Amistades tóxicas
Ser una persona bondadosa y con buen corazón, es un requisito imprescindible para convertirse en la víctima de una persona tóxica y posesiva, que quiere conseguir alguna cosa de nosotros, utilizando si hiciera falta, la manipulación, el chantaje e incluso el abuso emocional para conseguir de sus víctimas aquello que anhela. Son las denominadas: amistades tóxicas y dañinas.
Lo cierto es que todos estamos expuestos a caer en las redes de este tipo de amistades. Su forma de actuar es tan sutil, que no nos daremos cuenta de todo lo que nos han manipulado, ni el daño que nos han hecho, hasta que ya es demasiado tarde, y las heridas son demasiado profundas. Por ese motivo, si hemos sido víctimas de estas amistades tóxicas y dañinas, no debemos culpabilizarnos por ello. No tenemos la culpa de ser buenas personas, ni tampoco que existan personas malas que intenten aprovecharse a toda costa de los demás.
Qué decir, que esas personas que utilizan una supuesta amistad para aprovecharse de su víctima, son personas que por su experiencia vital, negativa y dañina, han aprendido a utilizar a los demás para conseguir todo aquello que quiera. Utiliza a las personas como si fueran auténticos objetos, y les trae sin cuidado el daño que han podido hacer. Solo mirarán por ellos mismos.
Elegimos a los amigos por muchos motivos, pero normalmente es porque comparten con nosotros valores, conductas, modo de pensar, aficiones, etc. Las amistades tóxicas y dañinas son capaces de camuflarse en esa amistad ideal, comportándose y diciendo todo aquello que queremos o esperamos de un amigo, todo hasta que poco a poco nos va manipulando y consiguiendo de nosotros aquello que desea.
Al final, este tipo de amistades, solamente consiguen dañarnos, y que cambie con ello, nuestro modo de ver el mundo. La maldad hace que nos convirtamos en personas desconfiadas, temerosas e inseguras. Y eso no lo podemos permitir. No podemos dejar que personas tan malvadas cambien todo lo que somos. No es nuestra culpa el hecho de cómo son y lo que hacen. No podemos controlar lo que hacen, pero si lo que hacemos con esa experiencia. Podemos elegir que nos cambie para siempre, o que saquemos valiosas lecciones, y valoremos más a nuestros amigos de verdad.
Características de una amistad tóxica
Existen una serie de características comunes en todas las amistades tóxicas, que nos pueden ayudar a identificar si nuestras amistades son nocivas emocionalmente o no. Y entre dichas características encontramos:
- Resaltará tus defectos. Las amistades tóxicas y dañinas intentarán, por todos los medios, hacerte ver tus defectos. Te quieren crear inseguridad y que tu autoestima baje. De ese modo, serás más vulnerable a sus manipulaciones.
- Te hará sentir prescindible. Para una amistad tóxica, siempre serás su primera opción cuando le interese por cualquier motivo. Si no le interesa, no dudará en dejarte a un lado. No serás una persona imprescindible para esa amistad, y te hará sentir así.
- Te sentirás solo. Aunque estés todo el rato con esa amistad, al final te sentirás solo y vacío por dentro. Su falta de implicación, hará que te sientes realmente en soledad, aunque estés junto a esa amistad.
- Te cuestionará por todo. Hagas lo que hagas, y digas lo que digas, siempre harás todo mal para esa persona. Querrá que lo sepas, y de ese modo, minarte tu autoestima.
- Te dejará mal ante los demás. Su intención es que tu autoestima quede por los suelos. Así que no dudará en dejarte en ridículo, o cuestionar tu valía delante de los demás.
- Él o ella será el centro de todo. Sus necesidades son prioritarias, y no dudarán en dejarte claro que debes estar atento a sus voluntades. El tema de conversación siempre será él o ella.
- Son personas narcisistas. Solamente mirarán por ellas, aunque tengan que destruir a los demás. Carecen de empatía, y no van a dudar en utilizar el chantaje, la manipulación, o incluso el abuso emocional. Todo hasta que consigan sus metas.
- Te proteges de esa persona inconscientemente. Cuando estás con esas amistades, te encuentras en tensión, y a la defensiva en todo momento, porque sabes que te puede criticar, cuestionar, o ningunear.
- Opiniones de los demás. Las personas que te rodean verán aquello que tú no ves: que esa persona es una amistad tóxica, así que, si tienes esas opiniones de las personas que quieres, haz caso de ellas.
El poder del camuflaje
Las personas que se aprovechan de los demás para conseguir aquello que quieren, se camuflan muy bien. Si fueran directamente a sus víctimas, y les mostrarán cómo son realmente, estas huirán sin mirar atrás. Por ese motivo, las personas tóxicas adoptan papeles para comportarse tal y como quieren sus víctimas, y de ese modo ganarse su confianza. Como al final no son tan inteligentes como piensan, y como no se puede engañar a nadie eternamente, son descubiertos.
Son realmente personas muy camaleónicas que pueden adoptar el rol que se les espera de ellos. Después de obtener la confianza de sus víctimas, irá poco a poco minando su autoestima. Una persona con una autoestima baja es fácilmente manipulable, y se puede conseguir todo de ella. Las amistades tóxicas se aprovechan de la “amistad” para manipular y someter a los demás. Se aprovechan de la buena voluntad y el buen corazón de sus víctimas.
Las heridas emocionales
Realmente, las amistades tóxicas y dañinas llegan a hacer un daño emocional incalculable. Se aprovechan de la lealtad y la bondad de los demás, para mediante tácticas infames como la manipulación, conseguir de esas personas todo aquello que quiere y desea. Son capaces de herir a los demás para alcanzar sus metas. Y también de mantener relaciones interesadas hasta que son descubiertos por sus víctimas.
Las víctimas suelen echarse la culpa de no haber estado atentas a la hora de identificar a esa amistad tóxica, y de haber caído en sus trampas emocionales. Pero no debemos caer en ese error, quien tiene la culpa de todo siempre es la persona que se comporta mal con otra. La bondad no es ningún error, sino una virtud.
Cómo actuar ante amistades tóxicas y dañinas
Si nos topamos con una persona manipuladora, aunque no sepamos identificarla en un primer momento, en cuanto nos demos cuenta cómo es esa persona, y como se comporta, debemos enseguida poner unos límites, si queremos seguir con esa relación de amistad. Es decir, deberemos dejarle claro hasta dónde puede llegar con nosotros y hasta donde no. Si no respeta esos límites, deberemos tomar la decisión de alejarnos por completo de esa persona. Es esencial no tener a personas que resten y nos hagan daño a nuestro lado. Si por el contrario, no queremos seguir con esa relación, aunque la persona rectifique, solamente tienes que alejarte de esa amistad, y seguir por tu camino.
No permitas que nadie te manipule ni se aproveche de ti. No tengas miedo a la soledad. Es mejor estar solo que estar con personas que solo nos quieren por algún interés. Respétate y quiérete. Aléjate de las personas que restan, y si tienes heridas que sanar, no lo pienses más, y busca ayuda profesional. No tienes que llevar eternamente esa carga a cuestas. ¡Libérate! ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online