Cuando la ansiedad deteriora las relaciones

Cuando la ansiedad deteriora las relaciones

La ansiedad es un trastorno que es capaz de destruir por completo a la persona que lo padece, como a todo lo que le rodea. Aunque al principio la ansiedad tiene una sintomatología leve, pronto esos mismos síntomas se intensifican, afectando a todos los ámbitos de la vida de la persona que la padece. Las relaciones también se verán afectadas. Cuando uno no se siente bien, tampoco puede estar bien en una relación. Por eso debemos estar atentos cuando la ansiedad deteriora las relaciones, para que la nuestra no se vea afectada por este trastorno.

Es cierto que siempre estamos dispuestos a ayudar a las personas que queremos, pero cuando estas no se encuentran bien, y ello perdura en el tiempo, también nos llega a afectar a nosotros. Tendemos a mezclar en estos casos nuestros roles de pareja con los roles propios de un cuidador, y eso inevitablemente, deteriora a cualquier pareja.

Estar realmente afectado por la ansiedad de nuestra pareja o de un ser querido, no es signo de que no le queramos, sino que el propio trastorno que padece es capaz de arrastrar a la oscuridad a toda aquella persona que está a su alrededor. Los síntomas de la ansiedad son tan intensos que llegan a cambiar por completo a la persona que los padece. Se vuelven personas temerosas, inseguras, y con una gran afectación emocional, ello llega a afectar a las personas más cercanas. Cuando alguien querido sufre, sufrimos nosotros, y no hay más.

En estos casos, lo más recomendable es siempre la ayuda profesional, tanto para la persona que padece ansiedad como la persona que está a su lado. Toda la ayuda es necesaria tanto por el bienestar de cada uno de los miembros que conforman la pareja, como para la salud de la propia pareja. No podemos permitir que la ansiedad destruya nuestra relación, y para ello debemos estar alerta cuando la ansiedad deteriora las relaciones.

Cómo va afectando la ansiedad a las relaciones

Todos los que hemos padecido ansiedad alguna vez en nuestras vidas, sabemos que aparece sin avisar. Llevas un tiempo soportando una gran presión, y un día, de repente, sufrimos los síntomas de un ataque de pánico. Comenzamos a notar la mandíbula tensa. Nos duele el pecho. Tenemos la sensación de falta de oxígeno. Tenemos temblores, y comenzamos a pensar que vamos a morir en ese instante. Son unos síntomas realmente intensos que nos cambian por completo. Nos asustamos, después de eso, aunque hayamos superado esa crisis de ansiedad, comenzamos a percibirlo todo como un peligro. Tenemos miedo de aquello que no podemos controlar, e incluso tenemos miedo a volver a padecer otro ataque de pánico.

Poco a poco la ansiedad va haciendo mella en el bienestar emocional de quien la padece. Aparecen desórdenes tales como el insomnio y problemas físicos como los trastornos digestivos, o la experimentación de emociones tan negativas como la ira, el miedo, o la angustia. Todo ello va cambiando a la persona que sufre la ansiedad, a la vez que cambia el modo de reaccionar ante ciertos estímulos, y el cambio de comportamientos. Esto sin duda, afectará a todos los ámbitos de la vida de quien sufre ansiedad, así como sus relaciones familiares, sentimentales e interpersonales.

Decir que la ansiedad suele aislar emocionalmente y físicamente a la persona que la padece. Por ese motivo, la comunicación y la salud sentimental de la pareja se ve seriamente afectada por todo eso. La ansiedad nos cambia, pero nos hace más complejos, haciendo que la convivencia con la persona amada se haga realmente difícil.

Cuando la ansiedad deteriora las relaciones lo hace lentamente. Tenemos que aprender que es una enfermedad que transforma a la persona que la padece en alguien temeroso y cambiante. Ello dificulta la convivencia, y a menudo las personas cercanas se convierten en cuidadores. Eso puede destruir toda relación, ya que aspectos tan importantes como la pasión, la empatía o la dedicación se ven seriamente alterados. Sin duda, la ansiedad puede destruir todo relación, por muy sólida que esta tenga sus cimientos.

