Excesos y autodestrucción

Los excesos y la autodestruccción

Existen muchas conductas que nos indican que existe un vació emocional en las personas que las llevan a cabo. Son comportamientos destructivos, que derivan a cometer excesos para aliviar ese vació interior que la persona siente. Son conductas que llevan a la autodestrucción.

Cuando sentimos un vacío, podemos intentar rellenar ese hueco mediante excesos. Éstos pueden ser el consumo excesivo de alcohol, ir compulsivamente al gimnasio, comprar sin justificación, o la ingesta de drogas. Son conductas que alivian momentáneamente, pero que jamás eliminan esa desesperanza. Por ello, la persona intentará aumentar la dosis de aquello que consume para intentar encontrar la cantidad que le alivie. Pero como todos sabemos, eso jamás pasará, y la persona caerá sin remedio en un pozo muy hondo y autodestructivo.

Ese vació interior que podemos llegar a sentir, nos producirá irremediablemente un bloqueo mental que nos impedirá enfrentarnos a nuestra realidad. Es un modo de escapar del dolor que estamos sufriendo. Y para ello aparecerán los excesos como única vía para cubrir nuestras carencias emocionales.

Los excesos pueden llegar a parecer la única solución para rellenar los huecos vacíos de nuestro interior. Pero cualquier conducta placentera es susceptible de convertirse en adicción. Por ello se bebe en exceso, se compra en exceso, o cualquier otra conducta que nos lleve a nuestra autodestrucción. Cuando una persona cae en estos comportamientos, es hora de buscar ayuda profesional que le ayude, y evite sumergirse más en el pozo emocional donde se haya metido.

El exceso como método de afrontar el vacío

Hay personas que se sienten tan vacíos interiormente que necesitan desarrollar comportamientos que les alivien, aunque sea un alivio temporal. Hay quien comiendo siente un placer momentáneo que le ayuda a llevar tan cargada mochila. O hay otras personas que sienten ese alivio comprando de forma compulsiva, o quizás bebiendo en exceso. Son conductas altamente destructivas que llegan a minarnos la autoestima, y sobre todo nuestra capacidad para afrontar los problemas, y buscar soluciones para los mismos.

Los excesos esconden nuestra incapacidad para afrontar los problemas que padecemos a diario. Y todo aquel que caiga en este círculo vicioso debería ponerse en manos de un profesional, ya que los problemas perdurarán por mucho que se consuma y se exceda. Todos esos comportamientos autodestructivos solo hacen que agravar más la problemática que sufrimos.

Así que no te engañes si padeces estos comportamientos. Solemos escudarnos en el hecho de que consumir es una necesidad, cuando es simplemente un exceso que intenta aliviar nuestro dolor interior. No busques excusas y busca soluciones a los problemas que tanto te atormentan.

Debemos ser valientes y afrontar nuestro vacío

Para afrontar cualquier problema solo debemos aceptarlo. Una vez aceptado, tendremos la suficiente consciencia del mismo como para sentir la necesidad de buscar soluciones. Pero para ello debemos tomar una actitud activa y decidida. Debemos ser valientes, ya que será un camino arduo y largo.

Todos tenemos cuestiones vitales que solucionar. No eres un ser tan único en ese aspecto. Lo que si te puede diferenciar de los demás, es el hecho de que tomes la firme solución de tratar tu vació interior. Solamente una persona valiente es capaz de confesarse sus propias faltas y reconocer los errores que ha cometido.

Respétate y ámate

Ante nuestros defectos, nuestros errores, y nuestros fallos, nos comportamos como nuestros peores enemigos. Somos los jueces más duros cuando se trata de algo relacionado con nosotros mismos. Tendemos a un diálogo interno, duro y violento hacia nosotros. Por ello debemos aprender a no ser tan duros con nosotros.

Todos tenemos defectos y errores. Tenemos problemas que solucionar. Tenemos fallos. Y debemos dejar de hostigarnos y aprender a buscar soluciones. Debemos empezar a respetarnos y amarnos tal y como somos.

Recuerda que nadie será tan duro contigo que tú mismo. Así que acéptate tal y como eres. Eses es el camino, y mejora todo lo que debas mejorar. No pongas más piedras en tu camino, y ten el valor de quererte.

Podemos llegar a ser nuestros peores enemigos

El juicio que nos hacemos a nosotros mismos se puede expresar de diversas formas. Lo más normal es la autocrítica, la reiteración de nuestros errores y fallos en nuestra mente, o los comportamientos autodestructivos. Pero a veces esos juicios se producen de maneras un poco más sutiles. Como por ejemplo, en comportamientos que demuestren debilidad o inseguridad, para después reprocharnos nuestro comportamiento.

