Bullying, ¿qué es y cómo combatirlo?

El Bullying

A diferencia del mobbing o acoso laboral, el bullying consiste en un tipo de acoso perpetrado por niños, y tiene como escenario los centros educativos. Se trata de un tipo de acoso que llega a ser totalmente invisible para los adultos, tanto padres como profesores, hasta que los daños psicológicos y emocionales de la víctima son tan grandes que pueden percibirse a simple vista.

Este tipo de acoso se realiza siempre en momentos y lugares fuera del control adulto, como puede ser en los baños del centro educativo, en los pasillos, en el patio, etc. En algunos casos, el acoso llega a ser más extenso, sobrepasando las paredes del colegio, pasando a ser un acoso telefónico  o a través de internet.

Es importante estar alerta, tanto los padres como los profesionales de los centros educativos, ya que existen ciertos síntomas e indicios que nos puede indicar que un niño o una niña puede estar sufriendo acoso o bullying por parte de sus compañeros.

Indicios del Bullying

Entre los indicios que nos pueden indicar que estamos ante una víctima de bullying podemos encontrar:

  • Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
  • Tristeza, llantos o irritabilidad.
  • Pesadillas, cambios en el sueño y /o en el apetito.
  • Aparece con golpes, hematomas o rasguños, dice que tiene frecuentes caídas o accidentes.
  • Pierde o se deterioran sus pertenencias escolar o personales. Como por ejemplo: las gafas, la mochila, la ropa, etc.
  • No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros.
  • Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
  • No acude a excursiones, visitas, etc., del colegio.
  • Quiere ir acompañado a la entrada y salida
  • Se niega o protesta para ir al colegio.

Estos indicios nos pueden manifestar que el niño está siendo acosado y maltratado por otro alumno del centro educativo al cual pertenece.

También es totalmente necesario y fundamental conocer los perfiles psicológicos tanto de la víctima, el agresor, y los observadores, para entender y conocer los actores del acoso, facilitándonos poder averiguar si existe un caso de acoso y poder abordar la problemática.

Diferentes perfiles psicológicos

Participantes

Los participantes de toda situación de Acoso son tres: los acosadores, la víctima y los espectadores. Se trata del denominado “Triángulo del Bulling”.

El agresor o acosador

El perfil tipo del agresor o acosador responde a las siguientes características: Personalidad irritable y agresiva.

  • Es frecuente que sean repetidores y de edad superior a la media de la clase.
  • Su rendimiento escolar es bajo.
  • Muestran una actitud negativa hacia la escuela.
  • Suelen ser más fuertes físicamente que sus víctimas.
  • Muestran poca empatía hacia las víctimas.
  • Presentan altos niveles de impulsividad.
  • Sienten la necesidad de dominar a otros mediante el poder y la amenaza.
  • Toleran mal las frustraciones.
  • Les cuesta aceptar las normas sociales.
  • Presentan una actitud hostil y desafiante con padres y profesores.
  • Perciben escaso apoyo y supervisión parental.
  • Informan de frecuentes conflictos familiares, de autoritarismo y hostilidad.
  • No acatan las normas sociales.
  • Tienen una opinión relativamente positiva de sí mismos: presentan una autoestima media o incluso alta.
  • Tienen un grupo pequeño de amigos (dos o tres) que les apoyan.
  • Son más populares entre sus compañeros que las víctimas.

Además, el agresor suele presentar cuatro necesidades básicas que se resumen en el siguiente esquema:

  • Necesidad de protagonismo: El agresor suele tener la necesidad de ser visto y aceptado, de que le presten atención.
  • Necesidad de sentirse superior: La mayoría de los agresores sienten un enorme deseo de ser más fuertes y poderosos que los demás.
  • Necesidad de sentirse diferente: Los agresores suelen crearse una reputación y una identidad particular en el grupo de iguales que les rodea; pretenden ser diferentes y rechazan todo aquello que no es igual o similar a la imagen que han creado.
  • Necesidad de llenar un vacío emocional: Los agresores no son capaces de emocionarse o reaccionar con afecto ante los estímulos diarios; por el contrario, persiguen constantemente nuevas vivencias y sensaciones que muchas veces logran únicamente cuando crean su propio “espectáculo”.

La víctima

Aunque algunos estudios identifican una serie de características psicológicas o de actitud y comportamiento comunes en las víctimas de bullying, lo cierto es que constituyen un grupo tan variado y heterogéneo que por desgracia cualquier víctima puede convertirse en blanco de las burlas de un grupo de agresores, muchas veces sin otro motivo que el puro azar.

El perfil de un agredido o víctima pasiva suele ser el siguiente:

  • En su apariencia física suelen presentar algún tipo de desventaja (complexión débil, obesidad…).
  • Su rendimiento académico es superior al de los agresores y no tiene por qué ser peor al del resto de los compañeros.
  • Muestran poca asertividad, mucha timidez, inseguridad y ansiedad.
  • Se sienten sobreprotegidos por sus padres y con escasa independencia.
  • Suelen ser ignorados o rechazados por sus compañeros en clase.
  • Tienen dificultades para imponerse y ser escuchados en el grupo de compañeros.

