Desde siempre han existido personas que han tenido la necesidad de atarse emocionalmente a otra persona. No es un mal de hoy en día. Las personas interiormente vulnerables siempre han estado presente y han sido víctimas de su baja autoestima. Y han utilizado cualquier herramienta de manipulación para conseguir de las otras personas aquello que querían. En este artículo describiremos las características más fundamentales de la dependencia emocional, para así comprenderla.
Gracias a las nuevas perspectivas de la psicología respecto a los propios apegos emocionales, hemos conseguido entender la complejidad de la dependencia emocional, sus consecuencias en la salud psíquica de quien la padece, y cómo podemos abordarla terapéuticamente.
¿Qué es la Dependencia Emocional?
Tenemos que entender la dependencia emocional como una necesidad interior por estar al lado de una persona o conjunto de personas. Se basa en refuerzos positivos que acaban generando en una dependencia psicológica. Es decir, la persona dependiente solo se siente bien y segura cuando está al lado de determinada persona. Necesitan esa seguridad, y el propio apego actúa como una droga para ellos. Necesita sentirse completos al lado de alguien.
Características de la dependencia emocional
La dependencia emocional tiene una doble cara, al igual que una moneda. Por un lado, encontramos la necesidad de tener a la persona amada a nuestro lado, y por el otro el sufrimiento de no sentirse seguros ni completos por ellos mismos
A continuación describiremos las principales características de la dependencia emocional:
- Aunque la relación sea tóxica y dolorosa, la persona dependiente jamás será capaz de poner fin a la relación.
- La existencia de la manipulación. La persona dependiente evitará por todos los medios ser abandonado por la otra persona. Y para ello utilizará todas las herramientas psicológicas y manipulativas a su alcance. Ello favorece a su vez la aparición de celos, desconfianzas y chantajes.
- Dentro de la dependencia emocional se dan conductas exageradas de sobre protección hacia la persona amada. El centro de la vida para la persona dependiente es la persona por la cual siente ese apego tóxico, y lo demás será secundario, pudiendo dejar a un lado a familiares y amigos.
- En toda relación de dependencia existen dos perfiles. Por un lado, está la persona dependiente, que su miedo a ser abandonado y su baja autoestima le empujarán a una relación tóxica en manos de la otra persona. Y la existencia de otra persona capaz de dejarse avasallar con los cuidados y las atenciones patológicas que le proporciona la persona dependiente. Ambos perfiles se unen para generar una relación nociva y dañina, pero que ambos necesitan.
- La dependencia es difícil de detectar, más aún para las personas que la sufren, y cuando se intenta abordar terapéuticamente ya el daño es grande y difícilmente tratable.
Posibles causas de la Dependencia emocional
La principal causa que podemos encontrar para explicar cómo una persona se convierte en emocionalmente dependiente, es una baja autoestima. El hecho de valorarse siempre a la baja, y de quererse aún menos, está la clave para entender el origen de dicha necesidad de sentirse querido y protegido.
La dependencia emocional genera en el individuo un deseo irrefrenable de sentirse querido, aunque sea un amor tóxico basado en la manipulación y la necesidad. Hablamos de manipulación porque en una relación basada en la dependencia emocional, siempre habrá una persona que intenta por todos los medios recibir la atención de los demás, y otra persona que necesita someter a los demás para conseguir todo lo que quiere.
Decir que esta clase de relaciones tóxicas no solamente se dan en el ámbito sentimental o de pareja, sino en cualquier tipo de relación, ya sea familiar, social o laboral. Siempre existirán estas dos clases de perfiles que se buscarán para establecer una relación a medida, pero igualmente nociva.
Son relaciones tan basadas en la necesidad, que cuando se rompen se produce un síndrome de abstinencia igual que la persona que deja de consumir una sustancia tóxica o droga. Para no llegar a esos extremos es fundamental siempre buscar ayuda psicológica que pueda guiar a los dos tipos de perfiles que puedes conformar una relación de dependencia, ya que los daños emocionales y psicológicos suelen ser muy graves.
Perfil del dependiente emocional
Como ya hemos dicho, el dependiente emocional tiene una autoestima baja. No es capaz de valorarse ni de quererse. Por tanto, buscará siempre la aceptación y la afectividad de los demás. El sentirse una persona querida llega a ser una droga para este tipo de perfiles, y para alcanzar esa afectividad enfermiza será capaz de todo, incluso de someterse a la voluntad de los demás.
