
💬 “Saber cómo sanar las heridas emocionales no es olvidar lo que dolió, sino aprender a mirarlo con compasión y entender que de cada cicatriz también puede nacer fortaleza.” – Psicólogo Emocional Online 🌿
Para avanzar es necesario dejar atrás el camino que ya hemos recorrido. Si intentamos avanzar mirando hacia atrás, al final tropezaremos irremediablemente. Necesitamos no volver la vista atrás y mirar hacia adelante para seguir en el camino que conforma nuestra propia vida. Para ello debemos sanar las heridas emocionales que suframos.
La experiencia nos enseña que todo cambia, y que ciertos círculos de nuestras vidas deben cerrarse para abrir otros. Una puerta se cierra, pero se abren muchas más. Si intentamos aguantar y resistirnos al cambio, perderemos parte de nuestra alegría y del sentido de nuestra vida. Es esencial que aprendamos cómo sanar nuestras heridas emocionales.
Es inútil estar en nuestro presente añorando un pasado que no podemos cambiar ni volver a vivir. Necesitamos desprendernos de él, de todo lo vivido. Las experiencias buenas nos han servido para apreciar lo bueno de la vida; en cambio, de todo lo negativo hemos podido sacar un aprendizaje que nos servirá a lo largo de nuestra existencia. Debemos estar en paz con nuestro pasado, perdonar, y perdonarnos, y seguir el inevitable viaje que conforma nuestra propia vida.
Principales heridas emocionales
1. Miedo al abandono
Las personas emocionalmente heridas tienen un miedo atroz al abandono. Temen que las personas que más quieren sean capaces de abandonarle, y sumergirse en la más profunda soledad. Es un tipo de herida emocional basada en la inseguridad, y en cuestionarse la valía de uno mismo.
2. Miedo al rechazo
Sentirse rechazado es uno de los mayores miedos de las personas emocionalmente heridas. Necesitan encajar, y que todos los demás le valoren. Un rechazo le produciría un gran dolor. Eso limita sus relaciones, ya que intentará contentar a los demás dejando a un lado sus propias necesidades.
3. Miedo a la humillación
No son capaces de aceptar las críticas, y sentirse menospreciados. Por lo tanto, siempre estarán en alerta ante los posibles juicios y opiniones que tengan los demás sobre ellos. Necesitan que los demás les valoren, y les haga sentir bien.
4. Miedo a la traición
Las personas emocionalmente heridas depositan toda su confianza y atenciones en los demás. Ellos quieren obtener la misma lealtad de las personas de su alrededor. Que alguien les pueda fallar, o hacer daño, supone algo que no pueden gestionar.
5. Miedo a la injusticia
Estar en una situación donde se siente injustamente tratado es algo que suelen temer las personas que sufren heridas emocionales. Pueden desarrollar, cuando se sienten atacados, tanto una actitud defensiva como combativa.
Diferencias entre heridas físicas y heridas emocionales
| Heridas físicas | Heridas emocionales |
|---|---|
| Son visibles, afectan al cuerpo y su curación puede observarse y medirse con el tiempo. | Son invisibles a la vista, pero afectan al mundo interior de la persona, influyendo en sus pensamientos, emociones y relaciones. |
| Tienen una causa directa, como un golpe, corte o accidente que deja un daño tangible en el cuerpo. | Se generan a partir de experiencias traumáticas o dolorosas, como pérdidas, rechazo, abuso o traición. |
| Su recuperación depende de cuidados médicos, descanso y tratamiento físico. | Su curación requiere tiempo, autoconocimiento y, en muchos casos, acompañamiento psicológico. |
| Sanan con el tiempo y pueden dejar cicatrices visibles en la piel o en el cuerpo. | Dejan cicatrices psicológicas que pueden mantenerse activas muchos años si no se abordan adecuadamente. |
| Las sensaciones suelen ser dolor físico localizado, hinchazón o molestia corporal. | Se manifiestan con tristeza, ansiedad, ira, culpa o dificultad para relacionarse. |
| Son fácilmente identificables por su apariencia o por síntomas visibles. | Son difíciles de detectar y a menudo se ocultan bajo comportamientos defensivos o aislamiento emocional. |
| No suelen afectar directamente la conducta o las emociones una vez sanadas. | Pueden alterar la forma de ver la vida, afectar la autoestima y condicionar la capacidad de confiar o amar. |
| El cuerpo cicatriza de forma natural, aunque algunas lesiones pueden dejar marcas permanentes. | La mente necesita tiempo, perdón y comprensión para cerrar las heridas internas y recuperar el equilibrio emocional. |
Las heridas que nos acompañan desde la infancia
Nuestro dolor y nuestro sufrimiento es fruto de nuestras vivencias y experiencias. Somos aquello que hemos sufrido. Desde pequeños estamos expuestos a ciertas conductas de los demás que nos pueden hacer mucho daño. Ese dolor nos acompañará durante toda nuestra vida, mientras que no tratemos esas heridas emocionales de la infancia. Porque un niño que no ha recibido un buen trato, se convertirá en un adulto herido, sin duda.