No podemos dejar que la ansiedad nos transforme en alguien que no somos. No debemos dejar que se adueñe de nosotros y nos inculque miedos irracionales que nos afectan en nuestra vida diaria. No podemos permitir que consiga destruir todo lo que hemos sido y que destruya todas nuestras relaciones. Tenemos que evitarlo. Cuando la ansiedad deteriora las relaciones debemos buscar toda la ayuda que sea posible.

Señales de que la ansiedad está deteriorando una relación

Cuando la ansiedad deteriora las relaciones, siempre están presentes ciertas señales que nos pueden ayudar a identificar el problema que existe. Y entre dichas señales encontramos:

  • Caída en el estado anímico tanto en la persona que sufre ansiedad, como en su pareja. Los problemas asociados con este trastorno generan inevitablemente cuadros depresivos, que afectan tanto a las personas que conforman la pareja como a la salud de la misma relación.
  • Sentimientos de culpa. La persona que sufre ansiedad es consciente de lo que ocurre, y aunque no puede evitarlo por si mismo, siente que tiene la culpa del sufrimiento de su pareja. Además, la pareja de la persona que sufre de ansiedad, puede sentirse culpable por no saber cómo puede ayudarle.
  • Suele haber discusiones constantes que pueden llevar al distanciamiento, y al aislamiento de los dos miembros de la pareja.
  • Cambios de comportamiento y de humor que puede llevar a los malos gestos, a las palabras inadecuadas, y las posturas rígidas que pueden dinamitar la relación por completo.

Cómo no dejar que la ansiedad destruya nuestra relación

Padecer ansiedad no es algo voluntario ni es culpa de nadie. Quien hemos sufrido o estados sufriendo ansiedad, no es porque queremos, sino porque tenemos problemas personales que solucionar. Pero lo que sí podemos controlar es que la ansiedad no afecte a nuestras relaciones. y para ello podemos seguir una serie de pautas que nos pueden ayudar en estos aspectos. Y entre dichas pautas encontramos:

  • Pedir ayuda. Lo primero que debemos hacer para que la ansiedad deje de afectarnos y de afectar a todos los ámbitos de nuestra vida, incluidas nuestras relaciones, es buscar ayuda profesional. La Terapia es el único método efectivo a la hora de tratar la ansiedad.
  • Comunicación. Es esencial en todo momento que la pareja se comunique. Si es un aspecto fundamental cuando ambas personas están bien, lo es aún más cuando uno de los dos, o los dos, pasan por un mal momento. Quien padece ansiedad necesita ser escuchado, y verbalizar todo lo que está experimentando en su interior. La pareja también debe expresar todo lo que está sintiendo. Al poner nombre a lo que estamos viviendo o experimentando nos ayudará a poder identificar que pasa, y poder así afrontarlo.
  • Compartir. En momentos tan oscuros como los proporcionados por la ansiedad, siempre es positivo, hacer el esfuerzo por hacer cosas propias de pareja, como pasear, ir al cine o a cenar, etc. Compartir tiempo y experiencias, además de ayudar a mejorar tu estado ansioso, mejorará la relación de pareja.
  • Tener tiempo y un espacio propio. Hacer cosas juntos siempre afianza la pareja, pero también es necesario que cada uno tenga su tiempo y su espacio para si mismo. La ansiedad puede adueñarse de la atención de nuestra pareja. Para ambos es necesario un tiempo para uno mismo. Ello hará que la relación no se ahogue en la ansiedad.
  • Apoyarse mutuamente. Es importante que la persona que padece ansiedad se sienta apoyada por su pareja, pero también es importante que la pareja también se sienta apoyada. Así que, hay que tener siempre en cuenta las necesidades de la otra persona, aunque la ansiedad esté por el medio.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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