Debemos cuidar nuestra higiene emocional
En cierta medida, todos procuramos estar lo más sanos posible. Llegamos a cuidar nuestra dieta, ponemos atención a nuestra salud, practicamos deporte, pero la inmensa mayoría descuida un aspecto prioritario de nuestra salud: nuestro estado mental y emocional. Cuidar nuestra higiene emocional es esencial para poder tener la estabilidad psicológica que todos necesitamos.
Las heridas psicológicas y emocionales deben tratarse sin demora. Si no es así corremos el riesgo de hacer crónico su dolor interior y agravarlo. Todo ello también tendrá su repercusión en nuestro estado físico, ya que mente y cuerpo están unidos. Así que por nuestra salud general, debemos prestar atención a nuestro bienestar emocional.
Debemos cuidar nuestra higiene emocional, ya que ese dolor interior puede destruirnos si no lo tratamos adecuadamente. Si procuramos darle la atención que necesitan, podremos entonces disfrutar de una auténtica calidad de vida.
La higiene emocional es tan importante como aprender a mantener una higiene física. El equilibrio es necesario para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por ello tenemos la obligación, con nosotros mismos, de desarrollar hábitos que estén basados en la confianza, el respeto y el amor.
Comportamientos que indican una mala higiene emocional
Es cierto que todos descuidamos a menudo de nuestra salud mental y emocional. No le prestamos la suficientemente atención, y este hecho nos empuja a desarrollar ciertos comportamientos que nos hacen daño, no permitiéndonos seguir adelante de una forma sana y constructiva. Y entre esas conductas encontramos:
- Estar siempre a la defensiva. Una persona que heridas emocionales no sanadas, entra en un modo de autoprotección, interpretando las acciones de los demás como un ataque directo hacia ella misma. Si tu higiene emocional está descuidada, puedes caer en estos patrones de comportamientos insanos, y que solamente destruye a quien los padece. Ello nos hace vulnerables.
- Ser excesivamente críticos. La falta de estabilidad emocional nos empuja a no pasar ni una a los demás, ni tan siquiera a nosotros mismos. La mente se hace más rígida, y no acepta comportamientos que no entren en el patrón interno establecido.
- Falta de entusiasmo. Cuidar nuestra higiene emocional es totalmente necesario. Sin esta no es buena caemos en una profunda tristeza que nos arrebata nuestras energías, nuestras esperanzas y nuestro entusiasmo. Si nos dejamos arrinconar por nuestras emociones, acabaremos teniendo una mente inundada por multitud de ruido, y eso nos prohíbe pensar con claridad, bloqueándonos de forma irremediable.
- Ser intransigentes con los demás. Las personas que no cuidan de su higiene emocional pueden llegar a ser agresivas y peligrosas. Como suelen estar a la defensiva, todo lo percibirán como un ataque, y no dudaran en “defenderse” de los demás. Son personas que incapaces de ponerse en el lugar del otro, y por tanto les tiene sin cuidado las necesidades de las personas que le rodean.
- No dejan avanzar a los demás. Esta clase de personas permanecen impasible ante los cambios, y por ende, no quieren que los demás cambien y avancen. Necesitan que nada avance para sentirse seguros. El miedo les impide evolucionar, y por tanto, necesitan que los demás también experimenten esos temores.
Estos son los cinco rasgos más comunes de las personas que no tienen una buena higiene emocional. Sí te has reconocido en estos rasgos, deberás plantearte sanar tus heridas interiores. Recuerda que solamente existe una persona que te impedirá continuar adelante, y esa persona eres tú. Por ese motivo debemos cuidar nuestra higiene emocional. Es toda una prioridad.
Cómo cuidar nuestro estado psicológico
El reto prioritario dentro de la psicología es la prevención. Tener una buena salud mental y emocional garantiza una buena calidad de vida. Es por ello que es preciso cuidar nuestra higiene emocional. Prevenir es la clave para no llegar a desarrollar ciertos desórdenes psicológicos que pueden mermar nuestra salud general.
Al igual que cuidamos de nuestra salud física mediante unos hábitos saludables como, por ejemplo: hacer deporte, o alimentarse bien. Debemos cuidar nuestra higiene emocional. Tener una buena salud mental tan importante como tener una buena salud física, y viceversa.
Podemos distinguir cuatro medidas para prevenir los problemas psicológicos y garantizar una buena higiene emocional. Y estas son:
- Hacer caso a nuestro dolor. Sí experimentamos un profundo dolor interno, tenemos que buscar su razón. Nuestra mente siempre nos alertará de la existencia de un desequilibrio emocional que debemos atender. Es nuestra mente quien se encarga de mandarnos las señales en forma de dolor para que paremos, averigüemos qué ocurre y le pongamos solución. Todos los problemas emocionales necesitan una respuesta activa, así como una serie de medidas y estrategias para reparar ese daño que nace de nuestro interior.
- No mires para otro lado. Debemos aceptar que tenemos un problema. Es siempre el primer paso para reponernos y sanar nuestras heridas emocionales. No aceptar el dolor que estamos sufriendo es siempre negativo. Dejamos paso al miedo, y el miedo siempre acaba por tumbarnos. Tenemos reaccionar. No existen los atajos. Cuando nuestra higiene emocional no es buena, debemos tratarla. Y para ello debemos responsabilizarnos en nuestra propia recuperación emocional.
- Aumenta tu autoestima. Tenernos en cuenta, y valorarnos, es necesario para poder estabilizarnos emocionalmente. Saber quiénes somos es fundamental para encontrar la raíz de la problemática que podemos estar sufriendo, y buscar todas las ayudas necesarias para afrontar todo ello. No debemos descuidar nuestra autoestima.
- Cuida de tus propios pensamientos. Nuestro modo de pensar y procesar todos los estímulos externos puede llegar a ser muy perjudicial. Podemos llegar a ser nuestro pero enemigo en estos casos. Así que debemos replantear si nuestra percepción y el modo en el que procesamos todo lo que nos pasa, es correcto y sano. Si no es así, tenemos que recurrir a la ayuda profesional para tratar todo lo que nos ocurre.
La higiene emocional debe ser tomada en serio. Es muy importante cuidar de nuestra salud mental. No podemos mirar hacia otro lado, ya que es un problema que no desaparece por si solo. Una buena higiene mental y emocional es necesaria para nuestra vida cotidiana, para nuestras relaciones personales, para nuestro trabajo, para todas las actividades que realizamos, etc. Por ese motivo debemos siempre acudir a la prevención para no desarrollar ciertos trastornos psicológicos y emocionales. Y esto solamente se consigue aceptando que existe un problema y acudir a la ayuda que necesitamos. Tenemos que reaccionar y darle a la higiene emocional la importancia que tiene. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Deja una respuesta