Cuando somos pequeños somos muy vulnerables, ya que no tenemos ni la madurez ni las herramientas emocionales para hacer frente a situaciones dolorosas y traumáticas. La edad puede hacer que se potencie o intensifique ese dolor, y tenga su eco en la etapa adulta. Las experiencias negativas dejan su huella en nuestro interior, y es capaz de determinar toda nuestra vida, como la clase de persona que elegimos como pareja, nuestra carrera académica, o el tipo de trabajo que seleccionamos. Las heridas del pasado determinan en cierta medida nuestro presente, y si se lo permitimos, también a nuestro futuro.
Todo niño es dependiente de las personas que están a su alrededor. Todos necesitamos cuando somos pequeños, los cuidados y la protección de quien nos atiende, es decir, en la mayoría de las veces, nuestros padres. Ellos son quienes más tienen que cuidarnos, pero si no obtenemos esos cuidados, y solamente recibimos reproches y malos tratos, eso formará en nuestro interior las temidas heridas emocionales que nos acompañarán para siempre.
Si una persona desde pequeño se le ha negado todos los cuidados que necesitaba, entenderá que los apegos tóxicos es la normalidad. Conductas como la dependencia son propios de tener heridas emocionales que nos acompañan desde siempre, y nos convierte en la sombra de quien realmente somos. No podemos llegar a ser personas psicológicamente sanas si arrastramos todas las heridas emocionales de la infancia.
Las principales heridas emocionales de la infancia
Muchas de nuestras heridas se producen en nuestra infancia. Una edad en la cual somos más vulnerables, y recibir un trato no adecuado de las personas que más tienen que cuidarnos, y protegernos, puede hacer que nos percibamos de un modo negativo, y percibamos el mundo que nos rodea como hostil y peligroso. Las personas heridas suelen volverse temerosas, y ese miedo le hará evitar aquello que tanto teme, y eso condicionará por completo su vida.
Todas las heridas nos recuerdan que tenemos un pasado que debemos superar. No se puede mirar hacia otro lado, y esperar que ese dolor sane por sí solo. Eso nunca ocurre. Para curar todo ese sufrimiento es necesario antes identificar cuáles son nuestras heridas, y cómo repercuten en nuestra vida. Solamente conociendo nuestro dolor, podremos hacerle frente, y superarlo. Para ello es imprescindible conocer las principales heridas emocionales de la infancia. Y dichas heridas son:
- Heridas del rechazo. Sentir como los demás, y sobre todo aquellas personas que más tienen que cuidarnos y protegernos como son nuestros padres, se van de nuestro lado, nos critican, y nos hacen sentimos desplazados, ello nos generará un miedo atroz al rechazo, ya que todos queremos sentir la aceptación y el cariño de los demás. Esta clase de heridas hará que la persona que la sufre, desarrolle un temor muy intenso a sentir de nuevo ese rechazo que tanto daño le hizo, y que aún le hace. Para no sentirse así, puede desarrollar conductas de dependencia, es decir, hará todo lo posible por ser aceptadas por las personas que quiere a su lado, aunque eso signifique dejarse a sí misma a un lado.
