Qué es un ataque de pánico nocturno
Una noche te despiertas sobresaltada y abruptamente. Empiezas a sufrir taquicardias, sudoración extrema, sensación de ahogo, e inquietud. Son los síntomas de lo que conocemos como ataque de pánico nocturno. Son similares a los ataques de pánico diurnos, con la única diferencia de que no podemos ser consciente de que estamos sufriendo el ataque hasta que no nos despertamos. Todo ocurre de manera sorpresiva y bruscamente.
Los ataques de pánico nocturnos no se producen de forma aislada. Suelen darse cuando también se dan ataques diurnos. Es decir, suelen producirse cuando también sufrimos ataques de pánico durante el día.
Quien padece un gran nivel de ansiedad durante un tiempo prologado, debe expulsar toda esa presión mediante los ataques de pánico. Y estos se producen siempre en momentos que “bajamos la guardia” y nos sentimos más relajados. Por ello son muy comunes los ataques de este tipo mientras dormimos, ya que son momentos en los cuales nuestro cuerpo y nuestra mente descansan.
En los momentos en los que estamos más relajados, es cuando toda esa tensión y angustia que hemos soportado, surgen sin avisar. En la noche, cuando descansamos, es un momento propicio para que la ansiedad nos ataque, y lo hará mediante un ataque de pánico nocturno. Sus síntomas tan dolorosos y paralizantes nos abordan cuando hemos bajado la guardia y no estamos tan el alerta. La ansiedad se alimenta del miedo, y la noche es propicia para centrarnos en todo aquello que nos asusta y nos angustia.
Síntomas de un ataque de pánico
Entendemos que un ataque de pánico nocturno es una experiencia realmente extrema, que sucede mientras dormimos, despertando de un modo totalmente abrupto, y sin causa aparente. Sus síntomas son realmente angustiantes y dolorosos. Además, al producirse por la noche suelen ser realmente aterradores. Y entre dichos síntomas encontramos:
- Despertar súbito y sensación de terror. Quien sufre este tipo de ataques de pánico, suele despertarse de forma abrupta, sintiendo una tensión y una angustia extrema, y encima sin tener ningún motivo aparente.
- Palpitaciones o ritmo cardiaco acelerado. Uno de los síntomas más frecuentes de un ataque de pánico nocturno es la sensación de que nuestro corazón late demasiado rápido, teniendo palpitaciones.
- Dificultad para respirar. Al sufrir un ataque de pánico nocturno, podemos llegar a sentir una opresión en el pecho, y la sensación de que nos falta el aire. El miedo que produce ese ahogo, pronuncia aún más nuestro nivel de ansiedad.
- Sudoración excesiva. Muchísimas personas que sufren este tipo de ataques de pánico, suelen experimentar una sudoración intensa e incontrolada. Normalmente, se produce en las palmas de las manos, la espalda o el rostro.
- Escalofríos o sofocos. Es muy común, al sufrir un ataque de pánico nocturno, sentir un cambio brusco en la temperatura corporal, pudiendo sentir escalofríos y sofocos.
- Sensación de irrealidad o despersonalización. Quien sufre un ataque tan angustioso, puede llegar a experimentar una desconexión total de su cuerpo, o sentir que todo lo que ocurre es irreal, o un sueño.
- Miedo a morir o perder el control. En un ataque de pánico nocturno es muy habitual que empecemos a pensar que podemos llegar a morir, o a perder el control de nuestra mente.
- Náuseas o malestar abdominal. La ansiedad en un grado intenso puede afectarnos al sistema digestivo, provocándonos náuseas, e incluso mareos.
Después de un ataque de pánico nocturno, es común que la persona quede despierta y con temor de volver a dormir, por miedo a experimentar otro episodio. Si estos ataques son frecuentes, es recomendable buscar ayuda profesional, ya que existen terapias y tratamientos efectivos para manejar la ansiedad y los ataques de pánico nocturnos.
Duración de un ataque de pánico nocturno
La duración de los ataques de pánico nocturnos suele ser de 10 a 20 minutos, aunque a la persona que los padece puede tener una sensación distorsionada de su duración porque se despierta bruscamente sufriendo el ataque.
Cuándo se producen
Los ataques de pánico nocturnos se suelen producir en la fase No-Rem del sueño. Es el momento del sueño en el cual la persona está más relajada. Ocurre lo mismo en los ataques de pánico diurnos, ya que estos se producen en los momentos en los cuales estamos más relajados.