Son personas que una vez tengan a su lado a la persona que te proporciona ese supuesto apego emocional, le tratará como una prioridad, dejando a un lado a las demás personas, e incluso los demás aspectos de su vida.
Siempre querrán una constante atención de la persona a la cual se apegan emocionalmente. SI no es así, nacerá en ellas emociones tan negativas y nefastas como los celos, la angustia y la ira. Por tanto, necesitarán controlar en todo momento a la otra persona para tenerla a su lado.
Una persona afectivamente dependiente siempre querrá a la persona objeto de su deseo en exclusividad. Siempre lo querrá para ella, y no dudará en intentar aislarla de los demás para tener toda su atención. No quiere compartir a esa persona que considera su propiedad.
Otra de las cosas que genera la dependencia emocional es idealizar a la persona querida. Sienten que son personas muy valiosas, y que le aportan la luz y la seguridad que al dependiente le falta. Por ese motivo vanaglorian a la otra persona, y ellas a su vez se sienten inferiores.
Son personas que no dudan en someterse a la persona querida con tal de que estas no las abandonen. Toman un papel sumiso para que la otra persona pueda sentirse por encima. Ello es debido al pánico, al abandono que sufren. La soledad les aterra.
Cuando están solas, siempre buscarán una persona con un tipo de perfil determinado a la hora de establecer una nueva relación. Suelen buscar personas que sufran cualquier trastorno o problemas que les haga vulnerables, y sientan la necesidad de tener una relación de exclusividad mutua. Intentan siempre buscar personas que se asemejen a ellas, y tengan la misma necesidad de sentirse querido.
Normalmente, se trata de personas con un amplio historial de relaciones sentimentales rotas, ya que como sabemos, toda relación tóxica y basada en la necesidad afectiva acaba por romperse en mil pedazos.
El dependiente emocional siempre busca ser valorado por los demás, y hará todo lo posible por agradar, aunque ello suponga mantener un papel sumiso y dócil, que intenta solventar las necesidades de los demás.
Si al final su relación se rompe. Las personas dependientes sufren un auténtico síndrome de abstinencia, como si fueran consumidores de sustancias tóxicas. Su necesidad por sentirse queridos y amados actúa como una droga para ellos. Una vez les falte, esa afectividad tóxica generará en ellos multitud de trastornos como un aumento de su ansiedad, o una afectación de su estado de ánimo.
Cómo dejar de ser dependiente
- Busca la raíz de la problemática. Para ello debemos ser sinceros con nosotros mismos, y poner todo nuestro esfuerzo en buscar ayuda profesional que nos empuje a buscar la causa de nuestra dependencia emocional. Puede que tengas un miedo patológico a la soledad. Quizás tu autoestima sea tu peor enemiga. Solamente podrás afrontar tu dependencia si sabes su causa.
- Vuelve a encontrarte con la soledad. Debes aprender de nuevo a encontrar un espacio y un tiempo solo para ti. Tienes que volver a disfrutar de tu compañía y de todo aquello que te gustaba hacer. Vuelve a ser una persona autónoma.
- Sé consciente de tus emociones negativas. Como sabrás, una persona dependiente sufre en exceso. Siente celos, impotencia y frustración. Tiene miedos que la paralizan. También llega a sentir ira y rabia. Todas emociones negativas deben ser expresadas. De ese modo podrás liberarte de ellas. Con la ayuda adecuada puedes aprender a gestionar esas emociones tan negativas.
- Perdónate. Nadie quiere acabar siendo dependiente de nadie ni de nada. Así que no te fustigues ni te juzgues de modo severo. Es hora de buscar soluciones y el modo de afrontar todo lo que te pasa. No te centres en los problemas sino en las soluciones.
- Comunícate con los demás. Es bueno que las personas que te rodean sepan que te pasa. De ese modo sabrán cómo pueden ayudarte. Así que apuesta por la comunicación. Confía en ti y en los demás.
- Busca la ayuda de un psicólogo. La dependencia emocional hace mucho daño tanto a las personas que la sufren, como a las personas que se ven involucradas. Por ese motivo, es esencial que puedas acceder a una terapia que te aporte las herramientas necesarias para afrontar tu dependencia, y a gestionar todas las emociones negativas que experimentes durante el proceso de recuperación.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
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