- Heridas del abandono. Si un niño se siente abandonado, con toda la experimentación de emociones tan terribles como el miedo, hará que ese mismo niño se convierta en una persona temerosa de sentirse abandonado. El miedo a la soledad, o no tener a nadie a su lado que le pueda proporcionar las atenciones que tanto necesita, puede hacer que esta clase de personas hagan todo lo posible por estar con aquellas personas que le hacen sentirse bien, y seguro. El miedo al abandono es un generador de dependencia, y ese tipo de dependencia les puede llevar a mantener relaciones totalmente tóxicas.
- Heridas de la humillación. Todas las heridas emocionales nacen de un maltrato, y la humillación es la técnica más efectiva para destruir la autoestima de alguien, y de esa manera someterla. Es propio de personas que quieren someter a los demás, para así aprovecharse de ello. Pero esas heridas, harán que la persona que ha sufrido humillaciones desde su infancia, acabe aceptándolas, y permitiéndolas incluso en su vida de adulto. Si alguien importante para ti, te insiste que no vales la pena durante toda tu vida, al final acabarás creyéndole, con todo lo que ello supone.
- Heridas de la traición. Sentirse engañado por las personas que más debemos confiar es siempre doloroso, y acaba por condicionar todas las relaciones futuras. Una persona traicionada nunca bajará la guardia, y siempre estará en alerta, intentando prever que nadie vuelva a traicionarle. Las personas traicionadas se convertirán en adultos desconfiados, que no lograrán conectar con nadie por el miedo a que le vuelvan a engañar, y a jugar con él. Por tanto, es una herida que condiciona preferentemente a las relaciones que esta clase de personas establece.
- Heridas por la justicia. Si alguien opina que ha sido injustamente tratado, ello generará en esa persona una serie de emociones muy negativas como la rabia, el rencor, o la ira. Padecer ese tipo de sentimientos al final repercute en el bienestar emocional de la persona que los padece. Una persona que ha padecido la injusticia, tendrá en su madurez una postura muy rígida acerca de todo, incluso de sus relaciones, de su forma de pensar y actuar. Todo será para esas personas, blanco o negro, y eso siempre acaba por aumentar el dolor. Quien es rígido en su comportamiento y en sus pensamientos acaba sufriendo, y haciendo sufrir a los demás.
Señales de sufrir heridas emocionales
Somos el fruto de nuestras vivencias y experiencias. Si estás han sido buenas desde pequeños, probablemente creceremos con una buena madurez emocional, además de tener una autoestima sana. Pero si, por el contrario, desde que éramos niños, hemos sido criticados, cuestionados, o incluso abandonados, creceremos creyendo que somos personas no válidas, y tendremos una percepción de nosotros mismos muy negativa. Cualquier niño que no ha tenido los cuidados y las atenciones que necesitaba, se convertirá en un adulto herido.
Las heridas emocionales nos recuerdan ese pasado que aún nos atormenta y nos hace daño. Pueden crearse en la infancia, pero ese dolor se repetirá en muchas situaciones y por culpa de muchas personas a lo largo de nuestra vida. Hasta que no logremos sanar las heridas, cualquier experiencia a la que nos hizo daño, nos volverá a dañar. Tenemos que romper ese círculo de una vez por todas. Por nuestro bien.
Nos puede dañar una relación tóxica, que nos despidan, un reproche, o una crítica. Es algo que irá sucediendo repetidamente en nuestras vidas, y es por ello que debemos concienciarnos de la necesidad de tratar nuestras heridas. Hay ciertas señales que nos pueden indicar que tenemos un dolor emocional que debe ser tratado, y que intentamos esconder de nosotros mismos. Sería recomendable descubrir dichas señales, para poder identificar que nos pasa, y de ese modo, pedir la ayuda que necesitamos. Y esas señales son:
- Tener una mala relación con alguien muy cercano. Cuando existe una mala relación que no se puede reconstruir, ni empezar de nuevo, ni tan siquiera tener un trato cordial, es porque no somos capaces de gestionar ciertas emociones asociadas. Las relaciones tóxicas suelen construirse con alguien cercano, como puede ser un familiar, un amigo, o incluso la pareja. Son relaciones que nos hacen daño, pero no somos capaces de poner fin. Esa es una señal de una herida emocional latente, que no hemos sido capaces de sanar.
