Cuando la ansiedad nos domina
Es cierto que, si la ansiedad aparece en nuestras vidas, nos cambia por completo. Nuestra percepción del mundo que nos rodea cambia, nuestra forma de pensar y de sentir cambia, la forma de relacionarnos y desenvolvernos cambia. Todo cambia en nuestras vidas cuando la ansiedad nos domina.
Si la ansiedad consigue dominarnos, ello nos incapacita a la hora de disfrutar hasta de las cosas más sencillas de la vida. En ese momento, toda nuestra atención irá dirigida a percibir posibles peligros, y de ese modo, intentar controlar todo aquello que pasa en nuestras vidas. Nuestro modo de pensar se volverá más rígido. Nuestra percepción se verá alterada. Y nos afectará en todos los ámbitos de nuestras vidas.
La ansiedad se alimenta de los miedos, y cuando la padecemos es porque nos hemos dejado vencer por ellos. Vivir diariamente con un miedo permanente es una carga difícil de soportar. Todo ello nos afectará tanto a nivel emocional, como físico o relacional. Es una patología que se adueña de todo lo que somos y nos destruye, convirtiéndonos en personas temerosas e incapaces de desenvolvernos correctamente. La ansiedad, al fin y al cabo, nos convierte en su prisionero, y dicta cómo debemos sentir, pensar y comportarnos.
Cuando la ansiedad nos domina nos volvemos personas que necesitan controlarlo todo, y como ya sabemos, eso es imposible. No se puede controlar nada en esta vida. Existen multitud de variables que pueden cambiar cualquier aspecto de nuestras vidas en un segundo. Y esto hace que suframos más estrés, y el estrés es el “combustible” que necesita la ansiedad para alimentarse.
Quien vive bajo el yugo de la ansiedad, gasta sus energías en intentar sortear todos los posibles peligros a los que pueden estar sometidos. Se centran en todas esas señales que pueden indicarnos que algo o alguien puede hacernos daño. Vivir en ese estado de alerta es realmente agotador, y puede hacer que se vean afectados también a nivel físico, como a nivel anímico. La ansiedad consigue poner patas arriba todo en la vida de quien la padece.
Cuando la ansiedad toma el control
Nadie está libre a la hora de sufrir ansiedad. Solo es necesario un acontecimiento desencadenante que nos someta a un nivel de estrés elevado, durante un tiempo prolongado. Cuando estos factores se dan, aparecen los temidos síntomas de la ansiedad, y los conocidos ataques de pánico.
Una persona que ha sufrido ansiedad, su percepción acerca del mundo que le rodea ha cambiado por completo. Todo acontecimiento nuevo, o nueva relación, se percibe como algo potencialmente peligroso. La persona que sufre ansiedad asume los cambios con mucha dificultad, ya que su sistema de alerta está totalmente alterado, creyendo que todo puede ser un auténtico peligro.
Cuando la ansiedad nos domina, nos transforma, nos hace totalmente temerosos. Todo puede llegar a dar miedo cuando se sufre esta psicopatología, llegando a paralizar por completo a la persona que la padece. Toda la vida de la persona ansiosa se ve alterada. Cuando el miedo se adueña de nosotros, transforma nuestro modo de sentir, de pensar y de actuar, y ello tiene su eco en todos los ámbitos de la vida de la persona que sufre ansiedad. Su forma temerosa de relacionarse, sus capacidades mermadas como la concentración, o el estado anímico bajo, pueden ser factores que perjudiquen seriamente los ámbitos vitales, como el laboral, el familiar o el social.
Además de afectarnos a nuestro estado de ánimo, la ansiedad es capaz de anularnos completamente. Nos convierte en personas vulnerables y temerosas. Somos incapaces de gestionar todo lo que nos pasa, y el miedo se apodera de nosotros. Esto nos afecta tanto, que nos llega a destruir por completo nuestra autoestima. El miedo nos anula por completo, embargándonos una incertidumbre permanente. Una carga emocional demasiado pesada.
