El odio a uno mismo

El odio a uno mismo

Existen personas que han sido víctimas perpetuas de las críticas y juicios de los demás. Han creado una visión de ellos mismos muy negativa, llegándose a odiar por cómo son, y todo aquello que representan. El odio a uno mismo, nos hace llegar a un punto que aparte de no valorarnos, y aceptarnos tal como somos, podemos llegar a castigarnos por ello. Ese hecho puede destruirnos por completo si no somos capaces de gestionarlo adecuadamente.

Cuando nos odiamos, dejamos que esas opiniones o críticas negativas de los demás acerca de nosotros, tomen más fuerzas, convirtiéndonos en nuestros peores enemigos. Una persona que no se valora se vuelve en alguien tóxico para si mismo y para los demás. Y ello afectará a todos los ámbitos de la vida de quien se odia, y a sus relaciones. Ello tiene unas graves consecuencias emocionales y psicológicas, como veremos en este artículo.

Aspectos tales como el dolor, el sufrimiento o las críticas que recibimos o padecemos desde niños, al no gestionarlo de forma madura por la edad, nos producirá unas heridas tan profundas, que nos acompañarán cuando seamos adultos. Aceptar la visión que tienen los demás de nosotros como algo válido, hace que nosotros también nos veamos como personas horribles, y ello nos limitará en todo aquello que hagamos en nuestras vidas.

Ese odio que alguien puede sentir por si mismo le perjudica no solo a nivel emocional, sino que también le afectará en ámbitos tan comunes como en el trabajo, en los estudios, o en el modo que se relaciona con los demás. El miedo a ser criticados y juzgados, puede convertirlos en personas con tendencias al aislamiento, y evitativas con todo aquello que les puede hacer daño. El odio a uno mismo favorece el hecho de destruirnos, y destruir todo aquello bueno que existe en nuestras vidas.

Causas del odio a uno mismo

El odio a uno mismo es algo que se va fraguando con los años, y debido a las experiencias. Las personas que no se quieren ni se valoran, es siempre debido a una mala concepción de aquello que son. Suelen ser personas que han sufrido las críticas y las opiniones maliciosas desde su más tierna infancia. Cuando a un niño se le realza sus defectos mediante la crítica de las personas más cercanas, desarrollará una baja autoestima. Son edades en las que somos incapaces de gestionar los juicios de los demás.

Cuando recibimos críticas feroces acerca de nosotros mismos, llegamos a creerlas, desarrollando una personalidad insegura. Es entonces cuando aparecen miedos tan comunes en estos casos, como el miedo al rechazo, o el miedo a no conectar con los demás. Todo ese miedo hace que estas personas lleguen a odiarse, y a castigarse antes que los demás lo hagan. Ni se quieren ni se aceptan, teniendo entonces una existencia totalmente negativa y llena de sufrimiento.

Consecuencias emocionales de odiarse a uno mismo

Cuando se produce el odio a uno mismo, es debido al desarrollo de una baja autoestima. Tener una concepción negativa de nosotros mismos, hace que ello nos limite en el modo de actuar, pensar y sobre todo de relacionarnos con los demás. Se convertirá en un gran obstáculo que no nos permitirá tener una vida normal y constructiva. La inseguridad y los miedos propios de quien se odia, hará que eviten toda situación que consideren peligrosa, aislándose mucho más, y sumergiéndose en un profundo sufrimiento. Las heridas emocionales, en estos casos, son demasiado profundas.

El miedo siempre alimenta al miedo, es decir, la persona que se odia a si misma, sufre también miedos tan profundos como miedo al rechazo, a la soledad, o a los juicios de los demás acerca de ellos mismos. Estar pendientes de aquello que nos asusta siempre genera un gran nivel de estrés, que con el transcurso del tiempo, se traduce en la temida ansiedad. Sufrir ansiedad patológica es muy común en las personas con una baja autoestima.

También debemos tener en cuenta el estado de ánimo. Sentirse poco valorados por los demás, e incluso por ellos mismos, hace que la persona tenga un estado anímico muy bajo, llegando a sufrir graves episodios de depresión. Sentirse aislado y repudiado por los demás, aunque no sea cierto, sumerge a la persona en una profunda tristeza de la que no puede escapar.

Por último, decir que el odio a uno mismo puede hacer que experimentemos emociones tan negativas como la ira, el rencor, o el miedo. Esas emociones solo traen sufrimiento y dolor, y nos limita en todos los ámbitos de nuestras vidas, como puede ser el modo de relacionarnos con los demás, en ser capaces de rendir en el trabajo, etc. Ese sufrimiento genera unas heridas muy profundas en nuestra alma.

Cuando somos nuestros peores enemigos

Todos tenemos la tendencia a asumir antes las críticas malas o negativas, que aquellas que son favorables o positivas. Aceptamos antes nuestros defectos que nuestras virtudes. Y centrarnos siempre en lo negativo hace que vemos todo de esa manera, incluso que nos percibamos a nosotros mismos de un modo totalmente negativo. Eso nos hace daño, y nos sumerge en un gran abismo de desesperación y sufrimiento.

Cierto que tenemos muchos defectos, pero tenemos muchas más virtudes. Habrá defectos que podemos mejorar, pero hay otros que forman parte de nosotros, y tenemos que aceptarlos sin más, Es esencial que nos centremos en lo bueno, y de ese modo aceptarnos y valorarnos tal y como nos merecemos. Nadie puede asumir nuestra responsabilidad de procurar nuestro bienestar, además si queremos que los demás nos valoren y nos acepten, tenemos que hacerlo nosotros primero. SI cambiamos en modo de percibirnos, todo nuestro mundo cambiará.

Cómo dejar de odiarnos

Para poder aceptarnos tal y como somos, y valorarnos, es esencial mejorar nuestra autoestima. Es fundamental que nos centremos en todo lo bueno que hay en nosotros, y mejorar todos aquello que podamos mejorar. Para ello deberemos hacer un ejercicio profundo de autoconocimiento. Tenemos que enfrentarnos a nuestros miedos, y dejar a un lado las opiniones y los juicios de los demás.

Tenemos que aprender que el odio a uno mismo solo nos lleva al sufrimiento, y es un odio infundado por las opiniones de los demás. Lo verdaderamente importante es tu opinión acerca de ti mismo, y de cómo te percibes. Cambia y todo cambiará. Acéptate y los demás lo harán. Quiérete, y los demás tendrán que hacerlo. Al final todo está en nuestra mano.

Y sobre todo, si necesitas ayuda a la hora de cambiar y de aceptarte a ti mismo, pide ayuda profesional. La terapia puede darte las herramientas que necesitas para poder mejorar la concepción que tienes acerca de ti mismo, y de ese modo cambiar el modo que te percibes, y poder tener una vida normal y constructiva. Si sientes odio hacia ti mismo, decirte que dejes de ser tu peor enemigo, busca ayuda, cambia y valórate. Todo está en tu mano. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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