- Experimentar emociones negativas. Las personas que arrastran heridas desde su infancia, suelen sufrir emociones tales como la rabia, la ira, o el rencor. Son emociones que hacen mucho daño a las personas que las experimentan, porque no saben gestionar lo que les ocurre, y su comportamiento les aleja de las personas que más quiere, y eso solamente agrava su sufrimiento.
- No sabes poner límites. Una de las señales más comunes de las personas emocionalmente heridas, es el hecho de no saber poner límites. Como sabemos, todos necesitamos poner límites para que los demás sepan qué no hacer para que no nos hagan daño. Es un acto de responsabilidad que nos ayuda a tener relaciones más sanas y constructivas. Las personas heridas no son capaces de poner esos límites, por lo cual reciben los ataques o las conductas de los demás que tanto daño hacen, y no son capaces de imponerse.
- Depender de alguien. Normalmente, las personas que han sufrido tanto, cuando son adultos, buscarán por todos los medios a personas que les den las atenciones y los cuidados que nunca tuvieron. Esa necesidad les llevará a mantener relaciones donde la otra persona siempre esté atenta a sus necesidades. La búsqueda de atenciones constantes puede llevar a una persona herida a mantener relaciones totalmente tóxicas.
- Repetir patrones de conducta. Todas las personas emocionalmente heridas, se han desarrollado mediante experiencias muy negativas. Han aprendido a reaccionar de una determinada manera cuando se enfrentan a situaciones parecidas, es decir, han aprendido a actuar contra aquello que le hace daño, aunque suelan ser comportamientos tóxicos, que agravan más su sufrimiento. Pero es un modo de actuar que se irá repitiendo siempre que se vivan situaciones parecidas a aquellas que hicieronhizo daño.
- No quieres hablar del pasado. Una persona herida evitará, por todos los medios, tratar nada de su pasado. Revivir ese dolor puede ser algo muy traumático para esa persona, y es por ello que evitará acudir a la consulta de un psicólogo para tratar todas sus heridas del pasado.
Secuelas de padecer heridas emocionales
El daño que hace un pasado que no ha sido superado es terrible. Por ello es necesario aprender cómo sanar nuestras heridas emocionales. Las secuelas que pueden derivar de las principales heridas emocionales pueden ser realmente graves y duraderas. Y entre las más comunes encontramos:
- Ansiedad y depresión: Pueden llegar a sufrir una angustia elevada, y su estado de ánimo puede ser realmente bajo.
- Problemas de autoestima: Son personas que pueden cuestionarse todo lo que son, y toda su valía. Pueden desarrollar una autoestima baja.
- Dificultades en las relaciones interpersonales: Sus miedos e inseguridades pueden originar problemas y conflictos en todas sus relaciones.
- Conductas evitativas: Evitar aquellas situaciones que temen es algo muy habitual. No son capaces de afrontar ningún conflicto.
El daño emocional relacionado con la autoestima
A veces nuestra percepción de nosotros mismos se ve alterada, debido a las experiencias del pasado. Las diferentes formas de rechazo que hemos sufrido, generan un profundo sentimiento, que dejan una huella imborrable en nuestra alma. El dolor del pasado puede hacer que tengamos una visión negativa de nosotros mismos, y de nuestras capacidades reales. Es el precio de sufrir una de las principales heridas emocionales.
Cuando las experiencias negativas se acumulan, y se producen desde una edad muy temprana, hacen un daño muy importante, más aún si ese dolor es producido por personas muy cercanas y amadas. Las burlas, los ninguneos, las no valoraciones, las críticas constantes, o las culpas infundadas, destruyen a las personas que lo padece.
