Trastornos digestivos por ansiedad
La angustia, el estrés y la ansiedad pueden provocar serios desequilibrios fisiológicos, que pueden desembocar en el padecimiento de ciertos trastornos, como por ejemplo: problemas relacionados con el sueño, sudoración excesiva, o alteraciones digestivas entre otros. Los malestares de tipo digestivos es uno de los síntomas físicos de la ansiedad más comunes. Por tanto, podemos hablar sin miedo a equivocarnos, que en estos casos existe una gran aparición de trastornos digestivos por ansiedad.
Controlar nuestros niveles de ansiedad es esencial a la hora de mantener una buena salud mental y física. Cuando se aborda la ansiedad, también se aborda sus síntomas, y por tanto repercute en un mayor bienestar. Los trastornos digestivos por ansiedad se pueden atenuar y controlar si tratamos el problema raíz: la propia ansiedad.
Sabemos que todo lo que afecta a nivel psicológico y emocional, también repercute a nivel físico. La ansiedad tiene una sintomatología física propia. Cuando la mente está bajo tanta presión, el cuerpo reacciona con la misma intensidad. Es por ello que cuando llegamos a un nivel muy elevado de ansiedad, padecemos el temido ataque de pánico, ya que es un método de liberar toda esa presión mental a través de una serie de reacciones corporales, como por ejemplo: taquicardias, sudoración, temblores, dolor en el pecho, etc.
Los trastornos digestivos por ansiedad corresponden a una sintomatología muy común. Muchas personas padecen una serie de trastornos digestivos cuando padece a su vez ansiedad. Entre esas alteraciones digestivas podemos encontrar: diarreas, dolores estomacales, ardores, etc. Por ello es fundamental mantener un buen equilibrio mental con tal de mantener controlada los niveles de ansiedad. Tener una mente en paz favorece en el buen funcionamiento de todo nuestro organismo.
Según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 1990 al 2013, los casos de personas con ansiedad han aumentado en un 50% a escala global. Esto se traduce a 615 millones de personas afectadas con este trastorno. En su inmensa mayoría presentará en algún momento problemas de tipo digestivos. Los trastornos digestivos por ansiedad son extremadamente comunes.
Cómo afecta la ansiedad a nuestro sistema digestivo
La ansiedad repercute de forma directa en el mal funcionamiento de nuestro sistema digestivo, como veremos a continuación, afectando a:
- Segregación de hormonas. La ansiedad influye en la liberación de una serie de hormonas como el cortisol, que en unos niveles inadecuados conlleva serios problemas digestivos, como puede ser la aparición de digestiones pesadas, retortijones, dolor abdominal, etc. También afecta a la liberación de la serotonina que perjudica a la sensación de saciedad, y por ende a la ingesta de alimentos en su calidad y cantidad.
- Patologías digestivas. Entre los trastornos digestivos por ansiedad más comunes, podemos encontrar el colon irritable, el estreñimiento, diarreas, el ardor de estómago, o el reflujo. También pueden darse procesos infecciosos a nivel digestivos por una alteración de nuestro sistema inmune debido a la ansiedad.
- Estilo de vida y alimentación. Además de la influencia directa de la ansiedad sobre nuestro sistema digestivo, también afecta de igual modo a nuestro modo de vida y a nuestras pautas alimentarias, es decir, sobre la dieta. La ansiedad nos lleva a tener los ritmos de vida y de comidas alterados, no teniendo unos horarios ni una alimentación apropiada y ordenada. Además, este tipo de trastorno nos empuja a consumir alimentos poco saludables, que nos proporcionan un placer momentáneo que en esos momentos de estrés profundo necesitamos. Este hecho favorece la aparición de enfermedades metabólicas como la diabetes o la hipertensión, así como un aumento de peso descontrolado.
Cómo calmar los trastornos digestivos por ansiedad
Quienes padecen trastornos digestivos por ansiedad, saben que es un malestar que les acompaña durante todo el día. Es un estado muy negativo para nuestro estado anímico, ya que son alteraciones que no podemos tratar rápidamente con nada. No existen medicamentos que deshagan los desórdenes digestivos por ansiedad. No existen atajos. Para acabar con ello debemos tratar la raíz del problema: la ansiedad.
Cuando bajamos nuestros niveles de ansiedad, nuestro organismo vuelve a la normalidad, y los síntomas y sus efectos van desapareciendo a medida que se reduce nuestra angustia, y nuestro estrés. Si deseas tratar los trastornos digestivos por ansiedad, debes acudir a la ayuda profesional. La terapia psicológica te ayudará a superar tu ansiedad, y con ello acabar con dichos trastornos digestivos.
Antes de nada, decir que es recomendable, que si sufres ciertos trastornos digestivos, antes acudas a un médico especialista, con tal de descartar que esas alteraciones tengan un origen fisiológico. Una vez descartado, hay que plantearse si su origen es psicológico. Si la persona sufre altos niveles de ansiedad, muy probablemente sus problemas digestivos sea fruto de ese trastorno psicológico.
La ansiedad es capaz de provocar trastornos digestivos graves. A veces se trata de dolores intensos, espasmos estomacales, acidez, o diarreas, entre otros. Cuando se está constantemente en alerta, y preocupado por todo, nuestro organismo se ve envuelto en esa vorágine, reaccionando de forma negativa a toda esa presión mental.
Si no tratamos la ansiedad, los trastornos digestivos derivados de ella, pueden volverse crónicos. El organismo aprende a reaccionar de esa manera, y ese patrón de comportamiento funcional se instala para siempre en nosotros. Y si nuestro sistema digestivo no funciona de un modo correcto, repercutirá en otras funcionalidades como puede ser el sueño, la coordinación, o el estado de ánimo.
Cualquier desequilibrio físico, sea cual sea su origen, repercutirá en todos los demás sistemas, trayendo aparejado un malestar general, que dificulta nuestro bienestar integral de todo nuestro organismo. De ese modo, los trastornos digestivos por ansiedad, pueden ser una señal inequívoca de que tenemos que cambiar algo en nuestra vida. Tomar la decisión de tratarnos psicológica y emocionalmente, y de ese modo, recuperar nuestro bienestar.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online