Tristeza y depresión
Debemos aprender las diferencias entre tristeza y depresión. Nos pasamos toda la vida intentando rehuir de la tristeza. Creemos que no es normal sentirse triste, y por ello debemos siempre estar al 100 %. Pero es algo irreal. La tristeza forma parte de nosotros y de la propia vida. No debemos intentar huir, sino aprender a convivir con ella.
La tristeza es una emoción que surge como una reacción ante situaciones que nos afectan negativamente. Estar triste no es lo mismo que estar deprimido. La creencia popular tiende a mezclar ambos conceptos, pero tenemos que entender la depresión como un trastorno del estado del ánimo.
Por tanto, la tristeza es una emoción momentánea producida por un acontecimiento adverso, y la depresión es una psicopatología, que suele tener un componente genético y que se activa por un estímulo ambiental o externo, como puede ser la pérdida de un ser querido, o un fracaso personal, entre otros ejemplos.
Todos somos susceptibles de sufrir tristeza y depresión. Este hecho nos empuja a saber diferenciar ambos conceptos para buscar la ayuda que necesitamos en cada caso, pues como veremos a continuación, la tristeza y la depresión tienen sus diferencias conceptuales.
Diferencias entre tristeza y Depresión
1-. La Depresión es una psicopatología y la tristeza no.
La primera de las diferencias entre tristeza y depresión, como hemos citado anteriormente, la tristeza es una emoción, y surge cuando estamos expuestos a una situación adversa. Es un hecho natural. Nuestro estado de ánimo tiene sus altibajos. La vida es un conjunto de experiencias y vivencias, y algunas de ellas son negativas, afectándonos en nuestro estado de ánimo.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo. La tristeza sería solamente uno de sus síntomas. Tiene un componente genético que se activa con una experiencia traumáticamente negativa, como puede ser las pérdidas personales o los fracasos.
Quien padece depresión también suele sufrir sentimientos de culpa y de angustia, desesperanza y apatía, entre otros síntomas. Es un trastorno incapacitante y grave que no se supera solamente con el paso del tiempo como ocurre con la tristeza, sino que se necesita un tratamiento profesional.
2-. La tristeza se desaparece con el tiempo. La depresión no.
La depresión se diagnostica después de que se haya padecido los propios síntomas durante al menos seis meses consecutivos. Es un trastorno que no desaparece por si solo, aunque exista periodos en los cuales se puede experimentar una mejoría. Se necesita un tratamiento psicológico, y en algunos casos deben estar combinados con tratamientos farmacológicos.
En cambio, la tristeza suele remitir con el tiempo. Es una emoción pasajera producida por un bache vital concreto. Cuando el problema desaparece, la tristeza lo hace también. Sus efectos solo duran unos días, o a veces algunas semanas.
3-. La depresión viene acompañada de una sintomatología grave.
Otra de las diferencias entre tristeza y depresión es que al sentirnos tristes no falta la energía. No tenemos ganas de hacer nada, y esa apatía se apropia de nuestra rutina. Es un cansancio temporal. Aun así, seguimos adelante con nuestro día a día, y vamos poco a poco retomando la positividad que habíamos perdido. Pero la depresión viene acompañada con una sintomatología que llega a incapacitarnos por completo. Las tareas cotidianas se hacen un mundo. Somos incapaces de mantener la concentración y tener las energías suficientes para mantener una rutina. Nuestra vida cotidiana se convierte en un castigo. No somos capaces de disfrutar de cualquier situación o compañía. Y es una sintomatología que no remite con el tiempo, ni por sí misma. Se necesita de ayuda para poder abordarla adecuadamente.
¿Y sí la tristeza no remite?
Durante nuestra vida experimentamos situaciones y vivencias que nos marcan y que generan tristeza. Son situaciones de las cuales salimos de ellas, fortalecidos, y con un aprendizaje vital. No podemos rehuir de la tristeza, debemos aceptarla como parte de la vida.
Pero a veces esa tristeza no remite y podemos llegar a sentirnos cada vez peor. Es en ese momento cuando debemos plantearnos acudir a un profesional, ya que una tristeza prolongada puede ser un síntoma de depresión. Es una tristeza que no podemos gestionar nosotros mismos, y no debemos mirar hacia otro lado. Tenemos que afrontar la situación para no agravar la sintomatología que estamos sufriendo.
Cuando antes te sometas a la ayuda profesional, antes podrás retomar tu vida cotidiana. Lo peor que podemos hacer es dejar que el problema crezca y se vuelva crónico. Aquí no existen atajos. El tratamiento psicológico es la única herramienta eficaz para tratar la depresión.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online