¿La depresión se hereda?

¿La depresión se hereda?

La depresión es una de las psicopatologías más comunes. Las estadísticas afirman que 6 de cada 10 personas padecerán algún proceso depresivo a lo largo de su vida. Entre estos porcentajes encontramos los casos más leves de depresión, como los más graves. Nadie está exento de padecer por cualquier motivo esta enfermedad. Muchas personas que tienen familiares que han sufrido o están sufriendo una depresión se preguntan si esta es hereditaria, y ellos pueden llegar a sufrirla de igual modo. ¿La depresión se hereda?

Es cierto que muchas personas que han sufrido depresión, tienen un historial familiar plagado de familiares que también la han sufrido. Estadísticamente es una obviedad. Pero también existe un porcentaje considerable de personas que sufren de depresión, cuando no existe ningún caso de sufrimiento de esta psicopatología, en su historial familiar próximo. Entonces, ¿cómo podemos concluir que la depresión se hereda?

Diversos estudios afirman que, en la depresión, como en cualquier otra psicopatología existe una predisposición genética a padecerla. Así que no podemos afirmar que la depresión se hereda, ya que tener una predisposición biológica o genética a padecerla no significa que tengamos que sufrirla. ¿Entonces qué puede determinar sufrir o no una depresión? El factor que puede hacer bajar la balanza, son los desencadenantes. Es decir, aquellos factores ambientales que pueden desencadenar una depresión, como por ejemplo, la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, o cualquier problema personal, Estos desencadenantes nos pueden llevar a todos a padecer una depresión, más aún si nuestra genética lo favorece.

También debemos tener en cuenta los rasgos de personalidad de cada uno. Hay personas que por su carácter gestionan mejor los problemas, y existen otras personas que no. Así que, podemos afirmar que padecer depresión dependerá tanto de nuestros rasgos genéticos, nuestra personalidad, y alguna causa que la genere. La combinación de todos estos factores son lo que pueden explicar por qué alguien puede sufrir depresión y otras personas no. Tenemos que comprender que la depresión se hereda, pero el componente genético no es determinante para padecerla.

Cómo nos afecta realmente la depresión

Ahora que sabemos un poco más que la depresión se hereda, tenemos que comprender que la depresión nos afecta de manera global e implacable. Podríamos definir cuatro grandes grupos de afectaciones. Y estos son:

  • Afectación en el estado anímico. La depresión nos hace sentir desesperanza, tristeza, desmotivación, y apatía. Nuestro anímico es tan bajo que no nos permite sentirnos emocionalmente bien.
  • Afectación física. Cuando sufrimos depresión padecemos también algunas alteraciones de tipo fisiológicas como son, los trastornos del sueño, problemas digestivos, sensación permanente de fatiga, etc.
  • Afectación cognitiva. Padecer un estado de ánimo bajo hace que nuestra capacidad para procesar la información externa, se vea limitada. Por tanto, veremos afectada nuestra memoria, nuestra capacidad de reacción y concentración, entre otras funciones cognitivas.
  • Afectación en el modo de actuar. Al no procesar bien la información de los estímulos externos, nuestra capacidad de actuar se verá muy afectada. Nuestra actividad se verá mermada, y se dará paso a un estado de pasividad extremo.

Como hemos visto en este apartado, la depresión, tanto si es hereditaria como si no, es una enfermedad totalmente incapacitante, capaz de limitar nuestro modo de pensar y actuar, así como nuestro bienestar físico y cognitivo. No podemos mirar hacia otro lado. Tenemos que darle a la depresión la importancia y gravedad que realmente tiene. No debemos subestimar las afectaciones que van relacionadas con esta psicopatología. La depresión se hereda, pero el componente genético no es determinante.

Conclusiones de los estudios actuales

Múltiples estudios se han centrado en el hecho de si la depresión se hereda o no.  La ciencia ha podido demostrar que existen una serie de genes que están estrechamente relacionados con el padecimiento de la depresión. Pero que estos no son determinantes para, por sí solos, generar la propia depresión. Necesitan de un desencadenante ambiental para que actúen, como puede ser un problema personal grave.