El daño al amor propio, es una de las principales heridas emocionales, producidas en el pasado y que marca para toda la vida. Si este dolor no es tratado con la importancia que se merece, la herida quedará por siempre abierta, lastimando la autoestima de quien la padece y sufre. Nadie debe vivir desconfiando de las propias capacidades y no valorándose tal y como uno es.
El daño emocional relacionado con la dependencia
Las principales heridas emocionales, que están relacionadas con la dependencia, tienen que ver con las carencias afectivas, y la necesidad de control sobre los demás. Una persona dependiente necesita siempre sentirse arropada y querida, y hará lo que sea para conseguirlo, incluso emplear estrategias tan negativas como la manipulación o el chantaje emocional.
Cuando una persona no ha sido cuidada ni atendida adecuadamente cuando más lo necesitaba, es decir, en la infancia, esta persona se desarrolla siempre con la imperiosa necesidad de cubrir esas carencias emocionales. Siempre buscará el calor de los demás.
Es una de las principales heridas emocionales, y corresponde a la limitación de la libertad personal, y la capacidad de decidir. Una persona dependiente sufre, y ese dolor marca toda su vida, así como sus relaciones personales y afectivas. Esas carencias surgidas en la infancia, acompañarán a este tipo de personas durante toda su vida. Para poder sanar las heridas, es necesario pedir ayuda profesional.
Heridas emocionales relacionadas con el afecto
De las principales heridas emocionales, las que más pesan son las relacionadas con el afecto. Estas heridas se producen cuando las víctimas han sido abandonadas, aisladas, o ha habido un distanciamiento emocional. Quienes dan paso a este tipo de carencias emocionales, son los padres que ejercen una crianza poco sana y constructiva. Quizás esta clase de progenitores repitan un patrón de comportamiento aprendido, pero lo cierto es que esa clase de crianzas dañan de una forma implacable, creando adultos emocionalmente inmaduros.
Las heridas, relacionadas con la carencia de afecto, llevan a la persona que las padece a sentirse profundamente sola y poco querida. En aquellas personas que se sienten totalmente vulnerables, se les genera una percepción de no sentirse importantes para nadie, así como poco comprendidas o aceptadas.
Como he descrito antes, las heridas emocionales relacionadas con el afecto, traen consigo serios problemas para quienes la padecen. Quizás la más grave de esos problemas, es la de convertirse en personas muy dependientes. Además, se trasforman en personas que necesitan de la aprobación de los demás, y por ese motivo, intentarán agradar a todos y a toda costa, incluso dejando a un lado a sí mismas, y a sus necesidades personales. Su estado de ánimo es muy variable, y siempre dependerá de la actitud de las personas que les rodean.

💬 “La terapia online te ofrece un espacio seguro donde comenzar a sanar tus heridas emocionales, comprender tu dolor y transformarlo en crecimiento, sin importar dónde estés.” – Psicólogo Emocional Online 🌿
Cómo tratar las heridas emocionales
Cuando el pasado nos marca, y dejamos que lo haga, ello determinará toda nuestra vida futura. Las heridas jamás sanan por sí solas. Quien lo crea está equivocado. Todo daño, toda herida debe ser tratada para que sane adecuadamente, y deje de dolor. No existen atajos. Así que, para sanarnos a nosotros mismos, necesitamos aceptar lo que nos ocurre, y decidirnos a tratarnos tal y como nos merecemos, porque nadie merece llevar sobre sus hombros, tan pesada carga.
Todas las heridas emocionales entorpecen nuestra vida. Determinan nuestra forma de pensar, de sentir, y de actuar. Cualquier herida detiene nuestro desarrollo emocional normal, afectándonos en todos los aspectos. Por tanto, es esencial saldar las cuentas y hacer las paces con nuestro pasado. Para ello es necesaria la terapia psicológica, que nos permita hacer un ejercicio de reflexión exhaustiva, que nos conduzca a tener conciencia de todo lo ocurrido, y de nuestras carencias, y de cómo todo ello nos impacta emocionalmente. De ese modo se podrán establecer estrategias terapéuticas que nos ayuden a cerrar de una vez por todas nuestras heridas. Las principales heridas emocionales. ¡Adelante!
