Trastornos que esconde la ansiedad
La ansiedad forma parte del ser humano. Es una herramienta evolutiva que nos permite estar alerta ante posibles amenazas y peligros. Gracias a ella nos podemos adelantar aquello que es potencialmente peligroso para nosotros y sobrevivir. Pero lo que sería una ansiedad adaptativa puede desembocar en una ansiedad patológica donde nos preocupamos en exceso y nuestro sistema de alerta ante posibles amenazas se dispara de tal modo que nos bloquea y nos incapacita. Es importante conocer que trastornos que esconde la ansiedad, para poder afrontarlos del modo más efectivo posible.
La ansiedad adaptativa es totalmente normal, ya que se activa ante situaciones nuevas para nosotros que no controlamos, como por ejemplo aquella ansiedad que experimentamos en nuestro primer día de trabajo o ante una operación. Son situaciones que no sabemos el resultado, y eso puede generar una incertidumbre que desaparecerá en el mismo momento que experimentemos esa situación temida. Los trastornos que esconde la ansiedad son fruto no de una adaptación, sino de una preocupación y angustia excesiva ante situaciones futuras que pueden representar un peligro para nosotros. Podríamos decir que la ansiedad es un trastorno relacionado con el miedo y con la falta de control de aquello que puede llegar a suceder. Los trastornos que esconde la ansiedad son variados como veremos a continuación.
Dentro de la ansiedad patológica y de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR), entre los trastornos que esconde la ansiedad encontramos:
El trastorno de pánico sin agorafobia
Es la aparición temporal y aislada de miedo pavoroso o terror, que se inicia bruscamente y en el que se tiene miedo a consecuencias catastróficas como morir, perder la cabeza, tener un ataque al corazón. Esto ocurre porque suele ir acompañado de síntomas fisiológicos muy fuertes como elevadas palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de ahogo o de atragantarse, opresión y pinchazos en el pecho, náuseas, mareos o desmayos, sensación de irrealidad, hormigueo, escalofríos o sofocos, visión borrosa, etc.
Trastorno de angustia o de pánico con agorafobia
Es ansiedad o evitación de situaciones donde es difícil escapar o encontrar ayuda en caso de que se sufra un ataque de pánico. En estos casos, el miedo no es una sola situación (como en la fobia específica), sino a una amplia gama de ellas, como por ejemplo, lugares públicos (especialmente si están concurridos), grandes almacenes, transportes públicos, lugares lejanos a la propia casa, conducir por una autopista, etc. Aunque puede darse sin ataques de pánico, suelen ir muy asociados.
Las Fobias específicas
Consiste en un miedo intenso y persistente, desencadenado por la presencia o anticipación de estímulos o situaciones específicas y claramente identificables, como por ejemplo: miedo a las alturas, a algún animal, a la sangre, al agua, a la oscuridad, etc. De los trastornos de ansiedad, la fobia específica es el de mayor prevalencia y también es el más frecuente de todos los trastornos psicológicos. Sin embargo, también se sabe que es uno de los trastornos que más éxito tienen en el tratamiento (de hecho, en algunas fobias como a los animales, a la sangre y a las inyecciones, la mayoría de los individuos las han superado en una sola sesión).
La Fobia social
Es un temor acusado y persistente a una o más situaciones sociales, bien ante personas desconocidas, bien ante la actuación en público. En esas situaciones la persona cree que puede ser evaluada por los demás (por miedo a ser humillado, a que descubran que está nervioso, a que piensen que es tonto o patoso, a no saber hablar o qué responder, etc.). La persona, normalmente va a evitar las situaciones sociales, pero cuando tiene que enfrentarse a ellas, las va a evitar sutilmente (por ejemplo, si va a una fiesta, ayuda en la cocina, se va a un rincón o intenta pasar desapercibido). Algunas de las situaciones temidas pueden ser: iniciar y mantener conversaciones, mostrar desacuerdo, hablar en público, comer con gente, etc.
Trastorno obsesivo-compulsivo
Es un Trastorno de Ansiedad formado por dos componentes:
- Obsesiones: son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento como intrusos e inapropiados y causan ansiedad y malestar significativos.
- Compulsiones: Son comportamientos o actos mentales de carácter repetitivo que el individuo se ve impulsado a realizar en respuesta a su obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente para reducir el malestar causado por la obsesión (lavado, comprobación, contar, rezar, etc.).
Provocan un malestar significativo a la persona y representan una pérdida de tiempo importante o interfieren marcadamente en su rutina diaria, vida social o laboral. La persona reconoce el sinsentido de sus obsesiones y compulsiones, y si no, al menos, que son exageradas (este requisito no es exigible a niños). Obsesiones y compulsiones suelen ir juntas, aunque también pueden darse separadas la una de la otra (pero no es común). Se considera un trastorno raro, con estimaciones del orden del 0´05%. Cuando se dan las obsesiones solas, pueden ir asociadas a otros trastornos (depresión, ansiedad generalizada, etc.) y el porcentaje puede ser mayor.
Trastorno de estrés Postraumático
Es un trastorno que se produce posteriormente a la experimentación de un suceso traumático. Las personas que padecen este tipo de trastornos reviven una y otra vez dicho suceso experimentándolos mismos sentimientos de ansiedad.
Trastorno por estrés agudo
Trastorno con síntomas similares al trastorno por estrés postraumático, pero se experimenta inmediatamente después del evento traumático. Si este trastorno persiste más de un mes, el diagnóstico sería de trastorno de estrés postraumático.
Trastorno de ansiedad generalizada
Es una ansiedad y preocupación de carácter excesivo y persistente que no se da ante un estímulo concreto, sino ante una amplia gama que está muy relacionada a acontecimientos o circunstancias cotidianas (trabajo, dinero, hijos, etc.). Es de carácter crónico y se agrava en situaciones de estrés. Se tiene sobre todo una falta de control, y se está en un constante estado de preocupación. Además, la persona puede experimentar algunos de los siguientes síntomas: inquietud o impaciencia, fatiga fácil, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular, alteraciones en el sueño, etc. Es muy importante conocer los trastornos que esconde la ansiedad.
Es uno de los trastornos de ansiedad más frecuentes, con tasas del 4 al 9 % de la población general. Las personas con este problema no suelen buscar ayuda profesional porque experimentan síntomas menos graves y un deterioro social inferior que en otros trastornos de ansiedad. Por eso estos pacientes suelen esperar muchos años antes de acudir a un profesional de la salud mental. Acuden cuando ya ni recuerdan los primeros síntomas y lo que informan es haber estado preocupados toda su vida.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online