Es cierto que existe una clase de depresión que no responde a ningún desencadenante externo. Este tipo de depresión se denomina endógenas, y tienen mucho más que ver con el componente genético y la madurez emocional de la persona, que no el padecimiento de un problema grave que pueda ser la causa de la depresión. Quizás este tipo de depresión nos pueda aportar más datos si la depresión se hereda o no.

Se ha demostrado que, a la hora de padecer una depresión, tenemos que tener en cuenta las alteraciones hormonales que se producen, y que repercuten en los neurotransmisores, propiciando la baja del estado de ánimo, como es la dopamina. La disminución de esta hormona está estrechamente relacionada con la afectación del estado anímico.

Todos los estudios realizados hasta la fecha, afirman que, a la hora de padecer depresión, existe un componente genético heredado. Pero este no es determinante. Se necesita de otra causa, de origen externo, para que se manifieste totalmente la temida depresión. Así que, la depresión es debido a diversos factores, no solo a la genética. La depresión se hereda, pero el componente genético no es determinante para padecerla.

Diferencias entre depresión y depresión hereditaria

DepresiónDepresión Hereditaria
Puede ser desencadenada por eventos de la vida o factores ambientalesTiene un fuerte componente genético
Puede aparecer en cualquier momento de la vidaTiende a manifestarse más temprano en la vida
La gravedad puede variarSuele ser más severa y recurrente
Puede responder bien a la psicoterapia solaA menudo requiere una combinación de medicación y terapia
No necesariamente afecta a otros miembros de la familiaMayor probabilidad de que otros familiares estén afectados

Los desencadenantes

Como ya he apuntado anteriormente, para que una depresión se manifieste, necesita en casi todos los casos, un motivo o causa. Esta siempre es algo que no ocurre o que padecemos. Una reacción a un hecho externo que repercute directamente en nuestro estado de ánimo. Y estos desencadenantes de la depresión puede ser, por ejemplo: padecer otra enfermedad, una pérdida personal o sentimental, o un acontecimiento traumático como un accidente. Son algunos ejemplos que factores ambientales que pueden repercutir directamente en nuestro estado de ánimo, y padecer así una profunda depresión.

Al final, el hecho de si la depresión es hereditaria o no es algo secundario. Tengamos predisposición genética o no, cualquier acontecimiento negativo puede hacer que nuestro estado de ánimo se vea dañado, y que padezcamos entonces un cuadro depresivo. Los desencadenantes son quienes nos abocan o no a padecer esta psicopatología. Los otros factores, como los genéticos, solo favorecen la aparición de la temida depresión. La depresión se hereda o no, pero el componente genético no es determinante.

Beneficios de la Terapia Online para la depresión

Ahora que sabemos que la depresión se hereda, pero no es la única causa, decirte que la terapia online es una forma sólida de ayudar a tratar la depresión, ya que brinda a los pacientes un método conveniente, adaptable y bueno para recibir atención experta. A veces, las personas pueden comer más o menos de lo habitual debido a la depresión. El artículo debe dirigirse a lectores con un conocimiento intermedio o avanzado de