Causas de un ataque de pánico nocturno
Como en los ataques de pánico diurnos, en sus causas suelen intervenir tres factores diferenciados:
- Causas genéticas. Predisposición de padecer ansiedad por herencia genética de los progenitores.
- Causas biológicas. Enfermedades como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo, que pueden desencadenar el desarrollo de la ansiedad.
- Causas ambientales. Desencadenantes que pueden iniciar la ansiedad, como por ejemplo la pérdida de un trabajo, deterioro de relaciones, etc.
Solamente un 10 % de los pacientes que experimentan ansiedad durante el día, también sufren ataques de pánico durante el horario nocturno. Por ello, la ansiedad nocturna no es una entidad aislada, sino que es la misma que sufrimos durante el día, pero que ocurre en esos momentos del sueño en el cual estamos más relajados. No tenemos que caer en el error de que no se tratan de terrores ni pesadillas que nos despiertan, son el mismo ataque de pánico que podemos sufrir durante el día.
Diferencias entre un ataque de pánico y un ataque de pánico nocturno
Ataque de Pánico | Ataque de Pánico Nocturno |
---|---|
Ocurre en cualquier momento del día | Se produce durante el sueño, generalmente en la fase de transición de sueño ligero a profundo |
La persona suele estar despierta y consciente | Despierta repentinamente a la persona dormida |
Puede tener desencadenantes identificables | Aparece de forma espontánea e impredecible |
Duración típica de 10-30 minutos | Puede durar desde varios minutos hasta media hora |
No interfiere directamente con el ciclo de sueño | Interrumpe el sueño y puede afectar su calidad |
Puede generar miedo a situaciones específicas | Puede generar miedo a dormir o ir a la cama |
No está asociado a una fase específica del sueño | Ocurre frecuentemente durante la transición de sueño ligero a profundo |
Puede ocurrir en cualquier lugar | Se limita al entorno donde la persona duerme |
La persona puede buscar ayuda inmediata | La persona puede sentirse más aislada y vulnerable |
Cómo afrontar un ataque de pánico nocturno
Afrontar un ataque de pánico nocturno puede ser muy desafiante, especialmente porque suceden cuando estamos durmiendo, y estamos más relajados. Pero existen algunas estrategias que nos pueden ayudar a reducir su intensidad. Y estas son:
- Respira lentamente. Es esencial que cuando comiences a sufrir los primeros síntomas de un ataque de pánico nocturno, respirar de un modo pausado y controlado. La respiración diafragmática es una de las técnicas más efectivas para reducir nuestra ansiedad.
- No intentar resistirse. Al sufrir este tipo de ataques nocturnos, tenemos que aceptar que estamos sufriendo un elevado nivel de angustia. No intentes hacer como si la ansiedad no te afectara. Deja que todo siga su curso, y mantente lo más relajado posible.
- Practicar la atención plena o Mindfulness. Si te despiertas sufriendo un ataque de pánico, intenta centrarte en ti ahora, en tu presente. Evita comenzar a pensar de un modo negativo, y catastrófico. Céntrate en todo lo que estás sufriendo, y en que todo pasará.
- Relajar los músculos. Si estás acostado, intenta mantener tu cuerpo en un modo relajado. Puedes utilizar la técnica de relajación muscular progresiva, que consiste en tensar, para luego relajar cada grupo de músculos, desde los pies hasta la cabeza. Esta técnica te va a permitir a calmar tu cuerpo.
- Visualización positiva. Debes centrarte que todo va a pasar. Sé que en esos momentos la angustia se puede apoderar de todos nosotros, pero tenemos que mantener todo lo que podamos, la calma, y esperar que todo pase.
- Tener agua a mano. Poder beber agua puede ayudarte a tranquilizarte, y además te podrás rehidratar. El acto de beber puede darnos un cambio total de enfoque, permitiendo que nuestra mente se distraiga de la angustia que nos aporta los síntomas.
- Tener una rutina de sueño saludable. Es esencial que tengamos unos hábitos de sueño estables. Podemos establecer unos horarios fijos para irnos a dormir, y antes de hacerlo poder relajarnos, evitando los dispositivos electrónicos, como tabletas o teléfonos. Además, es recomendable no beber alcohol, cafeína, o las cenas pesadas antes de dormir. Ello reducirán la posibilidad de sufrir ataques nocturnos.