Las personas que se comportan de forma autodestructiva son incapaces de celebrar sus éxitos, y cuando los tienen creen que son fruto de la suerte o del azar. Jamás se apropian de sus propios méritos. Sólo se centran en todo lo malo que hay en ellos.

Cómo llegar a ser nuestros propios aliados

Volver a aceptarnos es un camino duro y complicado. Es difícil no caer de nuevo en la trampa de juzgarnos de forma severa. Decir que creer de nuevo en uno mismo es un hecho que hay que realizarlo sin medida. Eso es temerario. Debemos aceptarnos tal y como somos. Aceptar nuestras virtudes y nuestros defectos.

A medida que vamos creciendo, nos formulamos ciertas exigencias propias de cada edad de nuestra vida. Sin ello no podríamos evolucionar. Por ello es bueno replantearse en esos momentos quienes somos y qué debemos mejorar, pero sin caer en error martirizarnos.

Ser de nuevo nuestros aliados significa tener una buena actitud hacia nosotros mismos. Es aceptarnos, respetarnos y querernos tal y como somos. Y comprender que nadie está exento de errores. No somos perfectos y tenemos todo el derecho a equivocarnos. Porque los errores forman parte del gran aprendizaje que es la propia vida. Sin ellos no podemos adquirir experiencia. Por tanto, acepta los errores del mismo modo que los triunfos: como lecciones.

Si no nos aceptamos a nosotros mismos, difícilmente nadie lo hará. Para transitar por el camino de la vida, debemos tener aliados que nos respalden y nos ayuden de vez en cuando. Y uno de esos aliados, el principal, debemos ser nosotros mismos. Tenemos que dar valor a lo que somos y a lo que hacemos. Somos únicos. Somos nuestro todo.

Comportamientos autodestructivos

Podemos definir los comportamientos autodestructivos como toda acción que llevamos en contra de nuestra salud física y mental. Una de las principales, como hemos visto antes, son los excesos, pero también suelen las adicciones en general.

Las conductas autodestructivas son muy difíciles de superar, ya que cuando la persona es consciente de su problemática, el nivel de afectación es muy grande. Por ese motivo es importante que la persona que caiga en ese tipo de trampa emocional tenga en cuenta su estado, y tome la firme decisión de afrontar todo lo que está sufriendo.

Cómo superar los comportamientos autodestructivos

Para afrontar tales comportamientos destructivos debemos:

  • Tener una actitud activa y positiva. Una vez detectado el problema, la persona debe tomar decisiones. Y para la toma de una decisión se requiere una voluntad firme de cambiar y mejorar. Es importante aceptar la problemática y querer buscar soluciones.
  • Asumir responsabilidades. De nada sirve echar la culpa a los demás de nuestra situación. No es sano, y tampoco sirve para nada, excepto para aumentar nuestro dolor. No nos hagamos víctimas, y afrontemos los problemas con tal de solucionarlo. Todo está en nuestras manos.
  • Céntrate en las soluciones, no en el problema. Si ya has conseguido detectar qué te ocurre, es el momento de centrarte en las posibles soluciones. Necesitarás ayuda profesional, familiar, y delas personas más cercanas. Busca todo el apoyo que necesites. La ayuda psicológica te ayudará a conseguir guías que te ayuden a encontrar la raíz del problema, y cómo afrontarlo del modo más efectivo.
  • Deja de castigarte. Si fallas o erras, tómatelo como la lección. No intentes definirte por tus errores. No es sano. Todos tenemos fallos. Por eso aprende de cada caída, y jamás hurgues en la herida. Deja que todo el dolor cicatrice de forma natural y a su tiempo.

Conclusión

Todos tenemos daños en nuestro interior que debemos tratar. Debemos tenerlo en cuenta y no mirar hacia otro lado. Porque cuando no miramos a los problemas a la cara, acabamos esquivándolos de cualquier manera, como por ejemplo con conductas y comportamiento autodestructivos. No somos víctimas, ni tampoco tan malo como para castigarnos insistentemente mediante los excesos. Somos personas con nuestras virtudes y nuestros defectos. Por tanto, debemos asumir quienes somos, aplaudiendo todo lo bueno que hay en nitrosos, y mejorando en la medida de los posibles las cosas no tan buenas. Somos quienes somos y no podemos huir de ellos. Sé tú mismo. Sé tu todo.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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