Hijos tóxicos
Es totalmente cierto que existe mucha bibliografía, reseñas y artículos basados en los padres tóxicos. Padres manipuladores, narcisistas, chantajistas e incluso abusadores, pero existen muy pocos escritos basados en los hijos tóxicos, y realmente son personas igualmente dañinas, capaces de destruir por completo a las personas que tienen a su lado, incluso a su propia familia.
Los hijos tóxicos son aquellas personas que mediante la manipulación, el victimismo, la culpa, o cualquier otra técnica logran someter a sus padres a su voluntad. Son personas que carecen de empatía, y por tanto no les importará lo más mínimo dañar a los demás mientras que puedan utilizarlos. Para ellos, los padres son percibidos por ellos como simples herramientas para conseguir sus propósitos y metas personales.
Cuando un hijo es capaz de aprovecharse de sus padres, es capaz de todo. Siempre los padres deben tener la autoridad que les confiere la edad y su posición en el núcleo familiar. No se puede permitir que un hijo se imponga y acabe haciendo todo aquello que desea. Si un hijo consigue romper ese respeto y la autoridad que deberían tener sus padres, entonces conseguirán tal poder dentro de la familia que nadie podrá pararlos.
Comprobar que tus hijos se aprovechan de ti, y son capaces de utilizarte, hostigarte y vapulearte a su antojo es algo muy difícil de aceptar y gestionar. No se puede enderezar la rama que ha crecido torcida, es decir, no se puede parar a un hijo que siempre ha conseguido todo aquello que ha deseado. Las heridas emocionales que generan este tupo de hijos a sus padres es enorme. Sentir cómo tu propio hijo es capaz de hacerte tanto daño genera un gran sufrimiento.
Cómo son los hijos tóxicos
Un hijo tóxico no forma su personalidad de la noche a la mañana. Si bien es cierto que debe tener una predisposición a imponer su voluntad, dependerá mucho del comportamiento de los padres en que ese niño no desarrolle una personalidad tóxica. Un niño que no tiene límites, ni normas, ni reglas, puede volverse totalmente totalitario, egoísta y demandante, percibiendo a los demás como simples herramientas para conseguir cubrir sus necesidades personales y emocionales.
Así que, un adulto que se comporta con sus padres de un modo tóxico es porque de pequeño ha logrado imponerse a sus progenitores, y no sabe cómo comportarse de un modo sano y constructivo con ellos. En resumen, es el fruto de años imponiendo su voluntad y consiguiendo todo aquello que desea.
Existen unas características comunes en todos los hijos tóxicos que nos pueden ayudar a identificarlos. Y entre dichas características podemos encontrar:
- Personalidad narcisita. Los hijos tóxicos son personas que solo miran por y para ellas mismas. Les tiene sin cuidado las necesidades de los demás, solamente quieren conseguir sus propias metas, aunque para ello tengan que dañar a las personas que tiene a su lado.
- Necesitan sentirse alabados. Esta clase de personas necesitan que los demás le valoren como ellos desean, y les alabe, por ese motivo siempre intentará mostrar su mejor cara, mientras que con sus padres son auténticos tiranos.
- No tienen empatía. Son personas incapaces de ponerse en el lugar de los demás, y por lo tanto pueden manipular, chantajear o abusar de los demás sin sentirse culpables por ello. No les importa los sentimientos del resto de personas.
- Su discurso se centra en ellos. Siempre estarán hablando de ellos mismos, y de todo lo que valen. Desean que los demás sepan lo bueno que son. Sus conversaciones siempre se centran en ellos sin tener en cuenta las opiniones o el discurso de los demás.
- No soportan la frustración. Cuando algo no sale como ellos quieren se irritan de tal forma que pueden llegar a la violencia y a la agresión. No soportan un no, ni una negativa. Por ese motivo todo irá bien mientras consiga aquello que desea.
- Incapacidad para relacionarse. Esta clase de personas suelen relacionarse siempre de un modo insano, por ese motivo solamente mantienen relaciones superficiales, y temporales. Con sus padres la relación es de poder, sometiéndolos en todo momento.
Consecuencias de estos comportamientos tóxicos
Al tener un hijo tóxico, los padres se enfrentan a su tiranía y encima dentro del propio hogar. Estar pendientes a la voluntad y las exigencias de un hijo con estas características puede llevar a los padres a sufrir una grave angustia, y un gran nivel de estrés, que con el tiempo se convertirá en la temida ansiedad. Es muy común en estos casos que los padres lleguen a padecer cuadros ansiosos. Tener miedo a la reacción de sus hijos les lleva a estar en un permanente estado de alerta, y eso se traduce en padecer un gran nivel de ansiedad.
Los progenitores de un hijo tóxico verán cómo su estado de ánimo quedará totalmente destruido. Ver como tu propio hijo se ha convertido en un auténtico tirano, y te utiliza como desea, hará que tu ánimo sea totalmente bajo, pudiendo llegar a sufrir verdaderos cuadros depresivos. La depresión es una de las consecuencias más comunes de este tipo de comportamientos tóxicos.
Comprobar que tu amor incondicional de padre o madre no es correspondido, y que no llegas a obtener cariño ni atenciones de tu hijo, nos puede llegar a mermar nuestra autoestima. En estos casos es normal cuestionarse la valía como padres, o echarse la culpa por el comportamiento narcisista y tirano de ese hijo. Los hijos tóxicos pueden llegar a percibirse como el mayor fracaso para un padre o una madre.
Tener un hijo que te manipula, que te chantajea, que incluso puede utilizar la violencia, generará en sus padres emociones tan negativas como la tristeza, el miedo, la angustia o el rencor. Sentir esas emociones por culpa de un hijo tóxico puede hacer un daño incalculable. No haya nada peor que a quien más quiere pueda hacerte tanto daño. Los hijos tóxicos son capaces de destruir todo y a todos de su entorno.
Cómo enfrentarse a un hijo tóxico
Cuando estamos ante una persona que nos hace daño siempre lo más positivo es alejarse de ella, pero cuando se trata de un hijo eso es algo muy difícil. Los lazos que nos une con nuestros hijos no se pueden destruir. Por tanto, lo único que les queda a los padres de este tipo de hijos es poner límites.
Es cierto que un hijo tóxico jamás habrá tenido límites, o los pocos que tenía no los habrá acatado, pero en estos casos es fundamental que ambos padres se unan para hacer un frente en común, y establecer unos límites. Ese hijo debe tener unas normas claras, y saber qué consecuencia tiene incumplirlas. Y una vez que se haya establecido esos límites, deben respetarse siempre, sin hacer excepciones. Los padres deben retomar su autoridad.
Si eres un padre o una madre con hijos tóxicos, deberás adoptar tu papel de madre o padre, y establecer unas normas claras. Tu hijo deberá acatarlas porque si no habrá que tener consecuencias, y si no cumple esas normas deberá ser consecuente. Vuestra relación debe restablecerse mediante pilares tan esenciales como el respeto o la empatía.
Por último, cabe recomendarte que busques ayuda profesional. La terapia siempre te ayudará a ganar confianza en ti misma, y poder de ese modo alcanzar tu autoridad frente a tu hijo, y hacer que respete tus normas. Así que, una intervención psicológica te ayudará en este aspecto y a sanar todo el daño emocional que hayas podido sufrir anteriormente. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online