- Buscar ayuda psicológica. Para evitar sufrir los ataques de pánico nocturnos, debemos tratar nuestra ansiedad. Para ello debemos iniciar un proceso terapéutico. La terapia es la única herramienta efectiva para poder combatir los síntomas de la ansiedad.
Beneficios de la Terapia Online para Afrontar un Ataque de Pánico Nocturno
La terapia online es una herramienta valiosa para quienes experimentan ataques de pánico nocturnos, ya que ofrece apoyo accesible y personalizado desde casa, donde suelen ocurrir estos episodios. Los beneficios clave incluyen:
- Acceso a recursos inmediatos: La terapia online proporciona estrategias de afrontamiento y técnicas de relajación que los pacientes pueden aplicar en tiempo real durante o después de un episodio de pánico nocturno.
- Soporte continuo y flexible: La flexibilidad horaria permite programar sesiones en momentos de tranquilidad para analizar los ataques sin interrumpir el sueño, lo que facilita un mejor descanso y una rutina estable.
- Ambiente familiar y seguro: Al realizarse en casa, el paciente puede abordar los episodios de pánico en un entorno de seguridad, evitando el estrés que implica trasladarse o cambiar de lugar cuando se encuentra emocionalmente vulnerable.
- Desarrollo de técnicas de control nocturno: Los terapeutas online enseñan métodos como la respiración controlada y la relajación muscular progresiva, que pueden practicarse en la cama o el dormitorio, facilitando el manejo del pánico sin abandonar el lugar de descanso.
Estos beneficios permiten que los pacientes afronten los ataques de pánico nocturnos de forma efectiva, favoreciendo el descanso y la estabilidad emocional en su propio espacio.
Preguntas frecuentes sobre los ataques de pánico nocturnos
Los ataques de pánico nocturnos son episodios de ansiedad intensa que ocurren durante el sueño, generalmente durante la transición del sueño ligero al profundo. Despiertan a la persona abruptamente con síntomas físicos y emocionales intensos, como palpitaciones, sudoración y miedo intenso.
Los síntomas comunes incluyen: – Despertar repentino con sensación de miedo o pánico – Palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado – Sudoración excesiva – Temblores o sacudidas – Sensación de falta de aire o asfixia – Dolor o presión en el pecho – Náuseas o malestar abdominal – Sensación de irrealidad o despersonalización – Miedo a perder el control o «volverse loco» – Miedo a morir
Los ataques de pánico nocturnos se diferencian de los diurnos en que: 1. Ocurren durante el sueño, no cuando la persona está despierta. 2. Despiertan abruptamente a la persona. 3. Pueden ser más intensos debido a la desorientación al despertar. 4. Suelen ocurrir durante la transición del sueño ligero al profundo. 5. Pueden generar miedo específico a dormir o ir a la cama. 6. Pueden afectar más significativamente la calidad del sueño.
Para manejar los ataques de pánico nocturnos: 1. Establece una rutina de sueño regular. 2. Practica técnicas de relajación antes de dormir. 3. Evita la cafeína y el alcohol antes de acostarte. 4. Mantén un ambiente de sueño tranquilo y cómodo. 5. Considera la terapia cognitivo-conductual. 6. Consulta a un profesional de la salud para descartar otras condiciones médicas. 7. En algunos casos, puede ser necesaria medicación bajo supervisión médica.
Conclusiones sobre los ataques de pánico nocturnos
La terapia es la herramienta más eficaz para superar la ansiedad, tanto la diurna como la nocturna. En esta última se debe trabajar también la higiene del sueño usando técnicas de relajación y la implantación de hábitos saludables para poder dormir adecuadamente, como pueden ser, la evitación de la cafeína, o no usar tecnología antes acostarse.
Es fundamental superar el miedo a los ataques nocturnos. Despertarse de forma brusca sufriendo taquicardias y sensación de ahogo, entre otros síntomas, puede hacer que desarrollemos una fobia al hecho de dormir. Trabajar esos miedos y cómo afrontar el ataque de pánico nocturno es esencial para la recuperación de la persona que los sufre.
En los casos más extremos podemos utilizar bajo preinscripción médica, tranquilizantes y relajantes para el descanso cuando este no se alcanza por sí solo. Pero debe ser un recurso muy excepcional. Lo que verdaderamente funciona es saber el porqué de nuestra ansiedad y las herramientas para saber gestionar los ataques de pánico que podamos sufrir.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online