Una vez ha comenzado el acoso, tener una personalidad introvertida o reservada puede dificultar que se denuncien estas situaciones a tiempo, con el consiguiente peligro de que el acoso vaya más, agravándose sus consecuencias y complicando su resolución.

Los observadores

Probablemente es el grupo con un perfil menos definido. Se trata del grupo de compañeros que colaboran con el acoso y en gran medida lo hacen posible por no denunciarlo. Su actitud puede ser de colaboración, jaleando las acciones e incluso grabándolas con las cámaras de los móviles. Pero incluso si se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la conducta de los agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación.

En ocasiones, actúan de esta forma por miedo a convertirse en las próximas víctimas si salen en su defensa o lo ponen en conocimiento, o bien porque creen que tomando esta actitud les será más fácil integrarse.

Medidas de actuación contra el bullying

1-.Medidas para aplicar en el centro.

  • Mejora de las medidas de supervisión y vigilancia. Plan de vigilancia y control. Determinar momentos clave: cambios de clase, tiempo de recreo, entrada y salida, ausencias de profesorado, comedor (si lo hubiera). Actitud activa del profesorado y preparación para actuar. Dividir en zonas el recreo para la vigilancia. Tiempos distintos de recreo según las edades… 
  • Plan de actividades durante el tiempo del recreo: deportivas, talleres…
  • Formación del profesorado para el conocimiento, detección y actuación ante situaciones de acoso escolar.
  • Crear un grupo de profesorado comprometido con la mejora de la convivencia o “círculo de calidad”.
  • Planificar y coordinar el tratamiento del tema desde la tutoría y áreas o materias del currículo.
  • Reuniones con padres y madres, charlas sobre el tema y sobre aspectos de la educación familiar relacionados.
  • Crear un sistema fácil y claro para ayudar a las víctimas a denunciar su situación: Teléfono de ayuda, buzón, disponibilidad de jefatura de estudios, orientador u orientadora o profesorado tutor.

2-.Medidas para aplicar en el aula.

  • Acordar normas de aula sobre agresiones y amenazas: Tablón de anuncios. Ejemplos: “No intimidaremos a otros compañeros”, “Intentaremos ayudar a los que sufran alguna agresión”, “No esforzaremos en integrar al alumnado que se aísla con facilidad”… Analizar situaciones: estudios de casos, role-playing o vídeos. Favorecer la empatía. 
  • Prestar atención a las conductas positivas y reforzarlas: Valor del elogio.
  • Establecer las consecuencias que correspondan por el incumplimiento de las normas: reparaciones y sanciones. Los mejores resultados se obtienen con elogios generosos y con sanciones coherentes.
  • Realizar «Asambleas de Clase»para el seguimiento de las normas.
  • Favorecer el aprendizaje cooperativo y el trabajo en grupo.
  • Crear unclima positivo: Organizar actividades colectivas de dinámicas de grupo, excursiones tutoriales, actividades festivas…
  • Realizar reuniones con las familias de la tutoría.
  • Crear la Comisión o el Observatorio de Convivencia del Aula: Constituida por el profesorado tutor y el Alumnado Ayudante o Mediador del grupo (en el caso de que lo hubiese). Revisar el ambiente de convivencia y las relaciones sociales en el grupo-clase, analizar problemas y situaciones individuales…

3-. Medidas individuales.

  • Hablar con la víctima: Importancia de comunicar su situación. Garantizar su protección y seguimiento del problema. Informarle de los pasos que se van a dar.
  • Hablar seriamente con el alumnado agresor: Actuar con rapidez. Mensajes claros. Hablar por separado con agresores, después reunir en grupo. Si actitud del alumnado agresor no es positiva, implicar a la junta educativa y a los padres. 
  • Hablar con los padres: ¿Qué pueden hacer los padres del alumnado agresor? ¿Qué pueden hacer los padres de la víctima? 
  • Ayudar a la víctima a integrarse en el grupo. 
  • Trabajar con las familias del alumnado agresor y víctima. 
  • Si el agresor no muestra ningún cambio ni existe cooperación de su familia, se puede barajar su expulsión del centro.

Conclusiones acerca del Bullying

Cualquier tipo de acoso es un acto cobarde de quien se sabe más fuerte y quiere deshacerse de sus inseguridades y sus frustraciones maltratando sometiendo a alguien más débil. La violencia es un acto de control que hace que la persona agresora se sienta poderoso. Por desgracia la violencia y los agresores siempre existirán, y siempre encontrarán una víctima. Es por ello que es importante crear planes de actuación que ayuden a prevenir tales actos, y proteger a las víctimas, porque el acoso escolar no es “una cosa de niños”, sino es violencia sin sentido, capaz de destruir a la persona que la sufre.

Si un menor ha sufrido tal acoso o bullying, una vez que se ha intervenido, debe ponerse inmediatamente en tratamiento psicológico porque es tal el daño que han sufrido que sino no se trata, les acompañara a lo largo de toda su vida adulta. Es algo muy serio.

Para finalizar me gustaría recordar tres frases de  Mahatma Gandhi que se pueden aplicar a cada uno de los tres protagonistas de este terrible problema:

Para el espectador:

         “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena

Para el agresor:

         “La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia “

Para la víctima

         “no dejes que muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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