  • Accesibilidad desde cualquier lugar. Pacientes de terapia en línea para acceder al tratamiento desde casa o cualquier lugar con conectividad a Internet. Esto elimina obstáculos geográficos, ayudando a personas que residen en regiones aisladas o que carecen de acceso directo a establecimientos psiquiátricos. Además, permite la persistencia de la atención incluso cuando el paciente se traslada a una ubicación diferente.
  • Flexibilidad en horarios. La depresión puede influir en el vigor y el dinamismo, lo que en ocasiones dificulta la participación en sesiones de consulta cara a cara. La terapia en línea brinda flexibilidad de programación, lo que permite a los pacientes seleccionar sesiones en los momentos más favorables y optimizar los beneficios. Esta flexibilidad también ayuda a las personas con obligaciones como el empleo o compromisos familiares.
  • Ambiente seguro y privado. Realizar sesiones en un entorno reconocido, como la propia residencia, permite a los clientes sentirse más cómodos y dispuestos a compartir sus contemplaciones y emociones. Esta confidencialidad es particularmente ventajosa para las personas que pueden sentirse cohibidas o nerviosas al hablar de temas delicados, lo que ayuda a fomentar una conexión de confianza con el consejero.
  • Seguimiento a largo plazo y continuidad del tratamiento. La terapia online permite una supervisión constante, un aspecto esencial en el tratamiento de la depresión, que podría requerir ayuda continua para evitar recurrencias. Incluso después de que los síntomas desaparecen, las sesiones de terapia continuas ayudan a consolidar los avances y forjar capacidades de afrontamiento que respaldan un mayor bienestar psicológico duradero.
  • Herramientas digitales de seguimiento y autogestión. Una multitud de servicios de asesoramiento virtual incluyen aparatos electrónicos que incluyen el mantenimiento de registros del estado de ánimo, indicaciones de cuidado personal y ejercicios para la tranquilidad. Estos instrumentos ayudan a los pacientes a evaluar su estado emocional, reconocer tendencias y registrar sus avances, fomentando una mayor autoconciencia y autogobierno en su proceso de recuperación.
  • Atención especializada y personalizada. Con la terapia online, las personas pueden obtener una variedad de terapeutas con experiencia en diversos métodos y modalidades terapéuticos. Hace que el proceso de curación funcione mejor y se adapta a las necesidades únicas de cada persona.
  • Costo y conveniencia. La terapia online suele ser menos costoso que el asesoramiento cara a cara y, al eliminar la necesidad de desplazarse a una reunión, ahorra tiempo y gastos de transporte adicionales. Esto hace que la terapia sea más accesible para muchas personas, especialmente aquellas con escasos recursos o horarios complicados.
  • Mayor control y empoderamiento del paciente. La terapia online fomenta una mayor participación del paciente en su proceso de recuperación. Esto les ayuda a afrontar mejor la tristeza y a ser más fuertes.

Al utilizar Internet, las personas pueden sentirse cómodas y contar con ayuda digital útil en su camino hacia sentirse mejor. Al utilizar la terapia en línea, obtienes un gran impulso para tu paz mental y te ayudas a avanzar hacia una vida más feliz y plena.

Preguntas frecuentes sobre si la depresión se hereda

¿La depresión se hereda?
La depresión tiene un componente genético, pero no se hereda directamente. Los estudios sugieren que tener un familiar de primer grado con depresión aumenta el riesgo, pero no garantiza que una persona desarrollará la enfermedad[1].
¿Qué papel juega la genética en la depresión?
La genética puede influir en la susceptibilidad a la depresión. Se estima que los factores genéticos representan aproximadamente el 40% del riesgo de desarrollar depresión. Sin embargo, los factores ambientales y las experiencias de vida también juegan un papel crucial[1][2].
¿Existe un «gen de la depresión»?
No existe un único «gen de la depresión». La predisposición genética a la depresión implica múltiples genes que interactúan entre sí y con el ambiente. Estos genes pueden afectar la producción y regulación de neurotransmisores como la serotonina[2].
¿Cómo influye la historia familiar en el riesgo de depresión?
Tener antecedentes familiares de depresión aumenta el riesgo, pero no determina el desarrollo de la enfermedad. Las personas con un padre o hermano con depresión tienen un riesgo de dos a tres veces mayor de desarrollar el trastorno en comparación con la población general[1][2].

Conclusiones acerca de si la depresión se hereda o no

Como ya has podido leer en los anteriores apartados, la herencia genética es un factor más a la hora de explicar las posibles causas de una depresión, pero no es determinante. Se necesita la combinación del factor genético con los factores ambientales. La suma de todos ellos, podrían explicar las causas por las que una persona es más propensa a padecer un episodio depresivo, y otras no. Así, que la depresión se hereda, pero no es un factor determinante para padecerla.

Existen genes que explicarían la propensión a padecer una depresión. Pero estos genes necesitan de un desencadenante ambiental, como puede ser un divorcio, una pérdida de empleo, o cualquier acontecimiento traumático, para poder manifestarse y de ese modo, afectar a nuestro estado anímico hasta el punto de padecer una depresión.

Aun así, no podemos mitigar la importancia de los genes asociados a la depresión. Quien los haya heredado, tendrá más predisposición a padecer esta psicopatología que quien no lo tiene, aunque no sea un factor totalmente determinante. Por tanto, debemos siempre tener en cuenta el historial familiar a la hora de diagnosticar e identificar una depresión.  Teniendo en cuenta todos los factores implicados a la hora de padecer dicha psicopatología, nos permitirá realizar una intervención terapéutica más efectiva.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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