Beneficios de la terapia online para sanar las heridas emocionales
Es una necesidad para avanzar saber cómo sanar nuestras heridas emocionales. La terapia online ofrece múltiples beneficios para quienes buscan sanar las principales heridas emocionales:
- Accesibilidad: Se brinda acceso a asistencia profesional sin importar la ubicación.
- Flexibilidad horaria: Se ajusta a los horarios individuales de cada persona.
- Comodidad: Es posible llevar a cabo la terapia desde la comodidad y seguridad del hogar.
- Anonimato: Aquellos que deseen preservar su privacidad pueden optar por la terapia online, ya que brinda un nivel más alto de anonimato.
Preguntas Frecuentes sobre cómo sanar nuestras heridas emocionales
Sanar una herida emocional significa afrontar y transformar el dolor del pasado, comprendiendo su origen y aprendiendo a vivir en paz con las experiencias que lo causaron. No se trata de olvidar, sino de integrar el aprendizaje y liberarse del sufrimiento que aún genera.
El primer paso es reconocer que esas heridas existen. Luego, reflexiona sobre su origen y el impacto que tienen en tu presente. Practicar el autoconocimiento, buscar apoyo profesional y desarrollar la empatía contigo mismo son claves para iniciar la recuperación.
Comprender de dónde viene tu herida te permite entender tus emociones y reacciones actuales. Este reconocimiento transforma la culpa en comprensión y ayuda a romper patrones dañinos que se repiten sin ser conscientes de ellos.
Existen varias estrategias terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual, el acompañamiento psicológico, el mindfulness, la escritura terapéutica y las prácticas de perdón. Todas buscan liberar la energía emocional acumulada y facilitar la aceptación del pasado.
En muchos casos sí. Un psicólogo ofrece un espacio seguro para expresar lo que te duele y te acompaña a identificar patrones de pensamiento o de conducta que prolongan el sufrimiento. La terapia profesional acelera el proceso de sanación y aporta herramientas efectivas para gestionarlo.
Perdonar no significa justificar lo ocurrido, sino soltar la carga del rencor y dejar de revivir el dolor. El perdón es un acto de amor propio que permite cerrar el ciclo emocional y avanzar con mayor ligereza y serenidad.
No existe un tiempo exacto, ya que cada persona tiene su propio proceso y su nivel de consciencia emocional. Lo importante es avanzar sin prisa, con paciencia y constancia, comprendiendo que sanar es un camino continuo de crecimiento y transformación.
Cuando recuerdas un momento doloroso sin sentir resentimiento o tristeza profunda, y puedes hablar de él con comprensión y paz, esa herida ha sanado. La aceptación reemplaza el dolor, y surge una sensación de alivio y libertad emocional.
Sanar te permite reconectar con tu bienestar, fortalecer tu autoestima y construir relaciones más sanas. También mejora tu estabilidad emocional, dándote la libertad de vivir el presente sin el peso del pasado.
Conclusiones sobre las principales heridas emocionales
Somos el fruto de nuestras experiencias y vivencias. Las personas que han crecido en un ámbito hostil y conflictivo, crecerá siendo una persona herida. Las principales heridas emocionales son el fruto de todo el dolor que hemos sufrido. Somos el producto de un pasado que no podemos cambiar y, por tanto, debemos aprender a superarlo y afrontarlo de una vez por todas.
Si padeces una de las principales heridas emocionales, busca ayuda y apuesta por ti. No dejes que ese pasado que no has podido superar afecte a tu presente, y condicione tu futuro. Aprende a quererte de nuevo, y sobre todo a dejar de tener miedo. Busca ayuda terapéutica y vuelve a ser tú misma. Aprende cómo sanar nuestras heridas emocionales, y sentirte bien de nuevo gracias a la terapia online.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Sobre Daniel Molina
Soy Daniel Molina (n.º colegiado: 20237), Psicólogo Clínico especialista en Terapia Online con más de 12 años de experiencia.


