El odio nos une a quien odiamos
A todos en algún momento de nuestras vidas alguien nos ha hecho daño. A veces ese daño es tan grande que las heridas que nos produce, nos acompañarán durante toda nuestra existencia. El hecho de relacionarnos hace que en un momento u otro nos topemos con personas capaces de hacernos daño, y el sufrimiento que ello nos genera heridas profundas en el alma. Y es entonces cuando si no somos capaces de gestionar ese dolor, podemos llegar a sufrir emociones tan negativas como el odio, y el odio nos une a quien odiamos irremediablemente.
Que siempre haya alguien que llegue a atacarnos o a ofendernos es algo que no podemos controlar, pero siempre podemos controlar lo que hacemos con esos ataques y esas ofensas, y graduar el impacto que nos pueda producir. Es decir, no podemos evitar que alguien nos ataque, pero nosotros decidimos que si dejamos que ese año nos afecte tanto para cambiar todo aquello que somos.
Debemos tener muy claro que el odio es capaz de convertirnos en la sombra de lo que somos, destruyendo todo lo bueno que hay en nosotros, y es algo que no podemos permitir. No podemos dejar que nadie haga que cambiemos, y nos convirtamos en personas absorbidas por emociones tan negativas como el rencor o la rabia. Si dejamos paso a esas emociones, tenemos que saber que el odio nos une a quien odiamos.
Al sentir odio, nuestra mente se centra en esa persona que ha generado esas emociones, y tendrá un protagonismo que no se merece en nuestras vidas. Nos robará tiempo, energías, luz, etc. El odio conseguirá arrebatarnos todo lo bueno que hay en nosotros, y le daremos un poder que no tiene a la persona que odiamos. El odio nos une a quien odiamos, tenemos que tenerlo muy en cuenta. Lo mejor, como veremos en este artículo, lo mejor que podemos hacer es perdonar, y seguir con nuestras vidas. Nadie que nos haga daño se merece que le prestemos nuestra atención. Debemos liberarnos de esas emociones.
Tengo mucho odio y rencor dentro de mi
El odio al fin y al cabo actúa como una enfermedad, una vez que se apropia de nosotros, nos destruye y nos roba todo lo que somos. Odiar y tener rencor por alguien es darle una importancia que no tiene la persona a quien va dirigido nuestro odio. Porque odiando nos centramos en esa emoción, no permitiendo que otras emociones y vivencias más positivas se presenten en nuestras vidas.
Sufrir el odio y el rencor nos hace vulnerables. No impide ver lo bueno que hay en la vida, y disfrutar de ella. Nos roba la alegría, la esperanza, la felicidad y el bienestar, entre otras cosas. Odiar y tener rencor por alguien es al final un fracaso, ya que esa persona ha conseguido aquello que quería: hacernos daño, y darle una importancia que no tiene. Así que odiar no es una buena opción en ningún caso. Es una carga demasiado pesada para llevarla a cuestas. No podemos permitir que el odio y el rencor se instalen en nuestro interior y nos convierta en la sombra de quienes somos.
Diferencias entre odio y rencor
La gran diferencia entre el odio y el rencor, es que el odio es una consecuencia directa de no saber cómo gestionar el rencor. Cuando alguien nos hace daño o nos ofende produce la aparición de una serie de emociones como son la rabia o el rencor. Nos invaden sentimientos e ideas de querer devolver ese daño a la persona que los ha hecho daño previamente. Si dejamos que esas emociones se instalen en nuestro interior, ello dará paso al odio, y es algo realmente nocivo para nosotros mismos.
La verdad es que la persona que es objeto de nuestro odio incluso puede no saber que le odiamos o le guardamos rencor. Quizás no se acuerde de lo ocurrido. Pero a la persona que siente ese odio, ello le carcome por dentro, de tal modo que le convierte en una víctima de si misma. Al final el odio nos une a quien odiamos.
Así que, el rencor es una de las primeras emociones que aparecen una vez que somos ofendidos o atacados por alguien. Si dejamos que se quede con nosotros, el rencor dará paso al odio, haciendo que nos centremos en la persona que odiamos, y uniéndonos así a ella irremediablemente.
Cómo liberarse del odio que nos une a quien odiamos
La única forma de liberarnos del odio es a través del perdón. Debemos perdonar para sacar el odio de nuestras vidas. Solo perdonando podemos pasar página y seguir con nuestras vidas. De esa manera podremos alejarnos para siempre de la persona que nos hizo daño, y nos creó una herida muy profunda en nuestra alma.
A veces confundimos el perdón como el hecho de olvidar o seguir al lado de esa persona. Pero nada más lejos de la realidad. El perdón nos libera de las emociones tan negativas como la ira o el rencor, que hemos podido experimentar cuando hemos sido atacados y dañados por alguien. Pero no podemos borrar algo así de nuestra mente, pero podemos evitar que eso nos haga más daño. Y cuando perdonamos no tenemos por qué seguir con esa persona. La persona que hace daño de forma intencionada quizás no merece nuestra compañía.
Si sientes odio por alguien, perdona. La vida es demasiado corta para vivir siempre enfadado y lleno de rencor. Nadie merece que nos haga daño, merece que nuestra vida se centre en ella. Si no puedes liberarte por ti misma de ese odio, pide ayuda profesional. La terapia te ayudará a ver las cosas desde una perspectiva más constructiva, y podrás dejar de sentir odio, y sanar tus heridas emocionales, porque el odio nos une a quien odiamos. ¡Libérate!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online