipo de trampas emocionales.

Ayudar a los demás siempre es positivo, pero esa ayuda no debe partir de dejarnos de cuidar a nosotros mismos. Cuando esto ocurre es porque estamos ante una relación totalmente tóxica, que permite que no miremos más por nosotros mismos, y ante un problema de autoestima que nos impide querernos y cuidarnos tal y como nos merecemos. Por eso debes decir: “voy a pensar más en mí”.

Priorízate

Si no te estás cuidando tal y como te mereces, quizás debes plantearte tu forma de tratarte. Pensar más en uno mismo se basa en cubrir todas tus necesidades, ya sean estas físicas, emocionales o psicológicas. Por ese motivo, debes empezar a mirar por ti, y cuidarte al máximo, porque nadie lo hará. Eres tu responsabilidad.

Comienza a tener buenos hábitos. Come saludablemente, duerme las horas que necesites, haz tus descansos durante el día, y haz actividades que te hagan sentir bien. Dedícate el tiempo que necesites, y no caigas en el error de pensar que es egoísmo. Si te cuidas es porque eres responsable contigo mismo, y con tu bienestar.

Ayudar a los demás está muy bien, y nos hace sentirnos bien con nosotros mismos, pero jamás las demás personas pueden ser tu prioridad. Céntrate primero en ti y en todo aquello que necesitas para sentirte bien, y luego su puedes ayudar a los demás, hazlo. Te animo a que ahora mismo te digas: “voy a pensar más en mí”.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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