La ansiedad nos impide vivir de forma plena y satisfactoria. Nos obliga a estar siempre en alerta ante cualquier posible peligro, por muy irreal que este sea. Nos afecta de forma intensa, y en todos los ámbitos de nuestra vida. Es por ese motivo, que debemos encarar directamente a la ansiedad, y buscar la ayuda necesaria para poder afrontarla de forma adecuada y efectiva.
Cómo impedir que la ansiedad nos domine
No podemos dejar que la ansiedad se apropie de nuestra vida y nos limite de la forma que lo hace. El único método efectivo para reducir la ansiedad y superarla es la psicoterapia. No existen los atajos, ni tan poco se puede mirar hacia otro lado. La ansiedad se debe afrontar de forma directa y sin concesiones. Cuando la ansiedad nos domina es porque no hemos nada combatirla.
Siempre que estemos sufriendo cualquier problemática personal, debemos buscar la ayuda que necesitemos en ese momento, y afrontarlo de forma más adecuada. No nos dejemos embaucar por métodos poco científicos o atajos. La ansiedad se combate mediante a terapia psicológica, pero también existen algunas estrategias que pueden reducir nuestra ansiedad, y que podemos aplicar mientras recibimos ayuda profesional. Y entre dichas estrategias encontramos:
- Hacer actividades que nos permitan sentirnos bien. Haz todo aquello que te gusta y te apetece hacer, y te hace sentir satisfecho. Quizás quieras aprender un nuevo idioma, o aprender a tocar un instrumento. Vuelve a buscar actividades que te motiven y te permitan centrarte en cosas positivas y constructivas.
- Haz deporte. Aunque sea solo andar a diario. Sentirse activo físicamente, te ayudará despejarte mentalmente. Siéntete bien.
- Procura seguir unos horarios. Tener una rutina te ayudará siempre a saber qué hacer en cada momento, y hará que te sientas bien. Ten unos horarios para todo, incluso ten un horario para descansar y dormir.
- Realiza ejercicios de relajación. Puedes optar por hacer yoga o taichí, o cualquier otra actividad que te permita relajarte. Un buen ejercicio, son los ejercicios de respiración pausada. Te ayudarán a sentirte relajado.
- Relaciónate. No te aísles, y busca relacionarte de nuevo con los demás. Comparte actividades y confidencias con las personas cercanas. E incluso permítete la aventura de conocer a personas nuevas. Hará que te sientas mucho mejor.
- No te exijas demasiado. Haz lo que puedas, y no quieras abarcar más de lo que puedes. No agotes tus energías, ni aumentes tu estrés. Contempla cada día un momento para ti, y para tu descanso. No te presiones.
- Busca siempre la ayuda que necesites. Ya no solo se trata de la ayuda profesional, que es esencial, sino la ayuda de tus seres queridos. Comunícate con ellos. Tienen que saber qué te ocurre, porque así sabrán cómo pueden darte todo su apoyo.
- Evita las sustancias que pueden alterarte como el alcohol, el café o el tabaco. Ten una vida lo más ordenada posible. Ello te permitirá a tener la estabilidad que necesitas.
Cuando la ansiedad nos domina debemos poner todo de nuestra parte para afrontarla. No podemos mirar hacia otro lado. Es una responsabilidad alcanzar nuestro propio bienestar, y tenemos que poner todas nuestras energías en ello. No podemos dejar que el miedo nos domine, y limite nuestra vida. No debemos llevar encima esa pesada carga. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Es la primera vez que leo una descripcion tan precisa sobre la ansiedad. Sufro de ergofobia y de ansiedad y me veo reflejado en todo lo que Ud. comparte. Yoga y meditacion me han ayudado mucho. Gracias. Marcelo. Buenos Aires. Argentina
Gracias Marcelo. Me alegra mucho saber que mi artículo te ha sido de utilidad. Un saludo 🙂